Karl

El tiempo avanzó a la par que nuestras expectativas, rápido pero sin prisas. De repente, los cálidos días de verano dieron paso a un otoño agradable que se desvaneció en uno de los inviernos más intensos que jamás hubiera experimentado. Y eso que vengo de un país nórdico, donde el frío es parte de la vida cotidiana y, aun así, este calaba hasta los huesos.

Afortunadamente, el calor de nuestro hogar ha compensado con creces el frío exterior. No hay quejas sobre la nieve o el viento cuando recordamos que en pocas semanas seremos padres, y nuestras vidas darán un giro completo. Nos estamos preparando para ello.

Nuestra casa ha cobrado vida. El colchón en el suelo ha sido reemplazado por una acogedora sala que nos brindará espacio para descansar y recibir visitas. La cocina esta en pleno uso, las cunas, hechas por el tío Robert, esperan en la habitación, y una Alegra muy embarazada ha convertido una de las habitaciones en una pequeña oficina, donde trabaja en los numerosos proyectos que le llegan.

Desde que asumió el cargo de Productora de Contenido de Celebridades, el trabajo no ha cesado. La campaña con la artista “Lady Flow” fue un rotundo éxito, y las ofertas no paran de llegar. Alegra tiene la agenda completa hasta finales del próximo año: sesiones, presentaciones de proyectos, reuniones y más. Ahora nos enfrentamos al desafío de ser padres de gemelos y mantener nuestros trabajos. Mi papel en la clínica también ha crecido con el éxito de la misma. David Canarias y su amigo Zimmer han demostrado ser hábiles en los negocios, y la clínica está prosperando, lo que significa que el trabajo no ha dejado de llegar.

Aunque todo parece marchar sobre ruedas, he presenciado casos lamentables y dado muchas malas noticias. La realidad es que algunas enfermedades podrían haberse prevenido con más información. Además de mi rol como médico, me encargo de informar a la Fundación Sila Canarias sobre el desempeño de la clínica, manteniéndome en contacto directo con Moríns y David, quienes me mantienen al tanto no solo del trabajo, sino también de la familia, haciéndome sentir parte de ella.

Mudarnos a Nueva York resultó ser un acierto para ambos, como confirmamos cada día, no solo por las oportunidades laborales, sino también por las experiencias enriquecedoras que vivimos aquí y las que planeamos para el futuro. Hemos empezado a hacer planes sobre los lugares que visitaremos con los niños y la escuela a la que asistirán.

Alegra ha disfrutado mucho de su embarazo, hablando con los bebés y compartiendo momentos emocionantes con ellos. Una sesión de fotos embarazada ha capturado este hermoso momento, y las fotografías adornan las paredes de nuestra casa. Los Canarias visitan con regularidad para ver a sus futuros nietos, y los bebés crecen sanos.

Para mí, este embarazo ha sido una experiencia intensa. Estar al lado de una mujer embarazada no es algo nuevo, pero estar al lado de alguien a quien amo con todo mi ser ha hecho que cada caricia al vientre de Alegra, cada gesto de amor y cada cuidado sean experiencias casi religiosas. La espera ha sido larga pero hermosa, y la emoción de tener a los bebés entre mis brazos no tiene comparación. Sin embargo, falta un paso crucial en esta ecuación: revelar la noticia a mi familia.

Durante meses, he ocultado el hecho de que seré padre, incluso a mi hermana gemela. Inicialmente, lo hice porque no sabía cómo llevaría Alegra el embarazo, y ahora, porque sigue siendo sensible a muchas cosas. No quiero que algún comentario negativo de mi madre la haga sentir incómoda. Sin embargo, creo que ya no podré ocultarlo más, especialmente porque mi hermana viajará a Madrid dentro de una semana para pasar Navidad con la familia y Caly trabaja en el hospital de David Canarias.

Por lo tanto, después de meses, será necesario hablar nuevamente con mi familia, y aprovecharé la excusa de ir por Arqui a Madrid para visitar a mis padres y confesarles que seré padre y que serán abuelos de dos hermosos niños. 

