Antonio
Después de lo sucedido, me alegra mucho que Lila me haya creído lo que le dije por qué, si no lo hubiese hecho, me moriría porque ella aún no es cien por ciento parte de mi mundo, y me cuesta entenderle todo lo que pasa a mi alrededor.
Sin embargo, tener una relación a distancia es mucho mejor que tener un matrimonio arreglado, como ha pasado con mis hermanas e incluso con mi padre. Por eso, antes de que pase más tiempo, es necesario poner las cartas sobre la mesa y asegurar que mi futuro está a salvo, antes de que algo suceda.
Debo confesar, de que, ahora que mi padre estuvo en el hospital delicado, sentí un miedo terrible. No solamente porque no quería perderlo, sino porque no sabía si había hecho lo que le pedí y había cumplido con su trato.
Sé que tal vez se ve mal de mi parte, porque en lugar de pensar en la salud de mi padre en su totalidad, también estoy viendo por mi futuro. Pero, juro que a veces escucho a mis hermanas y veo la actitud de mis cuñados y no puedo dejar de pensar en todo lo que tienen que aguantar.
Yo, honestamente, no quisiera pasar por eso. Si me caso, tiene que ser por amor, no por un arreglo que mi padre hizo mucho tiempo atrás y que en cualquier momento puede cumplirse. Por lo que debo insistir a pesar de lo que acaba de suceder.
Así, después de tener una semana de terror, gracias al ex socio de mi padre que insiste en echar a perder las cosas, regresó a mi casa de la infancia, una vez más, para ver a mi padre, que se supone debería estar en reposo -literal en cama. Pero, al llegar, no me extraña verle caminando por el corredor de la casa, directo hacia su despacho.
⎯¡Papá! ⎯digo su nombre en forma de reclamo. Él voltea y al verme suspira hondo ⎯. Eso quiere decir que te he atrapado.
⎯Pensé que llegarías mañana o, más tarde cuando regresara a la cama.⎯Y deja que yo le tome el brazo para que podamos ir hacia la oficina.
Se supone que debería llevarle al cuarto, pedirle que se recueste y ya no se levante, pero, sería como alegar con el muro o con la enorme y pesada puerta de madera del comedor.
⎯¿Cómo te fue esta semana?, ¿lograste resolver los problemas? ⎯ Él se siente sobre el cómodo sofá, y yo le acomodó las almohadas sobre la espalda para que pueda recargar la cabeza.
Mi padre, a pesar de estar enfermo, se encuentra perfectamente bien arreglado como si fuese a trabajar. Lo ha hecho siempre así, desde que yo lo recuerdo. No es de los típicos empresarios que cuando se retira o envejece, se deja caer y pasa todo el tiempo en ropa causal y pijama.
Él, ahora mismo viste un traje, sencillo pero traje. Y una corbata que está perfectamente bien atada a pesar de que sus manos ya no tienen la fuerza de antes. Se encuentra aseado, bien arreglado y, como siempre, ocupándose para no aburrirse.
⎯Primero, me alegra que estés mejor. Eso quiere decir que el tratamiento funcionó ⎯ comento, al sentarme frente a él.
⎯Sabes que el cardiólogo es bueno. Además, tu hermana Nadja está aquí, y se ha encargado de supervisar que todos los días me tome la medicina; es imposible escaparme de ella.
⎯¿Es queja?⎯ Bromeo, mientras le doy una sonrisa.
⎯No, no, para nada. Sabes que adoro tener a tus hermanas aquí y a mis nietos. En fin, no me cambies de tema y dime, ¿cómo te fue con el problema?, ¿lo pudiste resolver? ⎯ Insiste.
Suspiro. No sé si esto que está pasando lo llamaría un problema, pero si no lo resuelvo, podría serlo en cuestión de segundos. La mirada de mi padre se posa sobre mí y sé que me está obligando a que le cuente todo; lo hago.
⎯No quiere entender la situación, padre. El señor Kami, insiste en que esa parte es suya y que se va a quedar con ella.⎯Y dejo de hablar porque hay información que mi padre no puede saber ahora porque acaba de salir del hospital.
⎯Ese Kami, siempre fue envidioso.
⎯Lo sé.
⎯Y, ¿no te dijo más? ⎯ Insiste.
Niego con la cabeza. No creo que mi padre quiera saber que el señor Kami lo quiere muerte y que, incluso, lo amenazó. No puedo creer que después de tantos años siga existiendo ese tipo de rivalidades cuando ya hay tratados de libre comercio y leyes que pueden regir todo.
