Lila
Veintiséis años. Hoy cumplo veintiséis años y no lo puedo creer. ¿En qué momento llegué a tener tantos años?, aún me siento como la niña que corría por los jardines de sus abuelos y jugaba Barbies con mis hermanas. La que sentaba horas al lado de su abuela que le enseñó a coser, o la que pretendía que daba clases porque en algún punto quiso ser maestra.
Sin embargo, la Lila de veintiséis años ha llegado: feliz, sana, pero sobre todo, enamorada. Muy enamorada de su príncipe Marroquí. Por esa razón y por muchas más, es que lo extraño hoy, aunque siempre lo hago.
El día de mi cumpleaños veintiséis no es martes. Para la fortuna de Alegra, cae en viernes, por lo que significa que después de la celebración en familia saldrá a divertirse con mi hermano y primos para festejar como nunca. Yo no sé si ir, en verdad me siento algo triste, ya que me gustaría festejarlo con Antonio, a quién no he visto desde las fiestas decembrinas.
Esta vez, sé qué está bien y dónde está, porque nos hemos estado enviando mensajes de texto diariamente y a todos horas, conversando sobre nuestro día y añorando el momento en que nos volveremos a ver. Él, debido a algunas cosas de su familia y sus negocios, no ha podido viajar a Madrid y espera hacerlo para el primer martes de febrero. Así que todavía me toca esperar.
De manera que, ahora que me encuentro en el comedor de mi casa, con mi familia al lado y un gran pastel que dice en letra cursiva “Feliz Cumpleaños 26 Lila”, me siento también mal porque lo único que quiero es estar con Antonio, y no aquí.
“Despierten, Alegra y Lila, despierten, miren que ya amaneció. Ya los pájarillos cantan, la luna ya se metió”. Se escucha la voz de mis padres, hermanos y Moríns; después unos aplausos.
⎯¡Bravo! ⎯ expresa mi padre, para luego abrazarme fuerte y darme un beso sobre el cabello. Hace lo mismo con Alegra momentos después.
⎯¡Mordida!, ¡mordida!, ¡mordida! ⎯Canta Moríns, mientras se acerca a nosotras.
⎯No Moríns, porque luego eres muy manchado.⎯Le recuerda Alegra, ya que en todos los cumpleaños en los que ha estado, a menudo terminamos con un pastelazo en el rostro.
⎯Es diferente ahora, porque ya soy padre y debo dar el buen ejemplo. Es más, Fátima lo hará por mí, ¿verdad, amor?
⎯¡Sí!, yo quiero.
Alegra me ve con una sonrisa y yo se la devuelvo.⎯¿Lista? ⎯ me pregunta.
⎯Lista ⎯ respondo.
Ambas nos acercamos a nuestros pasteles: de distintas temáticas y decoración. Para sentir de inmediato las manos pesadas de Moríns y sospecho de David, quien misteriosamente se ha pasado de mi lado.
⎯¡Sí! ⎯ expresa Fátima, fascinada.
⎯¡MORÍNS! ⎯ reclama Alegra.
⎯Yo no fui. Fue Fátima, Lolo y Luciano.
⎯ Y tal vez yo ⎯ bromea mi hermano, quién me da una servilleta.
⎯Y yo ⎯ habla mi papá.
⎯Son unos manchados. ¡Mi cabello!, saben cuánto cuesta sacar betún de los rulos.⎯ Se queja mi hermana, mientras yo me limpio el rostro.
Mi madre se acerca a mí y me da un abrazo fuerte.⎯ Te amo, Lila. Que cumplas muchos años más, hija mía.
⎯Gracias, mamá.
⎯Te amo, Alegra. Te deseo lo mejor en los años por venir.⎯ Mi madre nos abraza a ambas⎯. Mis gemelas, tan crecidas, inteligentes y bonitas. Aún recuerdo cuando pesaban apenas dos kilos y estaban tan pequeñas que podíamos cargarlas en una mano. Ahora, ¡mírense!, veintiséis años, ¿en qué momento crecieron tanto, David?
Mi padre sonríe, para luego abrazarla a ella. Algo le dice al oído que hace sonreír a mi madre. No cabe duda que mi papá en muchas ocasiones tiene las palabras correctas para hacer sentir bien a mi mamá. Eso es lo que siento con Antonio, y en realidad necesito sus palabras en este instante y no un mensaje que diga: “Feliz Cumpleaños, bonita Lila”.
⎯Iremos al bar de Cho ⎯ interrumpe mi gemela ⎯.¿Vamos?
