Después de una cena maravillosa, Antonio me contó sobre todos lo viajes que ha hecho al rededor del mundo, unos que me encantaría hacer también. Al parecer, es un hombre de mundo, el único hijo de cinco hermanas, siendo él el pequeño de la familia, por lo que sabe lo que es estar rodeado de mujeres. 

 ⏤ Y de chismes y muchas preguntas como, ¿me veo bien con este vestido?, o consejos como que no sea un cerdo con las mujeres ⏤ habla, mientras toma un sorbo de vino. 

⏤ Ahora entiendo de donde eres tan educado y tan… detallista. 

⏤ Mis hermanas me educaron. Mi madre murió justo un año después de que yo naciera, y mi padre me dejó en sus manos porque él tenía que trabajar. No lo tomes a mal, mis hermanas son maravillosas, pero a veces me hacía falta un toque más… 

⏤ ¿Masculino? ⏤ pregunto y él sonríe. 

⏤ No, de soledad. Mi padre se encargó de la masculinidad, ya sabes, deportes, internados, enseñarme a cazar. 

⏤ ¿Sabes cazar? ⏤ le digo y él asiente ⏤, creo que será en lo primero que no estaré de acuerdo contigo.

⏤ Sé disparar un arma, pero no cazo, solo fue para complacer a papá; como posiblemente lo hago ahora ⏤ comenta, y veo que su tono de voz alegre cambia a uno más triste. 

Acaricio su rostro y le veo a los ojos.⏤ A veces hacemos cosas para complacer a nuestros padres. 

⏤ ¿Tú haces algo para complacer a los tuyos? ⏤ inquiere. 

Asiento con la cabeza.⏤ No les digo que me veo con extraño en un hotel. 

Antonio sonríe.⏤ Pero yo ya no soy un extraño, ¿cierto?, o, ¿aún lo crees? 

No sé qué decirle, la verdad, es que a una persona no se le conoce bien después de dos encuentros. No obstante, cuando estoy con él siento que nos conocemos de más tiempo y no me da ansiedad ni miedo estar a solas con él. 

⏤ ¿Qué te parece si hago que me conozcas más hoy? ⏤ me contesta, para luego ponerse de pie e ir hacia adentro de la habitación. Momentos después, escucho los primeros acordes de una canción y él sale con una sonrisa de oreja a oreja.⏤ ¿Bailamos? 

Antonio me ofrece su mano y me invita a que la tome. Yo, sin dudarlo, lo tomo y siento cómo me jala hacia él y nuestros cuerpos se juntan. Con una delicadeza que no había vivido, me toma de la cintura, y con la mano que tiene libre toma la mía. 

⏤ Mi hermana mayor, ella siempre decía que a una persona se le conoce en un baile ⏤ murmura viéndome a los ojos. 

⏤ ¿Ah sí? 

⏤ Sí. Según ella así puedes saber si es una persona delicada, o nerviosa, si te sabe guiar o simplemente te arrastra. Ya sabes, metáforas que uno no sabe de dónde salen.

⏤ Pues mi abuelo decía que cualquiera puede bailar si es la persona correcta ⏤ le contesto. 

⏤ Ya veo… ⏤ me dice, mientras nuestros cuerpos bailan al ritmo de la música tan romántica que ha escogido. 

Mientras nos movemos, no puedo dejar de ver sus ojos verdes, su sonrisa tan sincera, sentir sus manos cálidas sobre mi cuerpo, y ese maravilloso olor a colonia que porta el día de hoy. 

Una vez me dijo mi tía Ainhoa que “el amor es bailar”, y nunca lo comprendí hasta el día de hoy. ¿Cómo puede ser que me esté enamorando de este hombre que apenas conozco?, debe haber un error conmigo. 

⏤ ¿Qué piensas? ⏤ me pregunta, supongo que mi mirada me ha delatado. 

⏤ Pienso, en cómo es el destino. Si yo hubiese salido unos minutos más tarde del lugar, jamás nos hubiésemos encontrado. 

