KARL
Después de una deliciosa comida y de compartir risas y anécdotas con la familia, llega el momento de dar inicio a la segunda parte de las festividades. Todavía queda mucho por celebrar: los brindis, el baile, los conciertos sorpresa… pero antes de todo eso, es hora de dar el espectáculo de nuestras vidas.
Mar, como buena organizadora, se adelanta al escenario para comenzar a llamar a los participantes de esta gran sorpresa que preparamos para Alegra y Lila. Uno a uno, nos reúne tras bambalinas para darnos las últimas instrucciones. Todos estamos emocionados, nerviosos y con una energía contenida que amenaza con desbordarse.
No fue fácil, pero hicimos un gran esfuerzo. Ensayamos durante semanas, a escondidas, entre reuniones familiares, horarios complicados y escapadas disimuladas. Los participantes somos: David Tristán, Cho, Jon, Héctor, Antonio, Daniel, Moríns… y yo.
Como último agregado, se unió Tazarte, quien no solo quiso participar, sino que tomó la batuta para dirigir la parte musical con total entrega. Él mismo liderará con la guitarra, acompañado por Cho y Moríns, que también tocarán en vivo.
Ninguno de nosotros es profesional ⎯bueno, excepto Tazarte⎯, pero la intención, la emoción y la sorpresa son reales. Lo hicimos por ellas. Porque se merecen algo especial. Porque pocas veces en la vida tienes la oportunidad de decirle a alguien lo mucho que significa para ti… bailando, cantando y riendo con el corazón en la mano.
Y esta noche, ese es justo el plan.
⎯Bien. Ya lo practicamos mucho, y lo ensañamos más. Recuerden divertirse ⎯nos dice Mar, con una sonrisa y orgullosa de nosotros ⎯. No me dejen en ridículo que son mis primeros estudiantes, literal ⎯bromea.
Todos nos reímos.
⎯¿Listo? ⎯me dice Antonio, mientras se pone el sombrero.
⎯Creo… esto va más allá de mis habilidades, pero espero que le guste a Alegra.
⎯Le encantará… ⎯me dice Cho, acercándose con la guitarra.
⎯Bueno ⎯se escucha la voz de Mar en el micrófono ⎯. Las novias están sentadas y esperando, les pido a todos que tomen sus cámaras y empiecen a tomar fotos, porque esto, se merece todos los premios del mundo. Sin más qué decir, disfruten del espectáculo.
Las luces de la recepción bajan lentamente. Una música suave comienza a sonar de fondo mientras todos se preguntan qué es lo que viene. Alegra está sentada junto a Lila, riendo, esperando por lo que está por venir.
Entonces, un foco se enciende en el centro del escenario. Y ahí, como si saliéramos de una película del mismísimo Robert Rodríguez, aparecemos nosotros: Antonio y yo al frente, con micrófonos en mano, y detrás de nosotros, Tazarte, Cho y Moríns con guitarras colgadas al hombro, afinando las cuerdas con una seriedad que solo hace que todos se emocionen más. Jon, Héctor, Daniel, David Tristán y los demás se colocan a los costados, listos para sumarse al número con los pasos practicados y energía.
⎯¡Una, dos, tres, cuatro! ⎯grita Tazarte.
Las primeras notas de “Canción del Mariachi” resuenan, tocadas en vivo por las guitarras, y Alegra y Lila gritan emocionadas junto con el público.
⎯Soy un hombre muy honrado, que me gusta lo mejor… ⎯canto yo, con la voz segura pero el corazón latiendo fuerte.
⎯Las mujeres no me faltan, ni el dinero ni el amor… ⎯continúa Antonio, entrando con una fuerza que hace que su Lila grite de emoción.
Las guitarras explotan con ritmo y alma. El ritmo se apodera del salón.
Alegra se tapa la boca sorprendida. Lila abre los ojos como si no pudiera creer lo que ve. Ambas se miran, luego nos miran, y finalmente… se sueltan a reír y aplaudir con emoción.
⎯Ay, ay, ay. Ay, ay, amor… ay mi morena de mi corazón ⎯decimos todos.
El resto del salón se contagia. Las palmas se levantan, los gritos aumentan. La pista vibra.
Tazarte se luce con el requinto, moviéndose de un lado al otro con su guitarra como si estuviera en pleno concierto. Cho lo sigue con una sonrisa de lado a lado, mientras Moríns, con sombrero incluido, le guiña el ojo a su esposa que no deja de grabarlo y reírse.
Jon, Héctor y los demás nos acompañan con movimientos sincronizados que ensayamos mil veces. En un momento, todos avanzamos hacia las novias, rodeándolas mientras seguimos con la canción, mirándolas como si fueran nuestras musas ⎯porque lo son.
