Alegra

Jamás había deseado que un transporte llegara tan rápido como hoy, y a pesar de que fue un vuelo de dos horas y treinta minutos, yo sentí que en realidad fue una eternidad. Por más que escuché música y traté de leer en mi Kindle, no pude concentrarme y quitarme de la mente a mi hermana.

Revisé una y otra vez los últimos mensajes, el último, de hace dos días, cuando ella me deseaba suerte con los vestidos y con mi suegra. Ahora noto que su última hora de conexión fue por la mañana y que no lo ha vuelto a hacer. 

 ⎯Lila, ¿dónde estás? ⎯ pregunto en voz baja, mientras veo su foto de perfil. No la ha cambiado desde hace tiempo. Es ella, vistiendo el vestido con el que ganó un concurso en la escuela de diseño de Nueva York, yo le tomé esa foto. 

La miro con nostalgia, ¿desde cuándo Lila y yo estamos tan lejanas?, ¿qué no vi?, ¿qué no pregunté?. Sé que este comportamiento mis padres lo esperan de mí, pero, jamás de Lila. Siempre ha sido tan seria, tan paciente tan callada y hoy, ¿desaparece?, ¿en qué fallé como hermana? Lila y yo solíamos leernos la mente, terminar la frase de la otra. Éramos solo nosotras dos contra el mundo y ahora, ella se ha perdido. 

Cuando el avión aterriza, lo primero que hago es marca a su móvil. Escucho dos sonidos de marcado y después su voz: «¡Hola!, estás hablando al móvil de Lila Canarias, si quieres dejar un mensaje déjalo, si no lo quieres dejar, no lo dejes». El sonido de mensaje suena y sé que es mi turno. 

⎯Lils, todos estamos preocupados por ti. Te lo pido, responde el teléfono, dinos que estás bien, es lo único que queremos saber.⎯ Dejo el mensaje y me espero un momento para ver si Lila contesta. No hay respuesta, solo el fin del mensaje y como se corta la llamada. 

Tomo mis cosas, solo mi bolso, ya que Karl se traerá mi maleta, y bajo casi a empujones del avión. Entro al aeropuerto y corro por los pasillos para llegar a migración lo más pronto posible. Cuando salgo por la puerta, veo a mi hermano David, de pie junto a Ana Carolina Santander. Mi padre le ha dicho que venga por mí, ya que es muy temprano y aún no hay taxis disponibles. 

⎯¡Ale! ⎯ Llama mi atención, aunque por su altura y ese cabello rizado se distingue desde lejos. Corro hacia él y siento cómo me abraza. 

⎯¿Qué pasó? ⎯ inquiero preocupada. 

⎯No lo sabemos. Nuestros papás dicen que tenían una cena pendiente con ella y su novio, un tal Antonio de Marruecos. 

⎯¿Quién? ⎯ pregunto. 

⎯Tampoco lo conozco, hemos averiguado poco. Cuando me salí, papá estaba como loco buscando información sobre él. Ni siquiera Ana Caro lo conoce, y eso que su familia se mueve en círculos más grandes que los míos. 

Veo de reojo a la mujer rubia de cabello lacio y tez blanca, sonrío.⎯ ¿Ya es oficial, entonces?, ¿Ana Caro y tú? 

⎯No es el momento, pero, sí. Somos novios oficialmente. 

⎯¡Vaya!, solo tenían que pasar 14 años.⎯ Bromeo. 

⎯Concéntrate, luego hablamos de eso.⎯ Me pide. 

Así, llegamos junto con Ana Caro, David la toma de la mano y los tres comenzamos a caminar hacia el auto. ⎯ Estoy segura de que Lila está bien ⎯ habla Ana Caro ⎯. Es una mujer muy sensata.

⎯Lo sé ⎯ murmuro, aunque ya no estoy tan segura. 

⎯Ale, ¿tienes idea de dónde pudo estar? ⎯ me habla David, mientras me abre la puerta del auto. 

