Karl

Desde que estoy con Alegra, mi vida ha tenido más aventuras. Unas que nunca pensé que viviría, pero que ahora estoy agradecido de tenerlas. Con ella, he aprendido millones de cosas, desde aprender a bailar reggaetón, un poco de fotografía, hasta cosas de ella que no tenía ni idea. 

Todo el tiempo es una aventura: esporádica y ocurrente. Y yo, la sigo a donde va porque es mi compañera, mi pareja y que ella también me seguiría la corriente en cualquier situación que lo necesitara. 

Sin embargo, mientras espero en el auto a que ella salga de la casa de sus padres, no entiendo por qué me pidió que insistiera en ir a la boda de Cassandra Karagiannis, mi exnovia, y cuál es el plan de venganza que armó ella sola toda la semana. 

¿Cómo es que conseguí que Cassandra me invitara?, no lo sé. Simplemente, le llamé y comenzamos a platicar. De pronto, ya estaba invitado, con mi pareja, ya que se enteró por mi hermana que tengo novia, y con un lugar asegurado en el banquete. 

Cuando le mencioné a Alegra lo último, me dijo que no había problema, que podía llevar a alguna conocida o amiga, porque ella no podía ser mi pareja esta vez. No supe a quién llevar, pero hubo una candidata que se ofreció sin problemas y ahora, juntos esperamos a Alegra en el auto. 

⎯¿Por qué se tarda tanto? ⎯ Escucho su voz ⎯. Tardé menos yo y eso que me maquillé más. 

⎯No tengo idea, Jo, solo ten paciencia. 

Para esta ocasión, Jo, se transformó de una forma espectacular para poder hacerse pasar por mi novia. No parece una chica que acaba de dejar la adolescencia, sino que parece una mujer muy atractiva.

Su cabello rubio, normalmente suelto y ondulado, está ahora recogido en un elegante moño bajo, que añadía altura a su figura. El maquillaje, aplicado con precisión, realza sus rasgos de manera sutil pero efectiva, resaltando sus ojos azules brillantes y enfatizando su mirada. Sus labios llevan un tono discreto, pero sofisticado que enmarcan su sonrisa con un toque de sensualidad.

El vestuario de Jo está cuidadosamente seleccionado para dar la impresión de una mujer segura y poderosa. Lleva un vestido negro elegante y ceñido que realza sus curvas, pero sin exagerar. Un par de tacones altos añaden centímetros a su estatura y le dan una presencia imponente.

Un collar de perlas finas rodea su cuello, un toque de elegancia clásica que enfatiza su distinción. Jo, ahora transformada, esta lista para asumir su papel de mi novia, en actuación que estamos por presentar. 

Jo se ve por el espejo retrovisor y luego sonríe.

⎯Me encanta verme mayor. 

⎯Te ves bien ⎯respondo. 

Jo se hace hacia delante y pasa su cuerpo entre los asientos de mi auto.

⎯Si no anduvieras con Alegra, ¿anduvieras conmigo? 

Volteo a verla. Nuestros rostros quedan un poco cerca.

⎯No, no eres mi tipo. 

⎯¿Cómo? ⎯pregunta sorprendida. 

⎯No eres mi tipo. Me gustan menos… delgadas. 

⎯¿Me estás diciendo plana? 

⎯Te estoy contestando con sinceridad. Me gustan caderonas, de piernas firmes, busto grande… como aquella rubia que va saliendo. 

En ese momento, desde la entrada de la residencia Canarias, emerge una figura rubia con cabello largo y flequillo, luciendo unos ajustados vaqueros que realzan sus piernas y un ceñido top de licra negro que se abraza delicadamente a su cintura. Completando el conjunto, una elegante chaqueta de cuero negro añade un toque de distinción. Si no fuera por la maleta que lleva consigo, repleta de cámaras, sería difícil reconocerla como Alegra.

⎯¡Guau! ⎯expresa Jo, al ver a su prima.

⎯Me quitaste las palabras de la boca ⎯ contesto. 

