Alegra

Me gusta viajar, siempre ha sido así. Mi familia es bastante viajera y gracias a eso hemos conocido lugares maravillosos que me han dado las mejores fotografías de mi vida. Sin embargo, el viajar hacia el interior de Europa, es algo que nunca me llamó la atención. 

Sí, mi familia y yo recorrimos París, Inglaterra, Praga e Italia. Lo hicimos junto con mi abuelo David y mi abuela Fátima, quiénes nos llevaban para que conociéramos los puntos más emblemáticos del mundo. 

Sin embargo, no era nuestro estilo. Al crecer alejados de muchas cosas que mi abuelo nos ofrecía, nosotros preferíamos lo sencillo. En ese estilo somos más Ruiz de Con que Canarias. Amábamos las vacaciones con mi abuelo Tristán. 

Él nos llevaba a las playas pequeñas de México, dónde solo había cabañas y hamacas que nos mecían con el viento. O a pequeños pueblos mágicos con calles empedradas o a los sitios arqueológicos, rodeados de árboles y donde grandes pirámides nos daban la bienvenida – estos eran sus favoritos. 

Así que podríamos decir, que mis hermanos y yo, amamos los lugares al aire libre, donde podemos andar descalzos pisando la arena y respirando aire puro, no tanto el ruido de la ciudad y el lujo que les rodea. Por ende, al llegar a la casa donde viven los padres de Karl, supe que tenía que sacar todo lo Canarias en mí y dejar atrás el lado sencillo de los Ruiz de Con. 

⎯Ya casi llegamos ⎯ escucho la voz de Karl, que en ese momento interrumpe mis pensamientos. 

Alrededor mío puedo ver la fabulosa entrada, rodeada de árboles y un pasto excelentemente bien cortado. La entrada a la casa de Karl parece de una serie, esa que tanto le gusta ver a mis tías, abuela y mi mamá: Downtown Abbey. 

Abro la ventana para sentir un poco el aire frío y respirar. Me siento increíblemente nerviosa y siento que si no lo hago, voy a vomitar. 

⎯¡Arqui!⎯ le reclamo al perro, ya que se ha parado sobre mí para sacar la cabeza por la ventana. Supongo que ha de venir harto de estar encerrado, tanto en la transportadora, como en el auto. 

⎯¡Mira todo el jardín que tendrás para correr!⎯ habla Karl⎯. Ahora sí podrás salir sin correa. 

⎯¿Crees que sea buena idea? ⎯ le pregunto. Al ver que el jardín está más que impecable. 

⎯Sí, o qué, ¿planeas tener a Arqui todo el tiempo amarrado? ⎯Volteo a ver a Karl y él nota que en este momento me estoy muriendo de nervios y que no estoy para bromas ni comentarios que me puedan meter en problemas. 

⎯¿Puedes dejarnos aquí?⎯ le pide al chofer. 

⎯¿Cómo señor? ⎯ responde el chofer. 

⎯Déjanos aquí. Lleva las maletas a la entrada. Nosotros entraremos caminando. 

El auto se detiene y Karl se baja. Después, abre mi puerta y me ofrece la mano ⎯¿No es broma? 

⎯No, vamos.⎯Me pide, ofreciéndome la mano. 

Arqui, sin ningún problema, es el primero que salta y sale corriendo por el terreno. Yo me bajo un poco dudosa, sin embargo, le doy mi mano y bajo del auto. Momentos después, el chofer se va, dejándonos solos. 

⎯¿Qué haces? ⎯ pregunto. 

⎯Caminar, ¿no te gusta? ⎯ pregunta. 

⎯Claro que me gusta, pero, ¿por qué ahora?⎯ insisto. Karl me toma de la cintura y me carga entre sus brazos, haciéndome reír ⎯.¿Qué haces? 

⎯Cargado a mi novia. 

⎯¡Karl!

⎯Vamos amor, que sé que estás nerviosa. Así que te llevaré por un recorrido por el jardín para que respires un poquito de aire. 

No entiendo a veces cómo es que Karl es tan atento y observador. En verdad me sorprende el detalle con el que recuerda las cosas, a veces con una exactitud que me da miedo. Es como si tuviese una memoria inmaculada. Yo creo que por eso es tan buen doctor porque su concentración y su atención a los detalles es innata. 

