Era evidente que ambos deseábamos lo que estaba a punto de pasar, y aunque no lo dijimos de voz propia, la tensión se sentía en el aire, incluso mucho antes de salir del acuario. 

La cena había sido maravillosa, llena de risas y como siempre anécdotas de su parte. Antonio tiene un don para narrar, te hipnotiza con su voz gruesa y varonil, y también con el movimiento de sus manos, esas tan largas y bonitas que parecen una obra de arte. 

No sé qué tenga este hombre, no tengo la menor idea, pero me hace caer automáticamente en sus brazos, me enamora con su sonrisa, tan alegra y sincera y esos ojos, destello verde que me da vida y que me mantiene sumida en un sueño. 

⎯ Pasa ⎯ le digo en voz baja, mientras entramos los dos al taller que ahora se encuentra completamente a oscuras. 

Antonio entra detrás de mí y cierra la puerta, mientras que yo voy hacia las ventanas y abro la cortina para que entre algo de luz. 

⎯ Disculpa el desastre ⎯ comento, algo nerviosa. 

Él se acerca hacia mi mesa de trabajo y toca la tela de tul que dejé extendida para trabajarla mañana. Me acerco a él y la toco también. 

⎯ Es un vestido de novia con una cola bastante larga ⎯ hablo, y él voltea a verme y sonríe. 

⎯ Es un taller muy bonito. 

⎯ Era el piso de mi madre y de mi hermana, yo lo hice taller ⎯ contesto, y con lo rápido que hablé sé que mis nervios me están delatando. 

Antonio deja el tul, luego coloca sus manos sobre mi rostro y con la huella de sus dedos acaricia mis mejillas. Yo sonrío y cierro los ojos para sentir sus labios sobre mi frente, luego mi nariz y finalmente mis labios. 

De inmediato, ambos comenzamos esta hermosa combinación de sus besos con los míos, hasta que la respiración se corta y los ánimos comienzan a calentar el cuerpo. 

Ninguno de los dos tenemos mucho tiempo que perder, porque parece que éste siempre está en contra nuestra, por lo que comenzamos a jugar con nuestras manos, a quitar prendas y a darle paso a la piel. Los labios de Antonio bajan por mi cuello hasta mis hombros, con ternura, él, baja uno de los tirantes que sostienen mi vestido rosa, y para después aflojar el cierre que lo sostiene por completo. 

Cuando mi vestido cae, deslizándose sobre mi cuerpo, yo termino de quitarle el resto del traje para descubrir su cuerpo marcado y comenzar a recorrer su abdomen con mis dedos. 

⎯ Eres hermosa, Lila ⎯ me murmura al oído, mientras sus manos me cargan hacia el sofá y ambos nos dejamos caer ahí. 

Su cuerpo contra el mío se rozan con pasión, nuestros labios no dejan de besarse, y mis manos no dejan de tocarle. Quiero recordar cada músculo, cada esquina, cada sensación que él me pueda regalar. 

Sus manos se refugian en mi espalda, mientras yo, encima de él, dejo que me tome como lo hizo aquella noche de copas después de la fiesta de mi hermana. La única diferencia es que ahora las sensaciones y mis sentimientos hacia él son diferentes. 

⎯ Me encantas ⎯ me murmura, mientras nuestros cuerpos no se dan cuartel a las caricias y los besos que nos compartimos. 

El taller donde trabajo comienza a llenarse de gemidos, de un aroma que es una mezcla del mío con el de él, de palabras bonitas y tiernas, pero, sobre todo, de una complicidad que nació desde hace tiempo atrás. 

No puedo pensar nada, no sé ni siquiera como me llamo, pero de una cosa si estoy segura, de que esto que tengo con Antonio, es de las mejores cosas que me han pasado en la vida.

Así, mientras los dos nos encontramos desnudos, en medio de este lugar tan nuestro, escondidos de la multitud y disfrutando de nuestros reencuentros furtivos que cada martes tenemos sin que nadie sepa. Ahora, hemos encontrado nuestro lugar, uno para amarnos y desearnos como es debido. 