Alegra viene hacia nosotros. Caminando de esa manera tan sensual que me vuelve loco. Si no fuese porque Jo está aquí, ya la hubiese llevado a la parte de atrás del auto y le hubiese hecho el amor. Solo Alegra puede excitarme más de lo que ya me excita. 

⎯Hola, ¿cómo están? ⎯ habla imitando un acento inglés ⎯ ¿Les gusta mi disfraz? 

⎯Me encanta… 

⎯¿Quién se supone que eres? ⎯ Mata Jo el momento. 

⎯Pues, Jane Doe, la nueva fotógrafa de Cassandra Karagiannis. 

⎯¡Qué!

⎯Así es.⎯ Alegra entra al auto y se sienta a mi lado. Noto que también se ha puesto lentillas de color azul, que hacen que sus ojos y los míos tengan el mismo tono.

⎯Cassandra podrá tener mucho poder, pero, yo tengo los contactos. Así que llamé a unos amigos y me enteré quién era la fotógrafa principal de su boda. Resulta que es Cara Guarneri, una de las mejores fotógrafas de Nueva York, que resulta ser mi amiga. 

⎯¿Cómo? 

⎯Sí, y para mala suerte de Cassandra, aprecia mucho a mi hermana Lila. Así que le comenté lo que había hecho y decidió renunciar a último minuto. Unas horas después, contactaba a Jane Doe. 

⎯¿Contactaba?, ¿cómo hiciste eso? 

⎯Jon ⎯ habla Jo ⎯. Seguro hizo algo, ¿cierto? 

⎯Así es. No diré nada, porque es secreto. 

⎯Pero, ¿si puedes decirme qué harás? 

⎯Claro que sí, Karl ⎯ me responde, con esa voz sensual que ahora hace ⎯. A ver, dime, ¿qué es lo que toda mujer desea después de su boda? 

⎯Sexo ⎯ responde Jo. 

⎯¿La luna de miel? ⎯ digo. 

⎯Bueno, y después de esas dos. 

⎯No sé. 

⎯Sexo ⎯ repite Jo. 

Alegra voltea a verla. 

⎯¿Algo que compartir con el grupo, Josephine? 

⎯No nada. Tú preguntas, yo respondo. 

⎯¿Qué es lo que desea? 

⎯Ver las fotos de su boda, recordar el momento y sobre todo, ponerlas en redes sociales para resumir. Así que, yo iré, tomaré sus fotos, luego le haré unas ediciones a cada una de ellas. Paso siguiente, llamaré a mi contacto en el periódico de sociales más importante de Madrid, haré un reportaje y subiré las fotos alteradas. En pocas palabras, haré que sea el hazmerreír de toda España.

⎯Vale, y, ¿cómo es que ellos no se enterarán de que fuiste tú o pensarán que fue Lila? 

⎯¿Cómo van a relacionar a Lila con esto?, Además, dime, ¿me parezco a Lila? 

⎯No. 

⎯Los Karagiannis tiene peores enemigos que Lila, así que estoy segura de que funcionará. Buscarán a una mujer rubia, llamada Jane Doe… ¿Quién le creerá a Cassandra Karagiannis? 

Sonrío. 

⎯Espero que funcione.

⎯Funcionará ⎯ habla segura. 

Me quedo en silencio por un instante, viendo a la hermosa rubia que hay frente a mí.

⎯¿Qué? 

⎯¿De dónde sacaste una peluca así? 

Alegra sonríe. 

⎯Mi mamá tiene varias.

⎯¿Tu mamá? ⎯ pregunto, en verdad, sorprendido. 

⎯Sí. Mi mamá.

Mi mirada lo dice todo, ya que Alegra sonríe con picardía. 

⎯Pregunta. 

⎯Gracias, ¿por qué tu madre tiene pelucas? ⎯ pregunto, con toda la curiosidad del mundo y con una mente que no deja de darme teorías. 

⎯Roll Play… 

⎯¿Con tu papá? 

Ella asiente. 

⎯Las ventajas de casarte con un picaflor son demasiadas… ⎯ Y, guiñe un ojo. 

Me aclaro la garganta después de dicha información. Discretamente, me acerco a su oído, y tratando de que Jo no me escuche, le digo:

⎯¿Crees que puedas quedarte con la peluca rubia?, creo que tengo unas ideas. 

