Después de terminar la cena que, en verdad, no estuvo nada mal, era mi turno de llevar esta salida a otro nivel, y tenía el sitio perfecto para hacerlo. Así que llevé a Karl a mi club de baile favorito para que ambos pudiésemos tomar una copa y bailar; bueno, al menos yo.

Desde que entro al lugar, puedo escuchar la música de reggaeton a todo volumen y mi cuerpo comienza a moverse sin poder evitarlo. Sé que Karl me está viendo y eso es lo que deseo, quiero que sepa que este cuerpo que está frente a él tiene el ritmo y la sensualidad que a él le gusta, pero que no puede obtener.

⎯¿Habías venido a aquí?⎯ le pregunto, mientras nos acercamos a la barra.

Karl sonríe y de nuevo su sonrisa me saca de quicio porque mueve muchas cosas en mí.⎯ ¿Crees que he venido?⎯ pregunta simpático.

⎯ Tal vez, conozco doctores que se la pasan de club en club, pero lo olvidaba, tú eres de los aburridos⎯ aclaro, para luego sonreír.

⎯¿Quieres una copa?⎯ inquiere, ignorado mi comentario, para luego recargarse sobre la barra y verme con esos ojos que atrapan⎯, pide lo que quieras, puede que sea uno de los aburridos, pero no de los codos⎯ comenta.

Esboso una ligera sonrisa y luego me siento en uno de los bancos de la barra y llamo la atención de la joven que atiende. Ella, voltea de inmediato y al reconocerme sonríe.

⎯¡ Ey!, ¡qué milagro!, pensé que te habían metido a la cárcel por esa cogida de huevos que le diste al tío ese⎯ me comenta, para luego reír.

⎯ Afortunadamente, salí viva…

Los ojos de la chica se posan en Karl, y acercándose a mí murmura en mi oído.⎯ ¿Y este tío?, no es como los que sueles frecuentar.

⎯Es un doctor, trabaja en el hospital de mi padre…⎯ resumo, para no entrar más detalles.

Ella ve a Karl y él le sonríe simpático.⎯¿Pasa algo?⎯ pregunta.

⎯¿Doctor de qué eres?⎯ le pregunta la chica de la barra.

⎯Cardiólgo⎯ contesta Karl.

⎯ Entonces, ¿especialista en corazones?, igual que Alegra, solo que tú los arreglas y ella los rompe.

⎯¡Shhhhh!⎯ hago para luego suspirar⎯, mejor danos dos caballitos dobles de tequila o, ¿prefieres champán?⎯ digo viendo a Karl.

⎯ Un whisky doble para mí⎯ comenta, mientras me ve a los ojos⎯, en las rocas, me gusta lo fino y fuerte.

La chica dejas las bebidas sobre la barra y enseguida yo tomo el caballito de tequila y lo tomo de un sorbo. Puedo sentir el alcohol quemando mi garganta y después el sabor a limón haciendo una combinación que me recuerda a mis vacaciones en México, ante la playa, bromeando con mis primos y hermanos.

Karl toma de un sorbo el whisky y luego deja el vaso sobre la barra, momentos después toma el otro caballito de tequila y lo toma de igual manera.⎯ ¿Tratas de impresionarme? ⎯ pregunto.

⎯No creo que combinar bebidas te impresione, Alegra Canarias. No me subestimes, te lo pido⎯ responde coqueto.

Una de mis canciones favoritas comienza a sonar y mi cuerpo me pide que salga a la pista y baile hasta que no pueda más. Tomo la mano de Karl y con el calor el tequila en mi cuerpo, le pregunto ⎯¿eres de los que baila o de los que mira?

Él sonríe⎯ hoy bailo, pero no tiene nada malo con mirar.

Tras esta frase, ambos caminamos hacia la pista. Mis caderas comienzan a moverse al ritmo, abriéndose paso entre los otros cuerpos que ya bailan ahí. Tan solo llegamos en medio del lugar, me dejo llevar por lo que siente mi cuerpo, que lo puedo resumir en tequila, libertad y emoción.

Karl se queda unos momentos de pie, mirando cómo bailo y juro que su mirada intensa me excita en cierta manera. Puedo sentir cómo recorre mi cuerpo de la cabeza a los pies y en mi mente pienso que lo tengo algo hipnotizado o hechizado. Momentos después, él se acerca a mí, y poniendo sus manos sobre mis caderas se pega a mi espalda, mientas se mueve conmigo a mí son.

Jamás pensé que él me siguiese el ritmo, que lograra bailar conmigo de esa forma tan personal. Siento cómo retira sus manos de mis caderas, pero aun su cuerpo está pegado al mío. Yo llevo mis manos hacia mi cabello, juego con él y aprovecho para tomar el cuello de Karl y acariciarlo. Después, me volteo, quedamos frente a frente y tomo sus manos para que toque mi cuerpo, ya que lo deseo.

