Alegra 

Despierto lentamente al sentir los primeros rayos del sol acariciando mi rostro. Abro los ojos y, al instante, me encuentro con mi fotografía favorita: el cuerpo de Karl a mi lado, profundamente dormido y mostrándome ese torso desnudo que lo hace parecer aún más atractivo. 

Me levanto un poco, y me acerco a él con suavidad, cuidando de no despertarlo, ya que aún es temprano y necesita descansar después de tantos días en el hospital. Deslizo una mano por debajo de la sábana, buscando su parte íntima y acariciándola provocativamente. 

Karl, al sentir mi contacto, comienza a despertar poco a poco, y una sonrisa se esboza en sus labios. Él abre los ojos y me mira con ese destello azul que me da vida cada vez que se dirige a mí. Puedo notar esa chispa traviesa en su mirada que me indica que lo que estoy haciendo le gusta. 

⏤  Buenos días, hermosa ⏤  me susurra con esa voz tan bonita que tiene. 

⏤  Buenos días, director del área de cardiología del hospital David Canarias ⏤  contesto. 

⏤  Se escucha bonito cuando lo dices tú. 

⏤  ¡Ah, sí! ⏤  expreso entre sonrisas. 

⏤  Pero ahora no puedo concentrarme, por ciertas cosas que estás haciendo debajo de la sábana ⏤  me comenta. 

Continuó moviendo mi mano, sintiendo la excitación de Karl, y cuando veo que está listo, me detengo ⏤. Bueno, solo quería despertarte, ¿quieres café? ⏤  le digo. 

Me volteo para salir de la cama, cuando siento las manos de Karl sobre mi cintura, jalándome hacia él. 

⏤ ¿Por qué eres así de cruel?, ¿qué te he hecho? ⏤  me murmura al oído ⏤. ¿A caso es una venganza? 

⏤  No, pero ya es tarde y tenemos planes. 

⏤  Tú eres parte de mis planes de hoy ⏤  contesta ⏤. ¿Qué te parece si te pones arriba? 

Esbozo una sonrisa, para después, voltearme, y subirme sobre él. La sábana cae rebelando mi cuerpo desnudo, consecuencia de la travesura que hicimos hace unas horas, cuando regresamos del parque. 

⏤ Ahora sí, buenos días ⏤  expresa Karl, posicionando sus manos sobre mi abdomen y acomodándome para que entre en mí. 

Al sentirlo dentro, expreso todo el placer que siento en un gemido tímido, y en automático comienzo a moverme, para estimularlo más. Karl cierra los ojos, se aferra a mi cintura, mientras mis manos posicionadas sobre su pecho me sirven de apoyo para seguir jugando con él. 

En minutos, la habitación se inunda de gemidos, que cada vez se hacen más fuertes a medida que la excitación va subiendo. Cada roce, cada susurro y cada mirada transmiten esta conexión inquebrantable que solo Karl y yo tenemos. 

⏤  No tienes idea cuánto te extrañé ⏤  le confieso. 

Él alza su cuerpo en un movimiento y ambos quedamos entrelazados de las piernas, sentados frente a frente, y besándonos como locos. La sensualidad que emana Karl es tan excitante para mí, que juro que me he vuelto adicta a él. A la forma en que me toca, como me besa, como me habla. Él tiene un rango tan amplio en esta materia: un día puede hacerme el amor como si hubiera estado meses perdido en el mar y otras follarme desmedidamente como si fuera mi amante. 

⏤ ¡Alegra! ⏤  expresa, con voz excitante en mi oído. 

Me enciende por completo que Karl pronuncie mi nombre cuando está por venirse. Tal vez suene tonto, pero es una experiencia casi religiosa para mí ⏤. Espera, espera ⏤ le ruego, ya que yo también estoy a punto de llegar. 

Los movimientos se intensifican, las manos de Karl me aprietan fuerte y después de buscarlo, lo encontramos: un gemido escandaloso surge de nuestras bocas, acompañado de respiraciones agitadas. 

Ambos tensamos nuestros cuerpos y los destensamos al mismo tiempo. Después caigo sobre su pecho y él sobre la cama, quedando así juntos, agitados y con los corazones latiendo al máximo. 

No obstante, Karl no me deja descansar. Toma mi rostro y junta sus labios con los míos. Siento cómo la electricidad fluye, como el calor aún permanece entre nosotros. Él empieza a explorar mi piel con suavidad y deseos, convirtiendo sus caricias en algo más allá de lo que son. 

