DANIEL

⎯¡ESTABAS COLUDIDA CON SEBASTIÁN Y TAZARTE! ⎯grito, la rabia desbordándose mientras entro en la oficina de Jo.

Ella deja lo que está haciendo, y sin decir una palabra, le indica a su asistente que salga. En un par de movimientos rápidos, ella cierra la puerta y no aparta la mirada de mis ojos, como si no quisiera perder ni un segundo de lo que está pasando. El aire se vuelve espeso, y puedo sentir cómo la tensión crece entre nosotros.

⎯¡TÚ SABÍAS QUE TAZARTE ERA BART! ⎯le grito, el dolor y la traición pesando cada vez más en mi pecho.

Jo se detiene con calma, y por un momento, parece que todo se ralentiza. Respira profundamente, como si lo estuviera esperando, como si no le sorprendiera lo que acabo de decir.

⎯Sí, lo sabía. ⎯su tono es firme, pero tranquilo, casi demasiado tranquilo.

Mis manos tiemblan por la furia que siento. No puedo creer lo que estoy escuchando. Jo, mi prima, la persona en la que siempre confié, había estado al tanto de todo este tiempo, de todo este engaño, y lo peor de todo: no me dijo nada. ¡Nada!

⎯¿Cómo te atreviste a permitir que jugaran conmigo? ⎯pregunto, mi voz quebrada de rabia. Cada palabra me duele como una puñalada.

⎯Nadie jugó contigo. Tazarte no es ese tipo de hombre… ⎯me asegura, sus palabras se quedan suspendidas en el aire, como si quisiera que las aceptara sin cuestionarlas.

⎯¿Y, Sebastián? ¿Él sí? ⎯inquiero, la desconfianza y el rencor a flor de piel.

Jo niega lentamente, como si no entendiera por qué hago esa pregunta.

⎯No tenemos nada que ver con Sebastián. Sin embargo, si tomas asiento, yo… ⎯comienza a decir, pero no estoy para explicaciones ahora.

⎯¡NO, NO, NO! ⎯grito, sintiendo cómo la sangre me hierve. Mis puños se aprietan, y las palabras salen como un torrente, incontrolables. ⎯No voy a tomar asiento. No puedo creer que mi prima todo este tiempo estuvo jugando conmigo.

La rabia me consume. Todo lo que creía, todo lo que pensaba que entendía sobre ella, sobre Tazarte, se desmorona frente a mí. La sensación de ser engañado por las personas más cercanas a mí me quema por dentro.

⎯Yo no jugué contigo. Sí, sabía de la existencia de Bart y fue mi idea. Deja a Taz fuera de esto. ⎯Jo dice con firmeza, como si lo que acaba de decir debería calmarme, pero en lugar de eso, me hace sentir aún más herido.

El aire entre nosotros se vuelve denso, y no sé cómo procesar todo esto. Jo no sólo sabía que Tazarte era Bart, sino que parece que todo fue planeado desde el principio. Me siento como si hubiera estado jugando un juego y ni siquiera me hubiera dado cuenta de las reglas.

⎯¡¿Cómo pudiste?! ⎯murmuro, la incredulidad pintada en mi rostro. ⎯No puedo creer que lo permitieras.

Jo me mira fijamente, sin temor, sin tratar de defenderse. Hay algo en sus ojos, una calma que me hace sentir aún más desconectado de ella.

⎯Lo hice porque necesitaba sacar a Tazarte de su zona de confort y a ti, de esa cueva oscura a la que llamabas vida. Lo hice por amor. Porque Tazarte es un buen hombre,ya que tú te mereces a un buen hombre. Porque mírate. No eres el mismo hombre que comenzó este verano. Expresas tus sentimientos, volviste a reír, a amar, a divertirte, saliste de la cueva… eres mi primo Daniel. ⎯Jo me habla con una calma que me estremece, como si sus palabras fueran la clave para abrir algo dentro de mí.

⎯¡Me engañaste! ⎯grito, la rabia se me desborda y las palabras salen con fuerza, como si pudieran deshacer todo lo que ella acaba de decir. Mi corazón late rápido, pero no de la forma que debería. Este dolor, esta decepción, me quema desde adentro.

⎯Y lo haría una y otra vez… Si supiera el resultado que sé ahora. ⎯responde Jo, con una firmeza que me golpea como un martillazo. ⎯Deja de enfocarme en lo malo y despeja tu mente, Daniel. Ve lo bueno, lo positivo. Ve a Tazarte.

