Karl
Veo a Helena frente a mí, y suspiro. Al parecer, a mi madre le sigue doliendo que al final haya rechazado mi compromiso con ella por seguir a Alegra. Supongo que debí comunicarle eso a Alegra, aunque en esos momentos ni yo estaba seguro de que ella querría ser mi novia. La sonrisa de Helena me hace saber que tiene un plan, al igual que esa mirada de complicidad que le lanza a mi madre.
⎯Hola, Karl… te ves muy bien ⎯ me saluda, mientras se acerca a mí.
⎯Hola. Pensé que estabas en un retiro espiritual en la India ⎯ contesto, ya que ella me dijo por teléfono que se iría para poder superar lo que sentía por mí⎯.Al parecer no te sirvió mucho. Yo no te veo muy espiritual.
⎯La calma y la espiritualidad se llevan por dentro ⎯ contesta de manera astuta. Helen arregla mi suéter.⎯Así que es ella por la que me dejaste.
⎯¿Cómo? ⎯ pregunta Alegra.
⎯No te dejé.⎯ Tomo sus manos y las alejo de mí ⎯. Más bien, fue a quien escogí, aquí nadie dejó a nadie.
⎯Yo me sentí dejada y por lo que veo, no se lo dijiste ⎯habla con zaña.
Volteo a ver a Alegra.⎯ No te lo dije porque pensé que no era indispensable.
⎯¿Pensaste que no era indispensable? ⎯ inquiere, bastante sorprendida.
⎯Tú pusiste las reglas, querida, ¿recuerdas?: nada de pláticas íntimas, sobre nuestras vidas y situaciones que envuelvan algo que nos haga conocer a profundidad.
Alegra trata de contestarme, pero solo se queda con la boca abierta y sin poder responder. Le dije que algún día esas reglas le jugarían en contra. Mi novia me toma de la mano, no tiene más que hacer y suspira. Lo que me gusta de Alegra es que acepta sus errores, lo que dijo e hizo, y eso es una de las bases sólidas de nuestra relación.
⎯En fin.⎯Continúo⎯. Alegra y yo nos iremos a un hotel, y regresamos a convivir con la familia.
⎯No seas tonto, hijo. Puedes quedarte en tu habitación sin tener que viajar o pagar hotel.⎯Sugiere mi madre.
⎯O, ¿te incomoda mi presencia, Karl? ⎯Agrega, Helena.
Alegra voltea a verme.⎯ Quedémonos, amor. Creo que tu familia está deseosa de que te quedes aquí. No queremos hacerle una grosería a tu madre.
⎯¿Segura? ⎯ pregunto.
⎯Segurísima. Además, ella se quedará en el lugar que le corresponde: la casa de huéspedes. Porque eso es lo que es, un huésped.
Las palabras de Alegra, ponen de inmediato a Helena en su sitio. Pocos se atreven a hacerlo y por eso la amo. Creo que hoy la amo más que ayer.
⎯Pues, hecho… ⎯ habla al fin Helena ⎯. Será un placer conocerte y convivir contigo, Alegra.
⎯ Dudo que sea un placer para ti, pero créeme.⎯ Y Alegra me ve y se muerde los labios⎯. Para mí sí.
⎯Te amo⎯ murmuro y ella sonríe.
⎯Bueno, pues… ¡TODO ARREGLADO! ⎯ Interrumpe mi hermana, algo estresada ⎯¿Qué les parece si cada quien se va a su habitación y nos vemos todos en la cena? ⎯Me ve ⎯. ¿Karl?
⎯Vamos ⎯ respondo, y tomo a Alegra de la mano y comienzo a caminar con ella escaleras arriba.
Después de unos momentos, llegamos a mi habitación y ella entra a pasos firmes sin ver la habitación. Cuando escucha que cierro la puerta, se voltea y viéndome a los ojos me dice.
⎯¿Qué demonios, Karl?. ¿Qué es lo que está pasando?, ¿tu ex prometida?, ¿tienes autismo?, ¿tienes una hermana gemela?, ¿cuándo me lo ibas a decir?