Lo malo de los negocios, como los de mi padre, es que son tan antiguos y vienen de tantas generaciones atrás, que parecen casi como mafia. Y por eso, escaparse de los acuerdos y pactos que se hacen entre ellos, es bastante difícil.
⎯No, no dijo más.⎯Miento.
Mi padre suspira⎯. Tendremos entonces que esperar a que algo suceda. Pero confío en que tú sabrás qué hacer en el momento correcto. Jamás me desampararías, ni a tus hermanas, ¿cierto?
⎯Tenlo por seguro, padre.⎯Le prometo.
Mi padre sonríe. En verdad me alegro de que una vez más haya saltado a la muerte y que ahora se encuentre aquí conmigo. Por unos instantes nos quedamos en silencio. Me muero de ganas por preguntarle si el documento ya está listo, si ya puedo ir a comprarle a Lila el anillo de compromiso, pero, a veces siento que tanta presión se verá mal y desinteresado de mi parte.
⎯Supongo que ¿quieres saber sobre el documento? ⎯ Como siempre, mi padre me ha leído la mente, y me he salvado de preguntarle algo incómodo o que se vea mal.
⎯No voy a mentirte, en verdad, quiero saber cómo va eso… tengo planes ⎯ murmuro la última frase.
⎯Ya envié la petición de tu anulación de compromiso al abogado. Así que seguro tendremos el documento después de Navidad, ¿si sabes lo que estás haciendo?, ¿cierto? ⎯ inquiere, viéndome a los ojos.
⎯Muy seguro. Estoy enamorado de Lila, papá. También sé que podré mantener nuestro patrimonio funcionando, de eso no te preocupes. Que no me case por alianza, no quiere decir que estemos destinados al fracaso. Nuestra familia siempre ha sabido hacer negocios, y, como ves, yo también.⎯Me hago hacia delante y lo tomo de las manos ⎯. Te juro que todo estará bien, papá. Tú y mis hermanas, y sobre todo yo, porque estaré feliz. Además, Lila es un encanto de mujer, cuando la conozcas sabrás sobre ella.
⎯Eso es lo que quiero, saber sobre ella. Dime, cuéntame de ella ⎯contesta.
Sonrío.⎯Bueno, Lila es diseñadora de vestidos de novia. Tiene un taller en Madrid, en el barrio de la Latina. Está de más decirte que es hermosa, porque lo es, pero lo que más me gusta de ella es su personalidad: es inteligente; tierna; graciosa; decidida. Tiene todo lo que deseo de una mujer y más.
Mi padre sonríe.⎯ En verdad estás enamorado.⎯Y sé que no pregunta, sino que lo afirma.
⎯Mucho, muy enamorado. De pronto, me encuentro en el paraíso cuando estoy a su lado. Desde que la vi, supe que sería la madre de mis hijos.
⎯¿Aún quiere tener ocho? ⎯ me pregunta divertido.
⎯No, no creo que ella quiera tener tantos. Pero sí quiero tener unos tres.⎯Me hago hacia delante y tomo la mano de mi padre⎯. Tengo tantos planes con ella, papá. Una casa en Madrid, ayudarla para que su marca tenga renombre, quiero llevarla de viaje, mostrarle mi mundo… que te conozco.
⎯Y, ¿cuándo la traerás? ⎯ inquiere.
⎯Cuando los papeles estén firmados. No quiero problemas con nadie⎯ le advierto.
Mi padre suspira.⎯ ¿Cómo voy a dudar de ti si siempre quieres hacer lo correcto de la manera correcta? ⎯Y se recarga sobre el sofá.⎯Aunque, debes comprender que me da un poco de miedo. Este trato que hicimos y qué tú romperás, se hizo para proteger a la familia, para proterlos cuando yo ya no esté aquí. Sobre todo de socios como Kami. Literal es un trato tan antiguo como nuestras alianzas.
⎯Lo sé, y lo comprendo.
⎯Que me dolerá decirle a mi socio que tendrá que buscar otro prospecto para su hija.
⎯Si quieres, yo le digo.⎯Y me ofrezco porque sé que será difícil para mi padre decirle a su amigo de años que este será el único trato que no se cumplirá.
⎯No, yo le diré. Te prometí que si levantabas el negocio de la familia podrías casarte con quién deseabas y lo voy a cumplir, soy un hombre de palabra.
⎯Lo sé, y de verdad te lo agradezco.⎯Vuelvo a tomar su mano y esta vez la beso.
⎯¡Nadja!⎯ interrumpe mi padre el gesto que hago, y, al voltear, veo a mi hermana entrar con una charola en la mano, llena de medicinas.