⎯Si lo supiera, créeme, no hubiese volado a Madrid.⎯ Le aseguro. 

***

El viaje hacia la casa fue rápido y en silencio. Yo no paraba de leer los mensajes del grupo familiar. Mi padre estaba desesperado pidiéndole a mi tía que llamara a la guarda civil y ella diciéndole que tenían que pasar 24 horas de su desaparición para que les hicieran caso. 

Davidsito

¿Y de qué sirve tener tantas influencias si no se puede hacer nada ahora? 

Preguntó, y yo hice lo mismo. ¿No se supone que este es el momento donde se verían todas las influencias que tenían mis abuelos?. Si mi abuelo David viviese, seguro que Lila ya hubiese aparecido. 

Tía Julie. 

Tranquilízate David, voy para tu casa. Solo quédate ahí y no hagas nada que pueda en algún punto obstaculizar una investigación. 

⎯Te recomiendo que dejes de leer los mensajes.⎯ Me interrumpe la voz de David ⎯. Mamá entró en un ataque de pánico hace unas horas, no tienes idea lo que fue eso. Sila casi la seda. 

⎯Vale ⎯ le hago caso, y cambio de conversación. Doy clic al nombre de Karl y le envío un mensaje. 

Alegra 

Guapo, ya aterricé en Madrid y voy para mi casa. Cuando puedas me llamas. Espero que todo termine bien con tu familia. Te amo, no lo olvides. Despídeme de tus hermanos y Freud. 

Minutos después, él me contesta. 

Karl

Ya estoy haciendo las maletas. Mañana mismo llego a Madrid. No te preocupes por lo que pasó aquí, yo lo arreglo. Te amo. 

Suspiro profundo. Jamás pensé que me haría tan bien tener a alguien a mi lado en este momento. Hoy comprendo muchas de las cosas que me decían Sabina, Sila y mi madre sobre las relaciones. Incluso mi hermano David lo entiende, Ana Caro está aquí, y al menos puede consolarse con ella. Me hace falta Karl. 

Así, llegamos a la casa. Tan solo el portón de la casa se abre, las gotas de lluvia comienzan a caer y todos debemos correr hacia adentro. Todas las luces están encendidas, las voces se escuchan adentro, por la conversación que empiezo a escuchar, mi tío Manuel está tratando de calmar a mi papá. 

⎯David, respira. Piensa bien en lo que vas a hacer. 

⎯¡Lo dices por qué tu hija no es la que está desaparecida! ⎯ Le reclama. 

⎯Se te olvida que es mi sobrina ⎯ contesta mi Tío Manu, con esa serenidad heredada de mi abuelo Tristán. Es gracioso ver cómo los Canarias se distinguen en las discusiones. Mi padre está reaccionando igual que mi abuelo David, y Manuel como mi abuelo Tristán. 

⎯Lo sé, y lo siento. Pero es que Lila ya lleva tiempo sin contestar. ¿Qué tal si está en peligro?, ¿qué tal si ese cabrón le hizo algo?, ¡Qué no has visto las noticias últimamente! ⎯ habla mi padre, verdaderamente desesperado ⎯. Hay hijas que jamás regresan. 

⎯¡Ya cállate David! ⎯ le pide mi madre, mientras se pone de pie. Puedo ver como su piel se encuentra pálida, y los ojos los tiene rojos e hinchados de tanto llorar ⎯. Si vas a hablar que sea para dar esperanza, no para darme otro ataque de pánico. 

⎯Lo siento, Alma, no es mi intención.⎯ Se disculpa de inmediato. 

Ambos voltean a la entrada y al verme, mi madre se suelta a llorar. Creo que es mal momento para ser gemela idéntica de una mujer desaparecida. 

⎯¡Mi Alegra! ⎯ Mi madre se lanza a mis brazos y yo la abrazo con fuerza ⎯. ¿Estás bien? 

⎯Todo bien. 

