Alegra
Por la noche.
Debo admitir que hoy por la mañana que llegamos, sí hubo muchas cosas que me tomaron por sorpresa, sobre todo con respecto a Karl y cierta información que me hubiese gustado saber antes y no verme como la típica novia que no tiene ni idea de lo que pasa con su pareja.
En realidad, no lo quiero poner de escusa, pero, es la primera vez que soy novia de alguien de manera tan oficial. En la preparatoria tuve uno que otro “novio”, pero nunca fue nada formal, y en Nueva York tuve simplemente amigos con los que me salía a divertir.
Al final, nunca fueron nada serio y yo tampoco los tomé así, hasta que llegó Karl y cambió mi perspectiva sobre las relaciones. Ahora, me ha presentado a su familia, una muy diferente a la mía en todos sentidos, incluso en su vivienda. No hay colores, todo es antiguo, pocas fotos, mucho arte y yo, me siento como un extraterrestre llegando a otro planeta, por lo que he decidido adaptarme.
Así, mientras me veo en el espejo con un vestido completamente negro, corto a la altura de las rodillas, sin escote, con el cuello cubierto y mangas tres cuartos, sé que al menos las miradas no estarán sobre mí por mi vestimenta. Termino de recoger mi cabello en un moño, y me pongo un bonito brazalete en mi muñeca izquierda.
⎯¿Qué demonios te pusiste? ⎯ inquiere Karl, sorprendido. Al entrar de nuevo a la habitación, ya que había ido a revisar algo de las medicinas de su padre.
⎯¿Te gusta?, me lo prestó Lila ⎯ hablo, presumiendo el vestido de mi hermana.
Sin embargo, el rostro de Karl me dice que no le agrada para nada.⎯ Ale, sabes que me encanta como diseña tu hermana, pero, tú pareces monja. ¿Dónde están las lentejuelas?, ¿las ligeras transparencias?, ¿esa sensualidad que desbordadas?, ¿dónde están tus rizos? ⎯ me pregunta, bastante impactado.
Karl se acerca a mí y acaricia mi mejilla. Yo doy un suspiro.⎯ Pues, pensé que te gustaría esta ropa. Pensé que sería la adecuada para estar en casa de tus padres.
⎯Ale…
⎯Bueno pues… ahora tendrás que verme con esta ropa de monja todo el viaje, porque es la única que traigo.
Sé que a Karl sabe por qué lo hago, pero, no es momento de que lo explique, ya que todos nos están esperando abajo para cenar y no quiero que piensen que nos estamos tardando apropósito. Lo menos que deseo es que ahora me echen la etiqueta de impuntual.
⎯¡Qué lástima!, porque fui a un colegio católico y las monjas me daban miedo ⎯ responde, en verdad, desilusionado.
⎯Bueno, puedes imaginar que debajo de mis hábitos, son una joven novicia, virgen, en busca de sensaciones nuevas ⎯ le recito.
Karl se separa de mí y veo ese gesto que siempre hace cuando he dado en el punto o dicho la palabra clave para comenzar a quitar las ropas. Sus manos bajan por mi espalda hasta mi trasero y yo lo detengo.
⎯Amor, no ⎯ le pido ⎯. Estoy bastante nerviosa y no creo da lo mejor de mí. Solo vamos, ¿vale?
Karl asiente.⎯ Bien, pero hoy por la noche la inquisición cuestionará esa toma tan repentina de hábitos… ⎯ habla, y se muerde el labio.
⎯¿También las amenazas que dices las cumples? ⎯ inquiero.
⎯Por supuesto… todo lo que sale de mis labios es verdad.
Karl me toma de la mano. Yo reviso por último mi vestido que, diga lo que diga Karl se me ve genial, y salgo con él de la habitación para ir escaleras abajo. Mientras caminamos, escucho la música suave y tenue que han puesto para amenizar, y las conversaciones. En realidad no entiendo nada porque están hablando holandés, pero supongo que han de estar hablando de política, ya que los veo algo apasionados con el periódico de hoy.
Tan solo nos ven por la escalera, todos guardan silencio y me sonríen.⎯ ¡Aquí están! ⎯ dice su hermana en perfecto español ⎯, moríamos de hambre.