Nuestros labios llenos de deseo se hacen uno. Su lengua hace contacto con la mía, y no dejamos de explorar nuestras bocas hasta que ruédanos sin respiración. Él se separa de mí, con el aliento agitado y disfrutando de la intimidad de nuestros cuerpos. 

Con una sonrisa juguetona, Karl me ve a los ojos ⏤. Ahora sí, buenos días, amor mío.

Me muerdo los labios ⏤. Buenos días ⏤  pronuncio ⏤.¿Café? 

⏤ Por favor… ⏤ contesta. 

Me levanto de la cama y al mostrar mi cuerpo desnudo, Karl me da una leve nalgada sobre el trasero ⏤. ¡Amor! ⏤exclamo. 

⏤ Lo siento, ese trasero me vuelve loco. 

⏤ Herencia Ruiz de Con ⏤ bromeo, para después ponerme el albornoz y salir de la habitación. 

Después de la confusión de ayer por la noche, este despertar me ha caído de maravilla, no solo por la manera en que hicimos el amor, de nuevo, como casi lo hacemos todos los días que despertamos juntos, sino porque hoy, tenemos algo importante que hacer él y yo, aunque parezca que no. 

Cuando Karl y yo nos mudamos juntos, lo primero que hicimos fue comprar una planta, de esas difíciles de cuidar, porque escuchamos por ahí, a unos ancianos, que si lográbamos mantenerla con vida estábamos listos para dar un paso más. Para mi fortuna, ese paso fue un perro, y ahora es momento de ir a adoptarlo. 

Así que, después de tomar café, desayunar unas tostadas con mantequilla y mermelada, con las noticias de fondo, regar a Anita, nuestra planta, y recoger la habitación, ya que todas las cobijas quedaron regadas por el suelo. Era momento de ir por el nuevo miembro de esta pequeña familia que he comenzado con Karl. 

Ambos salimos del piso, para dirigirnos a la perrera local, el lugar donde Karl había hecho la cita para poder convivir con los perros y así escoger uno para que vuelva a casa con nosotros. 

⏤ ¿Ya habías tenido perros antes? ⏤ le pregunto, mientras vamos de la mano caminando por la acera. 

⏤ Sí, tengo uno, se llama Fifí. Bueno es un French puddle y es de mi madre. Lleva años en la familia. Ya está viejita y la verdad es algo refunfuñona. 

⏤ Fifí, ¡vaya nombre! ⏤ expreso.

⏤ ¿Y tú? 

⏤ Bueno, mi madre tuvo un perro llamado Solovino, cuando era pequeña. Después, antes de casarse con mi papá, tuvo un gato, llamado gato. 

⏤ ¡Vaya! ⏤ expresa Karl, divertido. 

⏤ Cuando mis padres se casaron, no quisieron animales porque se dedicaron a viajar por todo México. Luego adoptaron a Sila y planeaban tener una mascota, pero resulta que mi hermana salió alérgica a los perros y gatos y veinte mil cosas más y ese sueño se terminó. Mi madre también está llena de alergias, y pasa toda la vida medicándose al igual que Sila. Además, mi madre es alérgica a la carne roja. 

⏤¿Tu madre padece el síndrome de alfa-gal? ⏤ me pregunta, y no sé por qué cuando habla en términos médicos, me excita; estoy empezando a creer que podríamos involucrarlos en la cama.  

⏤ Así es. 

⏤ Y por eso son vegetarianos, todos. 

⏤ Sí. Mi abuela, al enterarse de eso, hizo a toda la familia vegetariana, no quería cocinar doble ⏤ digo entre risas ⏤. Mis tíos Manuel y Julie son vegetarianos de origen, jamás han probado carne, ni leche de vaca. Mis primos todos son vegetarianos, mis hermanos y yo por igual, y mi padre, mi tía Ainhoa, Cho y mi tío Robert se han hecho vegetarianos por amor. 

⏤ ¡Guau!, ¿eso quiere decir que yo también tendré que hacerme vegetariano por amor? ⏤ pregunta, y besa mi mano con ternura. 

⏤ No sé si por amor, pero, al menos, tendrás que evitar algunos alimentos en mi presencia. Lila, David y yo no somos alérgicos a nada, pero no estamos acostumbrados a ciertos olores y sabores. Como el pescado o el camarón. 

⏤ Entonces, me haré vegetariano por amor ⏤ comenta coqueto, haciéndome reír ⏤. Yo soy alérgico a las nueces. 

⏤¿En serio? ⏤ pregunto, bastante sorprendida. 

⏤ Sí, supuse que sería bueno que lo supieras. 

