-Semanas después- 

La conexión con Mía se dio de una forma tan profunda, que para el siguiente día, después de mi colapso mental, parecía que ella era mi hija de sangre y que yo era su padre de verdad. Así, me di a la tarea de entenderla mejor, de tratar de estar para ella y sobre todo me llené de una paciencia que no sabía que tenía; supongo que la encontré dentro de mi ser. 

Así, comenzaron mis días como padre soltero, entre pañales sucios, trajes llenos de leche, y de llantos que tenía que interpretar de todas las formas posibles. En menos de una semana tuve que aprender como lavar, esterilizar y preparar un biberón, cambiar pañales, escoger la ropa ideal para el clima del día y sobre todo a asegurarme de que la niña comiese cada tres horas sin pretexto alguno. 

De pronto, mi agenda de trabajo se descontroló por completo. Los planes que tenía para las siguientes semanas tuvieron que recorrerse y las idas al pediatra fueron primordiales. Las desveladas comenzaron a pasar factura y para el final del mes, me sentía tan cansado que no podía mantener los ojos abiertos, aprovechando los pequeños viajes en auto para dormir en lugar de revisar papeles o la hora de la comida para encerrarme en mi oficina y olvidarme de todo. 

Sin embargo, la preocupación nunca termina, y el estar pendiente del móvil en lugar de cerrar los ojos y descansar se ha vuelto parte de mi rutina. Siempre quiero saber cómo está, si María ya le dio de comer y si está durmiendo las horas adecuadas. Necesito descansar, pero a la vez, quiero estar alerta, no sé si me dé a entender. 

***

Entonces, entre que hago malabares entre el hogar y la empresa, comienzo a pasar cosas por alto, a fallar en lo que no debería y el cansancio, se empieza a notar en cada una de las actividades de mi día a día. 

⏤ La campaña de marketing está sirviendo de maravilla. Nuestras ventas han subido, y creemos que si sigue así podremos hacer una para las próximas Navidades ⏤ escucho a lo lejos al jefe del departamento de promoción ⏤ ¿cree que la señora de León pueda hacer una colección exclusiva para invierno? 

El silencio invade, sé que la pregunta es para mí, pero estoy tan cansado que no he notado que llevo casi treinta minutos de la junta cabeceando en el asiento. Nadie me dice nada, y cuando mi mente capta que debo contestar, otra voz interrumpe. 

⏤ Suponemos que sí. Le diré a mi mujer que hable con ella, aún estamos a tiempo ⏤  contesta Salvador, mi socio. 

⏤ Bien… 

⏤ Creo que la junta podría terminar por hoy. El señor Caballero no se siente muy bien que digamos ⏤ habla Salva.

⏤ ¿Qué?, ¿cómo? ⏤ reacciono de inmediato, para ver el rostro de mi amigo sonreír.

⏤ Yo hablaré con mi esposa y ella se lo comunicará a la señora de León ⏤ finaliza. 

⏤ Gracias, señor, hasta luego ⏤ se despide, y yo sigo sin entender qué pasó. 

Salva se pone de pie y se ríe bajito.⏤ ¡Qué carita! 

⏤ ¿De nuevo me quedé dormido? ⏤ pregunto, con algo de vergüenza. 

⏤ ¿De nuevo?, ¿pues cuantas veces ha pasado? 

Me pongo de pie, cierro la carpeta de piel que está delante de mí y la tomo entre mis brazos.⏤ Es más seguido, ahora. Ayer tuve una noche de terror. Mía tiene un resfriado y no se durmió hasta que dieron las cinco de la mañana, considerando que entro a trabajar a las ocho, sabrás que no dormí nada. 

⏤ Te entiendo ⏤ contesta, para luego entrar junto conmigo a la oficina ⏤, ser papá soltero debe ser pesado. 

⏤ Lo es… Ahora admiro más a las mujeres que hacen esto solas. 

⏤ Y eso que tú tienes el dinero del mundo, ¿eh? ⏤  contesta. 

⏤ ¿Qué insinúas? 

⏤ Que sufres porque quieres, Caballero. Si tú tienes los recursos para contratar a una niñera de planta, ¡hazlo!, si no reventarás. 

⏤ No quiero que a Mía la críe una niñera. Además, las últimas que he visto, son jóvenes, inexpertas y la mayoría quiere terminar entre mis sábanas ⏤ hablo, mientras voy a la máquina de café que tengo en mi oficina y me preparo el sexto o séptimo del día, ya no lo sé ⏤, si vuelvo a escuchar la frase “¿Y hay una señora Caballero presente?”, te juro que colapsaré. 

Salvador se ríe con ganas, para después ir al minibar y tomar una botella con agua ⏤¡Qué terrible ser rico, guapo y soltero!, ¿no? ⏤ se burla. 

⏤ Lo dirás en broma, pero lo es. De pronto, pasé a ser invisible y el viudo amargado, a prospecto de jovencitas que piensan que follar conmigo debe ser fenomenal porque tengo dinero. Yo ya no estoy para eso. 

⏤ ¿Para jovencitas, para ser prospecto o para follar? 

