Alegra 

Maël y Davide son los nombres que llevan consigo los dos pequeños que albergo en mi vientre. Desde la última visita al médico, se han manifestado ante nosotros, como si quisieran anunciar que ya no se ocultarán, listos para ser contemplados por el mundo y confirmar su presencia, ya que pronto formaremos una familia de cuatro. Karl está genuinamente emocionado. Al conocer que serían niños, expresó su felicidad de una manera que nunca antes lo había hecho. No es que le importara que fueran niños; para él, era indiferente si eran dos niñas, dos niños o uno de cada uno. Su alegría radica en que ahora sabe quiénes son y puede llamarlos por sus nombres; han dejado de ser simplemente “Los polizones”.

Nuestra felicidad desborda los límites de la imaginación y, de repente, nos hemos visto inmersos en la urgencia de tener todo preparado y tomar decisiones trascendentales. Estas decisiones, que deben ser consideradas en su totalidad, abarcan desde el lugar y la manera en que Maël y Davide vendrán al mundo hasta cómo equilibrarán Karl y yo nuestros compromisos laborales y personales.

Surgen preguntas cruciales: ¿Dónde nacerán exactamente? ¿Cuál será la naturaleza de su llegada? ¿Karl tendrá la posibilidad de solicitar un permiso y tomarse un tiempo para estar a mi lado en este momento crucial? ¿Cómo se verá afectado mi trabajo? ¿Será posible continuar trabajando? Y hay otras cuestiones que, en medio de la prisa y la emoción, ahora mismo no puedo recordar.

A pesar del aparente caos de decisiones que se avecina, estamos seguros de que todo se desarrollará de manera armoniosa. Sentimos que la llegada de los niños es perfecta, como si el tiempo hubiera conspirado para que este momento específico sea el adecuado. Confieso que nunca me visualicé como madre; durante mucho tiempo, afirmé que solo sería tía. El miedo de traer vida al mundo, considerando mi propia naturaleza caótica, siempre estuvo presente.

 No obstante, al lado de Karl, percibo que mi caos se complementa con el suyo, y juntos, estamos convencidos de que podremos enfrentar y superar los desafíos, ser los padres perfectos para Maël y Davide, sin dudar en ningún momento de nuestra capacidad para afrontar esta maravillosa responsabilidad.

Ahora, solo queda esperar, prepararnos para lo que viene, aunque sabemos que no estamos ni cerca de saber lo que es. Mis padres trataron de darnos un leve vistazo sobre lo que nos espera, y nos han dado consejos de cómo sobrellevarlo. Es verdad que cuando lleguen recibiré mucha ayuda, mi madre vendrá, posiblemente Sila también esté aquí, incluso quiero pensar que mis tías estarán en la fotografía, aunque también queda ver la situación de Lila. 

Mientras tanto, Karl y yo hemos iniciado la decoración y el amueblado de la casa. Compramos cunas, ropa, accesorios y todo lo necesario para los primeros meses de vida de los bebés. A pesar de los consejos de no gastar demasiado en juguetes y ropa de recién nacido, y de preparar una habitación exclusiva para ellos, la alegría nos desborda, y terminamos adquiriendo peluches y juguetes como si estuviéramos ansiosos de que los usen. Si ya era amante de las compras, ahora lo soy el doble.

Por otro lado, nos hemos enfocado en nuestros trabajos. Con la clínica experimentando un crecimiento exponencial, Karl ha obtenido otro puesto que implica más horas y un ingreso mayor. Por mi parte, me asignaron la campaña de primavera-verano de una marca reconocida, y he estado ocupada: planificando sesiones, seleccionando locaciones para las fotos, revisando la iluminación y composición, y dirigiendo a las modelos. Si todo sale bien, podré finalizar antes de dar a luz y así no dejar la campaña en manos de otra persona.

Aunque confío en que todo saldrá bien, últimamente mi jefa me ha estado vigilando más de lo habitual. Ha indagado sobre mis fechas de parto y ha supervisado mis sesiones. Ahora, me ha dicho que quiere hablar, así que temo que, próximamente, ya no tendré trabajo. Solo espero que me permita concluir la campaña y me ofrezca un buen finiquito, no pido más.

—Verás que serán otro tipo de noticias, no creo que te vayan a despedir a tan solo unos meses de haberte contratado. Casi te ruegan para venir a trabajar con ellos. 

—Lo sé, pero, ¿qué tal si se arrepienten? —contesto, mientras camino lo más rápido que puedo hacia la agencia. 

—¿Por qué habrían de arrepentirse? Desde que llegaste las marcas han querido trabajar contigo, y has hecho un excelente trabajo. Salvaste esa campaña que estaba a punto de desaparecer y solo ha habido admiración por tu trabajo. Yo creo que hoy te dirán una buena noticia. Los bebés traen pastel bajo el brazo. 

Escucho lo que acaba de decir Karl y me río. 

—¿Cómo? 

—Eso que dijo tu madre la vez pasada, que traen suerte. 

—Torta bajo el brazo. 

—Eso… mi Maël y mi Davide nos traen suerte, verás que todo saldrá bien. 

Entro al edificio. Paso la tarjeta de seguridad y las compuertas se abren. Saludo a las chicas de la recepción y ellas me sonríen. 

—Me tengo que ir. Espero sean buenas noticias, de verdad. 

—Verás que sí. Te amo. Ahora me voy que han llegado más pacientes —me comunica, para después terminar la llamada. 

Camino hacia el elevador y acaricio mi vientre. 

—Espero que su padre esté en lo cierto —mumruro. 

Tan solo pongo un pie en el nivel que me corresponde, mi jefa sale de su oficina y me llama. Son las nueve de la mañana, hace mucho frío y sigo feliz por la noticia de mi hermana, es muy temprano para ser despedida. 