Aproveché la última cita médica para regresar en el avión privado del Conglomerado, junto con mis suegros, y así hacer el viaje más ligero. Aunque la despedida con Alegra fue realmente dramática, y no lo digo porque haya sido pesada, sino porque mi mujer embarazada no paraba de llorar mientras nos despedíamos en el aeropuerto. Lloraba como si me fuera por años, aunque prácticamente nunca dejamos de estar en contacto. Tan solo bajé del avión, le hice una videollamada, y no hemos dejado de hablar vía mensajes. No cabe duda de que la Alegra de este año es muy diferente a la del año pasado: más amorosa, tierna y preocupada, pero igual de intensa.

Entonces, después de la amarga despedida, viene la gran noticia. Sin embargo, reunir a mis padres después de meses sin verse ni siquiera para firmar el divorcio será como encender una mecha, una que, si no manejo con cuidado, podría explotar y empeorar las cosas. Decirles a mis hermanos que serán tíos será sencillo; dentro de unos días, iré a casa de Caly y mi hermano para una cena donde estará también mi hermana gemela.

Pero para contarles a mis padres, he tenido que encontrar el momento exacto, así que los he citado en un restaurante para poder tener un poco más de control sobre la situación. A mi padre le rogué que no llevara a su joven novia, y a mi madre le pedí que llegara quince minutos antes que mi padre. Esto me dará tiempo para darle un whisky doble en las rocas y prepararla para la presencia de mi papá, a quien le pedí que llegara quince minutos después.

No sé cómo lo vayan a tomar, sobre todo porque estarán juntos después de tanto tiempo. Aunque, yo me he hecho la idea de que vengo solo a informarles, solo para que no se enteren, por otro lado, y no piensen que les estoy ocultando cosas. Aunque, he aprendido que con mi familia, hay que dar la información cuando ya está hecho todo, y no antes de hacerlo.

Para dar esta noticia, he decidido invitar al restaurante favorito de mi madre, ese francés, donde Alegra no comió nada debido a que la carta no se adaptaba a su alimentación. Lo escogí porque ahí el vino corre como si fuese cantina y mi madre puede tomar lo que desee sin sentirse alcohólica. Además, de alguna u otra forma, debo hacerla sentir bien antes de que sepa que no seremos los únicos en la comida. Ahora miro hacia la puerta principal, jugando con mis dedos, golpeándolos contra el mantel y tratando de pensar cómo les diré la noticia. Sin embargo, tan puntual como siempre, mi madre entra por la puerta, vistiendo ese Chanel que tanto le gusta y con unas gafas de sol enormes que cubren la mitad de su rostro.

—¡Karl! —expresa mi madre, mientras mueve la mano saludándome desde lejos. 

Me pongo de pie, y espero a que ella se acerque a mí y me salude de cerca. 

—Madre. 

—¡Qué gusto que me llamaras! —me dice, para luego darme un inesperado abrazo que me hace sentir raro—. Pensé que después de nuestra última conservación no me buscarías. 

Estuve cerca de no hacerlo, pero, de nuevo, fue mi hermana quién me dijo que no sería correcto que solo los Canarias supiensen de la noticia de que tendrían nietos, así que me animé a hacerlo. 

—Supongo que no fue el caso, madre —respondo con propiedad. 

Mi madre no dice nada más, simplemente se sienta en su lugar y, de inmediato, el mesero viene con el whisky que ordené antes de que ella llegara. 

—¡Qué servicio! —me dice con una sonrisa en el rostro. 

Toma un sorbo, uno bastante grande, después baja el vaso y me ve al rostro. 

—¿Vienes solo? 

—Así es… 

Sonríe. Al parecer, la idea de que esté solo aquí le cae en cierta manera, bien. 

—Es la mejor decisión que pudiste haber tomado, Karl. Cuando tu hermana me comentó que la habías seguido a Nueva York, pensé: “es el error de su vida”. Pero ahora veo que eres un hombre sensato y que has tomado la decisión adecuada. 

No digo nada, simplemente sonrío al ver que mi padre entra por la puerta, y me saluda de lejos. 

—Espero que todas mis decisiones te gusten, madre —comento. 

—Tal vez, sí. 

En ese instante me pongo de pie, y con un gesto le hago saber a mi padre que lo he visto. Mi madre sigue bebiendo, así que cuando él aparece cerca de ella, no puede evitar escupir el whisky en las ropas de la mujer de la mesa de al lado. 

—¡Qué le pasa! — expresa la mujer, mientras se pone de pie. 

—Lo siento, lo siento, no fue mi intención. 