Karl comienza a caminar conmigo en su regazo, mientras Arqui corre por todos lados como un burro sin mecate. Yo simplemente observo mis alrededores. 

El jardín que rodea la casa de Karl es una belleza. Tiene fuentes decorativas, senderos que te llevan a más partes del jardín, áreas amplias y verdes, y flores extremadamente bien cuidadas. 

⎯Mi papá estuviese fascinado con este jardín ⎯le comento a Karl. 

⎯¿El doctor Canarias es fan de los jardines tipo inglés?

⎯¿El doctor Canarias?, venga, dile David, no te va a escuchar desde acá. Y sí, le gustan los jardines, más bien, las flores. Sabe cuidarlas y plantarlas. Mi abuela Fátima le enseñó a cuidarlas desde los seis años. Cuando vivíamos en Puerto Vallarta, él plantó cada flor de nuestro jardín y hasta puso el pasto. Lo cuidaba y lo regaba una vez a la semana; era como su terapia. 

⎯¡Vaya! 

⎯El jardín de nuestra casa en Madrid igual. Solo que ahí no le metió tanto empeño, ya que mi tía Ainhoa había hecho lo suyo antes. Pero, las rosas y las buganvilias, todo fue plantado por él. 

⎯Si que tu padre es un estuche de sorpresas .⎯Y me baja para que comience a caminar con él por el sendero de grava, que parece salido de un libro de romance. Me toma de la mano y la besa. 

⎯Así es. A simple vista podría parecer un hombre vano y que le gusta la ropa de marca. Pero en realidad, mi padre es la mejor de las personas. Sencillo, honesto, tranquilo y no le da mucha importancia al dinero. Por eso mi madre se enamoró de él. Es un Canarias de apellido pero un Ruiz de Con de corazón… así como tú. 

Karl se detiene y su mirada azul se posa sobre mí.⎯Los Ruiz de Con, los Canarias… siempre están haciendo esa distinción. 

⎯Lo hacemos porque tenemos la creencia que cuando se combinan se potencian y saca lo mejor de nosotros y también lo peor. 

⎯Y, ¿por qué dices que como yo? ⎯ inquiere, bastante interesado. 

⎯Bueno. Mi abuelo Tristán era un hombre que tenía una facha de niño rico, elegante y muy engreído, pero solo era una máscara. En realidad tenía un gran corazón, era amable, cariñoso y muy sencillo… como tú. 

⎯¿Me estás diciendo engreído? ⎯ me dice en tono de broma. 

⎯Vamos Karl, sé que me entiendes. 

Él besa mi frente.⎯Sabes que sí, y también sabes que te estoy bromeado. Comprendo exactamente lo que me quieres decir.⎯Karl me toma entre sus brazos y me abraza ⎯. También sé que estás nerviosa y que en este instante estás muy insegura de todo lo que pasa, pero, no quiero que te preocupes. Te prometo que nada pasará, que disfrutaremos este fin de semana y que no me separaré de tu lado. 

⎯Lo sé, por eso te amo ⎯ confieso, y levanto mi rostro para besar ligeramente sus labios. 

⎯No saques a la Alegra insegura, ¿quieres?. Esta vez te pido que la Alegra, segura y sensual sea la que se presente. 

Me río.⎯No creo que quieras eso. 

⎯Claro que quiero… Ya te dije que a mi me gusta tal como eres, por una razón estoy contigo. 

⎯Por eso y para hacer rabiar a tu mamá ⎯comento, y él se ríe. 

⎯¿Por qué dices eso? 

⎯Créeme, no soy la mejor opción de novia. No soy como Sila o Lila que es la típica mujer que quieres presentarle a tu mamá. Sé que soy un poco más intensa y que como me veo, no es material de esposa. 

⎯¿Quién dijo que te quiero de esposa? ⎯Y pone sus manos sobre mi trasero y los aprieta, empujándome hacia su intimidad.

⎯¡Karl! ⎯ murmuro, volteando para ver si no hay nadie alrededor.

⎯¿Qué pasa?, este sendero está muy escondido, nadie nos verá ⎯y diciendo esto, comienza a besar mi cuello, provocándome. 