⎯Dime que sabes dónde está tu hermana.⎯ Afirma mi padre, y yo niego. 

⎯No, no sé. Si lo supiera les juro que ya les hubiese dicho ⎯ hablo, y me siento responsable. Siento que una de mis misiones de vida, era proteger a Lila. Yo nací primero, llegué cinco minutos antes, debía haber evitado todo esto. 

⎯¿Tú sabes quién es ese tal Antonio? ⎯ me pregunta mi madre, y niego con la cabeza. 

⎯Ni idea. Sabía que mi hermana está saliendo con alguien, pero, jamás profundizamos. No entiendo por qué. 

⎯Porque seguro era alguien que no íbamos a aceptar. Tal vez es alguien peligroso ⎯ interrumpe Sila. Quién ha bajado de las habitaciones junto con Moríns. Supongo que los bebés están dormidos arriba. 

⎯No lo creo. Lila sabía el tipo de novio que deseaba. No creo que sea alguien de peligro. 

⎯Y no lo es.⎯ Se escucha la voz de mi abuela Fátima, quien sale de la habitación empujada por Daniel, mi primo. Es increíble que, a pesar de sus años, mi abuela se sigue viendo fuerte y podría decir, joven. 

⎯¿Cómo lo sabes, mamá? ⎯ pregunta mi padre. 

⎯Los de Marruecos son una familia de honor y tradiciones. No hay una pisca de maldad hacia otras personas. Lo sé de primera mano, ya que íbamos a casar a mi hermana Sarahí con uno de ellos ⎯ habla. 

Mi padre se acerca ⎯. Por eso recordaba su apellido. 

⎯ Así es. Mi familia y la de Marruecos son de las más antiguas. En algún punto, tu abuelo quiso hacer alianzas con ellos y trató de casar a Sarahí con uno de ellos. No se terminaron los tratos porque, bueno, tú sabes cómo era tu tía Sarahí. Una de las características principales de la familia es que la mayoría son mujeres y tienen pocos hijos. Seguro, este Antonio es hijo único y tiene el peso de la responsabilidad de su familia. 

⎯Y, ¿eso qué tiene que ver? ⎯ pregunta Ana Caro. 

⎯Que posiblemente no sabíamos nada de él porque no quería que nadie se enterara del romance que tenía con Lila. Posiblemente, Antonio está comprometido. 

⎯¡Qué! ⎯ expresa mi padre, indignado. 

⎯Y si Lila lo sabía, posiblemente se escapó con él o… 

⎯¿Estás insinuado que la raptó? ⎯ pregunta mi madre, en realidad asustada. 

⎯¿No es algo muy siglo XVIII? ⎯ dice mi hermano. 

Mi abuela se queda en silencio. No afirma, ni niega, y eso es peor que no decir nada.⎯ ¡Me va a escuchar!, ¡Moríns, averíguame donde vive ese Antonio de Marruecos!, ¡me va a escuchar!, ¡va a saber lo que los Canarias pueden hacer! 

⎯¡NO! ⎯ Alza la voz mi abuela, sorprendiéndonos a todos, ya que es muy difícil que ella grite ⎯. No harás eso. 

⎯¿Disculpa? 

⎯Lo haremos por otra vía. 

⎯¿Otra vía?, ¿crees que estos son negocios, mamá? Es mi hija de la que estás hablando, tu nieta. No sabemos dónde está y si está bien, y piensas que otra vía, ¿es lo mejor? 

⎯Así es, porque no sabemos con quién estaba comprometido él. Desgraciadamente, los linajes pesan por generaciones, y hay unas familias que jamás los sueltan. Tú eres parte de uno, Ana Carolina es parte de otro, ¿a caso no se dice que, el que los Santander sean la mayoría mujeres, es parte de una maldición a su apellido? ⎯ pregunta ⎯. Si este joven se escapó con Lila o mantuvo todo en secreto, es porque la familia con la que iba a emparentar es pesada o peligrosa. No podemos actuar con el corazón caliente. Nos puede perjudicar, puede haber deshonra. 