Las miradas se posan sobre ella, sé que no le gusta ese tipo de atención. Sin embargo, yo sonrío levemente, creo que el karma instantáneo llegó. Mi madre se voltea hacia mi padre, y moderando su tono le dice: 

—¿Qué haces aquí? 

—Bueno, mi hijo me invitó a comer, ¿qué no puedo venir? —habla mi papá, y se sienta como si nada le importase. 

—No, no puedes… mucho menos si yo estoy aquí. —Mi madre voltea a la puerta— ¿No vino tu amante? 

—No, mi pareja no vino, Karl me lo pidió. 

Mi madre se siente traicionada pero, de alguna manera, sabe que se lo merece, sobre todo por el comentario de Alegra. 

—Pues si él está aquí, yo me voy —anuncia, poniéndose de pie. 

—¡Vamos, Simone!, no seas infantil. 

—¿Qué no sea infantil? —pregunta—, infantil tú, por haber enamorado a la joven ex de tu hijo, ¡qué no tienes verguenza! 

—¿Qué es lo que te pesa más?, ¿qué sea joven o que sea la ex? —inquiere, mi papá. 

—Me pesa que después de darte todo: mi juventud, mis días, cuatro hijos. Te fuiste a revolcar con otra. 

—Me fui con otra porque ya no te aguantaba a ti… —habla mi padre y sé que con eso ha comenzado la discusión. 

De pronto, me encuentro sentado en una mesa, viendo a mis padres discutir, como solían hacerlo antes por mi condición de TEA, entre susurros para que la gente no los escuche. Dejo que sigan, en algún punto se cansarán y yo podré darles la noticia. Mientras ellos discuten, solo me limito a observar.

—¡Qué no sabes el daño que le hiciste a tu hijo!, ¡era su prometida! 

—No era su prometida ya. Karl la había dejado. 

—Y, ¿por eso te aseguaste de consolarla, no? —responde mi madre, y alzando el vaso pide más whisky. 

—Simone, el amor entre los dos se había terminado desde hace mucho. Debes entender que una persona no puede vivir así. ¿Qué es lo que querías?, ¿seguir viviendo en una mentira? —le habla en voz alta. 

—¡Baja la voz!, ¡no quiero que todos se enteren de que mi esposo se juntó con alguien de la edad de su hijo! 

—No me junté, para tu información ella y yo nos vamos a casar. Le pedí matrimonio hace dos días. 

Mi madre abre los ojos, sorprendida. Yo me quedo en silencio, aunque igual de sorprendido también. Al parecer, el amor le ha pegado mi padre muy fuerte. 

—¡CASAR! —grita mi madre, haciendo que todos los ojos se vegan sobre nosotros— ¡Ay, Dios!, ¡ay, Dios!, ¡qué hice para merecer esto! 

—Nada, no hiciste nada, solo que las personas siguen con el curso de sus vidas, deberías seguir con la tuya, Simone. 

Mi madre voltea a verme. 

—¿Qué no dirás nada? —me pregunta. 

Suspiro. Supongo que ya es mi turno de hablar. 

—Lo único que tengo que decir, es que hicieron lo de siempre: que todo se trate de ustedes. Por eso los traje a un restaurante, porque en casa, esto hubiese sido peor. Ahora bien, antes de que sigan discutiendo. Solo les quiero comentar que voy a ser padre. Alegra, la mejor decisión que he tomado en mi vida, está esperando gemelos, son niños, Davide y Mäel. Quería avisarles esto antes de que se enterarán por alguien más. —Me pongo de pie—. Así que ahora continúen con su discusión, la razón de esta reunión para mi, ha terminado. 

Mis padres se quedan en silencio. Ambos están tan sorprendidos que no saben qué hacer. No esperaban tal noticia de mi parte. Camino hacia la puerta y salgo del restaurante. No me siguen, como los conozco bien, están echándose la culpa entre ellos, discutiendo sobre quién inició la discusión y otras cosas.

Camino hacia la estación del metro, y tomo el primer vagón para ir hacia mi piso. Mañana es la cena con mis hermanos, al siguiente día hago las maletas y me aseguro que los papeles de Arqui estén listos. Después, me subo a un avión y vuelvo a encontrarme con Alegra en nuestro hogar. 

Mientras viajo, sacó el móvil y le envío un mensaje: Te extraño, ya quiero verte. 