⏤ Con que no seas alérgico a mis besos… ⏤ y me acerco para darle uno, rápido, sobre los labios. 

Karl aprovecha para tomarme de la cintura, y vuelve a pegarme a él. A veces nuestras manifestaciones públicas de afecto pueden poner incómodas a otras personas, sobre todo a las de más edad, pero a nosotros no nos interesa, solo son unos besos, apasionados; aun así, besos. 

⏤ ¿Qué te parece si nos regresamos al piso? ⏤ me murmura. 

⏤ No, señor ⏤ niego ⏤. Tenemos una cita para adoptar un perro y eso no puede esperar, así que vamos. 

Karl se muerde los y me mira coqueto ⏤. Me encanta cuando me ordenas… 

⏤ ¡Basta! ⏤ expreso entre sonrisas, mientras él me mira como si me estuviese desnudando. 

No tardamos mucho en llegar a la perrera local, lo hicimos a tiempo, por lo que ingresamos justo a la hora de nuestra cita; sin embargo, lo que vimos no nos agradó para nada. 

Nos encontramos con un lugar triste y desolado. Un edificio de ladrillos desgastados y cercado con alambre de púas que daba la bienvenida a aquellos que se aventuraban a entrar. La bienvenida nos lo dio el sonido de constantes ladridos y aullidos, que llenaba el aire, creando una atmósfera de tristeza y abandono.

⏤ Dios ⏤ murmuro, al ver lo que nos espera. 

Al adentrarnos, sentimos el olor a desinfectante y humedad. Las jaulas se alienan en pasillos estrechos, cada una ocupada por perros que anhelan ser liberados de su confinamiento. Sin embargo, los perros no se ven tristes, al contrario, se ven felices y bien alimentados, dando un contraste impactante entre el edificio y su estado. 

⏤ Hola ⏤ nos saluda una voz bastante linda. 

Una chica de cabellos rubios y ojos café, se acerca a nosotros con un gafete que dice “voluntaria” y con su nombre en una insignia pequeña. 

⏤ Hola, Nancy. Mi nombre es Karl. Ella es mi novia, Alegra, venimos por lo de la cita. 

⏤ Sí, claro… adelante. Les pido que no se dejen engañar por el lugar. Es horrible, el gobierno no nos da dinero y las donaciones son escasas, pero los perros están bien cuidados y la mayoría ya está en trámites de adopción. Vengan, les llevaré al sitio donde están los no adoptados. 

Ambos seguimos a Nancy, y mientras nos adentramos al lugar, podemos ver a otros voluntarios que hacen lo posible por cuidar y atender a los perros, ya que el número de animales supera la capacidad del lugar. 

⏤ Aunque hacemos un gran esfuerzo para mantener el sitio limpio y proporcionarles alimentos adecuados, la falta de recursos y el constante flujo de perros abandonados, dificulta nuestra labor ⏤ nos explican. 

⏤ Creo que querré salir con cinco perros en lugar de uno ⏤ bromea Karl, y Nancy, en cierta forma, se ilusiona. 

Por fin, después de recorrer una gran parte de la perrera, nos adentramos en otra sala, donde los perros son más grandes y están más tranquilos que los del frente. 

⏤ Esta es la sala de los “regresados”. 

⏤ ¿De los regresados? ⏤ pregunto. 

⏤ Así es. Solo tenemos dos. Belleza ya está adoptada y su dueño viene hoy por la tarde, pero nos falta uno. 

Así, en uno de los rincones de la perrera, vemos a un travieso bóxer, de pelaje café, ojos oscuros y brillantes. Al vernos, comienza a brincar de felicidad, y a mover la cola. 

⏤ Él es Arqui ⏤ lo presenta Nancy. 

Karl y yo nos acercamos y podemos ver el interior de su jaula. Está equipada con una pequeña cama desgastada y algunos juguetes. Arqui, con una energía inagotable, sigue tratando de llamar nuestra atención. Cuando Karl mete la mano para acariciarlo, él le lame la mano en señal de afecto. 

⏤ Arqui ha estado con nosotros tres veces, esta es su cuarta. Si no lo adopta nadie, tendrá que ser sacrificado. 

⏤ Y, ¿por qué lo han regresado? ⏤ inquiere Karl. 

⏤ Creemos que es por su energía. El perro es en verdad lindo, y como ven muy amoroso y juguetón. Supongo que no encaja en las otras casas. 

Karl me mira a los ojos, y, al parecer, la decisión está tomada. La historia de Arqui en verdad le ha conmovido y sé que ya no hablar marcha atrás ahora que nos han dicho que es su última oportunidad. 