⎯Pero primero hacemos las mías…⎯ murmura, y me da un ligero beso sobre los labios.  

Jo se aclara la garganta. 

⎯¿Podríamos irnos?, esto se vuelve incómodo. 

⎯Te aviso que la candidata a venir era Sila, pero tú insististe por alguna razón.⎯ La regaña Alegra.

⎯Solo arranquen… 

Así, arranco el auto, y sin preguntar más, los tres nos dirigimos hacia la boda de Cassandra Karagiannis, que tomará lugar en la Finca Paraíso, a una hora de Madrid. Este lugar es especial porque tiene hermosos jardines que, a combinación con los viñedos, hacen de cualquier evento algo especial. Además del exterior, cuenta con un salón magnífico, grande y elegante y con habitaciones especiales para los invitados.  

Los Santander lo compraron hace unos años y lo salvaron de la ruina. Ahora hay lista de espera para poder hacer algún evento ahí y cobran como si fuera el mejor lugar del universo.

Después de manejar un buen rato, Alegra me pide que me detenga y la baje a dos cuadras del evento. 

⎯¿Por qué? 

⎯Porque se supone que soy la fotógrafa y debo llegar sola. Además, Laura, mi asistente, me está esperando en un auto y entraremos juntas. Ve con Jo, diviérte.⎯ Me indica. Después ve a Jo por la ventana⎯. No quiero que te alejes y te pierdas, Jo. 

⎯Relájate, todo estará bien. 

⎯Yo la cuido. 

⎯Pfff ⎯me hace Jo, para luego sonreír. 

Alegra, me da un beso sobre los labios y me sonríe. 

⎯Diviértete. 

⎯Lo haré, fantaseando con la fotógrafa rubia ⎯bromeo. 

Alegra se ríe, después cierra la puerta y camina hacia una vereda para luego desaparecer. Yo le pido a Jo que se pase el asiento de adelante, antes de entrar. Cuando ella se acomoda, ambos suspiramos al mismo tiempo. 

⎯¿Te puedo preguntar por qué decidiste venir a la boda conmigo? 

Ella sonríe. 

⎯Me caes bien, eres guapo y eres mayor que yo, siempre quise salir con alguien mayor. Quiero saber si es lo mío. 

Sonrío. 

⎯¿Por qué quieres crecer tan rápido? 

⎯No eres mi padre, Karl, solo divirtámonos. 

Así, enciendo el auto y a minutos después vamos entrando por la elegante reja que lleva a la entrada de la finca de los Santander. 

En cuánto llegamos, el Valet Parking nos atiende y momentos después me encuentro tomando a Jo de la mano para caminar hacia los viñedos donde será la boda. 

⎯Entonces, eres mi novia, tienes veintiséis años y… 

⎯Relax, Karl, nadie va a preguntar nada. Incluso estoy segura de que pasaremos desapercibidos. 

⎯Eso espero. 

Comenzamos a caminar entre la gente. Fácilmente, hay unos quinientos invitados aquí, la mayoría empresarios. Sin embargo, es fácil distinguir a las Karagiannis, porque todas son rubias, platinadas, aún más que Jo, y son delgadas y de nariz un tanto alargada. 

⎯¿Vamos por una copa?⎯ me pregunta Jo. 

⎯¿Puedes tomar? ⎯inquiero, con sorpresa. 

⎯¿Claro que sí?, ¿cuántos años crees que tengo? 

⎯¿Diecisiete? 

⎯¡Ay Karl! ⎯contesta, para luego perderse entre los invitados e ir a buscar una copa. 

Me quedo de pie. Al parecer, en la ceremonia todos tenemos que quedarnos así. Solo que debemos acomodarnos del lado del novio o de la novia. Yo me quedo a lo lejos, no tomo partido por nada y estoy listo por si en algún momento debemos escapar: conozco a mi mujer. 

