La cena de ayer fue de ensueño y no solo por el lugar sino por la persona. Antonio, en verdad, es todo un caballero y debo mencionar qué guapo. Tiene una sonrisa que te atrapa y esos ojos verdes son los más bonitos. Aún sigo sin creer todo lo que ha pasado con ese desconocido que se coló a la fiesta de mi hermana.
Sin embargo, después del sueño llega la realidad y una vez más soy la diseñadora de vestidos de boda que no puede creer que el aire acondicionado esté hasta dentro de unas semanas. Para mi fortuna, mi madre me ha regalado un ventilador que me ayudará a enfriar un poco el lugar y así que me ayudará a que yo siga diseñando sin sentir que me derrito.
Así, reviso las medidas de Cassandra para hacer los primeros patrones de uno de los tres vestidos que debo confeccionarle. Reviso las telas, las combino según lo que tengo en mente, cuando escucho que alguien toca la puerta llamando mi atención.
⎯ ¿Diga? ⎯ pregunto.
⎯ ¿Lila? ⎯ escucho mi nombre.
Entonces me pongo de pie, camino hacia la puerta y por la mira veo un ramo de flores, de color morado. Abro con cuidado y veo que es un repartidor de una de las tantas florerías.
⎯ ¿Lila?
⎯ Sí, soy yo ⎯ admito.
⎯ Le enviaron este ramo, ¿puede firmar?
Así, tomo la tablet y pongo mis iniciales, para después recibir el hermoso ramo de flores. El hombre se va, yo cierro la puerta y el aroma penetra mis sentidos. Son Lilas lo que me hace sonreír. Veo que hay una tarjeta blanca y al abrirla un mensaje escrito en máquina sale a mi vista.
“Para la mujer que hizo de un evento desafortunado, un encuentro afortunado. Nos vemos el próximo martes. Antonio”
Me muerdo los labios y sonrío. No puedo creer que me haya mandado flores y sobre todo con un mensaje tan bonito. Voy hacia la pequeña cocina que tengo y las pongo sobre la barra, lleno un florero con agua para poder acomodarlas y ser uno de los primeros adornos de mi taller.
Las coloco en una mesita cerca del balcón, y mientras la admiro escucho que un mensaje me llega. Ve la pantalla y un número desconocido se refleja. Al abrirlo leo.
NÚMERO DESCONOCIDO
ESPERO TE HAYAN GUSTADO MIS FLORES, BELLA LILA.
⎯¿Antonio? ⎯ pregunto, y le respondo de inmediato.
LILA
GRACIAS, ACABAN DE LLEGAR HACE UNOS MINUTOS. SON HERMOSAS
En eso, los mensajes se transforman en una llamada que con muchos nervios respondo.
⎯¿Hola? ⎯ pregunto.
⎯ Sé que son lilas, y que posiblemente lo tomes como cliché, pero no sabía qué tipo de flores te gustaban y para no errar decidí que fueran esas ⎯ escucho su voz, tan varonil.
⎯ Nadie me había reglado lilas antes.
⎯ ¿Es en serio? ⎯ pregunta, para luego reír bajito.
⎯ No, nadie, son las primeras.
⎯ Me alegro. ¿Entonces cancelo la docena de rosas? ⎯ me pregunta.
⎯ ¡QUÉ!
⎯ Es broma, aunque si deseas con una llamada puedo hacer que te lluevan flores.
Me río bajito.⎯ No, no es necesario, las lilas están bien ⎯ así, el silencio llega y yo me atrevo a preguntar.⎯ ¿Dónde estás ahora?
⎯ A muchos kilómetros de ti. Volando sobre las nubes. Pero eso sí, no puedo dejar de pensar en ti.
Me sonrojo de inmediato ⎯¿en serio?
⎯ En realidad, jamás dejé de pensar en ti. No te dije nada ayer en la cena porque no sabía cómo lo tomarías, pero, desde que te conocí, no sales de mi mente, bonita Lila. Tu sonrisa, tu mirada, ese acento tan peculiar que tienes.
⎯ Basta ⎯ contesto con vergüenza.