⏤ Para todo⏤ le aseguro, para darle un sorbo al café. 

⏤ Venga Miguel. Apenas y llegas a los treinta y siete años, y creo que diez años de luto son suficientes, ¿no crees? 

Bajo la taza de café y lo veo a los ojos. No es la primera vez que alguien insinúa que he llevado mi luto muy lejos. Lo que pasa es que no estoy preparado para no ser viudo, ya olvidé lo que es ser solo Miguel Caballero, un hombre con deseos y anhelos.

⏤ Salvador, con todo respeto, no necesito que me busques una esposa, y mucho menos me digas cuanto tiempo es suficiente luto. Si Thalía llegara a morir, ¿querrías que te dijera que un año es suficiente para respetar su recuerdo? 

⏤ Claro que no. 

 ⏤ Entonces… Aún no me siento preparado para volver al mundo de las citas. No me importa que tan maduro, guapo o elegante se me considere. 

⏤ Bueno, no era mi lugar, lo siento. Deja reparar mi falta ayudándote con el asunto de la niñera. Debes abrir un poco tu red de apoyo, no todo lo tienes que hacer tú. 

⏤ No quiero niñeras, a Mía la criaré yo, puedo solo. 

⏤ No es para que la críe, es para que te ayude. Thalía y yo no seríamos nadie sin nuestras tres niñeras. Digo, si tengo los recursos para ayudar a mi mujer en el cuidado de nuestros hijos, se la daré. Sin ellas, no podríamos trabajar, y ella no seguiría desarrollándose profesionalmente. Vamos, tengo a la niñera ideal que te puede ayudar. Recuerda que eres el presidente de una empresa también y que al menos debes mantenerte despierto cuando te están diciendo que todo va viento en popa. Además, en algún punto tendrás que viajar o hacer algo donde necesites dejarla bajo el cuidado de alguien.

Suspiro, tomo el resto del café en un sorbo y creo que para aguantar el resto del día necesitaré tres más. 

⏤ Vale, te tomo la palabra, pero no es un trabajo seguro ⏤ le advierto.  

⏤ Lo sé. 

⏤ Así que la persona que mandes debe saber eso… 

⏤ Lo sabrá. 

⏤ Ahora, hazme un resumen de lo que pasó, que desde el primer cabeceo no tengo ni idea ⏤ le pido, y Salvador se ríe. 

***

[Horas más tarde]

Puedo escuchar al fondo los primeros truenos anunciando que una fuerte tormenta está a punto de caer y agradezco haber terminado a tiempo y llegar a mi casa antes de darme la empapada de mi vida. 

Así, tan solo abro la puerta, escucho el fuerte llanto de Mía, y momentos después puedo ver a María con una cara de pocos amigos, acercándose con ella en brazos. 

⏤ Tome, lleva como una hora llorando y no sé qué tiene ⏤ me dice de mala gana. 

Tomo a mi hija en brazos y le sonrío.⏤ Hola Mía, ya llegó papá ⏤ y acaricio su rostro con mi mano. 

⏤ Estoy muy atrasada con la cena, ya le dije que no puedo todo. 

⏤ María, te aumenté el salario este mes mientras me ayudas, no será para siempre. 

⏤ Pues no es suficiente, esta niña llora más que cualquier niño del mundo. Por eso mismo es que yo no decidí tener hijos, y ahora tengo que cuidarla a ella. 

María es una buena persona, pero, al parecer, la amargura se hace evidente cuando toma a Mía entre brazos. 

⏤ Bueno, ya llegué hoy, y ya me toca cuidarla ⏤ hablo, mientras mueve levemente el cuerpo de Mía, arrullándola y tranquilizándola. 

⏤ Por cierto, hay una mujer esperando por usted en la sala. 

⏤ ¿Una mujer?, ¿quién? 

⏤ No lo sé, solo dijo que venía a verle y la dejé pasar ⏤ contesta. 

La miro a los ojos y niego.⏤ María, ¿qué dijimos de dejar pasar gente solo porque sí? 

Ella encoge los hombros.⏤ Me dijo que la esperaba y yo la dejé pasar. Si no quiere que pase eso deme una lista de los invitados que tendrá y así me aseguro de que dejen su identificación en la entrada ⏤ responde sarcástica.⏤ Ahora, si me disculpa, iré a preparar de cenar. 

Y diciendo esto sale de mi vista a paso firme y hablando sola, o más bien, alegando de todas las cosas que no pudo hacer por cuidar a mi niña. Yo veo a Mía a los ojos y le sonrío. 

⏤ De nuevo desesperaste a María, pero no te preocupes, sé que es buena persona y solo está adatando ⏤ le comento. 

Me quito el abrigo como puedo, lo cuelgo en el perchero de la entrada y con mi hija en brazos camino hacia la sala para ver quién es. En cuanto entramos, una señora de unos sesenta años, de pelo rizado corto, teñido de rojo y cuerpo robusto; se pone de pie y me sonríe. 

⏤ ¿Se le ofrece algo? ⏤ pregunto. 

⏤ Buenas tardes, señor ⏤ contesta en voz fuerte y firme ⏤, mi nombre es Su Gómez, me manda el señor Salvador García. 