Jo regresa con dos copas y me da una. Momentos después, la música comienza y los invitados se acomodan en sus lugares para que la ceremonia empiece. Vemos a Jane Doe, tomando las fotografías del novio, esperando por Cassandra. Puedo ver la cara de sufrimiento del pobre Sayas en el altar y me alegra no ser yo. 

Momentos después, las damas de la novia caminan por el corredor hacia el altar, van todas, menos Théa Karagiannis, que yace casi hacia adelante tomada del brazo de Antonio de Marruecos. Al parecer, no fue requerida a formar parte del cortejo nupcial. 

⎯Ese es el hombre que le rompió el corazón a Lila ⎯habla Jo. 

⎯Si te soy honesto, no se veía como un hombre que pudiese hacer eso. 

⎯Pues ya ves, si pudo.

⎯Aún así, no lo creo ⎯ murmuro. 

La novia entra, todos se sorprenden por el vestido que trae puesto. Al parecer, logró encontrar uno nuevo para antes de la ceremonia. También parece que Cassandra se puso bótox en los labios, supongo que Alegra le sacará ventaja a eso. 

La ceremonia pasa sin una pizca de conmoción. Todos los invitados parecen haber venido condicionados y parecen secuestrados por Karagiannis, así que todos aplauden robóticamente cuando esta termina y es hora de ir a la fiesta; el alcohol calmará la ansiedad. 

⎯Ven vamos, veamos dónde está nuestra mesa ⎯me invita Jo. 

Ella, en su papel, me toma de la mano y me jala para empezar a caminar entre la gente. Con trabajos nos abrimos lugar, y cuando llegamos al salón, casi todos los invitados han llegado ahí para comenzar a beber como locos. Supongo que todos quieren que esto termine rápido para irse a sus casas.

⎯Es una boda grande, pero bastante… tensa. 

⎯Lo es. ⎯Le doy la razón a Jo, mientras mi vista busca a Jane Doe, quien ha desaparecido. Supongo que solo debo dejarla hacer su trabajo. Así que volteo hacia Jo y ella me sonríe. Supongo que la boda no será tan mala si hago amistad con ella. 

Así, la fiesta comenzó. Después de que llegaron los novios, pude ver a Jane Doe entrar al salón y dar instrucciones a Laura con firmeza. Alegra, segura de su trabajo, tomaba fotografías de todos los que estaban ahí: la familia, los invitados y los amigos de Cassandra.

Veo a Antonio de Marruecos y a Théa, sentados en la mesa familiar, sin levantarse ni por un segundo a saludar. Ambos se ven tensos, pero entre ellos, se notan cariñosos y se hablan al oído. 

«Entonces si es verdad que él engañó descaradamente a Lila», pienso.

No lo analizo mucho, porque Jo y yo comenzamos a hablar. Compruebo lo que todos dicen: es una joven muy madura para su edad. Puede platicar de todo un poco y hacer que la conversación no se vuelva aburrida. Sin embargo, para muchos jóvenes de su edad debe sonar algo pedante y presumida por los temas que desarrolla, y ahora comprendo por qué busca alguien mayor que ella. 

⎯Además es algo de la familia ⎯responde, tomando un poco de vino. 

⎯Claro… 

⎯De verdad… si no me crees, está en las actas de nacimiento ⎯. Bromea. 

⎯Sonrían.⎯ Escuchamos la voz de Alegra, y ella nos toma una foto. 

⎯¿Cómo va todo? 

⎯Va bien. Ya casi es mi hora de salida. Pronto volveré a ser yo y me quitaré esta peluca de mierda. No entiendo como mi madre puede hacer cosas con esto. 

⎯¿En serio te la quitarás, Jane?, ¿qué pasó con lo que te pedí? 

⎯Me la pondré… porque no durará ni cinco minutos ⎯ habla Alegra. 

⎯Te apuesto que durará los cuarenta y cinco.⎯ Me insinúo. 

⎯Los dejo solos un momento ⎯ habla Jo ⎯, creo que vi a una de las Santander por allá. 

Ella se pone de pie, y en segundos desaparece. Yo, también me levanto, y voy hacia Jane Doe.⎯¿Qué dices?

⎯¿Qué? 

⎯¿Lo comprobamos? ⎯ Sugiero. 