⎯Hoy ⎯ contesto de inmediato ⎯. Solo que no esperé que todo se juntara. Creí que tenía tiempo para decírtelo en pequeñas dosis.
⎯Pues es tu momento de darme toda la medicina, amor, antes de que salga corriendo de aquí. No puedo creer que me haya tenido que defender de una exnovia, ¡qué demonios!
⎯Vale, vale.⎯Y muevo mis manos tratando de que Alegra se tranquilice⎯. Hice mal en no decirte nada, pero quiero recordarte que tú misma pusiste las reglas y yo solo las seguí.
⎯¡YA SÉ ESO!⎯ expresa en verdad enojada⎯¡Sé que eres bueno siguiendo las reglas!, pero, pudiste ser honesto.
⎯Soy honesto⎯ contesto de inmediato⎯, siempre lo he sido, he respondido, hecho y dicho cada cosa que me has preguntado o me has hecho hacer. Siempre he sido yo, no puedo mentirte, no está en mi naturaleza, si no te lo dije, fue porque no me lo preguntaste o pensé que no era importante.
⎯¿Pensaste que no era importante decirme que tenías TEA? ⎯ inquiere.
⎯No, sí es importante, pero, no te lo dije.
⎯¿Por qué? ⎯ Alegra cruza los brazos a la altura del pecho; en verdad está enojada.
⎯Porque pensé que eras vana.
Ella se queda en silencio al escuchar mi respuesta. Abre la boca en verdad sorprendida y su mirada me comunica que en realidad lo está.
⎯¿Cómo dices? ⎯ pregunta.
⎯Pensé que eras vana, al inicio. Recuerda que me dejaste plantado hace seis años. Después me decías que no era tu tipo por aburrido, y por ciertas características en mí. Durante un tiempo pensé que eras vana, que te ibas solo por cómo lucía una persona, como se vestía o dónde salía. Después te conocí y me percaté que no eras así. Sin embargo, me dio miedo decírtelo, porque pensé que si lo hacía me dejarías o no me verías igual.⎯ Con esta confesión, siento cómo un peso se me quita de encima. No fue fácil guardar todo esto durante tanto tiempo, no sé mentir, jamás lo he hecho.
Alegra cambia su rostro. Ya no está sorprendida, puedo ver la empatía en su mirada. ⎯Karl, jamás te dejaría por eso.
⎯Yo no lo sabía. Y ahora que lo sabes no sé si me verás o tratarás diferente. No quiero que lo hagas, no me gustaría que cambiaras y me trataras como lo hace mi madre. Quiero ser el Karl Johansson del que te enamoraste, no otro.
Mi novia sonríe levemente y con pasos lentos se acerca a mí. Después abre sus brazos y me pide que la abrace. Yo lo hago, y aprovecho para cargarla y poner su rostro a la altura del mío. Nos vemos a los ojos. Me alegra que la mirada de mi novia no haya cambiado para nada.
⎯Jamás, Karl. Eres mi hombre ideal. Yo estoy enamorada de ti y esto no hará cambiar para nada mi perspectiva o lo que siento por ti, ¿entiendes?.
⎯Como ves, puede que tenga TEA, pero soy un hombre completamente funcional, no tendrás que cuidarme o aprisionarte a mí.
⎯Lo sé, Karl ⎯ pronuncia con ternura.
⎯Mi espectro es bastante bajo, y trae ventajas y desventajas.⎯Alegra me sonríe.
⎯¿Cómo qué? ⎯ inquiere.
⎯Bueno, las ventajas es que jamás te mentiré, siempre te diré la verdad. No puedo mentir, no sé cómo hacerlo. Así que, si te dijo que te amo es porque lo hago de verdad…
⎯…pero si me dices que no me amas, ¿también es verdad? ⎯ Entiende rápido, lo que me hace sonreír.
⎯Así es. Puedes estar segura de que todo lo que te digo es verdad. Lo que siento, lo que me gusta o no. Sí te engaño con alguien más.
