Después de lo acontecido en los vestidores, Karl me invitó a una cafetería para tomar una bebida refrescante, ya que el calor, a pesar de estar dentro del centro comercial, es insoportable. Con bolsas a nuestro alrededor y con un té frío sobre la mesa, reviso la lista ñoña de Karl para ver qué es lo que le falta para terminar rápido e irnos de aquí.

⎯ ¿Y, precisamente para qué quieres esta ropa? ⎯ inquiero.

⎯ Tengo una cena hoy, quiero verme bien… ⎯ me responde. Karl deja de tomar su bebida y me ve a los ojos ⎯, pero eso es personal.

Me acerco a él, cerca de su rostro ⎯ cuando dije personal, no me refería eso, sino a cosas como más íntimas.

⎯ ¡Ah, vaya! ⎯ expresa, para luego sonreír de esa forma que desquicia ⎯ veo que la intimidad no es lo tuyo.

⎯ Tengo mi intimidad, solo que no la comparto con nadie, en fin, solo falta la ropa interior y nos vamos.

⎯ Bien ⎯ dice, para luego ponerse de pie y ofrecerme su mano. La rechazo, y me levanto por mí misma. Karl se ríe, para luego murmurar ⎯ como siempre, llevando la contraria… ingobernable.

⎯ Me gusta que me digas así, en realidad no me molesta para nada.

⎯ Si no lo digo para molestarte, lo digo porque lo eres ⎯ reafirma.

Ambos salimos del lugar para dirigirnos hacia un local donde venden todo tipo de ropa íntima e interior. El olor a todo tipo de lociones nos invade y los diferentes diseños hacen que mil ideas se me vengan a la cabeza. Karl, comienza a ver unos bóxers de tela muy suave y a escoger varios de su talla de diferentes colores.

⎯ ¿Ya no pedirás mi opinión al respecto? ⎯ le pregunto.

Karl voltea a verme y sonríe ⎯ no sé si tenga que pedirte opinión sobre mi ropa interior, creo que es la que yo pienso que me queda más cómoda.

⎯ Bueno, como desees ⎯ respondo, para irme a una parte de la tienda donde venden ropa un poco más atrevida.

Veo que hay tanto para hombre como para mujer, unas lencerías que no dejan nada a la imaginación y unos bóxers y calzones tipo tanga para hombre que juro me hacen sonrojar. Tomo un calzón de corte bajo, mitad tela mitad listones de cuero y sonrío.

⎯ ¿Recuerdas que te dije que me vengaría? ⎯ murmuro.

⎯ Y que yo quería divertirme ⎯ responde, y al voltear lo veo con un paquete en una mano.

⎯ ¿Qué es eso? ⎯ pregunto.

⎯ Dije que me divertiría, así que… mídetelo⎯ me pide.

Tomo el paquete y me río bajito ⎯ estás loco si me pondré esto.

⎯ ¿Qué?, es de policía, trae esposas y todo. O, ¿tal vez te has decepcionado porque no es de enfermera?

⎯ No, lo que digo es que yo no juego a los roles. Lo siento.

⎯ ¡Vaya!, ¡qué aburrida! ⎯ expresa⎯ , o es decir, eres medio cobarde.

⎯ No soy cobarde, Karl… no vas a conseguir nada con eso. Si quieres alguien que cumpla tu fantasía ñoña de policía mejor pídeselo a una de tus amigas o no sé… ¿tienes amigas? ⎯ le pregunto.

⎯ Tengo… y sí, tienes razón, compraré esto para una de mis amigas y me divertiré, ya que veo que Alegra Canarias tiene miedo a experimentar.

Karl se da la vuelta, y camina hacia otro lado de la tienda, me quedo de pie con la ropa interior en la mano y sonrío.

⎯ Me lo pruebo pero, tú debes probarte esto ⎯ le aviso.

Karl voltea y al ver la tanga se ríe ⎯ claro que no, no me probaré eso.

⎯ ¡Qué aburrido! ⎯ respondo al igual que él⎯ o es decir, eres medio cobarde.