⎯Hola padre, hola Antonio, no sabía que estabas aquí ⎯ comenta, con una sonrisa en los labios.
⎯Vine a ver a padre, me quedaré el fin de semana ⎯ le aseguro.
⎯ ¡Qué milagro!, últimamente nos has abandonado mucho.⎯ Nadja pone la charola sobre la mesa, y la decena de medicinas se vislumbra ante mis ojos. Si mi padre ya tomaba medicinas, ahora toma el doble, y estas deben ser de la medida exacta, según nos dijo el cardiólogo.
«Si se dan dosis de más, por muy poco que se pase, podría afectar a su corazón», eso fue lo que dijo. Por ende, nos dejó una hoja llena de instrucciones detalladas de cómo se deben dar las dosis y a qué hora. Cuáles se pueden mezclar y cuáles no.
⎯Otra vez este montón de pastillas ⎯ se queja.
⎯Sí, otra vez, una y otra vez hasta que estés mejor. Aunque el doctor dijo que era de por vida.⎯Mi hermana le da el enorme vaso de agua para que él las tome.
⎯Bueno, antes de que empiece esto, ¿quedará lo que te pedí después de Navidad?
⎯Así es… después de Navidad.
⎯¿Qué pasará después de Navidad? ⎯ inquiere mi hermana.
Me pongo de pie y le doy un beso sobre la frente.⎯ Después te explico. Ahora, si me disculpan, iré a mi habitación para darme una ducha, nos vemos en la cena.
Entonces, dejo a mi hermana con mi padre y salgo de ahí. No pudo evitar sonreír, estoy feliz. Pronto estaré libre de mi compromiso y podré casarme con Lila, hacer nuestros sueños realidad, tener hijos, y todo eso que ambos deseamos.
Solo espero que romper el compromiso cuando casi todo está arreglado, no sea un problema. Pero, promesas son promesas en mi familia, y así como yo estaba dispuesto a casarme, asumiendo las consecuencias, si no lograba lo que le prometí a mi padre, él debe cumplir su parte del trato. Sin embargo, antes de pedirle matrimonio a Lila, debe quedar firmado y evidenciado, porque desgraciadamente para mi padre y su socio, las palabras se las lleva el viento, y son promesas nulas, y hasta que el papel no esté firmado, seguiremos manteniendo discretamente la relación. Lo bueno es que ella, me cree y confía en mí. No necesito más.
***
(Martes)
Una vez más, caigo en los brazos de Lila después de un fin de semana en casa de mi padre, y un viaje relámpago a París. Ella se encuentra besando mis labios, mientras yo toco con mis manos su preciosa piel con aroma a lavanda.
Sus caderas se mueven encima de mi regazo, sus gemidos endulzan mi oído, y momentos después, sus manos se aferran a mis hombros y las mías aprietan sus glúteos con fuerza. Ambos, agitados, nos vamos tranquilizando, mientras nuestras bocas no dejan de callar los gemidos con un beso profundo.
⎯No tienes idea cuánto te amo ⎯ le murmuro al oído, y ella despega su rostro de mi cuello y me ve a los ojos. Una sonrisa se dibuja en su rostro. Después besa levemente mi nariz.
⎯Yo te amo más. No tienes idea cuánto te extraño. Es un martirio esperar una semana para verte.⎯Y mientras confiesa, no deja de acariciar mi pecho⎯. No sé cómo le haré ahora que se acercan las fiestas.
⎯Bueno, supongo que lo averiguaremos, ¿no crees? ⎯ le comento.
Ella besa mis labios, lo hace de una forma sensual pero, a la vez, muy tierna. Yo me ato a ellos de inmediato, transmitiéndole que la he extrañado tanto como ella a mí, y que la deseo más que nada en este mundo.
Mis manos, posadas sobre sus glúteos, la levantan por los aires, y la posiciono sobre el colchón del sofá cama. Mi cuerpo se pone sobre ella. Puedo ver sus hermosos pechos desnudos, la curva de su cuello y esos labios que me vuelven loco.
⎯Cuando me case contigo, no dejaré de besarte ⎯ le confieso.
Lila sonríe. Con su delicada y estética mano, acaricia mi mejilla. Yo beso su muñeca, provocándole cosquillas ⎯ ¿En verdad te quieres casar conmigo?
⎯ Así es. Me casaré contigo, tendremos hijos, no importa si son niños o niñas. Viviremos donde tú desees, dime que parte del mundo deseas y nos iremos juntos. No importa si es la playa, la montaña, el campo o la ciudad. Donde sea pero contigo.