⎯ Ayer que te volví a ver no tienes idea lo feliz que me hizo el universo. Te daba por perdida y ahora, sé hasta tu nombre.
Voy hacia as flores y las acomodo.⎯ Basta Antonio.
⎯ Sabes, nadie me llama por mi nombre, todos me dicen por mi apodo ⎯ comenta.
⎯ Pues, si gustas…
⎯ No ⎯ me prohíbe ⎯ me gusta cómo se escucha en tu voz, te pido, nunca me dejes de decir así.
⎯ Te lo prometo ⎯ respondo.
Nos quedamos en silencio de nuevo, y puedo escuchar su respiración tranquila. Sé que tiene mucho que decirme al igual que yo, pero, aún no se atreve. La puerta me interrumpe de nuevo, sacándome del trance.
⎯ ¿Me disculpas? ⎯ le pido, para caminar con el móvil de nuevo hacia la entrada.
Vuelvo a fijarme en la mira y otro repartidor está frente a la puerta.⎯ ¿Es mío?
⎯ ¿Qué? ⎯ pregunto, mientras vuelvo a abrirla.
⎯ El paquete, es una caja blanca ⎯ me asegura.
⎯ ¿Cómo sabes?, ¿a caso me espías?
⎯ No claro que no ⎯ responde simpático ⎯, espero te guste.
Bajo el móvil un momento, tomo el paquete y cierro la puerta. Pongo la llamada en altavoz.
⎯ ¿Ya lo abriste?
⎯ No ⎯ digo entre risas, mientras desato el listón.
⎯ Mira, sé que eres diseñadora de modas, pero, lo vi hoy por la mañana y pensé en ti.
Así, al abrir la caja puedo ver una hermosa tela, tejida a mano, azul con hojas amarillas. El contraste es hermoso, y la calidad es de la mejor. Veo la etiqueta y me percato que es un Pierre Lambordi y me sorprendo. Yo podría comprar toda su colección, pero, prefiero quedarme en lo sencillo.
⎯ ¡Guau!
⎯ Te gusta…
⎯ Me encanta.
⎯ Recuerda que te debía un vestido, bonita Lila. Espero que lo puedas usar el próximo martes que nos veamos, me encantaría verte en él ⎯ recia.
⎯ No debiste…
⎯ Sí, sí, debí… te pido, no lo critiques mucho, Pierre es delicado.
⎯ ¿Conoces a Pierre? ⎯ pregunto sorprendida.
⎯ Claro…
⎯ Presumido ⎯ contesto y ambos nos reímos.
Antonio suspira.⎯ Me tengo que ir, pero, ¿nos vemos el martes, cierto?
⎯ Claro que sí.
⎯ Perfecto… Cuento los días, las horas y los segundos para verte ⎯ recita, y no sé por qué le creo.
⎯ Igualmente.
Me quedo en silencio, sé que es hora de terminar la llamada y de pronto me interrumpe. ⎯ Lila, ¿puedo enviarte mensajes?
Me río.⎯ Claro que sí.
⎯ ¿Llamarte de nuevo?
⎯ Claro ⎯ digo entre risas nerviosas.
⎯ Bien… entonces, ya no se me hará tan larga la espera. Nos vemos bonita Lila, que tengas un buen día.
⎯ Hasta luego, Antonio.
Entonces, escucho el tono de marcado y sé que él se ha ido. Si él se sentía en las nubes, ahora yo siento miles de mariposas corriendo por mi estómago, una sensación que tenía años que no sentía.
Veo las lilas y las acaricio mientras sonrío, ¿será que esto va más allá?, o ¿solo se quedará como un simple ligue? Sea lo que sea, lo disfrutaré, porque yo tampoco puedo dejar de pensarle.
“a muchos kilómetros de tí, volando sobre las nubes” suena romántico
Principe Marroqui se me hace que se codea con los famosos diseñadores de modas (estaba en una reunion aburrida de telas habia dicho)
Lo imagino en tanto viaje y a una Lila sola en las actividades familiares (es un hombre ocupado) e igual, veo a Lila eligiendo uno de sus sueños… y el otro sueño haciéndolo en otra perspectiva
Awwww, me encantannn!!!