⎯Lo siento. Estábamos arriba discutiendo un cambio súbito de carrera ⎯ habla Karl, y yo simplemente me sonrojo. Creo que ahora me tengo que acostumbrar a que mi novio dice la verdad y nada más que la verdad; literal no tiene filtros.
La madre de Karl me ve de la cabeza a los pies y de regreso. Al parecer, mi vestido de monja no le gustó, o tal vez cree que no soy digna de llevarlo. No entiendo la razón del porqué ella me tiene tanto odio, ¡pero si adoró a Sila!
⎯Te ves hermosa ⎯ me dice mi cuñada, y yo sonrío.
⎯Gracias. Es un vestido de mi hermana.⎯ Le doy crédito.
⎯Pues tu hermana tiene buen gusto… ⎯ se atreve a hablar Simone.⎯ Solo que creo que ese tipo de cuello no te queda a ti, ya sabes… ⎯ Y con un movimiento de mano me hace saber que se me ve papada.
Karl está a punto de contestar cuando somos interrumpidos.⎯¡Lo siento mucho! ⎯ Se escucha a lo lejos la voz de Helena Hayes, quien va bajando las escaleras con un vestido negro igual al mío y con un peinado similar.
Me quedo inmóvil, sin decir nada. ¿En qué momento supo lo que me iba a poner?, o, ¿tal vez esta fue la razón por la que Karl no quería que me vistiese así?, ¿qué está pasando en esta casa?
⎯¡HELENA!, te ves hermosa. ¡Qué estilo!, ¡qué cuello de garza!, ¡qué decencia! ⎯ expresa Simone, haciendo que todos volteen a verla, incluso su marido.
⎯ Tranquilízate, amor, se ve guapa, pero no es para tanto.⎯ El padre de Karl le susurra, haciendo que ella le dé una cara de pocos amigos.
⎯No estoy diciendo más que toda la verdad. ¿Coco Chanel? ⎯ pregunta.
⎯¡Claro!, de su colección nueva.
«¿Qué está insinuando?, ¿qué el trabajo de mi hermana no tiene valor?, ¡cómo se atreve!, la voy a matar, sí, en este instante…», pienso, pero el apretón de la mano de Karl me tranquiliza, supongo que notó lo que estaba pensado.
⎯No te desgastes ⎯ me murmura ⎯. Sé que tú sabes escoger tus batallas, Alegra.
Suspiro. Lo veo a los ojos y él, sin importarle si su familia nos está viendo o no, acaricia mi rostro y me da un tierno beso sobre la nariz. Después, baja a mis labios y cuando estos se encuentran, comienza con un beso suave y cariñoso sobre mis labios. Estos se tocan con delicadeza, como si estuvieran explorándose y conociéndose por primera vez.
Pienso que todo terminará ahí. Pero de pronto, la intensidad de nuestras emociones aumenta y el beso se vuelve más profundo y apasionado. Los latidos de nuestros corazones se sincronizan como siempre lo hacen. Las manos de Karl se posan con gentileza sobre mi rostro, mientras sus dedos acarician mi piel.
Entonces nos encontramos ahí, en medio de esa sala, rodeados de todos, pero a la vez solos, dando una demostración de amor, de ternura, transmitiendo todo lo que sentimos sin necesidad de palabras. Mis dedos comienzan a enredarse en el cabello de Karl, acercándolo más a él y respondiendo a las caricias en mi rostro.
El beso se convierte en un torbellino de emociones, nuestros labios se unen y se separan como si estuviésemos bailando con nuestras bocas. Las manos de Karl se deslizan desde mi rostro hacia mi cintura, atrayéndome hacia él con una determinación suave pero firme. El calor de nuestros cuerpos se fusiona, sintiendo la electricidad fluir en nosotros.
La pasión que arde entre nosotros se refleja en la intensidad de cada beso. Nuestros labios se mueven en sincronía, explorando cada rincón con fervor y anhelo. Las emociones son palpables en el aire, y no hay duda de que las hemos transmitido a todos alrededor.
Finalmente, nos separamos, nuestros labios se deslizan lentamente hasta que se dejan de tocar. Nuestros ojos se encuentran, brillando con el amor y la conexión que compartimos. Me he quedado sin aliento, en consecuencia de lo que acabo de experimentar.