Siento cómo sus manos se aferran a mi espalda, mientras nuestros cuerpos se ponen tensos tratando de sentir todo ese placer que hemos construido. Después, me recargo sobre su pecho y escucho el latido de su corazón que va tan rápido como el mío. 

⎯ Si te soy honesto, esto terminó mejor de lo que esperaba ⎯ me confiesa, mientras me da besos sobre la frente. 

⎯ No me digas que no lo deseabas. 

⎯ Yo nunca dije eso ⎯ me responde, para luego acomodarme de una forma que quedamos ambos abrazados y sentados sobre el sofá. 

Antonio juega con el mechón de mi cabello y yo acaricio con mis dedos su abdomen, que no está muy trabajado, pero donde si se notan los músculos de su cuerpo. 

⎯ Si ya te extraño cuando me voy, ahora te extrañaré más… 

⎯ Pero, aún no te vayas ⎯ le pido, y él niega con la cabeza. ⎯ Quiero que me cuentes más sobre ti. 

Antonio me sonríe y acaricia mi mentón.⎯ ¿Saber sobre mí?, ¿qué? ⎯ inquiere. 

⎯ Pues… Todo. 

⎯ ¿Todo? 

⎯ Sí, así es, todo. La verdad es que casi no nos hemos contado de nuestras vidas y bueno tú… ⎯ y a mi mente viene todo lo que mi hermano y mi primo me dijeron. 

Antonio sonríe.⎯ ¿Crees que te estoy ocultando algo? 

⎯ No bueno…⎯ titubeo. 

Antonio me ve a los ojos ⎯ ¿Desconfías de mí? 

⎯ No, claro que no. Solo que debes admitir que hay un aura de misterio en ti. Solo nos vemos los martes, en nuestras citas hablas de tus viajes y… Bueno, solo quisiera saber un poco más del hombre con el que me aventuré a pasar ya dos noches. 

Él acaricia mi rostro y asiente.⎯ Bien, no quiero que sospeches de mí, ni desconfíes, así que dime, ¿qué quieres saber? 

⎯ Todo lo que me quieras decir. 

Él suspira.⎯ Bueno, mi nombre es Antonio de Marruecos, tengo treinta y seis años… 

⎯ ¿Tienes treinta y seis años? ⎯ inquiero, bastante sorprendida. 

⎯ Sí, ¿qué pensabas? 

⎯ Que tenías menos  ⎯ admito ⎯, al menos que eras de mi edad. 

⎯ ¿Pues cuántos años tienes tú? 

⎯ Veinticinco ⎯ respondo, y ambos nos reímos.⎯ Bueno, entonces, me decías. 

Él suspira.⎯ Como te comenté soy el menor de cinco hermanas, sus nombres son Antonia, Sofía, Natalia, Ana y Nadja, tres están casadas, dos están solteras y bueno. Tengo un padre. 

Me río.⎯ Yo tengo tres hermanos, una de ellas es mi gemela. 

⎯ ¿Tienes una gemela? ⎯ habla sorprendido. 

⎯ Así es… y un hermano menor, y una mayor. 

⎯ Vaya ⎯ contesta. 

⎯ Y, ¿dónde vives? 

⎯ En el cielo, aunque desde que te conozco tengo la cabeza en las nubes ⎯ confiesa para luego besarme.⎯ Mis hermanas viven en diferentes lados y yo vivo con mi padre en la residencia familiar, en Marruecos, aunque pocas veces voy, siempre estoy viajando así que los hoteles se han vuelto mi hogar. 

⎯ Y, ¿a qué se dedica la empresa de tu padre? 

Él se ríe bajito.⎯ ¿En verdad quiere saber todo? 

⎯ Así es… 

⎯ Y, ¿tú también me dirás todo? ⎯ inquiere. 

⎯ Sí, pero, otro día… Venga, dime ⎯ le animo. 

⎯ La familia tiene una empresa que se dedica a las exportaciones. Mi abuelo empezó, ya sabes, vendiendo en el mercado, en Marruecos. Vendía de todo, alfombras y telas y… 

⎯ Como en Aladino ⎯ comento y él se ríe. 