Esas palabras me recorren con fuerza. ¿Cómo puede decirme eso? Lo bueno, lo positivo… ¿En serio está defendiendo todo esto? ¿Está tratando de justificar lo que hizo?

⎯Lo que veo es un hombre que me engañó para meterme a la cama… ⎯respondí, con la voz temblorosa, pero llena de furia y dolor.

⎯No. Tazarte jamás te ha engañado, lo que siente es real, y lo sabes. Lo que sucede es que no luchas por lo que quieres. ⎯me dice con una firmeza brutal, como si todo esto fuera un juego, como si estuviera dándome una lección de vida que no quiero escuchar⎯. Te dejas manipular por la razón y no piensas con tu corazón. 

⎯¿De qué hablas? ⎯pregunto, la incredulidad aún golpeando cada palabra que sale de mi boca. No entiendo nada de lo que está pasando. Mi mente trata de entender, pero cada frase de Jo me empuja a dudar más. 

⎯Cuando el hermano de Raúl te pateaba, no te defendiste ⎯me dice con dureza, pero su mirada es comprensiva y tierna. ⎯Cuando te dijimos que lo demandaras, no quisiste, no te defendiste, y dejaste que la familia se fuera con la suya… y hoy, que piensas que Sebastián y Tazarte están coludidos, tampoco lo haces. Tampoco defiendes al hombre que amas.

⎯¡Qué amaba! ⎯grito, la rabia acumulada sale de mi pecho. No puedo evitarlo, las palabras que Jo acaba de decir me destrozan. ¿Cómo puede ser así?

⎯Que amas… y lo sabes. ⎯responde, sin titubear, como si sus palabras fueran un golpe certero, algo que me atraviesa, y lo peor de todo es que sé que tiene razón. Siento cómo mi pecho se aprieta con la verdad que ella acaba de lanzar al aire⎯. Lo amas, y lo sabes. Y sabes que Tazarte es incapaz de traicionarte. Lo sabes, LO SABES. 

⎯Eres mi prima, Jo, pero no decides sobre mis sentimientos. ⎯mi voz tiembla, porque lo que me está diciendo es verdad. 

⎯No estoy decidiendo, sólo marco lo evidente. Te quiero, Daniel, eres mi mejor amigo, el primo que más quiero. Pero yo estoy dispuesta a defenderme y a defender lo que sé que es verdad. Y yo meto las manos al fuego por Tazarte de la Mora. Y si me amas, y si me conoces, sabrás que lo que te digo es verdad. O qué, ¿tampoco ya confías en mí? ⎯sus palabras me atraviesan, cada una cargada de una fuerza que no esperaba de ella. En sus ojos veo la determinación, el amor, pero también algo más profundo. Su voz no vacila, es firme, y eso me hace dudar.

Siento una presión en mi pecho, algo que me obliga a cuestionar mis decisiones. ¿Saqué conclusiones demasiado pronto? ¿Lo he arruinado? 

La mirada de Jo no me deja ir. Es directa, sin rodeos, y aunque me cueste aceptarlo, sé que tiene razón en muchos de sus puntos. Ella jamás haría nada para lastimarme. Nada.

⎯Tengo que… pensar. ⎯susurro, mi mente acelerada, pero también llena de dudas. Necesito procesar todo lo que está sucediendo, todo lo que me está diciendo.

⎯Hazlo… pero no tardes mucho. Puede que este sea un vuelo que no puedas tomar. ⎯su tono cambia, ahora es suave, casi maternal, como si supiera que el tiempo está corriendo en mi contra.

Jo da un paso hacia mí y, antes de que pueda reaccionar, me da un abrazo. Es un abrazo cálido, protector, como siempre lo ha sido. Es como si quisiera envolverse alrededor de mí, ofreciendo la seguridad que tanto necesito en este momento.

⎯Las cosas se acomodaron… y el acomodar, también puede ser caótico. Deja de pensar desde el dolor y piensa desde el amor… piensa ⎯me repite, como un mantra, sus palabras penetran en mi mente, deslizándose entre mis pensamientos confusos.

Me quedo allí, inmóvil, con el abrazo de Jo envolviéndome. La calidez de su apoyo me hace sentir una mezcla de alivio y pesar, pero también una profunda incomodidad. Porque sé que, por mucho que lo intente, lo que está en juego aquí no es solo lo que pienso, sino lo que siento.