Entro a la oficina y mi jefa cierra la puerta después de dejarme entrar. Me pide que me siente y yo lo hago. Mi embarazo ya pesa lo suficiente como para negar un asiento. Ella se sienta en su lado del escritorio y me sonríe. 

—¿Cómo estás?, ¿cómo van los bebés? —inquiere. 

—Bien, creciendo. Cada día más pesados y he comenzado a sentir sus movimientos. 

—Mi Jane también, patea toda la noche. —Me hace saber. 

Me quedo en silencio. Sin embargo, un despido no creo que empiece de esta forma, deber ser un poco más serio y no lleno de ternura y comprensión; excepto que ella sea cruel. 

—Alegra, te llamaba para lo siguiente. —Comienza—. Llevas ya unos meses trabajando con nosotros en la agencia y los resultados han sido, en verdad, magníficos. 

—Gracias. 

—Salvaste esa campaña que dejaron a medias, has estado trabajando arduamente en la nueva campaña y has aportado buenas ideas. —Suspira—. Sin embargo. 

—¡Ay, Dios! — murmuro. Esperando lo peor. 

No puedo creer lo inestable que se ha vuelto mi vida laboral. Dejé todo en Madrid para venir aquí y construir mi carrera. Traje a Karl conmigo, él renunció a su seguro trabajo en el hospital de mi padre, donde prácticamente tenía su futuro garantizado. Ahora, una vez más, me encuentro en una situación precaria, y lo peor de todo es que estoy a punto de ser mamá.

Apenas logro organizar mis pensamientos y recordar todo lo que dejé atrás para estar aquí, las lágrimas brotan sin control. Es un desahogo completo de mis emociones, y sinceramente, no me importa si mi jefa me está observando; de todas formas, no puedo evitarlo. Es un momento abrumador y comprender que la estabilidad que buscábamos está en entredicho me llena de incertidumbre y frustración.

—¿Por qué lloras? —me pregunta. 

—Por nada, por nada… son las hormonas. —Me justifico. 

—Te comprendo, yo estoy enojada todo el tiempo. 

—Bueno, solo dime lo que me tengas que decir para empezar los trámites con recursos humanos. 

Ella asiente. 

—Sí, te están esperando para que firmes tu contrato como Productora de contenido de celebridades.

—¿Qué? —pregunto, aun llorando. 

—La campaña que salvaste era dirigida a un actor. Le encantó lo que hiciste y te recomendó con otras celebridades. Así que, como el puesto está desocupado, hemos decidido dártelo. Lo que te asegura un contrato indefinido y por muchos años. 

—¿Cómo? —Sigo sin poder creer lo que me dice. 

Sigo llorando, solo que esta vez es de felicidad. No puedo creer que al fin haya obtenido el trabajo de mis sueños, en la agencia de mis sueños, en la ciudad de mis sueños. 

—Ya tenemos a tu primera clienta, te reunirás con ella mañana. Pero mientras, te comento que esta campaña está valuada en una cifra con muchos ceros, ya que es una línea de ropa sostenible con estilo urbano. Si lo logras, Alegra, si haces que la campaña recaude lo que tiene que recaudar, serás una de las mejores de la agencia. 

Sonrío. 

—Y, ¿quién es esta celebridad? —pregunto. 

Ella espera un momento y luego me dice: 

—Lady flow. 

Me levanto de inmediato de mi asiento. Me mareo un poco, así que vuelvo a sentarme. 

—¿Lady Flow?, la multi galardonada reguetonera. La que tiene 10 grammys en el género urbano. Que ha hecho colaboraciones con Daddy Yankee, Bad Bunny… 

—Esa misma. Al parecer la admiras. 

—No solo la admiro, ¡me encanta! Es una de mis cantantes favoritas. 

—Pues, es momento de que le hagas la campaña de su vida. —Me indica—. Alegra, tienes el talento y el potencial, y por eso te hemos llamado a la agencia. No quiero que lo dudes ni por un segundo, ¿OK?, porque nosotros no dudamos de ti. Ahora, pasa a Recursos Humanos para el cambio de contrato. 

Me pongo de pie, ahora más lento, y la abrazo. Nuestros vientres apenas y nos dejan hacerlo. 

—Muchas gracias, de verdad muchas gracias. 

—No hay anda qué agradecer. Ahora, ponte a trabajar, que aún tienes una campaña por cerrar. 

—Gracias, muchas gracias —expreso. De nuevo las lágrimas se presentan. 

Salgo de la oficina y no puedo dejar de sonreír. Lo logré, tengo al fin mi trabajo ideal, mi talento es apreciado y, estoy a punto de firmar un contrato que me asegurará mi futuro y el de mi familia. La Alegra niña, esa que se enamoró de la moda cuando era pequeña, está muy feliz. 

—Su padre tiene razón, traen torta bajo el brazo —les digo a mis niños, mientras acaricio mi vientre. 

Siento un leve movimiento como respuesta, que me hace, de nuevo, romper en llanto. Al parecer, Alegra, mala suerte, se ha ido y ahora, solo veo una vida feliz y plena. Aunque, dicen que cuando todo sale bien, en algún punto, algo saldrá muy mal. Solo espero que no sea muy pronto y poder disfrutar de esta etapa, que nos ha cambiado la vida a todos.

5 Responses

  1. Alegra debe aprender a confiar más en sus capacidades! Ya se dio la oportunidad en el amor ahora que la rompa en su trabajo!

  2. Es tu trabajo el que habla Ale y más que merecido el puesto 🥰🥰🥳🥳 y nunca fuiste Alegra mala suerte 💙💙💙 todo estará bien 🙏🏼🙏🏼

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