⎯ Más o menos así, solo que sin genio de la lámpara ⎯ y al decir eso, me besa en los labios.⎯ Después, fue creciendo el negocio y ahora es lo que nos sustenta. Mi padre la llevaba hace unos años, pero, enfermó, así que tuve que tomar el mando a los dieciséis años. 

⎯ Tan joven. 

⎯ Así es, pero estaba listo, porque al ser educado en casa y tan cerca del oficio fue lo que me formó, por lo que estoy en esto desde hace unos años ya. 

⎯ Y, ¿qué exporta? 

⎯ De todo, aunque las telas es lo nuestro. 

⎯ Entonces, ¿eso de que estabas en una conferencia de telas? 

⎯ Así es… ¿Ves cómo no te miento? Estaba muy aburrido así que salir caminar y me encontré con la fiesta. Me encantó por lo animada que estaba, el ambiente, todo en general. Y luego te vi de lejos, con esa sonrisa tan bonita, y tus ojos brillantes y ya no me quise ir… ⎯ Al escuchar eso me sonrojo por completo. A veces Antonio lo hace parecer como si hubiese sido amor a primera vista, y parte de mi ser quiere que así sea. ⎯ Yo vengo de una familia de tradiciones algo radicales y tu fiesta se veía tan libre que me contagiaron… 

⎯ Solo era una boda ⎯ murmuro. 

⎯ La mejor de todas, así si me dan ganas de casarme ⎯ confiesa, para luego besar mis labios. 

Nos quedamos así por unos momentos, disfrutando de los labios del otro. Luego él se separa y viéndome a los ojos me dice.⎯ ¿Más tranquila?, ¿ya no desconfías de mí? 

⎯ No desconfío de ti, si lo hiciera créeme que no estarías aquí ⎯ le advierto. 

Antonio toma mi barbilla con cuidado y hace que lo vea a los ojos.⎯ Te juro, Lila, que todo lo que te digo es verdad. No son palabras vacías, ni huecas, en verdad me gustas, contigo me siento libre y feliz. Siento como que ya te conocí en otra vida y me he vuelto a reunir contigo. Como si fuésemos llamas gemelas. 

⎯ Llamas gemelas… 

⎯ Así es… de esas que mantienen el fuego vivo, que no importa que tan separados estén, son el uno para el otro… esas llamas. 

Al decir esto, Antonio me ve a los ojos y juro que puedo ver que cada palabra que me dice está llena de sinceridad y yo, le creo. 

⎯ ¿Algo más que quieras saber de mí, Lila? ⎯ me pregunta. 

Entonces me recargo sobre su pecho y cierro los ojos.⎯ No, creo que fue suficiente por ahora, Antonio… o, bueno, ¿por qué te dicen el príncipe Marroquí? 

⎯ Esa es fácil. A mi padre le decían el Rey de las exportaciones, el Rey Marroquí. Así que cuando tomé el mando, me llamaron el príncipe y así me quedó y, pues, así me presento.

⎯ Me gusta, te diré así. 

⎯ No ⎯ murmura, y besando mi cabello me dice ⎯, para ti, soy Antonio, solo Antonio. 

⎯  Bueno ⎯ respondo, para después guardar silencio. Antonio suspira, me envuelve entre sus brazos y siento cómo relaja su cuerpo ⎯, todavía no te vayas… ⎯ le pido. 

⎯ No, aquí me quedaré un rato más, bella Lila ⎯ contesta, para después darle paso al silencio y quedarnos dormidos.

5 Responses

  1. Solo Antonio…. me gusta que prefiera que Lila le diga solo así, sin títulos ni apellido, solo su nombre

  2. Leeremos a Lila utilizando Yihab…
    Si Antonio tiene 36 siendo el menor cuanto tendran sus germanas… las solteras, segun su tradición deben mantenerse virgenes hasta el casamiento…
    Y no veo a Lila soportando más esposas para Antonio .

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