⎯Es tal idiota que haya todavía ese tipo de pensamientos en este siglo ⎯ murmura, Moríns. 

⎯Lo es. Es muy idiota, y, sin embargo, tus hijos pertenecen a una de las familias más importantes de España ⎯ responde. 

Mi padre respira.⎯ ¿Qué sugieres que hagamos? 

⎯Esperar. 

⎯¿Esperar?, ¿quieres que me siente a esperar en la sala, mientras mi hija está desaparecida? ⎯ pregunta, en tono burlón. 

⎯No me respondas así, David. Puede que tengas cincuenta años, pero, sigo siendo tu madre. Esperaremos. Aun así, Julie nos dijo que tenemos que esperar 24 horas para que la guardia civil nos haga caso, ¿no? Además, si vas con los De Marruecos, ¿qué les dirás?, que te regresen a tu hija, tal vez ellos tampoco sepan nada al respecto. Si te importa Lila, quédate. 

Mi padre respira hondo. Voltea a ver a mi madre y ella, encoge los hombros ⎯. Tu madre siempre ha sido sensata y clara. Seguro es lo mejor. 

⎯Lo mejor, lo mejor… ⎯ murmura, para luego darse la vuelta y ver hacia el jardín. 

Yo me quedo de pie, al lado de Moríns y mi hermana. Estoy tan sumida en mis pensamientos que no me he percatado que Robert, Julie y Jon y Jo han llegado a la casa. Todos estamos sumidos en la incertidumbre, contando las horas para que podamos reportar a Lila o esperando una señal de su parte. 

Han pasado ya cuatro horas, y el cielo empieza a clarear, pero, no deja de llover. Lila no llama, y yo, simplemente tengo ganas de salir corriendo y gritar su nombre por todas partes. En el taller, mi tía Julie encontró algunos vestidos tirados en el suelo, y papeles, por lo que la versión de que el tal Antonio se la llevo a la fuerza, ronda nuestras cabezas. Hasta ahora, ningún miembro de la familia ha sido secuestrado, bueno, a excepción del intento de secuestro de mi abuelo, hace años y de cuando se llevaron a mi padre unas horas junto con la niñera. 

Una de las reglas de oro de esta familia es mantener el perfil bajo, y, aunque no siempre lo logramos, siempre lo recordamos. Fue una regla que nuestro abuelo, Tristán, nos puso sin querer y que hemos cumplido hasta ahora. 

⎯¿Quién es ese en la puerta? ⎯ Se escucha la voz de Jo. 

Todos levantamos la mirada hacia la pantalla y vemos una silueta afuera del portón de la casa de mi tío Manuel. Toca con fuerza, mientras grita algo. Mi padre enciende el sonido, y el nombre de mi hermana se escucha con fuerza. 

⎯¡Lila!, ¡te lo pido!, ¡ábreme por favor! 

⎯¡Es él! ⎯ Exclama Daniel. 

⎯¡Cómo se atreve a venir a esta casa! ¡Ahora si me va a escuchar! ⎯ habla mi padre con furia, pero la mano de mi tío Manuel lo toma del brazo ⎯¡Suéltame! 

⎯Eres la persona menos indicada para ir. Iré yo. 

⎯Yo iré ⎯ responde mi abuela ⎯. Llévame, yerno. 

⎯Pero mamá, está lloviendo y no… ⎯ Trata de disuadirla mi tía Ainhoa, pero, como siempre, mi abuela no hace caso. 

Manuel toma la silla de ruedas de mi abuela y comienza a empujarla para salir de la casa. Mi padre trata de seguirlos, pero mi madre le toma de la mano.⎯ Hazle caso, por el amor de Dios ⎯ le ruega. 

⎯Es que, no me puedo quedar así, cruzado de brazos, Alma. 