Sin embargo, Karl mantiene sus manos al lado de mi cuerpo y no me toca, solo se mueve a mi ritmo, quedándose cerca y haciéndome arder, aún no entiendo por qué me siento así.⎯ ¿No quieres tocarme?⎯ le pregunto.

Karl me sonríe⎯pídemelo.

⎯¿Cómo?

⎯Quieres que te toque, pídemelo⎯ repite⎯, o qué, ¿Alegra Canarias no pide nada, solo se lo dan?

⎯Estás en lo correcto.

⎯Bueno, a mí me gustan que me lo pidan, así que…⎯ y aclarando esto se aleja de mí.

Entonces me quedo en medio de la pista sola, mientras veo cómo él se aleja de ahí sin mirar atrás. Esto no puede estar pasando, ¿a caso me está dejando sola? 

Así, camino hacia él y antes de que llegue a la puerta, lo tomo del brazo y hago que voltee a verme.⎯¿Es en serio?

⎯¿Qué?

⎯ Insistes en que salga contigo, casi me ruegas y cuando lo hago, ¿me dejas bailando sola?⎯ le reprocho.

⎯Pensé que la canción ya había terminado, además, no deberías sentirte tan ofendida, te sueles también hacer promesas y luego olvidarte de ellas.

⎯¡Ah!, ¿entonces de esto se trata?, te vengarás de lo que te hice hasta que no aprenda mi lección⎯ confirmo.

⎯No, simplemente que estamos iguales, si tú lo haces, ¿por qué yo no?

⎯ Porque, porque…⎯ trato de defenderme, pero por alguna situación las palabras no salen de mi boca.

Entonces Karl camina hacia delante y poco a poco comienza a llevarme hacia un rincón del lugar donde prácticamente estamos solos. Puedo sentir como pega su cuerpo a mí, justo como yo tenía el mío en la pista y me arrincona contra la pared.

⎯¿Por qué?⎯ inquiere ⎯, dímelo.

⎯Porque…⎯ argumento, pero sin poder contenerme, acerco sus labios a los míos y lo beso.

Mis labios se mueven rápido como si tuvieran hambre, deseo, encendiendo algo en mí que no puedo entender. De pronto, regreso en mí, y me percato de lo que estoy haciendo. Nuestras miradas se cruzan y mientras mi corazón late agitado escucho su voz.⎯ Bésame bien, no seas cobarde⎯ y ahora es él quien acerca sus labios a los míos.

La boca de Karl se mueve con una maestría increíble, con una coordinación y sensualidad tan perfectas que cada movimiento que hacemos me vuelve adicta y me hace pedir más. Él pone sus manos por debajo de mis muslos y me carga para pegarme aún más contra la pared y llevar este beso a otro nivel.

Siento cómo todo mi cuerpo reacciona, como mis brazos se recargan sobre sus hombros y sus dedos acarician mis mulsos de una manera tan increíble, que mi piel se eriza por completo. Karl me devora, no me besa, me posee y me deja sin respiración, lo que me obliga a pedirle un poco de espacio para respirar.

⎯Los niños buenos no besan así ⎯ le murmuro, mientras mis manos acarician su rostro.

⎯Claro que lo hacemos, pero nadie nos quiere besar⎯ responde y una ve más se acerca a mis labios para poseerlos.

Yo me dejo mientras lo hace, por el momento, por sus caricias, por sus manos. Siento cómo estás aprietan mis muslos y esta es una sensación tan excitante que nunca pensé sentir esta noche. De pronto, quiero que baje sus labios a mi cuello, a mis pechos, quiero que me arranque las bragas y me folle en este instante. Pero él se detiene bajando mis piernas hacia el suelo.

⎯¿Qué pasa?⎯ pregunto excitada, con la respiración a mil por hora.

⎯Me tengo que ir, mañana tengo una cirugía y debo dormir bien… ¿Te llevo? ⎯ me pregunta, como si nada hubiese pasado.

¿Una cirugía?, ¡Cómo que tiene una cirugía!, ¿Cómo me puede dejar así?, pienso molesta. Y no sé qué me molesta más, que me deje en este estado de euforia o que me haya encantado lo que pasó.

⎯Está bien⎯ contesto digna⎯, para terminar la salida, puedes llevarme a mi casa.

⎯Perfecto⎯ responde, y me guiñé un ojo.

No entiendo cómo puede estar tan tranquilo, como puede seguir sin más. Karl me invita a que pase primero y que salgamos ambos del club. La noche está fresca, pero mi cuerpo se siente tan caliente que no sé cómo describirlo. Él me abre la puerta del auto y me deja pasar, no me dice nada, solo se sube del otro lado y me lleva a casa. Va tranquilo como si lo que pasó dentro no le hubiese provocado nada, mientras yo, estoy mal… ¿Qué lo que pasa?, no puede dejarme así.

2 Responses

  1. La arrogancia de Alegra me desagrada pero sé que entre más se niegue más pronto caerá rendida

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