México – San Miguel de Allende. 

 ⎯ Acabo de ver a tu esposa con otro hombre  ⎯ escuchó Matías Noite de León, mientras jugaba con su argolla de matrimonio, que hace unas horas Selene Greiff había puesto en su dedo. 

 ⎯¿Qué dices?  ⎯ le preguntó a su amigo, que, decidido, había ido a buscarlo después de ver la escena. 

 ⎯En el jardín. Vi a Selene salir muy sospechosa después del brindis, la seguí y claramente la vi platicando con un hombre. Se secreteaban, pero después ella lo besó y dijeron en algo que se escaparían mientras todos estaban distraídos en la fiesta. 

En ese instante Matías, sintió como le hervía la sangre del enojo, ¿cómo era posible que la mujer que hace horas le había prometido amor eterno frente al altar, planeaba irse con otro? 

 ⎯¿Estás seguro de lo que viste?  ⎯ inquirió, tratando de creer que Selene jamás le haría algo así. 

 ⎯Te lo juro. Si no me crees puedes subir en este instante a la habitación de la noche de bodas, te puedo asegurar que Selene está arriba haciendo las maletas. 

Matías dio un puñetazo fuerte sobre una de las mesas del cuarto donde se habían metido para hablar a solas. Le arrebató a su amigo el whisky, y de un sorbo se lo tomó todo. 

 ⎯Sobre mi tumba pasará eso  ⎯ masculló, para después ir hacia la puerta de la habitación y salir al recibidor del hotel. 

Escuchó la música de la fiesta y sonido de las copas en el salón donde se llevaba a cabo la celebración de su boda. El elegante y prestigioso hotel, había sido seleccionado por la familia Greiff, ya que esta hacienda tenía su propia capilla y todo el evento se podía llevar a cabo en un solo lugar. Matías, al no ser del país, pensó que sería buena idea que ellos escogieran todo y él, pagó por cada solicitud que su ahora suegra le había pedido. 

Sin embargo, ahora se sentía como un estúpido al saber que, su inocente y dulce esposa, estaba a punto de irse con otro hombre y abandonarlo justo el día de su boda. Eso no pasaría, en ese mismo instante los dos se regresarían a España, donde sería su lugar de residencia. 

 ⎯¿Dónde vas con prisa, yerno?  ⎯ Escuchó la voz de su suegra, quien al notar la ausencia de los novios, había salido a buscarlos. 

 Matías, furioso, tomó a su suegra del brazo y la jaló hacia uno de los rincones del lugar. Ella, asustada, se dejó llevar, mientras sentía la presión y el dolor de las fuertes manos de Matías. 

 ⎯¡Por qué no me dijo que Selene tenía un amante!  ⎯ le dijo entre dientes. 

La señora abrió los ojos de par en par, pero, en lugar de sorpresa por la noticia, encontró asombro en el hecho de que él conociera la verdad sobre Elías Solanes. Intentó evadir la situación, pero sus esfuerzos resultaron infructuosos; la firmeza de Matías demostró ser insuperable.

 ⎯Yo, yo no… 

 ⎯¡NO ME MIENTA!, ¡POR PRIMERA VEZ NO ME MIENTA!. Sé que usted lo sabía y no me quiso decir nada… ¡POR QUÉ NO ME DIJO! 

 ⎯ Pensábamos que estaba muerto. No creímos conveniente decirle de alguien que ya no existía. 

 ⎯Pues está tan muerto que su hija está a punto de escaparse con él  ⎯ habló Matías, de corrido, y sin pausas. Como si tuviera prisa por terminar la conversación e irse de ahí. 

Él, soltó a la señora de Grieff, quien ligeramente azotó contra la pared. ⎯ No quería llegar a esto, pero, literal, absorbí las deudas de la empresa de su marido, los inyecté económicamente y pagué por esta boda y todo lo que conlleva. De mi no se van a burlar. Selene se irá conmigo porque me pertenece. 

 ⎯¡MI HIJA…! 

 ⎯Su hija, ¿qué?, ¡EH!, ¿no me pertenece?, claro que sí, y como es mía en este instante me la llevaré de aquí… se terminó la discusión. Nadie se va a burlar de Matías Noite. 

Envuelto en una furia, el hombre se dirigió hacia el elevador y entró, sin darle tiempo a la madre de Selene de decirle algo. Cuando las puertas de éste se cerraron, Matías se sintió fatal por lo que había dicho sobre Selene. Era verdad que había dado mucho dinero para salvar la empresa de su padre, pero no la había comprado. En verdad estaba enamorado de ella, y quería consentirla, quererla, formar una familia, ser su amigo. Sin embargo, todos esos deseos habían muerto minutos atrás cuando se enteró de su burla y su traición. 