⎯Lo sé, no obstante, tu madre jamás se ha equivocado. Además, si él vino a buscar a Lila acá, es porque no está con él. 

Mi madre me abraza, y yo siento todo el peso de la responsabilidad en mí. Un pensamiento horrible me pasa por la cabeza, «si yo no me hubiese enamorado de Karl, tal vez ahora no estaríamos en esta situación», y trato de no convencerme de que hice mal en caer por esos ojos azules como el mar. 

Nos acercamos a la cámara, cuando mi abuela sale, junto con mi tío Manuel. Ella lleva una gran sombrilla y no la podemos ver, pero sí, a mi tío. En cuánto el portón se abre, el hombre, Antonio, da unos pasos hacia delante. 

⎯Lila, necesito hablar con ella.⎯ Pide.

⎯¿Qué es lo que le quieres decir? ⎯ pregunta mi abuela. 

⎯Necesito explicarle algo, es de suma importancia. Se lo pido, déjeme verla.⎯ Antonio de Marruecos no habla, ruega, y es lastimoso verle así. 

⎯¿Cuándo es la boda? ⎯ pregunta mi abuela, sorprendiendo al hombre. 

⎯¿Cómo sabe…? 

⎯¿Cuándo es la boda? ⎯ insiste. 

⎯No lo sé, yo… 

⎯Antonio, ¿cierto? ⎯ habla mi abuela, y él asiente ⎯. Sé que no le dijiste nada a Lila para protegerla, pero, se nota que no tenías ni idea de la familia que la protegía a ella. Le hubieses dicho la verdad, ella, sabría qué hacer. 

⎯Es que usted no tiene idea, son los Karagiannis. Ellos son vengativos y crueles y… 

⎯¿Y de qué te sirvió?, si al final quien terminó lastimándola fuiste tú. En tu afán de protegerla, la heriste, y ahora ella se fue. 

⎯¿Qué? ⎯ inquiere Antonio ⎯, ¿cómo que se fue? 

⎯No sabemos dónde está. Toda esta familia se está preguntando lo mismo que tú. 

⎯No, no puede ser, ¿cómo que se fue?, ¿a dónde? 

⎯¿Qué hiciste para que ella reaccionara así? 

⎯Yo no hice nada, se lo juro ⎯ admite, y de verdad le creo. 

⎯¿Le ibas a pedir a Lila que se escapara contigo, cierto? ⎯  pregunta mi abuela una vez más y él está vez, admite⎯. Y, ¿así planeabas hacer las cosas?, ¿mostrarle respeto?, ¿entrar a esta familia? 

⎯Traté de hacerlo por las buenas, y no pude… 

⎯¿Entonces lo harás por las malas?. Te llevarás a Lila lejos de su familia y la obligarás a tomar decisiones que posiblemente la dañen, ¿eso es lo que pretendes hacer?

⎯No señora, pretendo amarla. 

⎯¿Sin libertad? ⎯ Y al decir esto, Antonio desvía la mirada ⎯. ¿Qué iba a pasar si Lila te decía que no?, ¿eh?, ¿qué ibas a hacer? 

⎯Señora… Usted no entiende. 

⎯Entiendo más de lo que tú crees. Si Lila se fue porque algo grave pasó. Las personas que la conocemos, sabemos que no actúa así, y ahora, la desconocemos y es por tu culpa. 

⎯Señora…⎯ Interrumpe, Antonio ⎯. Está hablando de más. 

⎯Dime, respóndeme una pregunta, ¿qué hubieses hecho si Lila se negaba a irse contigo?, ¿cómo la ibas a convencer?, ¿le ibas a decir la verdad esperando que ella aceptara todo?. ¿Dónde está tu honor?, ¿dónde está su lugar?, ¿a caso tu familia lo iba a aceptar así?

⎯No ⎯ murmura, Antonio. 

⎯Dime, entonces, ¿qué ibas a hacer si Lila te decía que no? 