Noto que toda la sala se encuentra en silencio y, al salir de mi trance, volteo a ver a Helena y a Simon, ambas se encuentran con los ojos abiertos y Helena incluso, creo que se ha puesto de todos colores al presenciar el beso que me ha dado Karl; creo que se le ha ido la respiración. Mi novio les acaba de matar el espectáculo y no necesito más que besarme.
⎯¿Nos vamos a cenar?, muero de hambre.⎯ Finaliza Karl la escena, y tomándome de la mano, salimos de la sala sin decir más. Cuando estamos solos, me guiñe un ojo y sonríe ⎯. Yo también sé escoger las mías y esta no valía la pena. Sin embargo, valía la pena poner un estándar en el enfrentamiento.
Yo me río bajito.
***
Debo admitir que la cena estuvo de verdad deliciosa y que Simone es una buena anfitriona en lo que respecta a atender invitados y presumir su vajilla del siglo XVIII heredada por sus antepasados y que solo se puede lavar con un detergente carísimo, incluso más caro que el tratamiento para los rizos de mi hermano David. Sin embargo, en acomodar a sus invitados, es pésima, sobre todo cuando lo hace apropósito.
Resulta que la señora me acomodó al lado de Freud, el novio de Hanna y a Helena al lado de Karl. Además de que nos puso casi en la esquina, como si quisiera alejarnos del resto de la familia. Calypso, ella se encontraba en el centro, brillando, tanto como el anillo de compromiso que le había dado Johan, y los demás distribuidos en sus lugares.
Dudo que sea un tema de racismo, porque si no, Calypso ni siquiera estuviese sentada ahí. Más bien, es una cuestión de mantenernos a Karl y a mí separados. Esta vez, para no causar escándalo, le pedí que no hiciese nada y me dejara sentar donde ella deseaba.
⎯ Al menos hoy hubo comida vegetariana ⎯ murmuro, mientras doy un bocado al platillo que me han servido.
⎯Veo que tu llegada a la vida de Simone no fue como la esperabas ⎯ contesta Freud, quien ha estado platicando conmigo el resto de la velada.
⎯¿Y la tuya, cómo fue? ⎯ inquiero.
⎯Tuve años para ganármela. Conocí a Hanna en la universidad y poco a poco se encargó de que yo entrara a la familia.⎯ Presume.
⎯Tu que eres psicólogo, ¿sabes por qué me odia tanto? ⎯ pregunto, discretamente.
⎯No lo sé, ¿qué le hiciste? ⎯ me pregunta.
⎯Pues, la dejé encerrada en una florería y le quité las flores que iba a comprar.⎯ Admito.
Hanna trata de no reírse con Freud.⎯ Supongo que podemos empezar por ahí.
⎯¡Alegra! ⎯ llama mi atención Simone, y yo volteo nerviosa.
«¿Será que nos escuchó?», pienso.
⎯Sí ⎯ respondo.
⎯¿Qué piensas tú?
⎯¿Sobre qué? ⎯ digo.
⎯Mamá… ⎯ Trata de defenderme Karl, pero ella le pide que guarde silencio.
⎯Sobre la economía global.
Hanna, quien se encuentra al lado de Karl, esboza una ligera mueca, como si supiese que voy a fallar en responder sobre un tema tan específico. Incluso, todas las miradas están sobre mí. Estoy cansada de que Simone me trata de poner en ridículo, pero no lo va a lograr.
Suspiro.⎯ Bueno, no son temáticas que me guste discutir en la comida. Incluso, en mi familia, hablamos de cosas más alegres cuando cenamos.
⎯Ya veo… ⎯ contesta Simone, con un rostro de triunfo que me hace enojar.
⎯Pero, si me piden mi opinión al respecto. Bueno, creo que la economía global es un sistema sumamente interconectado que tiene un impacto profundo en la vida de las personas en todo el mundo. Las fluctuaciones en los mercados financieros y las decisiones económicas de los países pueden afectar a industrias, empleos y comunidades enteras. La globalización ha traído oportunidades, pero también desafíos en términos de desigualdad y sostenibilidad. Es esencial encontrar un equilibrio entre el crecimiento económico y el bienestar social, así como abordar temas como el cambio climático y la inclusión financiera en este panorama cambiante.
