Lila
Días después.
Mi abuela decía que el tiempo pasa rápido cuando uno está enamorado. Sobre todo cuando el ser amado no está al lado de uno. Sin embargo, ella una vez me comentó, que cuando su mi abuelo Tristán la engañó y se regresó a Ibiza dejándola con el corazón roto, el tiempo le pasó tan lento que sentía que vivía el mismo día una y otra vez, a pesar de que los días sí avanzaban.
También me decía, que antes de un acontecimiento importante, el tiempo parece alentarse, como si estuviese acomodando todo en su lugar, antes de que sucediese. Yo no le creí, hasta que Antonio me dijo que él quería conocer a mis padres para así, poder presentarse formalmente.
De pronto, todos los días se me hicieron lentos. De martes al viernes, sentí que viví el mismo día una y otra vez, y que hacía las mismas cosas sin encontrarle sentido. Añoraba que llegara el viernes para poder verles, y cuando llegó, yo estaba más cansada que nada, pero emocionada de saber que pronto, ellos conocerían a Antonio.
Entonces, el viernes llegó, y esta vez decidí salir temprano del taller para poder llegar a cenar y aprovechar que David estaba ahí para avisarle también y que descansara en paz, ya que, hasta ahora, él era el único que estaba enterad de todo el asunto a la perfección y creo que estaba sufriendo un poco escondiéndolo.
Sin embargo, ya no había que esconderse más. Después de que Antonio conociera a mis padres, todo estaría perfecto, y los martes a escondidas se terminarían; al fin podía vivir mi relación bajo los reflectores y no escondida en las sombras.
⎯Lila, ¿eres tú? ⎯ Escucho la voz de mi madre, al cerrar la puerta de la casa.
⎯¡Sí, ma! ⎯ respondo.
Dejo mis cosas sobre el perchero y me percato que Alegra no está, pero que mi hermano ya ha llegado. También noto que Sila y Moríns está en la casa, porque los abrigos de Fátima, Lolo, Luciano y Eva se encuentran colgados sobre el perchero.
El rostro de mi madre aparece y enseguida, esboza una sonrisa.⎯¡Mi niña hermosa!, no sabes lo mucho que te extrañé. Te traje regalos. ⎯Mi madre llega hacia mí, y me da un abrazo que, juro, me cura el alma por completo. Yo la abrazo con el mismo ímpetu y cuando nos separamos, sonríe⎯. Te ves diferente.
⎯Es que estoy feliz, mamá. Pero quiero darles la noticia a papá y a ti juntos.
⎯¿Noticia? ⎯ inquiere, bastante interesada.
⎯¡Tía Lila! ⎯ Escucho el grito de Fátima. Momentos después, la chiquilla corre hacia mí y se abraza a mis piernas. Yo acaricio su hermoso cabello negro y rizado, la perfecta combinación entre Moríns y Lila. Minutos después, Sila aparece con Eva en sus brazos y sus traviesos gemelos al lado.
⎯¡Tía Lila! ⎯ habla Lolo, y yo lo cargo entre mis brazos.
⎯Pequeños, ¿cómo están?, no tienen idea como los extraño.
⎯Pues es porque la tía Lila, ya no va a la casa.⎯ La voz de Moríns me toma por sorpresa, ya que viene de las escaleras que suben a las habitaciones. En sus manos trae una caja con documentos que parecen antiguos, arriba de esta, la leyenda, “Documentos Navarra Coudre”, los apellidos de soltera de mi bisabuela.
⎯Lo siento, es que he estado muy ocupada ⎯ contesto.
⎯Bastante muy ocupada.⎯ Agrega Moríns, para luego dejar la caja sobre el suelo.
Momentos después, mi padre baja con una caja igual. Me sorprende de verdad ver a mi padre así de fuerte y bien conservado. Es como si el tiempo no pasara por él. Cierro los ojos y juro que es el mismo David Canarias que me arrullaba contándome cuentos de piratas.
Me pasa igual con mi madre. Ni siquiera su cabello tiene canas. Sigue igual de castaño y hermoso como siempre, e incluso puedo jurar que tanto ella como mi padre tienen una fotografía que envejece por ellos, así como en la historia de Dorian Gray.
⎯Listo. Moríns revisará los documentos y si no sirve los tiraremos a la basura, ¿vale? ⎯ le advierte a mi madre⎯. Estoy en realidad cansado de husmear en el pasado.⎯ Mi padre me ve y sonríe ⎯. La flor más hermosa de mi jardín está aquí, ¿cómo estás mi Lila?
Sonrío. Hace tanto que mi padre no me decía así. Cuando se encargaba del jardín en Puerto Vallarta me decía: «todas mis flores son hermosas, pero la más hermosa de mi jardín, eres tú, mi Lila».
⎯Hola, Pa, ¿cómo les fue en Francia?
⎯Pues, como ves, con más cajas de documentos. Jamás pensé que la familia de tu bisabuela nos llamara para darnos esto.
⎯¿Qué es?
⎯No sabemos. Lo que sí sé, es que tu madre y yo trajimos un delicioso vino Francés que probaremos pronto ⎯ se sonríe.
⎯¿Y Alegra? ⎯ pregunto, ya que desde que estoy con Antonio y ella con Karl hemos estado algo separadas.
⎯Va cenar con Karl. Desde que tu hermana está enamorada, ya no se le ve por acá ⎯ responde mi madre.
⎯Desde qué mis dos hijas están enamoradas, ya no se les ve por acá.⎯ Corrige mi papá.
⎯Bueno, yo sí estoy ⎯ habla Sila.
⎯Y yo.⎯ Se escucha la voz de mi hermano, que va saliendo de la cocina, comiendo un taco que al aparecer es de aguacate con sal.
Suspiro.⎯ Bueno, me alegra que todos estén aquí, casi todos.⎯ Corrijo⎯. Es que les tengo una noticia.
⎯¿Noticia? ⎯ pregunta Moríns, bastante interesado.
⎯Sí, una noticia ⎯ afirmo. Tomo un poco de aire y continúo⎯. Les anuncio que pronto podrán conocer a mi novio, Antonio de Marruecos.
⎯¿Antonio de Marruecos? ⎯ pregunta mi padre, bastante interesado.
⎯Sí… Así se llama. Es mi novio desde hace unos meses y él quiere venir a conocerlos.
⎯De Marruecos… ⎯ repite mi padre en voz alta, como si tratara de recordar ⎯. De Marruecos…
⎯¿Te suena ese nombre? ⎯ pregunta Moríns, al ver que está bastante interesado.
⎯Sí, pero, no sé de dónde. Siento que en algún punto tu abuela me habló de ellos o… no sé. Tendría que preguntarle ahora que vaya por ella a Ibiza.
⎯Bueno, él es mi novio.⎯ Continúo con la conversación ⎯. Y quiere presentarse formalmente.
⎯Y, ¿dónde lo conociste? ⎯ pregunta Sila, bastante interesada.
⎯Se coló a su boda.
⎯¡Qué! ⎯ expresa Moríns.
⎯Sí, se coló a su boda y yo lo descubrí. A partir de ahí hemos estado saliendo y bueno, somos novios oficialmente. Lo quiere hacer más oficial.
⎯Bueno, pues… ¿y cuándo será el día?
⎯Uno donde estén todos juntos. O bueno, primero me gustaría que los conociera a los dos en privado y luego al resto de la familia.
⎯¿Estás diciendo que te damos pena? ⎯ inquiere mi hermano, comiendo otro taco de aguacate.
⎯Ya Tristán, que te vas a terminar el aguacate y ya no va a haber para el rato.⎯ Le pide mi madre.
⎯No, no es que me den pena, lo que pasa es que lo quiero hacer lo más formal posible. Después, podrán conocerlo, al igual que el resto de la familia. ¿Les parece?
Mi papá sonríe.⎯ Pues, si es tu deseo, adelante. Dinos que día y dónde y nosotros iremos a donde quieras a conocerlo, ¿no es cierto, alma? ⎯ le pregunta a mi madre.
⎯Sí, claro. Tú dinos y nosotros iremos.
Sonrío. Al parecer se la han tomado bien y ahora todo queda pactado y es oficial. Sin embargo, la mirada de Moríns me sigue poniendo nerviosa, y ya no debería. Desde que me dijo esa frase, no ha podido salir de mi cabeza, manteniéndome a veces despierta por las noches o dudosa de ciertas acciones de Antonio.
⎯Bueno, en la cena nos cuentas más sobre tu novio ⎯ interrumpe David ⎯. Ahora, ¿podemos ir a cenar?, me estoy muriendo de hambre.
⎯Sí, vamos, antes de que tu hermano se acabe el kilo de aguacate ⎯ responde mi mamá.
Todos comienzan a caminar hacia el comedor menos Moríns, que se queda a acomodar las cajas en la entrada para que no estorben. Sé que me quiere decir algo y por eso se ha quedado, por lo que espero impaciente.
⎯¿Qué me vas a decir? ⎯ inquiero.
Él levanta su cuerpo y se sacude las manos.⎯ Nada, ¿qué quieres que te diga?
⎯No sé. Al parecer últimamente tienes mucho que decir.
Moríns sonríe ante mi comentario, al parecer, el tono en que se lo dije no le agradó, porque cambia su rostro a uno bastante serio. A mi mente vienen los recuerdos del Moríns joven y adolescente, ese que nos aconsejaba y lo hacía viéndonos a los ojos.
Siempre lo admiré de pequeña, porque se me hacía un chico con muchas tragedias pero siempre con una alegría en su sonrisa. Sentía que Moríns, siempre sabía qué hacer y como resolver todo. Quiero pensar que aún ese joven vive en él.
⎯¿Ya le dijiste a Alegra?
⎯¿Qué? ⎯ inquiero.
⎯¿Sobre Antonio de Marruecos?
Niego con la cabeza.⎯ No, pero le diré la próxima semana.
⎯Bien… ⎯ contesta, para luego darse la vuelta.
⎯A ti, no te agrada Antonio, ¿verdad? ⎯ le pregunto.
Moríns se detiene y suspira.⎯ No lo conozco, no sé si me agrada o no.
⎯Pero, ¿entonces?, ¿por qué te pones así Moríns? ⎯ digo, en verdad confundida.
Moríns se da la vuelta, camina hacia mí y toma mi mano. Con esa mirada de sabiduría me ve a los ojos y dice.⎯ Te conozco desde que tenías diez años, Lila. Eres como mi hermana, es más, lo eres. Conozco a tu familia, sus tradiciones y su dinámica. Conozco tu relación con Sila y con Alegra. Conozco los valores que te inculca tu familia, y también sé, que si le estás escondiendo algo a Alegra es porque no estás segura de lo que está sucediendo.
⎯¿De qué hablas?
⎯Alegra y tú se cuentan todo, ¡todo! ⎯ afirma ⎯, jamás se esconden nada. Sabían tanto la una de la otra, que incluso llegábamos a confundirlas. Se contaban travesuras, anécdotas, sueños y tristezas. Todo. Ella es la persona que mejor te conoce en el mundo y sabes que si le cuentas de tu novio te dirá algo que no te gustara.
⎯No le cuento porque está con Karl.
⎯No, no te hagas tonta.⎯ Me sorprende de verdad la firmeza con la que Moríns me está diciendo las cosas. De una manera tan paternal que siento ganas de llorar ⎯. Ella te cuenta de Karl y estás enterada de todo, pero, ella no sabe nada. Alegra siente que la estás alejando y está preocupada, me lo dijo.
⎯Pues, que ella…
⎯Lila.⎯ Se pone más serio⎯. Te deseo que seas muy feliz, pero recuerda lo que me decía tu abuelo David: “La intuición es la maestra más grande, pues es tu corazón hablándote, guiándote; es la voz interna que te insta a ver más allá de lo que conoces”.
Suspiro al recordar la frase de mi abuelo, una que se repetía en variadas ocasiones cuando estaba a punto de cerrar un negocio. Incluso decía que solo confiaba en mi abuelo Tristán, en mi abuela Fátima y en su intuición y en nadie más.
Moríns me da un beso sobre la mejilla, y da la vuelta otra vez para alejarse. Sin embargo, yo me adelanto y le tomo de la mano, haciendo que se detenga.
⎯¿Qué es lo que dice tu intuición? ⎯ inquiero.
⎯No es importante lo que a mí me diga.
⎯Para mi, lo es… dime.
Moríns sonríe.⎯ Mi intuición dice que te quites ese velo romántico y notes las señales antes de tomar una decisión, Lila. Siempre has sido la más centrada y neutral de todas. Deja que por un instante tu mente te hable… Te quiero mucho, Lila. Y de verdad te deseo todo el amor del mundo. Y lo sabes, ¿no pequeña?
Asiento con la cabeza.⎯ También te quiero, Moríns.
Él me guiñe el ojo y se aleja de mí, dejándome en medio del lugar con una ansiedad que jamás había sentido. ¿Cómo es que siento que Moríns tiene razón?, ¿a caso él ve algo que yo no?, ¿por qué me hace sentir tan mal?
⎯Bien, respira Lila, solo son consejos ⎯ me digo a mí misma.⎯ La próxima semana que veas a Alegra le cuentas todo y escucharás lo que te tenga que decir. Alegra es mi Tristán, es la que me mantiene con los pies en la tierra.
Sin embargo, vuelvo a subir a las nubes cuando un mensaje de Antonio llega a mí móvil, y, a leerlo, siento que puedo tocar las estrellas.
ANTONIO
BONITA LILA, DIME EN QUÉ FECHA PUEDO CONOCER A TUS PADRES. TODO ESTÁ ARREGLADO.
⎯¿Todo está arreglado?, ¿qué significa eso? ⎯ pregunto, entre sonrisas.
LILA
¡PERFECTO!, PONGAMOS FECHA EL PRÓXIMO MARTES.
ANTONIO
ES UNA CITA. TE AMO
***
Antonio
Termino de enviarle el mensaje a Lila, mientras las lágrimas corren por mis mejillas, ya que una felicidad me invade por completo. Los papeles están listos, ya han sido firmados por mi padre… soy libre para amarla.
Que se me hace que los papeles ya firmados no son el final de una tradición concertada, sino el inicio de lo terrible para Antonio y Lila