No pude dormir en toda la noche, se me hizo imposible. Solo de pensar en la propuesta de Antonio, en ese baile y sus ojos verdes mirando los míos, me dio insomnio, al grado que logré ver el amanecer.
Ya es miércoles por la mañana, y me pregunto dónde estará, ¿ya habrá dejado Madrid?, o aún estará en ese lujoso hotel. Sé que tal vez soy una vil tonta, pero, no lo puedo evitar, supongo que soy lo que dicen mis hermanos, una enamorada empedernida.
Con todo esto, era evidente que no tendría mucha energía cuando mi hermano David y mi primo Daniel pasaron por mí para ir a correr como lo hacen casi siempre todos los días; supongo que para no levantar sospechas tendré que hacer un máximo esfuerzo.
⎯ ¡Venga Lila!, solo unos kilómetros más ⎯ me grita David, mientras veo cómo van llegando al lugar donde acabaremos la última vuelta.
⎯ No puedo, no puedo más ⎯ les contesto jadeando.
⎯ ¡Venga!, ¡vamos! ⎯ me comenta, para luego voltearse y alcanzar a Daniel.
Amo correr, incluso es el único ejercicio que hago. Mi hermana Lila quiso meterme al yoga, pero no me gustó para nada, y el gimnasio ni siquiera lo pienso, demasiado para mí.
Veo cómo ellos llegan y paran jadeando. Yo apenas llego y me siento en la banca que hay al lado.
⎯ ¿Todo bien? ⎯ me pregunta Daniel, al ver que caigo rendida.
⎯ Solo estoy un poco cansada, es todo ⎯ confieso, tomando un poco de agua.
David se sienta al lado mientras mi primo aún se estira un poco.
⎯ Lila ha estado trabajando muy duro para hacer tres vestidos a una tal Cassandra. Se nota que es en verdad una perita en dulce ⎯ contesta mi hermano por mí.
⎯ ¡Ya veo!, ¿y por eso es que te quedas tan tarde en el taller? ⎯ pregunta mi primo, pero con esa voz que denota que sospecha algo.
⎯ Así es…
⎯ No sabía que la vida de una diseñadora de vestidos era tan nocturna ⎯ me comenta, para luego acercarse a mí.⎯ ¿Cierto Lila?
Veo los ojos de mi primo y sé que está tratando de entrar a mi mente. No sé si todos lo saben, pero Daniel no solo es bueno con el dinero y las apuestas, es excelente sacando información.
⎯ Lo es ⎯ repito.
⎯¿Segura, segura? ⎯ insiste.
⎯ Segurísima.
⎯ ¿Por qué insistes tanto? ⎯ pregunta David, para luego voltearme a ver.
⎯ No lo sé.
⎯ Lila, pasé por tu taller, ayer por la noche y no estabas ⎯ me dice mi primo, y yo trato de no actuar sorprendida.
⎯ ¿Es en serio eso? ⎯ pregunta mi hermano, y ahora me veo acorralada.
¿Qué demonios hacía Daniel por mi taller a esa hora?
⎯ Bueno, es que…
⎯ ¿Te estás viendo con alguien Lila? ⎯ inquiere Daniel y yo niego con la cabeza.
⎯ Lilaaaaaa ⎯ insiste.
Y yo desvío la mirada porque esto es demasiado.
Así que suspiro, porque ya no sé qué es peor, negar u ocultar todo.
⎯ Bueno, si les cuento deben guardar el secreto ⎯ contesto.
⎯ Mis 200 euros, por favor ⎯ le dice mi primo a mi hermano y David se los da refunfuñando.
⎯ Ustedes no pueden dejar de apostar ⎯ les regaño ⎯, ¿qué fue lo que apostaron?
⎯ Que guardabas un secreto, para mí, que es un hombre ⎯ habla Daniel.
Suspiro.⎯ ¿Qué a caso eres brujo? ⎯ le pregunto y él se ríe.
⎯ Mis 100 euros ⎯ le dice a David y mi hermano se los paga.
⎯ ¡Basta!, dejen de apostar.
⎯ Bueno, ya dinos ⎯ insiste David, antes de que termine en la quiebra total.
Suspiro.⎯ Sí, es un hombre.
⎯ ¿Y?, ¿dónde lo conociste?, ¿qué hace?, y, ¿por qué lo ocultas?
⎯ Por esto mismo, porque no quería que estuvieran de chismosos. Al menos quiero disfrutar.
⎯ Y, ¿cómo se llama?