⎯¡Guau! ⎯ expresa Phillipe.
⎯¿Cómo? ⎯ pregunta Helena, en verdad impactada por mi respuesta.
⎯Creo que encontrar un equilibrio entre el crecimiento económico y el bienestar social es crucial para asegurar un futuro sostenible y próspero para todos. Una de las sugerencias que me vienen a la mente es invertir en la educación y el desarrollo de habilidades. Cuando las personas tienen acceso a una educación de calidad y oportunidades para adquirir nuevas habilidades, no solo aumenta su calidad de vida, sino que también contribuyen al crecimiento económico a través de la innovación y la productividad.
«Además, es fundamental promover prácticas empresariales responsables y sostenibles. Las empresas pueden generar ganancias y al mismo tiempo ser conscientes de su impacto en la sociedad y el medioambiente. Esto puede lograrse mediante la implementación de prácticas éticas, la reducción de la huella de carbono y la promoción de la equidad en el lugar de trabajo.
«Otra sugerencia es fortalecer los sistemas de seguridad social. Garantizar que las personas tengan acceso a atención médica, vivienda y apoyo en momentos de necesidad contribuye a la estabilidad social y al bienestar de la comunidad en general.
«Por último, la inversión en proyectos de desarrollo sostenible y tecnologías limpias puede generar crecimiento económico mientras se abordan los desafíos ambientales. En última instancia, se trata de buscar soluciones creativas que beneficien tanto a la economía como a la sociedad, y que tengan en cuenta las necesidades presentes y futuras de las personas y del planeta. ¿Me pasas la sal, Helena? ⎯ finalizó.
Todos se quedan en silencio, impactados, parece como si se hubiesen congelado y quedado como estatuas de hielo. Incluso Karl, que simplemente sonríe con un orgullo que jamás en la vida había visto en él.
⎯¿La sal, Helena? ⎯ repito. Hanna reacciona, y es ella quien me pasa la sal. Yo la tomo y le echo un poco en el platillo.⎯ Este platillo está de diez, ¿podrías darme la receta, Simone? ⎯ y sonrío levemente.
⎯¡Guau, Karl!, tu chica sí que sabe sus temas ⎯ expresa Johan.
⎯ Ven, les dije que Alegra era especial, por eso trae así a Karl ⎯ agrega Calypso.
La mesa se descongela, y ellos continúan hablando. Karl no deja de mirarme, supongo que quiere saber de dónde saqué una opinión tan precisa de lo que estaban discutiendo. Así que es hora de confesarle que mi amor por la economía se lo debo a mi abuelo David.
No es secreto para mi familia que Daniel y yo somos los que más sabemos del tema, aunque mi primo se especializó en eso y yo no. Sin embargo, mi abuelo siempre me decía que no había algo más impactante y atrayente que una mujer hablando de temas económicos: «El mundo de la economía, desgraciadamente, es un mundo de hombres. Así que una mujer sepa del tema siempre impacta. La economía tiene dos facetas: puede alejar a los hombres o atraer al hombre adecuado», me solía decir. «Si un hombre se siente incómodo al escucharte hablar sobre economía y se aleja, es probable que tenga dificultades para aceptar que una mujer pueda dominar ese tema. Lamentablemente, persiste la idea errónea de que solo los hombres entienden de dinero, lo cual es totalmente falso. Las mujeres son igual de competentes en este ámbito, pero a menudo no se les da el crédito que merecen. Sin embargo, si un hombre demuestra interés, es señal de que sabe lo que quiere y está seguro de sí mismo. Además, tu interés puede ayudarte a desafiar estereotipos y dejar una impresión duradera en las personas que te rodean.»
Así que me dediqué a leer muchos libros al respecto y todos los días, mientras me tomo el café, leo las noticias de economía en el periódico, que justo vienen antes del apartado de moda, por lo que muchos piensan que solo estoy leyendo sobre eso. No soy tan vacía y tonta como algunos creen, o al menos como yo pienso que creen.