⎯¿De qué hablas, Karl? 

⎯Que la peluca dura los 45 minutos.

Alegra se muerde el labio. 

⎯¿Aquí? 

⎯Sí. 

⎯¿En la recámara nupcial? 

⎯No tanto, pero, sé que hay bonitos y amplios baños aquí, ¿qué te perece si comprobamos qué tan amplios? 

Ella ve su reloj de pulsera y luego hacia los novios. 

⎯En cinco minutos, en el baño, cerca de la caballeriza. Si no llegas en ese tiempo, se terminó la oportunidad. 

⎯Estaré ahí… Jane ⎯ murmuro pícaro.

Alegra se aleja de mí, se pierde entre la gente y yo, ya no me vuelvo a sentar en la mesa, prefiero ir hacia el bar, para caminar un poco y estar listo para cuando tenga que reunirme con Alegra. 

Volteo a mi alrededor, veo a la mayoría de los invitados ebrios y llenos de júbilo. Las hermanas de Cassandra se han parado a bailar y su padre, se encuentra saludando a cada una de las mesas donde están sus socios. 

Miro la hora, y me percato que es momento de ir al lugar de la cita. Antes de salir voy con Jo, para avisarle que en unos minutos vengo y que no se aleje mucho de donde está. 

⎯Sí, papá ⎯ murmura. 

Así, salgo del salón y en la oscuridad de la noche, camino hacia el lugar que acordamos. Sin embargo, al llegar, veo qué hay más de una caballeriza y también más de un baño. 

⎯¿Y cómo sabré donde está Jane? ⎯ murmuro. 

En eso, escucho un ruido en uno de los tantos baños y sonrío. Camino en puntillas hacia allá, para tomarla por sorpresa y al abrir la puerta en un movimiento, me quedo paralizado ante lo que estoy viendo. 

⎯¡Qué demonios! ⎯ expreso, enojado, para luego en estirar la mano y quitar con fuerza a un hombre, cuyos pantalones y ropa interior están abajo. 

⎯¡Théa! ⎯ le digo, bastante asustado. 

El hombre me golpea en el rostro con el puño, y como un cobarde sale corriendo de ahí. Yo caigo sobre el suelo, desorientado, pero me recupero lo suficientemente rápido para poder ir hacia Théa, que yace golpeada en el suelo, con el vestido rasgado e inconciente. 

⎯¡Théa!, ¡Théa! ⎯ trato de despertarla. Le tomo los signos vitales para ver si está viva, y noto que solo está desmayada. 

La tomo entre mis brazos, y salgo del baño con ella. Momentos después me encuentro a Antonio de Marruecos, que al notar a su esposa, viene hacia mí. 

⎯¡Théa! ⎯ grita, y con cariño la toma entre sus brazos⎯¿Qué le pasó? 

⎯No lo sé. La enontré aquí, un hombre estaba con ella. Al parecer quería aprovecharse de ella o lo hizo. 

⎯¡NO ⎯ expresa, asustado, Antonio ⎯¡Théa!, ¡THÉA! ⎯Mientras llama su nombre, trata de despertarla ⎯. No responde, tenemos que llevarla a un hospital. 

⎯No, el hospital está lejos, yo la reviso. Solo vamos a una habitación. 

⎯Sí, sígueme ⎯ me pide Antonio.

Comenzamos a caminar y momentos después, me encuentro a Alegra saliendo del baño correcto. Al ver a Théa, se asusta. 

⎯¡Qué sucede! ⎯ habla, con su voz normal y perdiendo el papel de Jane Doe. 

⎯Luego te cuento. Ve con Jo y no la pierdas de vista. Te lo pido. 

⎯Pero, ¿a dónde vas? 

⎯¡Solo ve con Jo y cuando estén juntas me avisas! ⎯Le ordeno. Para después seguir a Antonio hacia la habitación. 

***

Théa yace dormía en un profundo sueño. Su respiración es tranquila, pero en su rostro se refleja el dolor. Lo tiene lleno de rasguños y morados y por lo que vi en sus dedos, ella también rasguñó y pegó. 