⎯Si tu madre nos descubre le dará un infarto ⎯ hablo tratando de contenerme. 

⎯Suerte que su hijo es cardiólogo.⎯Y los besos continúan sobre mi cuello. 

⎯Karl, basta… ⎯ murmuro, pero en realidad me estoy dejando llevar por el momento. 

Ambos empezamos a besarnos entre risas, y mis manos comienzan a hacer lo suyo. De pronto, escuchamos cómo alguien se aclara la garganta y al voltear veo a una mujer igual a Karl, tanto que me asusto. 

⎯Karl, Karl, Karl…⎯ Le pego sobre el hombro, pidiéndole que se detenga.

⎯¿Qué? 

⎯Karl…⎯ murmuro, y con la vista le indico que debe ver hacia donde está la chica. Él voltea y sonríe ampliamente.⎯ Como siempre interrumpiéndome. 

⎯Y tú, como siempre queriendo hacer a mamá rabiar ⎯ responde. 

⎯¿Formó al personal y espera con sus mejores joyas en la entrada de la casa? ⎯ le dice. 

⎯Y bañó a los perros. Por cierto, el tuyo acaba de destrozar sus rosas. 

⎯Esa era su misión⎯ responde Karl⎯. Te extrañé, Hanna. 

⎯Y yo más… mellizo rebelde. 

⎯¿¡MELLIZO!?⎯ expreso sin más. 

«¿Por qué no estaba enterada de que Karl tiene una melliza?»

⎯¡Vaya!, te dijo que era su hermana menor, ¿cierto?. Bueno en teoría soy la menor, nací tres minutos después que él. Hola, un gusto en conocerte Alegra Canarias, soy Hanna Johansson, hermana menor de Karl. 

La hermana de Karl se acerca a mí y estira la mano. Yo, aún impactada, estiro la mía y la saludo. Es evidente de que Karl y ella son iguales, como verse reflejado en un espejo. Si Moríns se confundía con Lila y conmigo, con ellos dos, lo haría peor. Es como si le hubieran una peluca rubia y de cabellos largos a Karl. 

⎯Creo que está impactada, ¿qué no le mencionaste esto desde el principio? ⎯ escucho su voz. 

⎯Era sorpresa… 

⎯Pues sí que se sorprendió. 

Karl toca mi rostro.⎯¿Estás bien?

⎯Sí, solo que… ¿Por qué no me lo dijiste? 

⎯Quería que lo vieras tú misma. Te dije que te comprendía mejor de lo que pensabas y ves, lo hago. Hanna es mi Lila. Yo soy Alegra. 

⎯¿También eres la rebelde de la familia? ⎯ me pregunta Hanna. 

⎯¿Qué?, espera, espera… ¿Karl es considerado el rebelde de su familia?⎯Y de los nervios comienzo a reírme como loca. No lo puedo creer. Karl para su familia es el rebelde y yo que siento que es el hombre más aburrido que hay en todo el mundo ⎯. Eso debe ser broma. 

⎯Insisto, te comprendo más de lo que crees ⎯ me murmura, con esos ojos azules tranquilizándome. 

⎯Bueno, ya que nos presentamos, ¿creen que podamos ir a la casa?, mamá está que saca humo de las orejas. 

Karl me toma de la mano y los dos comenzamos a caminar por el camino de grava que, de pronto, nos lleva ante una enorme casa que me sorprende por completo. Ni mi casa con todos los terremotos unidos es tan grande como esta, la casa de Karl es una mansión. 

Lo primero que me impacta es la fachada, con columnas majestuosas y las ventanas grandes y enmarcadas que van desde el piso hasta el techo. Para entrar a la casa por la puerta principal, se deben subir unas escaleras tan grandes y limpias que juro brillan. 

Una comitiva nos espera. La madre de Karl ha sacado todo su armamento, esperando a atacar. Ha formado al personal vestido en uniforme, uno por escalón de ambos lados. Ella se encuentra hasta arriba, al lado de un señor bastante alto y de cabello cano, y cuatro jóvenes más detrás de ellos. Inmediatamente reconozco a Calypso. 