Karl lo toma de mi mano, de inmediato, y me sonríe ⎯ vale, yo me lo mido, tú te lo mides y veremos de qué va.

⎯ Perfecto ⎯ respondo, y aunque sé en lo que me estoy metiendo, me muero por verlo así.

Él va hacia la caja, deja las cosas y cuando la chica pasa lo que hemos escondido se ríe bajito ⎯ no es lo que parece ⎯ comenta Karl, apenado.

⎯ Pero cariño, ¿qué dices? ⎯ interrumpo, acercándome a él y tomando su brazo ⎯ si estás emocionado porque trae hasta esposas y todo ⎯ volteo a ver a la chica ⎯ es más, me dijo que debía arrestarlo por el tipo de pistola que trae entre…

⎯Nos vamos… gracias ⎯ responde Karl, completamente sonrojado, para después salir del local a toda prisa.

⎯ Te dije que me iba a vengar… ⎯ le comento, para después sonreír triunfal y salir del centro comercial.

***

Era de esperarse de que iríamos al su piso para probar nuestras nuevas adquisiciones, debo admitir que llego un poco curiosa, esperando ver cómo Karl luce con la ropa interior que le compré. Así que, tan solo dejamos las bolsas de las compras, él se metió a la habitación junto con la ropa de bolsa interior.

Karl sacó la tanga que no debajo nada a la imaginación, y la observó ⎯ creo que me estafaron, falta la parte de atrás.

⎯ ¿ Y con esto no te estafaron? ⎯ le pregunto, al sacar el traje de policía que es tan corto que apenas me va a cubrir. ⎯ ¿Puedo preguntar por qué policía?

Karl sonríe.⎯ Bueno, pensé que a Alegra Canarias le gustaría ser la autoridad ⎯ y me guiñe un ojo ⎯ y trae esposas.

Una mueca se dibuja en mi rostro, una que se convierte en una sonrisa, para luego morderme los labios. Karl le quita la etiqueta a la tanga y suspira.

⎯ Dios, que soy un doctor de prestigio ⎯ murmura.

⎯ Yo no te vi tan apenado cuando saliste sin camisa en el local de trajes, doctor de prestigio ⎯ respondo, para luego tomar el vestido. ⎯ Yo el baño y tú la habitación, y acabemos de una vez por todas.

Así, entro al baño, y veo el vestido ⎯ Dios, Alegra… ⎯ me digo, para luego sonreír y para comenzar a ponérmelo. Minutos después, me encuentro vestida de policía, con esposas en mano y sobre todo con un tipo de empoderamiento que no sabía.

⎯ Bien, veremos si se la puso ⎯ me acerco a la puerta y la abro de apoco.⎯ ¿Listo, doctor? ⎯ digo, para luego reírme.

⎯ Dios…⎯ me contesta, y luego abro la puerta para verlo de pie, sin camisa pero con una sábana enredada sobre la cintura.

⎯No, no… ⎯ hablo, ya metida en mi papel ⎯ la policía Canarias te ordena que le muestres lo que traes debajo de la sábana, o te va a esposar y arrestar por llevarle el contrario a la autoridad.

⎯ Prefiero que la policía me arreste antes de mostrar esto⎯ me responde.

⎯ ¡Bien! ⎯ hablo con autoridad, y tomo una de las esposas y la pongo en su mano ⎯ te esposaré a la cama y si o si me mostrarás.

Karl se ríe ⎯ ¿ves como te dije que era divertido?

⎯ Divertido si esto trajera un látigo…⎯ contesto, para luego llevarlo a la cama y recostarlo sobre ella.

Pongo una de sus manos atadas a la cabecera y luego la otra, dejándolo a mi disposición ⎯¿Látigo?, me hubieses dicho, había otro traje con látigo.

⎯ Shhhhh, silencio, la autoridad quiere inspeccionar lo que trae debajo de la sábana. ⎯Así con mis manos voy desatando la sábana para después abrirla y ver que Karl no tiene la tanga que le escogí y que prácticamente está desnudo.⎯ Oye, no la traes puesta la tanga.

⎯¡Uy!, ¡qué malo y desobediente soy!, tal vez la autoridad pueda hacer algo ⎯ responde.