⎯Por cierto… ¿estabas comprometido? ⎯ me pregunta. Camino hacia mi cama y en un movimiento nos dejamos caer sobre las suaves telas. Ella sonríe, acaricia mi rostro y me ve a los ojos.⎯ Karl, dime.
⎯Lo estuve. Traté de iniciar una relación contigo, pero, me rechazaste.
⎯Ya lo sé. No lo vuelvas a mencionar, te lo pido.⎯Implora.
⎯Si es lo que deseas, ya no lo haré. En fin, venía mucho a Ámsterdam y Helena regresó. Volvimos a salir, ya que ella es mi amiga de la infancia. Nos llevamos bien y dije: ¿por qué no?, tal vez Alegra no sea para mí. Así que, a los dos años de empezar a salir le pedí que se casara conmigo.
⎯Evidentemente tu madre estaba feliz.
⎯Así es. Lloraba de felicidad. Sin embargo, todavía había detalles de Helena que no me agradaban. Por lo que alargué el compromiso lo más que pude para poder averiguar qué era eso.
⎯¿Y?, ¿qué era? ⎯ inquiere con curiosidad, mi Alegra.
Acaricio su rostro.⎯ Que no eras tú, eso.
Alegra sonríe, se muerde los labios y comienza a jugar con uno de sus rizos, uno de los tantos tics que tiene con su cabello.⎯ ¿De verdad?
⎯Así es. No eras tú, esa era la razón. Entonces para mi fortuna, regresaste, y me diste una oportunidad de entrar en tu vida. Cuando lo supe, y acepté ese trato que tanto querías, vine a Ámsterdam y terminé mi compromiso con ella.
⎯Supongo que tu madre enloqueció.
⎯Mi madre y Helena. Pero, así como yo no puedo mentir tampoco puedo mentirme. Yo me enamoré de ti desde la primera vez que te vi, y si me dabas una oportunidad de estar a tu lado, la iba a tomar. Porque te amo, Alegra Canarias. Siempre tendrás a un eterno enamorado de ti.
Alegra sonríe. Después, acerca sus labios a los míos haciendo que estos se encuentren, lo hacen con una suavidad y ternura que me mueve todo por dentro. No hay prisa, ni urgencia en este beso. Ambos nos sumergimos en el momento, disfrutando del instante. Nuestras manos se entrelazan suavemente y yo las coloco sobre mi pecho; los latidos de mi corazón son constantes, tranquilos y fuertes.
⎯Te amo, Karl. Y eso nada ni nadie va a cambiarlo. Porque eres mi hombre ideal en todos los sentidos.⎯Alegra habla sobre mis labios, y yo sonrío de la misma manera.
Continúo con el beso. Es lento y pausado, lleno de dulzura y afecto. Nos tomamos nuestro tiempo para explorarnos mutuamente, como si quisiéramos memorizar cada detalle de nuestros labios, aunque ya los conocemos de memoria.
A medida que el beso continúa, nuestros cuerpos se acercan aún más, buscando estar lo más cerca posible. En este momento, el mundo exterior desaparece y solo existimos nosotros dos, compartiendo este momento íntimo entre las sábanas de esta cama.
Lentamente nos separamos. Lo hacemos con una sonrisa en los labios pero, también en los ojos. ⎯Karl.⎯Alegra tiene su mirada café almendra sobre mis ojos azules.⎯ A partir de hoy quiero que me digas todo, ¿vale?. Ya no quiero que me “escondas” información.
⎯Jamás te he escondido nada, mi Alegra.
⎯Lo sé. Pero ahora sí, quiero toda la información, ¿sí?, no quiero volver a verme como una idiota en frente de tu familia.
⎯Créeme, el idiota para mi madre, soy yo…
⎯Tampoco.⎯ Y a decir esto, Alegra se levanta un poco para sentarse sobre la cama ⎯. No lo eres, y jamás lo serás. Eres un hombre bueno, inteligente, capaz y muy talentoso. Eres un gran cardiólogo y doctor. Que nadie diga lo contrario porque se las verá conmigo, ¿vale?