TAZARTE

Llegué al piso y me encerré en el baño. Necesitaba un respiro, un espacio, aunque fuera pequeño, donde pudiera estar solo y no tener que mostrar lo que sentía. Aproveché que la niñera seguía en casa para alejarme de Aria. No quería que la niña notara mi angustia, ni que se diera cuenta de que algo no estaba bien. Ella no merece ver esto, no merece ver cómo me estoy desmoronando.

Mis manos arden. ¿Cómo pude hacer eso? ¿Cómo pude golpear a Daniel? Nunca, nunca antes había levantado la mano contra alguien, y mucho menos contra él. La rabia, la impotencia, toda esa frustración que sentí cuando me acusó… no pude controlarlo. Un estallido de dolor, de años acumulados, y lo descargué sobre él. Pero en cuanto lo hice, me arrepentí, porque sé que no soy esa persona. Siempre he sido alguien que intenta hacer las cosas bien, pero hoy me sentí fuera de control, como un animal, atrapado en una situación que no pude evitar.

Las palabras de Daniel siguen resonando en mi cabeza. Las acusaciones, la furia en sus ojos. Y lo peor, la manera en que me miró, como si fuera el monstruo que jamás fui. Me duele pensar en eso, me arde el corazón solo de recordarlo. Sebastián, con su manipulación, montó todo esto. Planeó cada paso, orquestó todo de tal manera que terminé siendo el villano, el traidor ante los ojos de Daniel, y él, con todo su amor por mí, lo creyó. No puedo creer que haya caído en eso. Pensé que me conocía. Pensé que, al menos, entre nosotros había algo real. Pero Sebastián, maldito Sebastián, dio en la herida, justo donde más le dolía a Daniel. Y él reaccionó, cegado por la rabia y la confusión.

No lo culpo. Los audios estaban tan bien editados, tan perfectamente manipulados. Era imposible no dudar de todo. Sebastián sabía exactamente lo que hacía. Y Daniel, tan ingenuo, tan confiado en mí, cayó en su trampa. No entiendo por qué Sebastián hizo esto. ¿Qué lo llevó a destrozar algo tan real y tan bonito entre nosotros? ¿Qué lo movió a hacer esto? Necesito respuestas, necesito limpiar mi nombre, al menos para que Daniel sepa la verdad. Pero por ahora, las preguntas siguen sin respuesta, y el dolor de la traición sigue creciendo en mi pecho.

De repente, escucho unos golpes suaves en la puerta. No respondo inmediatamente, pero al no oír nada más, me doy cuenta de que es Aria. Me limpio rápidamente las lágrimas, respiro hondo y abro la puerta, encontrándome con su sonrisa inocente, esa que siempre me ilumina aunque el mundo a mi alrededor se esté desmoronando.

⎯¿Estás bien? ⎯me pregunta, haciendo señas con las manos.

⎯Sí, todo bien ⎯respondo, moviendo mis manos con calma, intentando transmitirle tranquilidad, aunque sé que no lo consigo del todo. ⎯Todo bien.

⎯La niñera ya se fue ⎯responde, mirando alrededor como si esperara ver algo más en la casa.

⎯Bien… ⎯hago la seña con una sonrisa forzada, tratando de mostrarme más sereno de lo que realmente me siento.

Aria entra al baño y, con la delicadeza que solo ella sabe tener, me toca el rostro, como buscando alguna señal que le dé más claridad sobre lo que está pasando.

⎯¿Estás triste? ⎯hace con señas, sus ojos llenos de una preocupación sincera.

Le diría que no, pero no puedo esconder la verdad. Mi rostro lo dice todo. Así que, aunque me duela, admito la realidad.

⎯Papá está triste… ⎯gesticulo, con la cabeza baja, aún con el peso de las emociones a cuestas. ⎯Pero todo estará bien. No te preocupes.

⎯No me gusta verte triste ⎯responde Aria, moviendo sus manos con un gesto de tristeza. Es como si lo sintiera en el aire, incluso si no entendiera todos los detalles.

⎯Lo sé… ⎯respondo, con un suspiro. ⎯Pero no te preocupes, todo se resolverá.

Aria no parece del todo convencida, pero tampoco insiste. En lugar de seguir preguntando, solo se acerca y me abraza con esa ternura que solo ella sabe ofrecer, como si con su cariño pudiera hacer desaparecer todo lo malo. Un abrazo que me reconforta y me recuerda lo que más quiero proteger: ella.