⎯Este…
⎯Venga, Lila. Sé que no eres muy fan de esas salidas, pero, últimamente andas muy alejada de nosotros. Digo, no es que siempre andemos juntos, sin embargo, solíamos ser más cercanas.
En el discurso de mi hermana siento cierto reclamo de su parte, pero, tiene razón. Alegra y yo somos extremadamente unidas y últimamente he estado muy alejada de ella. Debo admitir que siento que me falta mi otra mitad, mi mejor amiga y consejera. Creo que es tiempo de pasar tiempo a su lado.
⎯Vale, pero, nada de no regresar a la casa hasta el amanecer.⎯Le pido, porque ya la conozco.
⎯¡Trato!
⎯Moríns y yo también iremos.⎯ Escuchamos la voz de Sila ⎯. Papá y mamá han accedido a quedarse con los niños.
⎯¡También irán Daniel y su peor es nada! ⎯ Agrega mi hermano David.
⎯¡Pero! ⎯ Alza la voz mi padre entre todas las voces⎯Primero comemos pastel. Que su madre no pasó toda la mañana horneando y decorando para que no coman.
⎯Por supuesto ⎯ responde Alegra.
⎯Yo quiero la parte sin mocos de Alegra ⎯ habla David, y de pronto se enfrascan en una dinámica de hermanos que simplemente me hace reír.
Sin embargo, mi mente está completamente ida en este instante. No hago más que pensar en Antonio y tratar de averiguar si él está pensando en mí. Jamás pensé que estar enamorado era extrañar tanto a la otra persona. Ahora entiendo cuando Sila me decía lo mucho que le dolía el recuerdo de Moríns. Supongo que eso me está pasando a mí.
Así, después de comer el pastel, de recibir las felicitaciones de mis tíos y primos que, gradualmente, fueron llegando a la casa después de sus actividades y trabajos, Alegra y yo nos preparamos para salir.
Como siempre, Alegra me viste para salir. Me ha prestado uno de sus conjuntos que me hace ver y sentir diferente. Para esta ocasión, llevo un vestido de lentejuelas lilas, de manga larga y escote en “V”, que realza mis pechos; además de que traigo de esos sostenes push up que le gustan tanto a mi hermana.
Los zapatos son más bajos que los de ella, pero, igual son de tacón, y me ha soltado el cabello y arreglado con todos esos productos que ella tiene para los rizos. Uno de los rasgos distintivos entre ella y yo, siempre ha sido el cabello. Yo suelo llevarlo amarrado, ella suelto, así que ahora que nos vemos las dos con el cabello igual, es como ver tu reflejo, solo que en diferente ropa.
⎯Cho se volverá loco ⎯ Celebra David, mientras entramos al bar, el cual ya está lleno de gente⎯. Jamás las ha podido distinguir, mucho menos ahora.
⎯Ese es el plan ⎯ contesta Alegra. Después, se queda unos minutos viendo su móvil. Moviendo de arriba para abajo la pantalla con uno de sus dedos, para después cerrarlo y guardarlo.
Quiero pensar que mi hermana también está esperando un mensaje o alguna señal, pero, para su mala suerte ella o recibió nada. Cabe destacar, que últimamente ella también ha estado muy deprimida y sin ganas de nada, por eso, hoy quiere fingir que sigue siendo la misma. Aunque, después de entregar tu corazón a alguien, ya no eres la misma persona, y mucho menos si esa persona te lo robó.
Alegra me toma de la mano. Con una sonrisa en el rostro me ve a los ojos.⎯¡Vamos!, que quiero bailar mucho.
Sonrío por igual y dejo mi hermana me lleve con ella al interior del bar. Tan solo entramos, la música movida y de ritmos latinos invade mi sentido del oído y me hace admirar a todas las personas que se encuentran bailando sobre la pista.
⎯¡Vamos! ⎯ expresa Alegra, mientras me jala por en medio de la pista, para acceder a las escaleras donde siempre está nuestra mesa.
⎯¡Voy por Ana Caro! ⎯ nos dice mi hermano David, quién ha visto a su mejor amiga, Ana Carolina Santander en algún punto del bar.
Mi hermana me sigue jalando por en medio de la gente. Comienza a bailar al ritmo de una canción de David Bisbal. Los tonos de la melodía me hacen recordar la vez que yo baile con Antonio en ese bar de flamenco.
⎯¡Vamos! ⎯ me pide mi hermana, tratando de animarnos.
⎯Si no quieres estar aquí no tenemos por qué ⎯ hablo en voz alta.