⎯Vale… ⎯ respondo, esbozando una leve sonrisa.
⎯No dejes que tu madre te haga menos o te compare, porque no tienes comparación. Mi padre siempre me dice que: «comparar a una persona con otra es el acto más inútil del mundo. Porque todos somos diferentes desde el momento que nos crean». Me aprendí la frase de memoria porque, no paraba de repetírmela, porque solían compararme mucho con Lila o con Sila. Así que es como un mantra en mi vida.
Beso su frente.⎯ Con todo respeto a tus hermanas, para mí, tú eres la más guapa, inteligente y graciosa. Además de sexi.⎯Pongo mi mano sobre una de sus piernas y la aprieto con lujuria⎯. Mira qué piernas, qué caderas, que labios, esos pechos que me vuelven loco, y la forma en que te mueves en la cama, me excita… es más, creo que comienzo a hacerlo.
⎯¡Karl! ⎯ expresa entre risas.
⎯¿Qué?, ¿no te puedo desear?
⎯Puedes, pero estamos en la casa de tus papás. Lo siento, pero a mí me enseñaron que no es correcto hacerlo así, y lo sabes. Aunque, si me llevas a otro lugar, te haré pomada.
Me río. Le doy un beso rápido.⎯ Y todo esto que te describí, atado a tu inteligencia, tu astucia, tu manera de resolver las cosas… tu pasión, te hace la mujer perfecta. No cambies jamás, ¿quieres?.
⎯Si tú no lo haces, yo tampoco lo haré.⎯ Y ella toma mi rostro para besar mis labios.
De nuevo, ese fuego me enciende, y mis caricias van más allá que un simple consuelo. Mis dedos se deslizan hacia sus medias, y comienzo a bajarlas para quitarlas de sus piernas.
⎯Karl… ⎯ murmura, pero no me detiene, al contrario, se quita los tacones para que las medias puedan salir.
⎯¿No tienes calor? ⎯ pregunto, sobre sus labios. Mis manos se inmiscuyen debajo de su falda y al rozar su intimidad ella gime.
⎯Karl…
⎯Nadie nos ve…
⎯Ya sé, pero… no puedo quitarme la voz de mi madre de la mente ⎯ confiesa.
Así, me alejo de ella antes de que esto se salga de control.⎯ Iré a darme una ducha.
⎯Espera… ⎯ Me pide. Volteo a verla y Alegra suspira⎯. Entonces, ¿eso quiere decir que siempre me dirás la verdad?, si un día no me quieres, simplemente lo dirás.
⎯Así es… es parte de las desventajas.
⎯ Si me veo gorda, ¿también eso?
⎯Así es…
⎯ Si ya no me deseas…
⎯Todo, Alegra, siempre te diré la verdad… y me tienes que creer.
⎯¿Amaste a Helena tanto como me amas a mí? ⎯ pregunta.
Sonrío y de inmediato niego con la cabeza.⎯ Jamás he amado a nadie como te amo a ti. Ni a la madre de mi hija, ni a Helena, a nadie.⎯Voy hacia ella, una vez más. Me siento sobre la cama y la veo a los ojos⎯. Te amo sobre todas las cosas, Alegra. Quiero que dejes de sentirte insegura a mi lado porque no tienes razones. Te conseguiste a un hombre que siempre te hablará directo, no te engañará porque simplemente, no puede. Un hombre que confía más en ti que en lo que dice su propia madre. Que te ama, tal y como eres: bailarina de reggaetón, algo distraída, pero, sobre todo, libre. Te amo porque eres libre a tu manera y yo jamás te meteré en una jaula, ¿entiendes?
⎯¡Dios mío!, ¡hazme el amor ahora! ⎯ contesta, emocionada.
Me pongo de pie de inmediato, y la cargo entre mis brazos.⎯ Como usted ordene.
⎯¡No Karl!, es broma… ⎯ habla. Sin embargo, ella sabe que no pararé, y que es hora de una de las duchas de Karl.