⎯Al parecer la drogaron ⎯ le dijo a Antonio, que no se despega de su lado. 

⎯¿Cómo? 

⎯No sé, debió ser algo que respira, porque fue algo bastante fuerte. Sin embargo, peleó bastante, tiene marcas en sus manos. 

⎯No debí dejarla sola, ese hombre desde que llegamos la acechó.

⎯Antonio, sonará mal, pero, si sospechas que abusaron de ella o lo hicieron, tienen que ir a la policía, antes que al hospital. 

⎯¡Dios! ⎯ murmura, para luego besar su mano. 

Ambos nos quedamos en silencio. Luego él levanta el rostro y me sonríe levemente. 

⎯Gracias de nuevo, Karl. 

⎯No hay de qué, es mi trabajo⎯ contesto. 

⎯Te pido que como siempre seas discreto, ¿sí?, no quiero que se entere todo el mundo y menos los Karagiannis. 

⎯Seré una tumba. Ya sabes que soy bueno manteniendo secretos. Por cierto, hablando de secretos, ¿cómo está tu papá? 

⎯¿Disculpa? ⎯ inquiere, bastante extrañado. 

⎯Sí, cómo está tu papá. Hace tiempo que no sé de él. 

Antonio suelta la mano de Théa y bastante molesto me dice: 

⎯¿Es broma, verdad? 

⎯¿Qué? 

⎯Lo que me estás diciendo. 

⎯¿Por qué sería broma?, tu padre es mi paciente y solo pregunto por su salud. 

⎯Debe ser broma Karl. Hace tres días leí el acta del hospital donde se atendía y ahí dice que le diagnosticaste un infarto de miocardio extenso. 

⎯¿Qué? ⎯ pregunto, y ahora soy yo quien ríe. 

⎯Mi padre murió, Karl ⎯ Me anuncia y la sonrisa se borra de mis labios. 

⎯¿Cómo? 

⎯Sí, de un infarto de miocardio extenso, ¿cómo es que no lo sabes? 

⎯Porque yo no diagnostiqué nada, Antonio. Nada. No sabía que tu padre había muerto. Lo siento mucho. 

⎯¿Cómo?⎯ pregunta, pero en eso Théa abre los ojos, y al verlo se suelta a llorar.  

⎯Lo siento de verdad, me tengo que ir ⎯ hablo, para luego salir de ahí y dejarlos solos. 

Camino para salir del área de habitaciones y me encuentro a Jo y a Alegra en el recibidor. 

⎯¿Qué fue lo que pasó? ⎯ pregunta, Alegra. 

⎯Luego te explico. Ahora vayámonos de aquí, este lugar no me da buena espina ⎯ les pido, y sin más nos vamos de ahí. 

***

Días después, las fotos de Cassandra Karagiannis salieron en la plana de sociales, completamente alteradas y poniendo en ridículo a la nueva novia. 

Fue el hazmerreír de todo Madrid, sobre todo porque salió en la televisión y fue meme en el internet. El rostro de Cassandra, alterado y en diferentes gestos, recorrió toda la web e incluso se hicieron stickers de ella. 

Juro que escuchamos a Cassandra, gritar de coraje desde dondequiera que estuviera. Jane Doe, había vengado a su hermana. 

6 Responses

  1. Ayyy mi Dios osea al viejito lo mataron😲😲, que pena lo que le pasó a Thea, siendo una inocente en todo.

  2. Que bien x alegra. Eso es defender a tu hermana y hacer justicia. Y a la vez sin saber vengarte un poco a thea por como las hermanas las tratan siempee

  3. Jajajajaja pobre Cassandra, pero merecido lo tenía. 👏🏼
    Qué desgracia lo que le ocurrió a Thea… 🥺 💔Espero que el culpable pague con creces el daño que le hizo. 😠
    Por otro lado, que pasó realmente con el papá de Antonio??? 🫢

  4. Esa mirada que el papá le dio a Antonio antes de morir queriendo decirle algo, me hizo suponer que su muerte no fue natural.
    Creo, creo, que la hermana Nadja está involucrada o Antonia manejada por las Karagiannis obviamente.

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