Sonrío.⎯ Se llama Antonio, y lo conocí en la boda de Sila… Se coló. Lo volví a encontrar hace unas semanas y pues ahora, nos vemos cada martes por la noche.
⎯ ¿Cada martes? ⎯ inquiere David.
⎯ Sí, es el segundo que lo veo y lo veré el siguiente.
⎯ Y, ¿qué pasa el resto de los otros días?, ¿no te puede ver? ⎯ insiste Daniel.
Yo niego con la cabeza. ⎯ Pues, nos comunicamos por mensajes y me llama. Viaja mucho, por negocios de su padre, y solo puede verme los martes.
Ambos me ven a los ojos y sé que eso no les cayó muy bien.
⎯ ¿Qué?
⎯ ¿Qué es lo que hace?, ¿en qué trabaja? ⎯ insiste Daniel.
⎯ No lo sé, aún nos estamos conociendo, pero eso si te puedo decir, es lindo, me trata bien, y al parecer le gusto ⎯ comento, para luego sonrojarme ⎯ y guapo, y por lo que veo es bastante…
⎯ Rico ⎯ agrega Daniel.
⎯ Bueno, eso no se puede negar ⎯ contesto y sonrío.
⎯ Mira, que es todo un Bruno Díaz. Capaz que de miércoles a lunes es justiciero y los martes es todo un don Juan ⎯ se burla.
⎯ David… ⎯ me quejo y me pongo de pie.
⎯ Es broma… Ven, anda…
⎯ Por eso no le quería decir a nadie, porque sé que se burlarían y le dirás a papá y a mamá y bueno… al resto de la familia; lo arruinaran todo.
⎯ No es eso ⎯ interrumpe David ⎯, lo que pasa es que me preocupa. Tanto misterio, tanto secreto. No quiero que te rompan el corazón.
Sonrío y acaricio la mejilla de mi hermano.⎯ Te prometo que no será así, sé cuidarme y sé cómo actuar. Solo déjame disfrutar un poco, ¿anda?. Alegra y tú siempre me dicen que debo arriesgarme un poquito… Y, pues, en verdad me gusta, me gusta mucha.
David me sonríe y ve a Daniel. ⎯ Supongo que todos merecemos una oportunidad en el amor, ¿no?
⎯ No sé si sea amor ⎯ confieso ⎯, pero sé que hay algo y quisiera averiguarlo. Solamente prométanme que no le dirán a nadie, ¿sí?
David asiente, al igual que mi primo.⎯ Solo promete que te irás con cuidado y que me dirás cualquier cosa que pase, ¿sí? ⎯ me hace prometer y yo asiento.
⎯ Gracias ⎯ murmuro, y admito que me siento mejor ahora que he compartido esto.
Mi hermano me sonríe y luego se pone de pie ⎯, ¿entonces?, ¿cada martes?
⎯ Cada martes ⎯ admito, para luego sonreír.
****
Después de ir a correr, ducharme y salir de casa para ir al taller. Subo en el elevador para ir hacia el piso y comenzar a trabajar de nuevo.
Además, la voz de mi taller se ha corrido y entre vestido y vestido de Cassandra, he recibido otros trabajos que me entretienen y ayudan al taller.
Así cuando entro al pasillo donde se encuentra el piso. Un olor a flores llega a mí y entre más me acerco a la puerta más lo siento. En eso, observo que no solo hay un ramo de flores, sino unos siete, de unas preciosas margaritas que, de inmediato, me hicieron sonreír.
⎯ ¿Qué es esto? ⎯ pregunto, emocionada, recogiendo uno de los ramos. Tomo la tarjeta y al ver el mensaje me río emocionada.
Bonita Lila,
Aquí va un ramo por cada día que pasé sin verte, el próximo te lo entregaré en las manos, el próximo martes.
Ya sea destino o casualidad, lo nuestro está pactado no solo con un beso, sino con algo más allá.
Pensaré en ti todos los días, hasta que te vuelva a ver.
Con Amor.
Antonio.
Terminado de leer la nota, la beso. Destino o casualidad, esto que tenemos es nuestro, y solo nuestro, aunque por ahora Antonio sea, mi secreto.
Jajajaja Daniel siempre triunfando en las apuestas
Aunque no les pareció mucho a David y Daniel que esto sea un secreto almenos le están dando la oportunidad de que averigüe que está pasando entre Antonio y ella sin las preguntas de la familia.
Demasiada información para los doble D
“Todos los martes” ya los veo, montando operativo “misión -Atrapar al don Juan-”
(× . ×)
La preguntas de Daniel me parecieron lógicas!!! Bueno sacando info