⎯¡Lo siento!, pero tú sabes cómo es esto. Dile a tu madre que salga de tu mente porque no le va a gustar lo que va a escuchar.
Alegra se ríe, mientras está entre mis brazos. Tan solo entramos al baño, abro la puerta de cristal, donde está la ducha, y dejo que el chorro de agua caiga sobre nosotros. Así, con ropa, ambos entramos. Nuestros labios ya están atados y se están besando con esa pasión que nos caracteriza.
⎯¿En serio lo haremos aquí?, ¿no está prohibido? ⎯ pregunta Alegra, mientras sus manos ya comienzan a desabrochar mi pantalón.
Sonrío.⎯ No te veo muy asustada e indispuesta a hacerlo. ¿A caso es la señora Canarias hablando por ti?
⎯Cállate, no metas a mi madre en esto, que mi padre se pondrá celoso ⎯ contesta, mientras levanta sus manos para quitarme el suéter.
⎯Una de las ventajas de andar conmigo, es que no me importa el qué dirán. En pocas palabras, no tengo vergüenza.⎯ Y al decir eso, meto mis manos por debajo de su falda y hago a un lado su braga con la punta de mis dedos; comienzo a jugar con ella.
⎯¡Dios!⎯ expresa Alegra.
⎯Ya te dije que me llamo Karl ⎯ respondo, como siempre lo hago.
Ella comienza a gemir bajito, lo hace sobre mi oído. Sé que lo hace para que nadie nos escuche, pero, personalmente eso no me gusta. Así que dejo de jugar con ella cuando siento que está a punto de llegar.
⎯¡Qué demonios, Karl! ⎯ expresa molesta. Alegra odia que le haga eso.
⎯¡Desnúdame, Canarias!, que esta ropa nos estorba.
Alegra, sin dudarlo dos veces, comienza a desnudarme con una facilidad que me hace reír. No cabe duda que nos hemos vuelto expertos el uno con el otro. En segundos, ambos nos encontramos desnudos. La tomo de la cintura y la subo a la pequeña encimera que hay en la regadera, donde se ponen los productos de higiene, y me acerco a ella; para nuestro placer, quedamos a la altura correcta.
⎯Tienes que gemir fuerte, mi amor, sabes que me encanta.
⎯Pero… tu madre…⎯ Y en eso entro en ella y a Alegra se le escapa un gemido tan fuerte que hace eco en toda la habitación ⎯.¡Llévame debajo del chorro de agua!, ¡te lo pido! ⎯ me ruega, al sentir mis labios sobre su pecho.
⎯No, aquí estamos bien.⎯ Ordeno.
Así, comienzo a hacer lo mío. Alegra se muerde los labios para no gemir con fuerza, pero, después de varios intentos, se deja llevar y la habitación se inunda de una melodía de gemidos y peticiones en alto que me excitan cada vez más.
⎯¡Ahí!, sigue así… ¡Dios!, esto es demasiado bueno. Sabes lo que haces, Karl Johansson.
⎯Lo sé… ⎯ contesto.
No sé si pueden escucharnos, o si el chorro del agua está cubriendo cada una de las peticiones de mi novia, pero, no me importa. Lo único que deseo es darle placer, y que ambos desfoguemos, como siempre, las ganas que nos tenemos.
⎯Creo que me vendré… Karl… creo que… Karl… ⎯ Apenas y puede hablar. Debo confesar que nunca la había visto así ⎯. Karl, no pares, no pares, no pares, Karl, Karl, ¡KARL! ⎯ Finalmente grita mi nombre. Mientras sus manos se aferran a mis cabellos rubios.
⎯Alegra… ⎯ respondo.
⎯¡DOCTOR JOHANSSON! ⎯ grita, como suele hacerlo cuando hacemos uno de nuestros tantos juegos donde yo soy el doctor y ella recibe su dósis de medicina.