En este momento podría estar enojada, pero la verdad que me ha hecho gracia todo lo que está pasando. Así que me acomodo sobre su pecho y aprieto un poco más las esposas. ⎯ El castigo será cruel, ¿eh? ⎯ le advierto.

⎯ Veremos… ⎯ responde pícaramente.

Voy desabotonando poco a poco, la parte de arriba del vestido para mostrar mis pechos mientras la mirada de Karl se pierde en ellos. Luego levanto un poco mi vestido y muestro la diminuta braga que le hace juego.

⎯¿Quieres tocar? ⎯ le pregunto.

⎯ A mi me gusta mucho tocar ⎯ me responde, con una voz tan sexy que me excita.

⎯ Pues que lástima, porque te has portado mal, así que solo verás… ⎯ le advierto.

Veo y siento que Karl está verdaderamente excitado, así que aprovecho para ponerme encima de su bulto y comenzar a provocarlo con el movimiento de mis caderas y de mi intimidad rozando con la suya. Ambos lanzamos un gemido, lo bastante alto como para negarlo, y yo cierro los ojos llena de placer.

Así, metida en este papel que me ha dado una nueva cara de lo que es el sexo, comienzo a tocarme frente a él, a darme el placer que tanto me gusta sentir y a quitarme poco a poco la ropa para quedar solo en braga frente a él.

⎯ Me estás matando ⎯ escucho su voz ⎯ , ven, acércate.

⎯ No, la autoridad aquí soy yo ⎯ respondo, mientras abro los ojos y veo a los suyos azules ⎯ así que ahora solo sentirás, y me verás volverme loca contigo.

⎯ Tú eres la autoridad ⎯ me dice.

⎯ Sí, lo soy… ⎯ y luego me dirijo a sus labios y le doy un beso.

Karl me sigue la corriente, y una vez mas nos envolvemos en esa atmósfera que a los dos nos enciende de inmediato. Las manos inquietas de Karl, tratan de zafarse para tocarme, pero las esposas están tan apretadas que no puede.

Así que soy yo quien se aleja de sus labios y comienza a bajar por su cuello, su pecho, y su abdomen. Escucho como gime, siento como su cuerpo se mueve y me encanta saber que lo tengo bajo mi control. Llego a su parte íntima y la beso ligeramente.

⎯¡Dios! ⎯ expresa, mientras su piel se eriza.

⎯ Creo que encontré un arma ⎯ le bromeo, para disponerme a jugar con él.

Por varios minutos hago que Karl se rinda a mi, a todo lo que hago. Me encanta, me gusta, me prende, y creo que por eso él me dio este papel, porque también lo disfruta. Cuando termino, abro uno de los cajones de su buró y saco uno de los preservativos que tiene.

⎯ Cuerpo caliente, mente fría ⎯ le digo, para después deslizar el condón sobre su intimidad. Después hago mi braga a un lado y hago que entre en mí.

⎯ ¡Qué delicia! ⎯ escucho, mientras las sensaciones de nuestros cuerpos se potencian.

Las manos de él se cierran en puño, tratando de sobrellevar todo lo que siente, mientras me muevo arriba de él sin ninguna condición, ni restricción, a mi ritmo y tocándome donde me gusta. Los gemidos se escuchan por todo el lugar, la cama se mueve, Karl no deja de mirarme y de hacer unas muecas que me prenden mas.

⎯ Alegra… ⎯ murmura ⎯ quiero tocarte.

Yo me hago hacia adelante, abro una de las esposas y de inmediato siento su mano sobre mis caderas, después la otra, y así mi piel se eriza con sus caricias que comienzan a volverme loca. Así, ambos terminamos, lo hacemos juntos y lo hacemos tan fuerte que creo podrían escucharnos en otro piso.

Caigo sobre la cama, con la respiración agitada y con el cuerpo tan sensible que hasta las sábanas me prenden. Veo el pecho de Karl subir y bajar agitado y luego se voltea para verme. ⎯ Nada aburrido, ¿cierto? ⎯ me pregunta.

Yo solo sonrío. Supongo que los juegos, ya están permitidos.

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