⎯¡Qué! ⎯ expresa Alegra.
⎯¡Si no quieres estar aquí, no tenemos por qué! ⎯ Repito.
Alegra niega con la cabeza.⎯ ¡Quiero estar aquí!, ¡por qué estoy contigo! ⎯ responde ⎯, ¡a caso no quieres estar conmigo!
«¡No!, quiero estar con Antonio!», dice mi mente. Pero al ver los ojos de mi hermana, simplemente asiento con la cabeza.
⎯¡Claro que quiero!
⎯¡Entonces, bailemos! ⎯ Finaliza, para seguir moviendo su cuerpo de manera sensacional como siempre lo hace.
No entiendo cómo le hace Alegra para esconder que se siente triste porque Karl Johansson hace semanas que no le habla, ni le envía mensajes. O, para fingir, que no está perdidamente enamorada de él.
Siento cómo el móvil vibra en la pequeña bolsa que he traído hoy, donde solo caben este, mi dinero, una identificación y un lápiz labial. Lo saco, y mi mundo se detiene al ver el nombre de Antonio. Lo leo:
ANTONIO
¿ESTÁS DISPONIBLE HOY? ADELANTÉ MI VIAJE Y ESTOY EN MADRID PARA FESTEJAR TU CUMPLEAÑOS.
Quiero saltar de felicidad, en verdad lo deseo. Estoy por contestarle y decirle que voy al taller de inmediato. Sin embargo, veo a Alegra y a mis hermanos bailar y siento cómo mi corazón se hace pequeño. Nunca había pasado mi cumpleaños sin ellos, incluso jamás había estado tan alejada de ellos.
⎯ A veces es bueno alejarse un poco para describir tus propios sentimientos.⎯ La voz de Moríns sale entre toda la música. Volteo a verle y él está detrás de mí con una sonrisa.⎯ Vete.
⎯Pero…
⎯Vete Lila, yo te cubro ⎯ insiste.
⎯¡Gracias! ⎯ expreso, para luego abrazarlo.
⎯Solo una cosa, Lila. Recuerda lo que decía tu abuelo Tristán.⎯ Continúa.
⎯Mi abuelo decía muchas cosas…
⎯Claro, pero esta vez sabes la frase que encaja en esta situación, no te hagas, eres bastante intuitiva.
⎯”Un amor que te aleja de ese mismo amor, es para pensarlo.” ⎯ En pocas palabras, mi abuelo decía que si la persona que te ama te aleja de lo que tú más amas, se tiene que considerar.
Pero, para mí, Antonio no me aleja de mis hermanos. Simplemente que, por ahora, me gusta mantenerlo así, en secreto, para poder disfrutarlo como es debido.
⎯Gracias, Moríns.
⎯¡Ve!, cuídate.
Así, sin decir nada, salgo del bar y contesto el mensaje con emoción.
LILA
¿DÓNDE ESTÁS? VOY A DÓNDE ME DIGAS.
ANTONIO
EN EL HOTEL DE SIEMPRE. DIME DÓNDE ESTÁS Y TE ENVÍO AL CHOFER.
Y momentos después le envío mi dirección.
***
Con la emoción a flor de piel, y los nervios también, me bajo de la camioneta. El chofer, diez minutos después de que le envíe la dirección a Antonio, pasó por mí para traerme al hotel.
Así, camino hacia el recibidor del hotel y, sin preguntar, subo al elevador para dirigirme a la misma habitación de siempre. Antes de tocar, me arreglo el cabello y me quito el abrigo para que el vestido de lentejuelas lilas, luzca.
Con nervios, toco la puerta y, momentos después, esta se abre mostrándome una habitación completamente iluminada por un resplandor tenue y con un olor a rosas tan potente que siento que podría olerse por todo el pasillo. Ahí, se encontraba Antonio, elegantemente vestido, usando un saco de terciopelo rojo vino, que combina con sus hermosos ojos verdes.
⎯¿Qué es todo esto? ⎯ pregunto.
Veo toda la habitación decorada con un sutil resplandor de velas que se refleja en las delicadas rosas que adornan cada rincón. El aroma suave de las flores llena el aire, y todo en conjunto crea un ambiente romántico y acogedor.
La sonrisa de Antonio me llena de emoción. Puedo ver cómo sus ojos verdes brillan más que las velas del lugar. No puedo creer que él haya hecho todo esto para mí.
⎯Antonio…
⎯Disculpa si no fui por ti, bonita Lila.⎯ Antonio me toma de las manos y las besa⎯. Pero, como ves, estaba un poco ocupado.