Las puertas del elevador se abrieron, y Matías caminó a paso firme hacia la suite matrimonial. Sin tocar la puerta, la abrió, y justo vio a Selene cerrando la maleta y tomando los documentos que ya había sacado de la maleta. Matías la sorprendió por atrás. 

 ⎯¡A dónde crees que vas!  ⎯ le gritó, mientras la tomaba del brazo y la jalaba hacia él. 

Los ojos azules de Selene, brillaron, pero esta vez no fue de ilusión o de amor, fue de miedo. La mirada de Matías, esa intensa y tranquila, ahora estaba llena de rencor, preguntas y enojo. 

 ⎯¡NO TE QUEDES CALLADA Y DÍMELO!, ¿Dónde crees que vas? 

 Selene se quedó en silencio, ¿a caso Matías había descubierto su plan?, ¿quién le había dicho que se escaparía con Elías? 

 ⎯No sé de qué me estás hablando. ⎯ Se limitó a responder. 

 ⎯No me tomes por tonto, Selene, lo sé todo. Sé lo de tu amante, y de lo que planeas hacer, o más bien, planeabas. Sobre mi cadáver te irás con él. Si vas a salir de esta boda, será conmigo, con tu marido. 

 ⎯¡Es que yo no te amo!  ⎯ gritó, finalmente, Selene, al verse rodeada  ⎯. Te pido que me dejes ir, yo no te amo, no quiero estar contigo, estoy enamorada de otro. 

 ⎯¡ERES UNA DESCARADA!  ⎯ gritó Matías herido, y la tomó de los hombros agitándola de rabia. 

 ⎯Me dijiste que me tratarías bien, que jamás me maltratarías. ⎯ Le recordó Selene, mientras sentía la fuerza de los brazos de Matías. 

 ⎯Eso fue antes de saber que me estabas tomando el pelo. Me dijiste que me amabas, que te casabas conmigo por amor, y ahora resulta que estás enamorado de otro. ¿Por qué lo hiciste?, ¿por qué me engañaste?, ¿qué no ves que yo estoy enamorado de ti?  

Las preguntas de Matías retumbaban en la cabeza de Selene. Se había casado con él porque pensó que Elías estaba muerto y por el deber con su familia. Sabía que su matrimonio salvaría a su padre de la banca rota, y que con eso ayudaría a su familia. Sin embargo, ella jamás se había enamorado de Matías, simplemente estaba resignada a vivir a su lado. Ahora que sabía que Elías estaba vivo y que su propia familia le había mentido, era su momento de ser feliz. 

 ⎯Te lo pido, déjame ir  ⎯ le rogó Selene, entre lágrimas y viéndolo a los ojos. 

Matías negó con la cabeza, y con una voz grave le dijo. ⎯ No. Eres mía, solo mía y contigo me iré. Toma tus cosas, nos vamos de aquí. ⎯ Le ordenó, mientras él también comenzaba a empacar. 

 ⎯No por favor, te lo pido  ⎯ le rogó, entre lágrimas. 

 Matías no dijo nada más, simplemente empacó la poca ropa que tenía afuera, sacó los documentos de la caja fuerte y tomó el traje que había puesto sobre la cama para cambiarse en ese instante. 

 ⎯¡Ni se te ocurra irte!, porque soy capaz de encontrar a ese hombre, que seguro está escondido por aquí y matarlo con mis propias manos. 

 ⎯No, por favor, no  ⎯ rogó Selene. 

Matías entró al baño y, con la puerta abierta, se quitó el esmoquin y se cambió a uno de los trajes hechos a la medida que le gustaba tanto llevar. A pesar de estar enojado y herido, Matías Noite se veía gallardo y guapo en ese traje, y la misma Selene lo tenía que reconocer, no solo era un buen partido, sino un hombre muy guapo. 

 ⎯¡Vámonos!  ⎯ le ordenó, tomándola del brazo. 

 ⎯¡No, te lo pido, por favor!  ⎯ le rogó Selene, mientras ella luchaba por no caminar, pero, la fuerza de su marido era bastante.  

La llevó así hasta el elevador y la metió de un solo movimiento. Después metió las maletas y las puertas se cerraron. Selene iba a en lágrimas, Elías le esperaba a las afueras de la hacienda, con un taxi listo para irse de ahí. No podía avisarle que le habían descubierto, ni decirle que se iría ya para España. Al menos tendría el consuelo de verlo alejarse por el retrovisor de la camioneta. 

 ⎯Te pido, no más ridículos, Selene  ⎯ le murmuró Matías, cuando las puertas del elevador se abrieron y aparecieron en el recibido del hotel. 

Para ese momento, la madre de Selene y su hermano, ya los esperaban, para saber cuál sería el desenlace de toda esta situación. 