⎯Me gusta tocar guitarra, me gusta cantar el son… ⎯entonamos al unísono, mientras nos acercamos, giramos en coreografía y alzamos los brazos al ritmo del estribillo.
Y cuando llega el coro, todo el salón lo canta con nosotros. La fiesta se convierte en una sola voz:
⎯¡Ay, ay, ay, ay, ay, ay mi amor! ¡Ay mi morena, de mi corazón!
El final es explosivo. Ellos alzan las guitarras dando el último acorde, y Antonio y yo terminamos cantando con toda la emoción del mundo, apuntando hacia nuestras esposas:
⎯¡Ay mi morena de mi corazón! ⎯cantamos todos juntos, cerrando la canción del mariachi con la energía por todo lo alto.
Los aplausos explotan como fuegos artificiales. Miro hacia las novias: están completamente sorprendidas, con los ojos brillando y las sonrisas más grandes del día. Alegra me lanza una mirada entre incrédula y enternecida. Lila se lleva las manos a la boca. La gente aplaude de pie, algunos graban con el celular, otros corean entre risas. Pero lo mejor aún no empieza.
Las luces cambian, suenan tambores… y entonces, el bajo retumba con los primeros acordes de “María” de Ricky Martin.
⎯¡Uepaaaaa! ⎯grita Antonio⎯. Un, dos tres, un pasito pa’ lante María, un, dos, tres, un pasito pa’ atrás ⎯canta con energía.
⎯¡No! ⎯escucho gritar a Lila desde su asiento⎯. ¡No puede ser!
Antonio gira hacia el público y se quita la chaqueta como si fuera parte de un show de Las Vegas. La lanza con estilo y se pone al frente del grupo. Nosotros nos alineamos detrás de él: David Tristán, Daniel, Jon, Héctor, Moríns, Cho, Tazarte y yo. Todos listos. La pista se vuelve una pasarela improvisada.
⎯¡Que me tiene loco! ⎯canta Antonio, apuntando directo a Lila, que se ha puesto de pie gritando como si Ricky Martin en persona estuviera frente a ella.
Yo me adelanto y la sigo:
⎯¡Ella es una mujer especial, como caída de otro planeta. Ella es un laberinto carnal, que te atrapa y no te enteras! ⎯canto mirando a Alegra. Su cara lo dice todo: mezcla de risa, vergüenza ajena y amor profundo.
Nos movemos al ritmo, brazos arriba, caderas marcando el beat. La coreografía no es perfecta, pero la energía lo compensa. A lo lejos, veo a Mar agitando los brazos desde la pista, bailando emocionada. Está disfrutando su obra maestra en vivo.
⎯¡Aunque me muera ahora, María, María… te tengo que besar! ⎯gritamos todos con pasión, y el público enloquece.
Y entonces… llega el momento que todos hemos estado esperando.
Luces estroboscópicas, percusión encendida, el beat de María en su versión más explosiva vibra en nuestros cuerpos. Estamos listos.
Nos colocamos en fila, uno al lado del otro, frente a la pista, mientras el público espera con curiosidad y emoción. Pies separados, rodillas semiflexionadas, bajamos lentamente como si la pista fuera nuestra pasarela… o nuestro escenario de fuego. Cruzamos los brazos al pecho y luego los abrimos con fuerza, marcando actitud. Giro suave de cabeza a la izquierda… luego a la derecha. Escaneamos al público como si fuéramos a elegir a quién dedicarle el show.
Y entonces… el grito del público explota.
Nos movemos con ritmo. Cuatro pasos laterales. Paso, cadera. Paso, cadera. Al mismo tiempo, todos fingimos que nos remangamos las mangas, como si estuviéramos calentando motores. En el quinto beat… ¡afuera chaquetas! Algunos se quitan el saco, otros fingen una coreografía de strip suave, todo con complicidad y picardía.
Ahora… “cintura de fuego”. Extiendo los brazos al frente como si empujara algo con sensualidad. Las caderas dibujan un ocho invertido, suave y constante. Nos giramos de espaldas al público, hacemos un pop de cadera hacia atrás. Una vez. Dos veces. Volvemos a girar y… sonreímos. Como si nada hubiera pasado.
Pero ya todos están al borde del colapso de tanto gritar.
Y entonces… el momento de brillar individualmente.
Uno por uno, damos un paso al frente.
David Tristán se pasa la mano por el cabello y lanza un beso que arranca suspiros.
Antonio cruza los brazos al pecho, los abre y los extiende hacia Lila como un caballero español en plena conquista.
Tazarte camina como si estuviera en una pasarela y guiñe un ojo.
Moríns y Cho se desabrochan lentamente el primer botón de su camisa y señala a Sila y a Sabina con una sonrisa traviesa.