La cena se termina, y todos pasamos al salón para tomar un aperitivo. Karl me toma de la mano y me da un beso sobre la frente. ⎯ ¿Puedo comentarte lo excitado y orgulloso que me siento? ⎯ me murmura, y yo me sonrojo.
⎯Podrías empezar por orgulloso… ¿No crees?
⎯No, es que así fue, ¿de dónde sacaste esa respuesta?
⎯No te lo diré. La inquisición tendrá que hacerme confesar. Al parecer esta monja es un tanto hereje, y ha estado leyendo los libros prohibidos ⎯ bromeo.
Karl se acerca a mi cuello.⎯ Y luego dices que yo soy quien empieza.
⎯Karl, ¿me ayudas con algo? ⎯ le pregunta su hermana, y él se aleja de mí.
Yo comienzo a caminar por el salón, hasta que llego al área de libros, donde veo un sinfín de tomos sobre política exterior, política internacional y diplomacia, comunicación y protocolo y Geopolítica y seguridad internacional.
Tomo uno que llama mi atención, pero, al abrirlo, veo una mano que lo cierra de inmediato. Al voltear, veo a Simone frente a mí, con un rostro de pocos amigos.
⎯¿Pasa algo?
Simone, discretamente me jala del brazo y me mete a un pequeño rincón que hay en la sala.
⎯No creo que entiendas de esos temas ⎯ me contesta, evitando la pregunta que le hice.
Suspiro.⎯ No entiendo por qué le caigo tan mal, ¿a caso es por lo de las flores?. Ya le pedí disculpas de todas las maneras posibles, no creo que sea tan…
⎯Conozco a las personas como tú.⎯ Me interrumpe ⎯. Sobre todo cuando vienen del apellido Canarias.
Me quedo en silencio, «¿qué tiene que ver mi apellido con esto?, ¿A caso mi familia quedó mal con el embajador?».
⎯No lo comprendo.
⎯Conozco a los de tu clase, Alegra. Conozco tus orígenes.
⎯Créame, usted no conoce nada sobre mí y mis orígenes o clase. Ni siquiera se ha dado a la tarea de conocerte.
⎯No necesito conocerte. Sé perfectamente bien quién es la hija de David Canarias.
⎯¿Cómo?
⎯Sé que Sila es diferente porque no lleva su sangre, pero tú, eres igual a él, incluso físicamente… ⎯ Continúa hablando.
⎯No lo entiendo, ¿qué tiene que ver mi papá en esto? ⎯ insisto.
Simone suspira.⎯ Todo tiene que ver. Y te prohíbo que seas así con Karl, ¿entiendes?, no voy a permitir que juegues con mi hijo como tu papá lo hizo conmigo.
⎯¡Qué! ⎯ expreso, y creo que le he gritado al rostro.
⎯Sé quién eres y de quién eres hija, y tienes toda la facha de ser igual. Eres la viva imagen de tu padre y no dejaré que David Canarias vuelva a arruinar mi vida, ¿entiendes?, ¡ENTIENDES! ⎯ alza la voz, mientras yo me quedo en silencio viéndola a los ojos.
Al parecer, las aventuras de mi padre han tocado varias generaciones y por desgracia, no terminó bien para Simone. Supongo que las picaflorcitas tienen un nuevo miembro y desgraciadamente es mi suegra.
Okkk me dejó impactada que la tal Simone es una de las exconquistas de Canarias 😳😅
Esto si no me lo esperaba! Pobre alegra no la tendrá fácil!
Jajajajaja debe ser broma! Picaflor y Simone?? 😆😆😆 Por eso la tiene entre ceja y ceja!
Ya olvida el pasado mujer… Seguro que Canarias ni se acuerda de ti.
PD. Excelente opinión Alegra, tu abuelo tuvo mucha razón cuando te dió aquel consejo. Ahora de seguro está muy orgulloso de ti.🫶🏼
Queeee??? Quien ve a la Simone jajajajaja
David picaflor dejo corazones que aún están rotos por toda Europa 😱
Ridícula, una picaglorcita resentida que no supera jaja
Amo las bases que dieron Tristan y David a sus generaciones .
¿Qué? Ay Picaflor, tu hija está sufriendo las consecuencias de tus actos juveniles… Con razón odia a Alegra la tipa esa jajaja