⏤¿Qué piensas? ⏤ me pregunta mi novio. 

Veo al perro, tan bonito y lleno de esperanza, que me es imposible decir no ⏤. Llevémoslo. 

Nancy sonríe. 

⏤ Hola Arqui ⏤ le habla con ternura, mientras acaricia su cabeza ⏤. Alegra y yo estamos aquí para llevarte a casa. 

⏤ En realidad le pusieron Arquímedes. Su dueño era un maestro de la facultada de ciencias, pero murió de cáncer hace tiempo atrás y el perro acabó con nosotros. Le empezamos a decir Arqui porque era más corto ⏤ nos informan. 

⏤ Arquímedes, es un nombre muy apropiado ⏤ comento. 

⏤ Voy por la correa ⏤ nos anuncia, para luego dejarnos solos en medio del lugar. 

⏤ ¿No te preocupa que hayan regresado al perro tres veces? ⏤ le pregunto a Karl. 

⏤ No, quiero pensar que en realidad no se adaptó, pero, siento que nosotros somos sus dueños ideales. Además, míralo, es un cachorro tan bello ⏤ y el perro, como si supiera que hablamos de él, nos pone un rostro que me da ternura. 

⏤ Solo espero que en verdad no sea otra cosa más que adaptación ⏤ digo. 

⏤ Te prometo que será todo eso ⏤ me contesta Karl, para después, dedicarse a acariciar al perro. 

*** 

Después de un proceso de adopción rápido. Karl y yo pudimos llevarnos a Arqui a nuestra casa. Él, tan solo abrir la puerta, entra con entusiasmo, y corre por el sitio explorando cada rincón, mientras mueve la cola. 

⏤ Parece que le gusta ⏤ habla Karl, feliz. 

Arqui continúa, corriendo de un lado a otro, hasta que llega al pasillo de las habitaciones y se pierde. Karl y yo nos quedamos por un momento en silencio, pero, al no ver salir al perro, decidimos ir hacia allá. 

⏤¿Arqui? ⏤ pregunta Karl ⏤.¿Todo bien? 

⏤ ¿Crees que el perro te va a contestar? ⏤ inquiero, algo sorprendida. 

Karl abre la puerta de nuestra habitación y vemos la del baño abierta de par en par. Después, a Arqui, con ambas patadas posicionadas sobre la pata del escusado y él, tomando agua. 

⏤ ¡No, Arqui! ⏤ expresa Karl, mientras por él para alejarlo de ahí ⏤. No podemos tomar agua del baño, ¿vale? ⏤ le explica con cariño, y el perro solo mueve la cola. 

⏤ ¿Crees que entendió? ⏤ pregunto. 

⏤ Lo hizo, estoy muy seguro. Ahora, ¿qué te parece si lo llevamos al parque?, quiero pensar que a un perro así hay que cansarlo para que duerma. 

⏤ Yo también quiero creerlo así ⏤ murmuro, aunque muy dentro de mí, empiezo a sospechar el porqué lo han regresado dos veces. 

***

La tarde en el parque con Arqui fue bastante agotadora, el perro de verdad que tiene energía, y a pesar de que Karl y yo jugamos toda la tarde, no se cansó. Fue hasta las dos de la mañana que dejé de escuchar ruido afuera de la habitación y empecé a escuchar los ronquidos del perro bóxer que habíamos adoptado, donde por hecho que al fin el cansancio le había llegado. 

Así, el despertador sonó temprano, a las cinco de la mañana, ya que hoy tengo que ir temprano con mi madre a Córdoba a realizar unas fotografías de la Mezquita y me ha pedido que le ayude.

⏤ Haré café ⏤ le murmuro a Karl, que sigue profundamente dormido a mi lado. 

Me pongo el albornoz, abro la puerta de la habitación y al llegar a la sala, comienzo a notar algo verde sobre la alfombra, momentos después, me percato que son hojas de una planta. 

⏤¿Qué demonios? ⏤ pregunto. 

Como si lo hubiese llamado, Arqui llega a mi lado, y moviendo la cola me da los buenos días. Sin embargo, yo no le hago caso, al percatarme que las hojas son de Anita, nuestra planta difícil de cuidar que había sobrevivido ya casi cuatro meses con nosotros. 

⏤ ¿Anita? ⏤ pregunto, como si ella me escuchara ⏤.¿Qué hiciste Arqui? ⏤ le pregunto al perro, que solo me contesta moviendo la cola ⏤. ¡Ay no, Anita! ⏤ expreso, y camino hacia ella cuando un líquido moja la planta de uno de mis pies. 