⎯Eso es… hermoso ⎯ expreso emocionada.
⎯Me alegra de que te haya gustado. Es algo improvisado, pero, creo que se captó el mensaje…⎯En eso, él se acerca a mi oído y en una suave voz me dice ⎯ que te amo.
Sonrío. Siento cómo mi corazón late rápido, como mi cuerpo responde a su voz. De pronto, toda la tristeza que sentía se va. Me olvido de todo y me concentro en este instante a su lado.
Antonio baja sus labios lentamente hacia los míos, y en la suave luz de las velas, nos fundimos en un beso apasionado. En ese mágico instante, puedo sentir toda la emoción contenida, la añoranza de nuestros corazones y el amor que nos une.
En sus labios encuentro la certeza de que él también me ha extrañado, que su amor por mí es verdadero y que se siente profundamente feliz de estar a mi lado. Es un beso que habla más que mil palabras, y en ese gesto, siento la plenitud de nuestro amor.
⎯Pensé que te vería hasta febrero ⎯ murmuro.
Antonio coloca un mechón del cabello detrás de mi oreja y me sonríe.⎯ Quiero que recuerdes algo, Lila. Que por ti haría cualquier cosa como: adelantar un viaje, esperarte por la eternidad y hacer lo imposible posible.
Entonces, Antonio saca de su bolsillo una pequeña caja de terciopelo haciendo que mis sentidos se alteren.
⎯¿Antonio?
Él abre la caja y veo dos anillos dentro de ella. Ambos son iguales, solo que uno tiene un sol y el otro una luna.
⎯ Nuestro amor es como el sol y la luna, siempre presentes, aunque a veces no se vean. ⎯ pronuncia, para luego tomar el anillo de la luna y mostrarme lo que lleva grabado dentro.
Lo tomo. ⎯ Nuestro amor es como el sol y la luna ⎯ Leo en voz alta.
Antonio toma el del sol.⎯ Siempre presentes aunque a veces no se vean ⎯ recita.
⎯Es tan bonito ⎯ murmuro.
En eso, Antonio toma mis manos. Puedo ver el anillo del sol que complementa el mío de la luna, en su hermoso y largo dedo. Después suspira, me mira a los ojos y comienza a hablar ⎯ Lila, tú eres mi luz, mi inspiración, y el amor de mi vida. Cada día que pasa, mi amor por ti crece más y más, y me doy cuenta de que no puedo imaginar mi vida sin ti.
»Hoy, quiero hacerte una promesa que lleva el peso de todo mi corazón. Con este anillo, te ofrezco mi compromiso inquebrantable de que siempre te amaré y estaré a tu lado, pase lo que pase. Prometo cuidarte y protegerte en cada paso del camino. Este anillo de promesa simboliza el amor eterno que siento por ti. Es una promesa de que siempre te escucharé, te apoyaré y te animaré en tus sueños y metas. Es una promesa de que nunca estarás sola, porque estaré a tu lado en cada alegría y en cada desafío que enfrentemos juntos.
»Mi sueño es caminar junto a ti en cada paso de nuestras vidas, enfrentando cada aventura, superando cada obstáculo y celebrando cada logro. Porque sé en lo más profundo de mi ser que tú eres mi destino y que no puedo esperar a compartir el resto de mi vida contigo. Pronto, bonita Lila, te pediré matrimonio en frente de toda tu familia, y le gritaré al mundo que te amo, y que no puedo esperar para despertar contigo, llenarte de besos y ya no tener que irme de tu lado jamás.
Puedo sentir cómo las lágrimas recorren mis mejillas de la emoción. No hago más que lanzarme a sus brazos y apretarlo fuerte contra mi cuerpo.
⎯ Te esperaré… te juro que lo haré ⎯ le digo, emocionada.
⎯ Te juro que jamás me separaré de tu lado, jamás ⎯ recita. Para luego darme un beso sobre los labios, que nos hace caer entre las sábanas una vez más.
Las famosas mordidas de pastel en las que posiblemente hemos sido testigos o participantes, les quiero compartir un accidente que ocurrió en mi país, esperando Anita me lo permita.
Los pasteles hoy en día los hacen de varias capas y estas deben estar unidas unas con otras, en un cumpleaños la mordida fue fatal, ya que un pincho de madera que unía capa con capa se incrustó en el ojo de la cumpleañera, ocasionando que perdiera el ojo.
Tengan cuidado y eviten esta tradición de la mordida, ya que no sabemos que contiene dentro.