Jon se pasa la lengua por los labios ⎯cómo solo él lo sabe hacer⎯ y hace un paso de cadera doble que enciende a más de una.
Héctor señala a Mar con el dedo y la llama mientras mueve la cadera provocativamente.
Daniel hace un baile tipo salsa, da un giro elegante y finge que se va a quitar la camisa… pero se detiene justo antes. El público grita frustrado.
Y yo… doy un paso al frente, marco un movimiento lento de cadera, un body roll, y termino señalando a Alegra con ambas manos. Y ella se lleva las manos al rostro de la risa… o del calor.
Y entonces… el final explosivo.
Nos alineamos en formación de flecha. Avanzamos al centro de la pista. Saltamos una vez, al ritmo. Y bajamos marcando cadera al frente como si fuéramos una boyband lista para su portada de disco.
¡BOOM!
Luces blancas nos iluminan de lleno mientras serpentinas doradas caen desde el techo, flotando como lluvia brillante sobre la pista. El público enloquece: gritos, aplausos, celulares captando cada segundo, carcajadas que rebotan entre las mesas. Es un momento que queda grabado en la memoria colectiva.
⎯¡Gracias México, gracias Ibiza! ⎯bromea Moríns, tomando el micrófono con una reverencia exagerada⎯. ¡Te amo Sila!
Todos estallamos en risa. Ya nadie puede con la emoción.
⎯Queremos agradecer especialmente a Mar Estévez, ⎯añade Antonio, con una sonrisa emocionada⎯ por su esfuerzo, su paciencia y su talento para convertir a estos hombres con dos pies izquierdos en un espectáculo.
⎯Habla por ti, cuñado⎯se escucha a David Tristán, ganándose una nueva ola de carcajadas.
⎯En serio, Mar ⎯intervengo yo, caminando al frente⎯. Gracias por creer que podíamos lograrlo. Te prometemos que ya no te molestaremos.
⎯También, queremos agradecer al maestro Tazarte, por demostrar por qué es el mejor, y aprenderse la canción en tiempo récord. A Moríns y Cho por mostrar sus talentos escondidos con la guitarra. Y a la maestra de canto que nos ayudó a no desafinar.
⎯¡Pero esto no ha terminado! ⎯grita Jon, quitándome el micrófono⎯. ¡Que siga la fiesta!
Lila no aguanta más y se une a Antonio en la pista. Alegra hace lo mismo conmigo. Bailamos los cuatro al centro, rodeados de nuestros hijos, sobrinos, primos, tíos, que se han unido a la pista.
La pista vibra.
Las luces giran.
Las cámaras no dejan de disparar.
Otra canción comienza y el ambiente se enciende aún más. La celebración se desborda, pero el mundo se reduce a ella y a mí.
⎯Ya no cantas tan fatal ⎯me susurra Alegra al oído, con esa sonrisa que siempre me desarma.
⎯Sabía que esto te gustaría… Yo, Alegra, hago todo por verte feliz. Y así será hasta el último día de mi vida ⎯le respondo, sincero, con el corazón abierto de par en par.
Ella me toma del cuello y me besa suavemente, sobre los labios, como si con ese gesto pudiera sellar todo lo que no hace falta decir en voz alta.
⎯Me alegra que hayas sido tú. Me alegra que hayas insistido después de todo ⎯dice, acariciándome la mejilla con ternura.
Y justo entonces, como si el universo quisiera recordarnos que esta historia no es solo nuestra, sino también de ellos… nuestros hijos irrumpen en escena.
Alegrita corre hacia mí y se lanza a mis brazos, riendo a carcajadas, mientras Amada y Alma comienzan a bailar a nuestro alrededor, moviéndose al ritmo con una alegría contagiosa.
Davide y Maël ya están en los brazos de Alegra, que los sostiene como si el cansancio no existiera, como si la maternidad fuera un acto de magia que le brota del alma.
Y ahí, en medio de la música, las luces, la gente, los gritos…
Ahí estamos.
Una familia.
Un sueño cumplido.
Un amor que encontró su ritmo.
Y una promesa que apenas comienza a consolidarse.
Maravilloso!!!!
Cada vez que están todos Me encanta 🥰🥰🥰
Este capitulo tuvo todo, ritmo, sensualidad, amor, diversión y a Morins!
WOW, hermosa boda y fiesta, como siempre, maravillada de tu obra, muchas gracias Ana Martínez!!!! Valió la espera….👏👏👏👏
Maravilloso todo. Digno de tus historias Ana
Que gran espectáculo, me dieron ganas de estar en esa fiesta 😅😅
Ana, muchas gracias por todos estos maravillosos capítulos de esta gran historia ❤️
Que bello cap… el baile wooow ❤️ la famiiia unida, todooo!!
Ay noo!! Demasiado hermoso!!!