⏤ ¿Qué pasa? ⏤ me pregunta Karl, que ya ha despertado al escuchar la queja de la planta ⏤.¿Anita? ⏤ expresa al ver la planta destrozada. 

⏤ Karl, dime que es agua lo que estoy pisando ⏤ hablo, mientras cierro los ojos y aún estoy paralizada sin poder moverme ⏤.¿Karl? ⏤ insisto, al no escuchar respuesta. 

⏤ Pues, antes era agua ⏤ contesta. 

⏤ ¡Ay, no! ⏤ grito, y comienzo a brincar con un solo pie por el resto del piso ⏤. ¡Es pipí!, ¡pisé pipí!

El perro piensa que estoy jugando, y comienza a saltar conmigo siguiéndome por toda la sala. Karl comienza a reírse ⏤. Tranquila, solo debes limpiarte la… ¿Ese es mi suéter? ⏤ pregunta impactado, al notar que su suéter favorito, uno tejido de color azul marino, se encuentra destrozado en la entrada de la casa ⏤¡Mi suéter! ⏤ expresa, para ir por él. 

⏤ ¡Ahora entiendo por qué lo regresaron tres veces! ⏤ hablo enojada. 

⏤ Mi suéter ⏤ pronuncia Karl ⏤. Llevaba conmigo años, ¡años! ⏤ luego ve a Arqui y respira profundo ⏤. Prometí que no te regresaría, que te quedarías con nosotros para siempre, pero, esto debe parar, ¿entiendes?, esto debe parar. 

Pero no paró. A lo largo de los días siguientes, Arqui continuó mostrando su personalidad juguetona y traviesa. De pronto descubrimos que amaba deshacer los rollos de papel higiénico y dejarlos regados por toda la casa, sacar los calcetines de Karl, del cajón, subirse a la encimera de la cocina, atacar los almohadones de la sala y su actividad favorita, morder zapatos. 

⏤ ¡Arquímedes!, ¿acaso esas son mis botas Miu Miu? ⏤ pregunto consternada, al ver debajo del sofá, la punta blanca de mis botas edición limitada que me costaron 1,986 euros. Así, meto la mano por debajo del sofá y al sacarla, veo cómo la parte de arriba está completamente mordida y casi destrozada ⏤¡Arqui! ⏤ me quejo. El perro me mueve la cola, y no hace más que lamer mi rostro ⏤. Aquí va otro par de zapatos destrozados, ¿por qué no destrozas los de Karl?, ¿eh? 

Ahogada en drama, me tiro en la alfombra de la sala y el perro se echa a mi lado. No sé qué estábamos pensando Karl y yo en adoptar un perro que habían regresado ya tres veces, ¿qué pensamos?, ¿qué podríamos rehabilitarlo?, ¿será muy tarde para regresarlo por cuarta vez? 

Veo a Arqui y de nuevo me lleno de ternura, así que ese pensamiento que tuve se desvanece, y acaricio su cabeza con ternura ⏤. No puede pasar nada peor, no puede pasar nada peor ⏤ me repito, acordándome de las botas, los tacones nuevos que Karl me regaló y del papel higiénico que se ha terminado por segunda vez en esta semana. 

Sin embargo, sí iba a pasar algo peor que Arqui – que por cierto tenía arreglo. Una plaga peor se acercaba a nuestra casa y esa, tendría que agradarme, no importara las travesuras que hiciese. 

La puerta del piso se abre, y escucho cómo Karl entra y la cierra con cuidado. El perro corre hacia él, le salta sobre la bata ensuciándola por completo. Escucho que se queja, pero, aun así, acaricia la cabeza del perro y le hace fiesta. Karl se dirige a la sala, donde me ve acostada, dramáticamente, sobre la alfombra. 

⏤ ¿Qué fue ahora? ⏤ me pregunta. Yo le muestro la botas y el silencio total delata lo que él piensa ⏤. Pues, no sé si sea buen momento para contarte la noticia que te traigo. 

⏤ Dale, ¿qué podría ser peor que saber que mis botas Miu Miu de 1,986 euros están destrozadas? ⏤ le respondo.

Él se recuesta a mi lado, da un suspiro y en un tono serio habla ⏤. Mi madre nos visitará, llega mañana ⏤ anuncia. 

Y de pronto, lo que hace Arqui, no me parece tan fatal. 

3 Responses

  1. Ay no entre la suegra y el perro, me quedo con el perro… Podrá hacer desastres pero al menos no la juzga

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