Se separa lentamente, pero no sin antes gesticular una última vez.

⎯Te amo, papá ⎯dice, su sonrisa tímida, pero llena de amor.

⎯Te amo más ⎯le respondo, y mis palabras son más sinceras que nunca, porque aunque el mundo esté lleno de caos, el amor que siento por ella es lo único que me mantiene firme.

El móvil suena en ese momento y, al ver el número de Jo, lo contesto de inmediato.
⎯Taz…
⎯Te dije que era mala idea ⎯le reclamo, en un tono de reproche.
⎯Lo sé… Y te pido una disculpa ⎯responde la voz tranquila de Jo.
⎯¿Es todo? Jo Carter, la maravillosa Jo Carter simplemente me pide una disculpa.
⎯Así es… Me disculpo porque me lo advertiste y me dejé llevar por el impulso. Pero debes admitir que ninguno de los dos sabía que Sebastián llegaría tan lejos. ¿Qué fue lo que hizo?
Suspiro.
⎯Supo de Bart. No sé cómo. Armó todo un engaño alrededor de él. Se hizo pasar por Bart y, en mi desesperación, le confesé a Daniel que Bart era yo. Caí en la trampa de Sebastián. Después, mostró fotos y audios editados donde hizo pensar que él y yo estábamos coludidos. Incluso, tomó una captura de pantalla de mi perfil en la aplicación. Pensé que se había borrado.
⎯Hijo de puta… ⎯expresa Jo.
El silencio se extiende entre los dos. Sé que está pensando un plan, pero yo ya no quiero más planes. Solo quiero la verdad. Quiero que esto termine para poder sanar en privado.
⎯Las pruebas de Sebastián fueron lo que hizo creer a Daniel, así que yo también le daré pruebas.
⎯¿Qué dices?
⎯Yo lo arreglo, Jo. No te preocupes.
⎯Taz…
⎯Te quiero, Jo. Pero esto se volvió personal. Yo me encargo.

Sin decir más, termino la llamada.

Aria me sigue mirando atentamente. Sé que sabe leer los labios y entendió parte de la conversación.

⎯¿Dan…? ⎯pregunta.
Suspiro.
⎯¿Quieres ir a comprar la pintura? ⎯pregunto, evadiendo la pregunta. ⎯¿Quieres pintar tu mural?
Aria asiente.
⎯¿No irás a trabajar? ⎯gesticula con las manos.
⎯No, hoy no… ⎯respondo, tomando una decisión.
Aria sonríe. Me toma de la mano y me invita a levantarme para continuar.

Entonces recuerdo que no puedo quedarme atrapado en el drama, no puedo dejarme caer… Aria, mi Aria, ella es lo que me mantiene en el camino. Y, aunque mi corazón está roto, ella me hace continuar. Nunca me dejará caer. Ahora, para limpiar mi nombre debo dejarón de usar micorazón y usar mi  mi mente … aunque mi corazón siga latiendo por Daniel. 

9 Responses

  1. Mínimo Sebastián debería quedarse sin sus negocios con Alegra y que le hagan lo mismo cosa que ya nadie más confíe en el, es donde más le doleria

  2. Que buenos capitulos, llore de rabia, impotencia y de ver cómo Sebastián logró manipular a Daniel y terminar está relación, pero..Jo y Taz le harán ver la verdad y ojalá no se tarde para los dos buuu…Aria apoyando y dando Amor a su papá…Quiero saber más …No nos dejes así Ana jiii

  3. Los Canarias -Ruiz de Con viven y conviven en la verdad y la justicia, así que espero hagan mucho por Tazarte, así como en su momento ayudaron a Cho y a Morins!! Y de ahí alejen a Sebastián, qué no tiene nada de Karla.Un ser que no sabe de respeto, mucho menos de amor, en fin un ser despreciable por dónde se lo mire

  4. Merece quedarse en la nada, no puede tener un perfil intachable siendo un indolente Sebastián.
    Y está perfecto que Taz se aferre a su niña para no dejarse caer.
    Dan mereces que te tengan ahí hasta que aprendas a comportarte con la gente que te ama.

  5. 😡😡😡😡 como odio a ese Sebastian. Que gana con todo eso? Y si es verdad lo que dice Taz, no confio en el, ni por un momento espero respuestas, pero bueno conociendo las inseguridades de Daniel y lo que paso es comprensible pero no admisible. 💔

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