⏤ O si mi chofer no se hubiese pasado ese alto ⏤ confiesa y yo sonrío. ⏤ Pero, ¿es bueno, no?, el habernos encontrado, o qué, ¿te arrepientes? 

Niego con la cabeza. ⏤ No, claro que no. 

⏤ ¿Entonces? 

⏤ Solo fue algo que me pasó por la mente, que te puede sonar muy raro ⏤ le digo, y él arquea la ceja. 

⏤ Dime, te escucho. 

Suspiro.⏤ ¿Qué pasa si te digo que mi familia está atada a la palabra “destino”? 

⏤ Diría que me encanta la idea… 

⏤ Y qué la mayoría de las historias de amor que rodean a mi familia empiezan con esa palabra… 

Antonio sonríe, luego con una de sus manos quita un mechón y lo pone detrás de la oreja, acción que me hace poner muy nerviosa y que mis mejillas se sonrojen. 

⏤ En mi familia, las historias de amor empiezan con un beso ⏤ me murmura. 

Él se acerca a mí, y me da un beso sobre la frente, después, sus labios bajan hacia mi nariz, y finalmente tocan mis labios. Una vez más volvemos a envolverlos en un beso, ese que un mes atrás empezó todo y nos trajo hasta aquí. 

Nuestros labios se coordinan, se reconocen, se gustan. Puedo sentir sus manos acariciando mis mejillas, su lengua explorando mi boca y la mía explorando la suya. Puedo sentir mi respiración tranquila, mi cuerpo relajado y mi cabeza en el cielo. Los besos del príncipe Marroquí de verdad son únicos, o la menos eso es lo que siento. 

Nos separamos poco a poco, aunque no es porque queramos, sino porque nuestros cuerpos nos lo piden. Abro los ojos lentamente y de nuevo me detengo a ver ese destello verde que me da vida. No sé qué decir, me ha robado las palabras y el aliento, lo único que sé es que esto va más rápido de lo que pensé y es hora de poner el freno; al fin y al cabo no soy mi hermana Alegra.

⏤ Yo, me tengo que ir ⏤ murmuro. 

⏤ Lo sé, aunque es una lástima ⏤ responde, y acaricia mis mejillas. Antonio toma mis manos y las besa.⏤ Seré el caballero que mis hermanas me enseñaron a ser. 

⏤ Más te vale ⏤ contesto, con una sonrisa. 

Así, me doy la vuelta y voy hacia mi lugar para tomar mis cosas. Él me observa detenidamente y cuando estamos juntos en la habitación me acompaña hacia la puerta y la abre. 

⏤ El chofer te llevará de regreso a tu casa o dónde quieras ir ⏤ habla. 

⏤ Gracias. 

Antes de salir, nos vemos frente a frente y juro que quiero memorizarlo de pies a cabeza. Solo por si esto es una alucinación o un sueño, o al menos tener algo a lo que me pueda aferrar. 

⏤ Entonces, ¿cada martes? ⏤ vuelve a preguntarme y yo asiento. 

⏤ Cada martes ⏤ respondo. 

Él se acerca a mí, y me da un ligero beso sobre los labios, como si quisiera recordarme de lo que me perderé una semana. Cuando se aleja, me sonríe y suspira profundo. 

⏤ Nos vemos pronto, bella Lila. Si puedes, piensa en mí, como yo pensaré en ti ⏤ recita. 

Simplemente, sonrío, me separo de sus manos, y salgo de la habitación para caminar sobre el pasillo hacia el elevador. Puedo sentir la mirada de Antonio acompañándome. Antes de llegar al elevador, volteo a verle y le sonrío. 

⏤ Supongo que así es como el destino, ¿funciona no?, sellándolo con un beso. 

Antonio asiente con la cabeza.⏤ Cada martes ⏤ me dice, y yo entro al elevador. 

⏤ Cada martes ⏤ murmuro, para después morderme los labios y miro el reloj viendo cuántas horas faltan para volver a verle. 

2 Responses

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *