Antonio 

La alegría de festejar el sexo del bebé tendrá que quedarse en privado, porque en este momento, me dirijo a haber con los padres de Lila y explicarles toda la situación y de alguna forma recuperar algo de terreno antes de que nazca mi hija. Además, en cierta manera, quiero advertirles de lo que posiblemente pase en el momento en que Ximena lleve mi apellido, si es que Lila lo desea. 

Así, llegamos al techo del piso, y de pronto, veo uno de los jardines más bonitos que he visto en mi vida – ni siquiera el de mi casa está así -. Está tan bien estructurado, lleno de vida y de flores. Es como si fuese un refugio lejos de la ciudad, donde te puedes sentir en calma, a pesar de estar rodeado de caos; así me siento cuando estoy con Lila. 

David Canarias, el padre de Lila, que después de investigar, es uno de los pediatras más talentosos y destacados de España, y Luz Ruíz de Con, la fotógrafa más destacada en su área y tan talentosa como su marido, están frente a mí y juro que jamás me había sentido tan nervioso en mi vida. 

Estoy seguro de que ambos están molestos conmigo, pero que Luz Ruíz de Con está más dispuesta a escuchar lo que tengo que decir, su marido no. Sé que simplemente no me soporta, lo que es un mal inicio, por lo que debo ser cuidadoso con mis palabras. Está protegiendo a su hija y es normal, yo sé que protegeré así a mi hija y estaré en la misma pose que él: brazos cruzados a la altura del pecho, rostro serio y una mirada que podría matar sin decir nada. 

⎯Bueno, ya estamos aquí ⎯habla él, mirándome a los ojos. Siento que en cualquier momento podría fulminarme con la mirada. 

⎯Siéntate, David. ⎯Le pide su esposa, porque ella ha tomado una silla y se ha sentado. 

⎯No. Te hice caso en la primera, no en esta. Sabes que no me gusta sentarme cuando estoy enojado, y, ahora que estoy furioso, no creo que logre ni siquiera hacerlo. 

Luz suspira, después voltea a verme y me sonríe levemente. En este momento, le tengo más miedo a ella que a su marido, posiblemente, porque no la veo molesta, sino que tranquila y puedo decir que incluso está feliz; no sé cómo tomar eso. 

⎯¿Vas a decir algo?, o, ¿nos tendrás de pie esperando? ⎯habla David. 

⎯Sí, sí, claro. ⎯Aseguro, mientras me aflojo la corbata que siento me está apretando el cuello. Excepto que sea la mirada de David Canarias la que lo está haciendo. 

Tomo un suspiro y preparo mis palabras. Lo que diré es crucial y es la única oportunidad que tengo para hacer todo: presentarme, pedir perdón y después ayuda. 

⎯Juro que hace meses atrás tenía algo preparado a la hora de conocerlos, pero hoy, creo que no vale la pena decirlo ⎯comienzo. 

⎯¿Antonio, cierto? ⎯me pregunta Luz. 

⎯Sí, Antonio de Marruecos. 

⎯Tienes un gran apellido. Creo que uno de los más elegantes que ha habido en esta familia. Me agrada que haya otro con una “De” ⎯comenta. 

⎯Puede ser uno de los más elegantes, pero su llegada ha sido una de las peores. 

⎯David… 

⎯Es verdad. ⎯Al parecer, David Canarias tiene mucho que decir, porque een seguida baja los brazos y comienza a hablar⎯. Mira, alma, puede que tú estés feliz de saber que Menita tendrá a su papá al lado y todo eso que me comentaste hace tiempo, pero no debemos esconder el hecho de que este hombre le hizo mucho daño a nuestra hija, y que no solo le ha mentido, sino que provocó que nos mintiera. ⎯Me ve a los ojos y me dice⎯: Cambiaste a nuestra hija de la noche a la mañana. Lila jamás nos había mentido. Es la hija más transparente y comunicativa que tenemos. Simplemente, no nos ocultaría nada. De pronto, llegas tú, haces todo ese juego, la engañas y ahora, ¿vienes como si nada a reconocer un papel que no es tuyo? 

⎯¿No es mío? ⎯respondo, ante esa pregunta que es en lo único que él no tiene razón⎯. Mena es mi hija, y quiera o no siempre seré su padre. Es un papel que estoy dispuesto a tomarme muy en serio, porque es mío y de nadie más. Ni de Pablo y mucho menos suyo. 

⎯Y, ¿qué dirá tu mujer sobre esto? ⎯pregunta⎯. O a caso estás haciendo esto a escondidas de ella, ¿qué le dices?, ¿qué te vas de viaje por semanas mientras vienes a ver a mi hija? 

⎯¡Insinúa que Lila es mi amante! 

⎯Pues eso parece, la tratas como tal desde que la conociste, ¡jamás le has dado el trato que se merece!, viéndola de noche y ahora, ¿escondiéndola? 

⎯¡Ella fue la que se escondió! ⎯grito. 

⎯¡Por qué tú la obligaste! 

⎯¡Basta! ⎯expresa Luz, con firmeza, levantándose de su lugar y colocando la mano sobre el pecho de su esposo⎯ ¿me permites unas palabras, Canarias? ⎯le pregunta, para luego empujarlo a una esquina y comenzar a hablar en murmullos. 

Veo como las manos de Luz, de dedos largos y bien cuidadas, hablan por ella, pidiéndole que se tranquilice. David Canarias, respira, y asiente con la cabeza. Luz le pide que escuche, y le pone una mano en la frente y otra sobre el pecho, a la altura del corazón. 

⎯Todos somos adultos aquí ⎯le comenta en voz baja⎯. No te comportes como un adolescente. 

⎯¿Estamos escuchando la misma conversación? 

⎯Sí. Pero, ¿qué harás?, ¿correrlo? Ya te dije que escojas tus batallas, y no te dejes llevar por el enojo. Esto es lo que es y ni modo. Además, recuerda lo que pasaste con tu padre…no pretendas que no estuviste en una situación similar. ⎯Escucho. 

⎯Lo sé 

⎯¿Entonces? Sé el padre que deseaste tener el día que te pasó. 

David Canarias, suspira. Ambos regresan a mí y él con un ademán me pide que continúe. 

⎯Señor, David, señora Luz. Me hubiese gustado que nos hubiésemos conocido de otra manera y en otra situación, pero eso ya no va a ser posible. También sé que no tengo una buena imagen y haré todo lo posible porque ustedes vean al verdadero yo. Solo puedo decirles que amo a Lila, y siempre la amaré, que pretendía hacerla mi mujer y formar una familia con ella. Sin embargo, las circunstancias que me rodean y las tradiciones que me rigen, fueron más fuertes que yo. Hice mal en esconderlo, pero, no quería involucrar a Lila en mi mundo, al contrario, yo deseaba ser parte del suyo. Ahora estamos en mundos separados, y no saben cuánto lo lamento. Sin embargo, dentro de todo lo malo que ha pasado, ha llegado la buena noticia de que seremos padres, y deseo en verdad disfrutar del momento. Deseo estar, quiero formar parte de esto, pero, no me gustaría que cada vez que viniese esto fuera una guerra. Solo quiero paz, es todo. 

Al terminar mi discurso siento que las miradas de David y Luz son diferentes. Por primera vez, en todo esto que está pasando, siento un poco de compresión y compasión. Sé que David debe estar enojado conmigo y que está en su derecho, pero, por otro lado, estoy seguro de que me entiende, o al menos eso quiero pensar. 

⎯Cómo tú lo dices, es una lástima que te hayamos conocido así. Si Lila se enamoró de ti es por algo y ahora lo noto. A pesar de todo, eres un buen hombre ⎯habla Luz⎯. La forma en la que hiciste las cosas, no fue la correcta… 

⎯Lo sé, y lo siento, pero juro que hay una razón. Los Karagiannis, la familia de mi esposa, ellos, son terribles. Quería hacerlo así, para protegerla de todo, para… 

Ella me pide que me detenga, con el mismo gesto que le hizo a su marido, minutos atrás. Es tan contundente que de inmediato lo hago. 

⎯No me interrumpas, Antonio de Marruecos, sobre todo cuando estoy a punto de fallar a tu favor. 

⎯Lo siento, yo… ⎯Guardo silencio. 

⎯Como te decía, la forma en la que hiciste las cosas no fue la correcta, sin embargo, confiamos en nuestra hija, y sabemos que si está tomando la decisión de incluirte en la vida de Mena, entonces, la respertaremos. 

⎯Gracias. 

⎯Y de nuestra parte no habrá nada que te haga sentir incómodo, ni mal… 

Instintivamente, veo a David Canarias, y él asiente con la cabeza, dándole la razón a su mujer. 

⎯Sin embargo, creemos que en lugar de proteger a Lila, la has puesto en la mira, y eso es algo que podríamos reclamarte. Tus acciones terminaron con el sueño de mi hija, uno que apenas iba comenzando. Hiciste que su reputación cayera, que su marca no despegara y que lo poco que había logrado se fuera a la basura. Además, permitiste que tu mujer vistiera uno de sus vestidos, lo que contribuyó a que las creaciones de Lila fueran mal vistas.

⎯Eso, eso… ⎯Trato de explicar, pero sé que ahora no vale la pena. 

⎯Te encargaste de destruir dos sueños de un solo golpe, y eso es lo que debería pesar en tu conciencia, Antonio de Marruecos. De cómo los secretos pueden resonar en otras áreas y destruir los mayores anhelos. Otro de los sueños de Lila es ser madre, así que te pido que, a partir de ahora, tus acciones eviten que este sueño se desvanezca también. 

⎯No lo haré. Incluso, de eso les tengo que hablar…necesito hacer un pacto con ustedes.

Ambos guardan silencio, y sus expresiones faciales dicen más que mil palabras. No comprenden por qué he mencionado esto, y es el momento de proporcionar una explicación. David Canarias cruza de nuevo los brazos, indicando su espera para que empiece a hablar.

⎯Un pacto de protección. 

⎯¿Protección?, ¿protegerte? ⎯pregunta David. 

Niego con la cabeza. 

⎯Proteger a Lila, a mi hija y a Théa. 

⎯¿Théa? ⎯pregunta Luz. 

⎯Estoy en una situación complicada, y esto viene desde antes de conocer a Lila. Mi padre, siguiendo las tradiciones familiares, forjó un pacto con los Karagiannis para que me casara con una de sus hijas. Este acuerdo se mantuvo en pie porque proporcionaba a mi familia protección, estabilidad financiera y preservaba nuestro estatus social. Sin embargo, entre mi padre y yo, orquestamos un acuerdo secreto: si encontraba a una mujer que amara de verdad, tendría la posibilidad de liberarme del pacto, aunque con un costo considerable, perdería todo lo que teníamos. Cuando conocí a Lila, le rogué a mi padre que honrara nuestro trato, y lo hizo. Firmamos los papeles y él me liberó de la responsabilidad. Sin embargo, todo esto sucedió a espaldas de los Karagiannis. Ahora me encuentro atrapado, trabajando para ellos y casado con Théa, quien no tiene culpa alguna, simplemente es una pieza más en este complicado juego.

⎯¿Y el pacto que tiene que ver? ⎯inquiere David 

⎯Por lo que voy a hacer… ⎯comento. 

David Canarias me ve atento. Su mirada es tan penetrante que juro que me está leyendo los pensamientos y viendo mi alma. 

⎯Me uniré al Conglomearado. 

⎯¿Cómo? 

⎯He hecho una investigación por mi parte y sé que su padre un día rechazó a los Karagiannis en invertir en la industria textil. 

⎯El Conglomerado no tiene que ver con eso. Esa fue la razón. 

⎯Lo sé. Pero ahora tienen una razón para hacerlo… Lila. Los Karagiannis arruinaron su carrera y yo quiero arruinarlos, pero de una forma diferente, sin que se den cuenta. Quiero invertir mi dinero y el de mi madre en el Conglomerado Cancon, creando una presencia en la industria textil y desarrollando en el conglomerado áreas como la moda, textiles de alta calidad u otras cosas como: innovaciones sostenibles en textiles para la hotelería, línea de ropa de cama de lujo, servicios de diseño de interiores… 

⎯Lo tienes pensado ⎯habla Luz. 

⎯Cuando se pasan las noches en vela, uno tiene que ocuparse en algo para que la melancolía no le gané. 

David cruzó los brazos, mirando a Antonio con expresión pensativa.

⎯ Entonces, el pacto de protección es para que no sepan que eres tú quien los arruina ⎯comenta David, buscando confirmación.

Asiento con seriedad.

⎯Sí.

⎯Pero saldrá tu nombre… ⎯ David señala, una preocupación obvia.

⎯No. Lo haré a través de un representante legal de confianza. Mi nombre no saldrá en los papeles, y podré dar las órdenes necesarias. No sospecharán nada. Lo beneficiados serán Lila, Ximena y Théa. En caso de que me pase algo, ellas deberán estar aseguradas y, al ser de manera legal, no habrá nada que los Karagiannis podrán hacer ⎯explico con seguridad.

David frunce el ceño, preocupado por las posibles consecuencias.

⎯ Y, ¿cómo sabes que eso no provocará la furia de los Karagiannis y nos afectará a nosotros? ⎯pregunta, expresando la inquietud que ronda en su mente.

Mantengo la calma y respondo con confianza.

⎯Porque los Karagiannis no lo verán venir.

⎯ Y, ¿a qué se deberá eso? 

⎯ Porque su dinero seguirá prosperando, seguirán ganando y no les robaremos nada. Simplemente, competiremos limpiamente con la ventaja de que yo sé en qué áreas ellos no pueden competir y una lista de socios clave que podrían ser clave para ustedes. Si ustedes me protegen, puedo ayudar a Lila, asegurar el futuro de mi hija y vengarme, ¿qué dice?

⎯Y, ¿cómo afectará a Lila? ⎯pregunta Luz⎯. Cuando los Karagiannis sepan que tienes una hija con Lila, sospecharán de ti. 

⎯No, porque, Ximena no llevará el apellido “de Marruecos”, sino Canarias.

⎯¿No la reconocerás? ⎯pregunta David. 

⎯Lo haré, estaré presente, pero por su seguridad, no debe llevar mi apellido. Estará mejor protegida bajo el apellido Canarias, y todo estará bien. Lila y yo lo discutimos hace una semana, y ella estuvo de acuerdo. Además, firmaré un acuerdo legal en el que garantizo a mi hija todo lo necesario, y me comprometo con Lila a criarla de manera responsable y cumplir con todas las responsabilidades asociadas. ⎯Suspiro⎯. Si no puedo estar con ellas, al menos puedo protegerlas y cuidar de ellas a la distancia. Sé que ustedes también las van a cuidar. 

⎯Mi padre no se quiso meter con los Karagiannis por una razón ⎯me dice David⎯,¿por qué habría de hacerlo ahora? 

⎯Porque estoy seguro de que no lo hizo porque no sabía cómo y no conocía la industria. Yo sí y Lila, ella también la conoce. Me comentó que quería crear su propia línea de telas. Puede que haya destruido un sueño, pero, puedo hacer realidad miles más, si me ayudan. ⎯Sonrío. 

Luz me regresa la sonrisa. 

⎯Pasa más noches en vela, Antonio, y posiblemente se te ocurra algo para gobernar el mundo ⎯me dice, en un tono de satisfacción. 

⎯¿Eso es un sí? 

⎯Es un posiblemente, lo veremos… ⎯contesta, David. 

⎯Bueno, si es la respuesta en negativa, solo le pido que proteja a Lila, Ximena y Théa. Se los pido. 

⎯No me tienes que pedir proteger a mi hija y nieta. Pero a Théa… 

⎯Ella no tiene a nadie, y se la debo. Es una buena mujer y ella me ha apoyado todo este tiempo. Sabe de Lila, de la niña y si puedo estar aquí, es porque me está cubriendo en Madrid. Prométamelo. 

⎯Lo haré… no sé cómo, pero lo haré. Tienes mi palabra ⎯promete David. 

⎯Tal vez, si pasas una noche más en vela, ¿nos podrías dar una idea? ⎯pregunta Luz. 

Sonrío. 

⎯Posiblemente… 

Luz suspira.

⎯Supongo que no tenemos más que platicar. Vamos David, creo que tienes que hablar con mi hermana. 

⎯¿Crees? 

⎯Creo que los hoteles pueden necesitar una nueva imagen de diseño de interiores… ¿no crees? 

Vuelvo a sonreír. Al parecer tengo una aliada. David suspira, y simplemente toma su mano. 

⎯Supongo que estaremos en contacto. 

⎯Así es… 

Ambos se alejan, dejándome solo en ese hermoso jardín y con un poco de esperanza y satisfacción. Si David acepta, podré llevar a cabo mi plan y darle a los Karagiannis donde más les duele. Podré vengarme y de pasada a Théa. Pero si dicen que no, solo me queda la promesa de que, si algo me pasa, estarán protegidas mi hija y la mujer que amo, y de paso, la mujer que está conmigo en esto. ¿Será que Pablo también aceptará mi propuesta?, ¿estará el dispuesto a ayudarme en la propuesta que le hice a David Canarias? Las piezas están sobre el tablero, solo espero que entren en movimiento y que el futuro que se presenta ahora, esté repleto de estrategias y lealtades entrelazadas. 

Yo soy dueño de mi destino, nadie lo decidirá por mí; mucho menos los Karagiannis. 

4 Responses

  1. Los Canarias sabrán cuidar de Lila y la pequeña Mena, me preocupa lo que puedan hacerle a Thea y a Antonio mientras estén en Madrid.
    Espero la caída de los Karagiannis, en especial de Cassandra.

  2. Les espera una gran familia a Antonio y Thea. A sumarle más apellidos a ese gran Conglomerado de corazones

  3. Buen plan Antonio, buen plan. Demostrar cuanto amas a Lila y Mena, de como las quieres proteger te dará el apoyo de la familia de los 1001 apellidos.
    Lila, Mena y Théa deben estar bien, lo estarán.
    Ahora falta que se sume Pablo a la ecuación y vea como el destino lo une de nuevo a Théa.

    Sentí la furia de David Canarias pero la sabia siempre Luz

  4. Por fin hablo con ellos bravo y aunque picaflor este renuente en el fondo apoyara el plan y Luz va ayudar a que vea mas allá de todo lo que paso antes y mas por el bien de su nieta y su hija.

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