Al ver dicha escena, le aprieto la mano a Karl y él voltea a verme de inmediato.⎯Gracias ⎯ le murmuro. Ya que sé que él hizo que nos bajáramos del auto antes porque sabía que esto me pondría más nerviosa. 

Él me guiñe un ojo.⎯De nada, mi amor. 

⎯¿La cocina? ⎯ pregunta Hanna. 

⎯La cocina. 

⎯¿Qué pasa con la cocina? ⎯ pregunto, al notar que él me jala con delicadeza para que vayamos por otro lado. 

⎯Karl y yo odiamos que mi madre sea tan ceremoniosa. Así que siempre entramos por la cocina para evitar… eso ⎯ y lo señala con el dedo.⎯ Cuando yo le presenté a mi novio, hice lo mismo. Me dejó de hablar por días, pero juro que eso salvó mi relación. 

Hanna abre la puerta de la cocina, y el olor a comida llega a mí. Veo que los platillos se exponen sobre una gran mesa de madera, todos vegetarianos, al parecer hubo una plática previa antes de venir acá. 

⎯Se quedarán en la habitación de Karl. Desde que ya no hay cajas es habitable ⎯ menciona Hanna. 

⎯ No gracias, nos quedaremos en la casa de huéspedes. Le pediré a alguien del personal que la limpie. Esta vez necesito más intimidad.⎯Karl voltea y me guiñé un ojo y sé lo que eso significa. El color rojo sube por mi rostro, supongo que hay cosas que él no está dispuesto a sacrificar. 

⎯Como desees, Karl Jonahsson. ⎯ Hanna abre la puerta de la cocina y entramos al comedor. Momentos después, vemos a un hombre alto, delgado y de piel morena que se acerca a nosotros con una sonrisa. Al parecer es indio. Hanna va hacia él y lo besa ⎯. Ven, te presento a mi cuñada. 

⎯¡Me alegra ya no ser el nuevo! ⎯ contesta, y la tomo de la mano para ir hacia nosotros. Al acercarse le da un abrazo a Karl⎯¡Por fin la traes, cuñado!, llegué a pensar que era parte de tu imaginación ⎯ menciona. Después, él me ve y me estira la mano.⎯ Al fin te conozco, Alegra Canarias. Karl habla tanto de ti y está tan enamorado que yo igual me estaba enamorando de todo lo que dice. 

⎯¡Oye!, cuidado ⎯ le reclama de broma Hanna. 

Me sonrojo. 

⎯Mi nombre es Freud. ⎯Saluda. 

⎯Mi cuñado Freud es psicólogo también, se especializa en el psicoanálisis. ⎯Agrega Karl. 

⎯Espera, ¿te llamas Freud y eres psicoanalista? Eso debe ser destino o… 

⎯Mi padre es amante de Freud ⎯ interrumpe ⎯.Soy su único hijo así que no perdió la oportunidad.⎯Y se ríe. 

⎯¡AQUÍ ESTÁS! ⎯ se escucha la voz de Simone y vemos cómo entra al comedor con pasos agigantados. 

⎯¡Atrapados! ⎯ dice en un murmullo, Freud. 

⎯¡Te estoy esperando en la entrada!, ¡Kun!, ¡Kun!, tu hijo está aquí. 

Simone me ve y sonríe levemente.⎯ Gusto en verla de nuevo, señora ⎯ saludo. 

⎯Igual ⎯ contesta, sin darme la mano. 

Hanna me ve de reojo y me dice en un gesto que no me la tome en serio, supongo que así es por naturaleza. En ese instante, el hombre alto y de pelo cano que vi en la entrada, se acerca y al verme, sonríe.

⎯¡Hijo!, gusto en verte… 

⎯Papá, te ves mejor, ¿te has tomado las vitaminas que te dio Philippe? ⎯ pregunta Karl, mientras lo abraza. 

⎯Sí, sí, pero ahora no es momento de eso ⎯ contesta. Después, se aleja de su hijo y toma mi mano con una delicadeza que me pone nerviosa ⎯. Mi nombre es Kun Johansson, el padre de Karl. Al fin te conocemos, Alegra Canarias. Karl habló tanto de ti que ya te queríamos ver. 