Segundos después, ella lanza un gemido tan fuerte que ni siquiera yo lo había escuchado. Alegra se sujeta de mí, su cuerpo tiembla, sus caderas tratan de aferrarse a las mías para evitar caerse y sus pezones se ponen tan duros que no lo puedo creer. Su orgasmo se ve tan delicioso que me vengo solo de verla. Mis ojos se quedan abiertos, mientras la veo a ella disfrutar el suyo, para después recargarse sobre la pared del baño, cubrirse el rostro y comenzar a reír de los nervios.
Con ternura, quito las manos de su rostro y ella se encuentra completamente roja del rostro.⎯ ¿Qué fue lo que pasó? ⎯ hablo agitado.
⎯No sé… fue en verdad… excitante.
⎯Al parecer, a Alegra Canarias le gustan las emociones fuertes. El miedo a que nos descubran… Te excita.
⎯¡Basta! ⎯ me pide, para luego reír ⎯.¡Dios!, si mis padres se enteran de esto, me matan. Va contra todo lo que me han enseñado.
⎯Pero… no les diremos, ¿o sí? ⎯ Y al decir esto, me acerco a ella y comienzo a besar sus pechos⎯. Sé que no fue lo correcto, pero, había límites que trazar y mensajes que enviar… y lo logramos ⎯ comento, en tono pícaro.
⎯¿Y era necesario que fuese así?, ¿no pudimos enviar una nota? ⎯ Bromea.
⎯Si quieres que el mensaje quede claro, debe haber más que palabras ⎯ respondo.
Alegra me separa de sus pechos y me ve a los ojos.⎯ Karl,si dices que me amas, te creo. Todo lo que me digas, te lo creeré siempre. Así que cuida tus palabras y tus acciones porque jamás dudaré de ti, Karl Johansson. No me lastimes.
⎯Jamás te lastimaría. Yo… te adoro.⎯ Ella me sonríe.
⎯ Si siempre me dirás la verdad, quiero saber algo.
⎯Dime.
⎯¿Hacías esto con Helena? ⎯ pregunta.
⎯No. Pero tampoco te diré lo que hacía con ella. Ante todo soy un caballero.⎯Y beso a Alegra sobre el hombro⎯. Eso sí, Alegra Canarias, nadie, pero nadie me había hecho sentir así de excitado en mi vida. Tienes algo, mi vida, que me mantiene prendado a ti. No tienes idea de cómo te deseo lo feliz que me haces, lo enamorado que estoy de ti. Eres perfecta para mí.⎯Una vez más comienzo a besar sus pechos. Alegra me aleja.
⎯Y tú perfecto para mí.⎯ Escucho esas palabras llenas de ternura, mientras siento sus manos sobre mi cabello empapado. ⎯Karl, ¿crees que nos habrán escuchado todos?, ¡ay qué pena!
⎯No te vi tan apenada hace unos minutos.
⎯Karl…
⎯No lo sé. Y no me interesa o me importa. Sabes que en realidad no me importa nada. Es lo que es y punto.
⎯¡Dios!, somos como el fuego y la mecha… nos acercamos y nos encendemos.
⎯Pues, espero que mis padres tengan detector de humo porque quiero volver a escuchar ese grito, una vez más ⎯ contesto, para después bajar mi rostro a su intimidad.
⎯¡Doctor Johansson! ⎯ expresa, para de nuevo, llenarme de placer.
No cabe duda que Alegra y yo estamos hechos el uno para el otro. Y no importa cuánto insista mi madre, nada ni nadie me hará que deje de amarla con la pasión y la devoción con la que lo hago.
Oooohh amo esa complicidad que tienen ambos y como se complementan. Me encanta todos los mensajes que están dejando a la suegra jajajajaja
El fuego y la mecha!! Este par van a causar un incendio!!
Espero que hagan esa habitación a prueba de ruido, 🤭.
Helena capta ya la situación y mejor déjalo por la paz.
Excelente capítulo 👏🏼👏🏼👏🏼
Helena no sabe con quién se consiguió jejejeje
Para que no les quepa la menor duda!!!
Jejejeje