Lila se muerde los labios. Sus hermosos ojos color café brillan tanto qué, a pesar de la oscuridad del taller, los puedo notar. Luego suspira. Lo hace profundamente y como si aún le faltara decirme algo.
⎯¿Qué pasa? ⎯ inquiero. Mientras mis ojos no se separan de los de ella.
⎯Me pasa que, yo quiero lo mismo. Pero, antes de decir que sí y de imaginar más cosas contigo, necesito presentarte a mi familia. Confieso que está Lila, no soy yo.
⎯¿Cómo? ⎯ pregunto sin entender.
⎯Jamás había escondido algo tan importante a mi familia; incluso a mi gemela, a la que siempre le cuento todo. Lo que quiero decirte, Antonio, es que si esto que estoy haciendo, que para mí está mal, valdrá la pena.
⎯ Es que, no debes sentirlo así, Lila. No está mal. Te confieso que eso me hace sentir culpable.¿Qué he hecho yo que pienses que nuestro amor está mal?
⎯ Es un decir. Tal vez, la manera en que nos vemos y como empezó. Te confieso que no es como yo había soñado mi historia de amor, pero, en verdad te amo… No sé si me entiendas.
Una sonrisa se refleja en mi rostro y sé exactamente a lo que se refiere. Así como mi familia es importante para mí, la suya es igual, y sé precisamente por lo que está pasando. También sé, que puede estar llena de inseguridades y de situaciones que le hagan dudar de mi amor, pero, no debería.
⎯¿Qué deseas? ⎯ contesto.
⎯¿Disculpa?
⎯¿Qué deseas de mi parte?, ¿quieres que haga algo para que me creas que todo lo que te dijo es cierto? ⎯ Insisto.
Lila asiente con la cabeza.⎯ Quiero que pases Navidad con nosotros. Presentarte, que ellos sepan de una vez quién es la persona a la que amo. Es muy bonito verte así, en privado, pero, creo que es momento de hacerlo público.
Suspiro.⎯ No puedo pasar Navidad contigo.
⎯¿Por qué? ⎯ pregunta.
⎯ Es que…la Navidad es importante para mi familia porque… mi madre murió ese día. Es casi sagrada y no podemos faltar, pero, te prometo que pasaremos fin de años juntos, ¿te parece?
Lila sonríe.⎯ El fin de año iremos a Ibiza a pasarlo con mi abuela, Fátima.
⎯Pues iré a Ibiza. No me molestaría un fin de año de fiesta.
⎯ Es que, para nosotros, los fines de año son sagrados porque era el cumpleaños de mi abuelo y pues…
⎯Entonces, dime un día y yo iré a conocerlos ⎯ insisto.
Lila niega con la cabeza.⎯ Tal vez esto nos está diciendo que todavía no es tiempo de que se conozcan, ¿no crees?
⎯¿Crees que es una señal?, yo digo más bien que es mala sincronización de tiempo. Me suele pasar mucho debido a mi trabajo.
⎯Entonces, ¿que nos conociéramos fue una sincronización perfecta? ⎯ pregunta con una sonrisa.
⎯Así es. Nunca me había pasado y por eso te digo que tú, Lila Canarias, eres mi alma gemela.⎯Le aseguro.
⎯Y tú la mía.
Acaricio su rostro.⎯¿Entonces?, eso quiere decir que me crees. No quiero que estés insegura, eso no me gusta. Yo en realidad te amo, y estoy haciendo todo lo posible porque estemos juntos. Verás que algún día, ya no tendremos que separarnos y nos iremos a dormir juntos y despertaremos igual.
Lila me sonríe. Sus ojos avellana brillan tan bonito, que parecen dos luceros en la oscuridad de la noche. La tomo entre mis brazos y la pego a mi cuerpo. Me gusta sentirla así, cerca de mí. La extraño demasiado el resto de la semana, pero, por ahora así debe ser. Reglas son reglas y hasta que todo esté arreglado, podré decirle todo y presentarla con mi familia.
⎯Hagamos un trato. No me des fecha para conocer a tu familia. Cualquier martes, puedes llevarme de la mano y presentarme a ellos, ¿te parece?
⎯Te tengo uno mejor.
⎯Dime.
⎯Te presentaré a mi familia, cuando tú me presentes a la tuya, ¿estamos? ⎯Y besa mis manos.
⎯Estamos de acuerdo.
Lila suspira. ⎯Si tenemos una niña quiero ponerle Ximena, como mi abuela.⎯Su voz rompe el silencio en medio de la noche.
⎯Me gusta… Ximena de Marruecos… suena a nombre de sultana.
⎯ Suena a nombre de mujer importante… ⎯ agrega Lila, para luego besar mis labios.