 ⎯Despídete  ⎯ le ordenó Matías a su esposa. 

 ⎯Cuñado, yo sugiero que… 

 ⎯¡Cállate tú!, que estoy seguro de que estabas coludido en todo esto. Les pido que dejen de aprovecharse de mí y simplemente nos dejen partir, ¿está claro? 

El hermano de Selene, guardó silencio y simplemente asintió con la cabeza. La madre de Selene y ella se abrazaron y el hermano también lo hizo. Selene comenzó a caminar hacia el salón, pero la mano de Matías la detuvo. 

 ⎯¿Dónde crees que vas? 

 ⎯ Voy a despedirme de mi padre, ¿qué tampoco puedo hacer eso?  ⎯ le preguntó Selene, ahora con más fuerza y, al parecer, recuperada. 

 ⎯Yo lo llamo, no te preocupes  ⎯ habló la madre, bastante asustada al ver el genio de su yerno. 

Ella entró al salón y, momentos después, salió con el padre de Selene, un hombre ya mayor y de aspecto enfermo, ya que se encontraba muy bajo de peso por toda la presión que había pasado por la casi bancarrota de su empresa. 

 ⎯¿Cómo que ya se van?, si la fiesta apenas comenzó  ⎯ preguntó el padre, bastante sorprendido. 

 ⎯Matías tiene unos problemas en Madrid por resolver, son de urgencia, así que debe irse de inmediato, ¿cierto?  ⎯ habló la madre de Selene, haciéndole saber a Matías que el señor no tenía ni idea del amante de su hija. 

 ⎯Así es… 

 ⎯Bueno pues, es una lástima que no lo puedas arreglar por teléfono. Así podrías quedarte más tiempo aquí. Ni siquiera pude bailar el baile de padre e hija con la mía. 

Selene sonrío. En su alegría por saber que Elías estaba vivo, había olvidado que su padre era muy bueno con ella, y que todo lo que había hecho era por él y solo por él. Ahora, había arruinado el único momento de la fiesta que tendría sentido. 

 ⎯Te prometo que bailaremos después, ¿si papá?  ⎯ habló Selene, más tranquila. 

 Su padre la vio con los ojos rojos y le preguntó. ⎯¿Estás bien? 

 ⎯Si pa, solo un poco triste porque me iré muy lejos a vivir. ⎯Mintió. 

Su padre le acarició el rostro. ⎯ No te preocupes, seguro que Matías nos permite ir a visitarte, ¿no es cierto? 

Matías asintió. ⎯ Son bien recibidos cuando lo deseen. Ahora, vamos, Selene, que nos esperan. 

Selene abrazó a su padre y a su madre, se despidió de su hermano y tomada de la mano, siguió a Matías hacia la salida. Cuando estaba por dirigirse al auto, él la jaló y la llevó, por otro lado. 

 ⎯Nos iremos en helicóptero hacia el aeropuerto. 

 ⎯¿Qué?  ⎯ preguntó Selene. 

 ⎯Así es… o qué, ¿estás triste porque no podrás despedirte de tu amante?  ⎯le preguntó. Selene trató de zafarse de la mano, pero, él la tomó con más fuerza  ⎯. Sigue fingiendo, querida, nos están viendo, sobre todo tu padre. 

Selene volteó a ver hacia el balcón de la hacienda, y notó que los invitados los veían. La mirada de su padre destacaba a lo lejos. Así no era como quería que su boda terminara, incluso, así nunca pensó que fuese. Ella la había soñado con Elías, tomada de su mano y después, viviendo la vida, escuchándole tocar el violín. Ahora iba directo hacia una vida llena de dolor, pesar y sobre todo, falta de amor. 

 ⎯Sube. ⎯ Le ordenó Matías, mientras las aspas del helicóptero hacían un ruido infernal. 

Para muchos, este momento podría ser del todo romántico. El cierre de una novela donde los esposo se van felices. Pero, para Selene, era literal su secuestro, un rapto del que no se podía escapar. 

El helicóptero se elevó. Y de pronto todo se vio tan pequeño e insignificante. Ella vio a lo lejos como alguien corría por los jardines de la hacienda, haciendo señales de que se detuviera, de que bajara. Selena supo que era Elías, y no hizo más que soltarse a llorar. Su reencuentro solo había sido una despedida definitiva. 

5 Responses

  1. Wow pobre todos 3. Porq cada uno ha sufrido su amor. Se enamorará Selene de Matias? O tendrá oportunidad de volver con Elias? 😱😱😱😱

  2. Ohhh, no! 3 almas sufriendo!!! Quien saldrá perdiendo?
    Cómo se irá desarrollando la historia??
    Estaré atenta a todas las actualizaciones!!!

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