⎯Sí, sí… ⎯ interrumpe abruptamente Simone ⎯. Mira, Alegra, ellos son mis otros dos hijos, Phillipe y Johan, y ella es mi próxima y flamante nuera, la doctora Calypso Jones.⎯Presume. 

⎯Hola Caly ⎯ le saludo, y ahora me arrepiento de decirle “la cariños”. 

⎯¡Alegra!, me da mucho gusto que estés en mi fiesta de compromiso. Tu hermana me hizo un hermoso vestido para la ocasión.

⎯¿Ya se conocen? ⎯ inquiere Simone. 

⎯Sí, Alegra es hermana de Lila, la diseñadora que conociste el otro día por video llamada, ¿qué no ve que son iguales? 

⎯Pues tal vez de físico. Lila es más… 

⎯Lila es quién es… mamá.⎯ Interrumpe Karl, tomándome de la mano.⎯ Y Alegra, es maravillosa tal y como es.  

Simone finge una sonrisa.⎯ Sí, sí claro, es quién es y cómo es.⎯Su rostro expresa que no está muy feliz de tenerme aquí; ahora entiendo lo de la casa de huéspedes, que espero quede lejos en el bosque. 

⎯Como ves, mi madre es algo especial, amor… se debe tratar con pinzas ⎯me dice Karl en voz alta, y siento cómo mi cuerpo se tensa. Jamás pensé que él diría algo así en frente de ella. 

⎯ Y al parecer ese autismo no se va. 

⎯ Ya te dije que no se irá mamá, nació con él.⎯ Defiende Hanna. 

⎯¿Tienes autismo?⎯ pregunto, fijando mis ojos sobre él, y bastante sorprendida. 

Simone sonríe de una manera que denota triunfo ⎯¿Qué?, Karl no te habló sobre ese pequeño detalle. 

⎯No, no lo hice ⎯admite y voltea a verme ⎯. Es importante, pero, como ves, no afecta nada en como soy, ni en mi carrera y mucho menos en nuestra relación. 

El espectro de Karl es muy bajo, lo que le permite ser completamente funcional, pero, tiene características de las que no se puede librar⎯ agrega Hanna. 

⎯ Es demasiado directo, honesto, no sabe mentir, no le importa el que dirán⎯ habla Freud. 

⎯Y es un hombre muy rutinario y extremadamente observador y con una concentración increíble. Tiene memoria fotográfica, y por eso se fija mucho en los detalles ⎯ agrega Philippe. 

«Ahora entiendo todo, absolutamente todo». 

⎯Mi madre piensa que es algo muy malo. Pero por más que se le explica, no entiende. Así que mejor lo dejamos así y nos dedicamos a lo nuestro. 

⎯Karl…⎯ menciona su padre, y con la mirada le pide que deje de hablar.

⎯Bueno, sí… ¿Por qué no mejor se van a la habitación y se ponen cómodos?, cenaremos en una hora ⎯ habla Simone, quién se nota verdaderamente molesta. 

⎯No dormiremos en mi habitación, lo haremos en la casa de huéspedes. 

⎯No, no puedes ⎯ responde Simone. 

⎯¿Por qué no, madre? ⎯ inquiere él, viéndola a los ojos. 

⎯Bueno porque… tenemos una invitada y se ha quedado ahí. 

⎯¿Invitada? 

⎯Sí… 

De pronto, entra una joven rubia, tan rubia que parece que su cabello es blanco. sus ojos son azules, como los de Karl, y su piel tan blanca que creo que nunca se ha ido a broncear a la playa. 

⎯Alegra, ella es Helena Hayes, la amiga de la infancia de Karl y… su antigua prometida ⎯ y con una sonrisa, me la presenta. 

⎯Un gusto, Alegra… ⎯ se presenta, y me sonríe. 

Yo vuelvo a ver a Karl y suspiro. Al parecer Simone está preparada para dar batalla y yo pasaré un fin de semana bastante largo. 

3 Responses

  1. Que des*gracia*da! 🤬
    Mira que traer a la ex a un evento familiar, es muy bajo incluso para ti Simone!! 😠
    Por suerte tienes a Karl y quiero pensar a sus hermanos de tu lado, Alegra.🙌🏼
    Vamos con fe! 💪🏼

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