⏤ ¿Salva? ⏤ pregunto, y ella asiente. Luego recuerdo la plática que tuvimos por la tarde y entiendo todo ⏤ ¡Ah!, viene por el puesto de niñera. 

⏤ Así es… ⏤ contesta y estira la mano. Yo hago lo mismo y puedo sentir un apretón fuerte y seguro ⏤ Me dijo que me presentara lo más pronto posible. 

⏤ Sí, claro… Siéntese ⏤ la invito, y yo mismo me voy hacia la sala y me siento con Mía en brazos, para mi buena fortuna, la niña se ha tranquilizado; al parecer solo quería brazos de papá. 

⏤ ¿Esa es la niña que hay que cuidar? ⏤ inquiere. 

⏤ Así es, pero, Su… ¿En verdad tiene experiencia en este trabajo? ⏤ pregunto, sospechado que posiblemente esta pueda ser una broma de Salvador al contarle lo que le dije de las otras niñeras. 

⏤ ¡Qué si tengo! ⏤ me contesta, haciendo un ademán con la mano ⏤, ¡un buen! 

⏤ Y, ¿trae algún tipo de curriculum? ⏤ inquiero. Su hace un rostro de no entender nada. ⏤¿Hoja de vida?, donde pueda ver su experiencia y trabajos anteriores. 

⏤ Nombre, de eso no tengo nada. El señor Salvador me dijo que no lo necesitaría. 

⏤ Vaya, y ¿cómo voy a saber si es la indicada para trabajar conmigo?, ¿cómo sabré si tiene experiencia? 

⏤ Pues pregunte ⏤ me habla sincera, para luego hacerse hacia delante y quedar más cerca de mí.⏤ Soy madre soltera, saqué adelante a mis dos hijos y cuando mi hija cumplió veinte, pues se juntó con un malparido, hijo de puta… y que me la embaraza. 

⏤ Vale ⏤ respondo. 

 ⏤ Y, pues también crie a la nieta. Más experiencia que eso no hay ⏤ me asegura ⏤, ¿o usted no la ve suficiente? 

⏤ Pues es bastante. 

⏤ ¡Qué si no! ⏤ hace, y luego toma un sorbo del agua que seguro, María le ofreció. 

⏤ ¿De dónde conoce a Salvador? 

⏤ Fui niñera de su hijo, del mayorcito, Salva. 

⏤ ¿De verdad? 

⏤ Sí, pero el niño ya esta grande, y ya no necesita quién lo ande cuidando. Así que me dijo que aquí había oportunidad de trabajo. Además, me dijo que soy perfecta para usted. 

⏤ ¿De verdad? 

⏤ Sí, porque yo no buscaré meterme entre sus sábanas, ya que ya no soy una jovencita. Aunque mire, puedo tener el cuerpo así ahora, pero en mi juventud levantaba pasiones.

Sonrío, y no sé si morirme de risa, o simplemente llamarle a Salvador y decirle que si esto en verdad es broma. 

⏤ De habilidades, tengo muchas, además de cuidar a la niña. Sé cocinar, coser, inyectar, de todo un poco. Aunque bueno, excepto que usted ande en esas cosas turbias y requiera otras habilidades ⏤ finaliza. 

⏤¿Turbias? 

⏤ Si, ya sabe. Últimamente, hay tanta película e historias de esas donde las personas como usted tienen fetiches raros, que ya no se sabe. El típico empresario rico que se mete con la niñera y hacen perversiones, no, no, no… Yo ya no estoy para esos trotes.  

Abro los ojos y entre risas le pregunto.⏤ ¿Crees que tengo fetiches raros?, ¿me está diciendo pervertido? 

⏤ ¡Claro que no, señor Caballero!, aunque bueno, cumple con todo el perfil. 

⏤ ¿Todo el perfil? 

⏤ Si, ya sabe, guapo, rico pero solitario, y esta casona con un montón de habitaciones… quién sabe que secretos ande escondiendo. 

Y de pronto, todas las cualidades que Salvador había dicho en la mañana que me hacían un buen partido, en boca de Su, eran todo lo contrario. 

⏤ Estás contratada ⏤ le digo, ya que es perfecta para mí. Su es directa, no me esconderá nada, no es una jovencita y si ya cuidó al hijo de Salva es porque es garantía. 

Ella se pone de pie y sonríe ⏤ Muchas gracias, ¿cuándo empiezo? 

Entonces le pongo a Mía entre los brazos y ella la toma ⏤ Lo antes posible. Le diré a María que le muestre su habitación. Solo una pregunta, ¿Su viene de Susana? 

 ⏤ De Suplicio, mi madre le quería hacer honor a mi bisabuela y me jodió a mí. 

 ⏤ Bueno, entonces Su. Por cierto, sin groserías en frente de Mía, cuida tu vocabulario ⏤ le advierto. 

 ⏤ Lo prometo, ni una grosería saldrá de mis labios ⏤ contesta y no sé por qué no le creo nada.

Y así fue como Suplicio entró tar nuestras vidas, para no irse jamás, volviéndose mi aliada número uno.

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