⎯¡TENÍA LA LIBERTAD! ⎯ grita desesperado. 

⎯¡Ey!, tranquilo, no le grites a la señora Canarias.⎯ Defiende mi tío Manuel. 

⎯La tenía y me la arrebataron, ¿entiende?. Yo iba por las buenas por ella y ahora, ¡se fue!, ¡me traicionó! 

⎯¡Cómo te pudo haber traicionado! 

⎯¡Por qué se fue y me dejó solo! ⎯ grita Antonio ⎯. Se supone que debía quedarse conmigo, se supone que me amaba. No sé qué pasó, pero, supongo que el amor que me tenía no era suficiente. 

⎯¡Para qué! ⎯ habla firme mi abuela ⎯. Estás omitiendo información, Antonio de Marruecos. ¿A caso Lila sabía lo de tu compromiso? 

⎯No. 

⎯¿A caso tú se lo mencionaste? 

⎯No. 

⎯¿Entonces como te traicionó?, si tú la traicionaste desde el día uno. Te voy a pedir de la manera más amable, que te vayas de aquí. 

⎯No sin hablar con Lila. 

⎯Y, ¿decirle qué?, no has respondido mi pregunta, ¿qué le vas a decir?

Antonio se queda en silencio y dice algo que apenas se puede escuchar.⎯ Que fui feliz con ella y que lo siento mucho. No fue mi intención herirla, no… ⎯ se le corta la voz. 

La lluvia que caen sin cesar, le da el toque dramático al momento. Antonio de Marruecos está empapado por completo. Podemos ver su aliento caliente saliendo como vapor. Se ve rendido, destrozado, en verdad arrepentido. 

⎯Ella era mi destino ⎯ le dice a mi abuela. 

⎯Entonces, déjaselo al destino. Si tiene que ser será y si no, pues… ⎯ Antonio asiente, y sin decir más, se voltea y se va. 

Todos nos quedamos en silencio, tan confundidos y a la vez, tristes. Al o tener información al respecto, no sabemos qué pensar. ¿Antonio es bueno?, ¿es malo?, ¿qué fue lo que le hizo a Lila para que ella tomará la decisión que tomó? 

La frase “Era mi destino” se quedó grabada en mi mente, porque mi abuela Ximena siempre decía que el destino no siempre era bueno, a veces era malo. Decía que este no siempre jugaba limpio y nos daba algo para distraernos. A veces nos entreteníamos tanto con eso, que cambiábamos de rumbo y terminábamos en otro sitio.

Mi abuela Fátima regresa, y todos vamos hacia ella.⎯ Antonio de Marruecos será una constante en nuestra vida. Ahora todo depende de lo que tenga que decirnos Lila. 

⎯Si es que la encontramos ⎯ murmura mi hermano. 

Rendidos, todos volvemos a nuestros lugares. Es un hecho de que esperaremos las veinticuatro horas antes de reportarla a las autoridades. Sin embargo, unas horas después, una llamada entra al móvil de mi padre, dándonos esperanza. Lila, estaba sana y salva en México, y nosotros volaríamos hacia allá. 

4 Responses

  1. Yo tengo una duda, se iba a realizar una historia con David y Bianca Mancini no? Ya queda descartada? Por que aquí mencionas que esta con Ana Caro o estoy confundiendo nombres? Segun yo la historia se llamaría “amándote en mis sueños” ft con Sole, ya quedó descartada? O aún hay esperanzas de que salga?

    1. Hola.
      Ya no habrá historia con Bianca Mancini. Sole y yo llegamos a la conclusión de que no será posible, debido a que ella está publicando la saga en físico y no tendría sentido.

  2. Qué fuerte!! 🩶
    Fátima, matriarca de la familia supo manejar la situación con mucha cautela y sabiduría para sacarle la información a Antonio.
    Por otro lado pude dibujar en mi mente todo el escenario de su conversación y realmente fue doloroso. Espero que Lila aparezca pronto

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