Sé que no me responderá. En este instante debe estar ocupada en una sesión o posiblemente dormida en el sofá, al lado del fuego de la chimenea. Después de unas horas llego a mi piso y Arqui me recibe feliz. A pesar de que él esta aquí, el piso se siente tan vacío, le falta alegría, le falta Alegra.

Miro mi reloj de pulsera y me percato que he tardado en dar la noticia en menos tiempo de lo que pensé. 

—¿Qué te parece si tomamos una siesta? —le pregunto. 

Para luego, acostarme sobre el sofá y cerrar los ojos. 

***

El sonido del timbre me despierta, y cuando abro los ojos, la habitación está completamente a oscuras. Aquí ladra a la puerta, haciendo que este haga eco en las paredes y me cubra los oídos. 

—¡Voy! — expreso. Poniéndome de pie. 

El timbre deja de sonar, y yo le pido Arqui que se siente para que pueda abrir la puerta. El perro obedece de inmediato. 

—Un momento —pido, para prender la luz, iluminando el piso. 

Sin fijarme en la mira, abro la puerta. Y ahora yo soy el sorprendido al ver a mis padres frente a mí. Él con varias bolsas en la mano de comida, y mi madre con otras de distintos colores. 

—¿Qué hacen aquí? —pregunto, aún adormilado. 

—¿Crees que podemos pasar? Te prometemos que ambos venimos en son de paz. 

Volteo a ver a Arqui, y en una orden le pido que se meta a la habitación. Después, les pido a mis padres que entren y ellos lo hacen. De pronto me percato que hay más bolsas de las que traen en las manos. 

—¿Qué es todo esto? —inquiero, tratando de comprender. 

Mi padre deja las bolsas sobre la barra de la cocina y le ayuda a mi madre con las demás. Después, suspira. 

—Hijo, venimos a pedirte perdón por lo que sucedió en el restaurante. Tu madre y yo nos sentimos terribles, sobre todo después de la noticia que nos diste. 

Mi madre, sin que yo lo espere, me abraza; otorgándome la sensación más extraña. 

—Nos vas a hacer abuelos. Tu padre y yo estamos tan felices por ti —expresa. 

Después de aleja y va hacia una de las bolsas y comienza a sacar cobijas y mantas. 

—Fuimos al centro comercial y te compramos regalos para los bebés. Mira, esta manta es tejida, les servirá para el frío. Y esta sonaja, es bonita, ¿no crees? —me explica, mientras me las muestra. 

—¿Qué?, ¿Qué está pasando? —pregunto. 

Mi padre se acerca a mí y me da una palmada sobre la espalda. 

—Venimos a pedirte una disculpa. Nos sentimos terribles. Tú, como siempre, venías a darnos una bonita noticia y nosotros lo arruinamos. No queremos que esto continúe. Así que, venimos en son de paz. Tu madre y yo hemos hablado y hemos llegado a eso, porque ahora seremos abuelos. Nos darás a nuestros primeros nietos y queremos hacerlo bien. 

Sonrío. 

—Y, ¿Alegra? —pregunto. 

Mi madre suspira. 

—Supongo que tendré que ganármela. 

—Pues no será fácil… —Le advierto—. Tampoco será fácil conmigo. 

—Lo sabemos, pero, por ahora, esto es lo que queremos hacer. Cenar contigo, que nos cuenes de los bebés. Escucharte. 

No sé si mi próxima paternidad me ha vuelto más sensible, pero, el escuchar las palabras de mi padre, hace que se forme un nudo en mi garganta. Durante años, mis padres discutieron por mi culpa. Mi padre me defendía de mi madre, y mis logros quedaron escondidos a la sombra de mis defectos. Pensé que mi mayor logro, mi hijos, también quedaría así, y estaba preparado para asumirlo. Sin embargo, parece que esta vez, no será así. Supongo que las personas si cambian. 

—¿Qué dices?, ¿cenamos? —insiste mi mamá. 

En ese instante, el móvil vibra y al sacarlo veo que es un mensaje de Alegra: 

Yo también te extraño. Recuerda, mente fría y corazón cálido. 

Yo simplemente le sonrío. 

15 Responses

  1. Oh que bien que los padres de Karl recapacitaron y que les interese saber de sus nietos.
    Hermoso capítulo Ana, muchas gracias 🥹

  2. Que genial los capítulos 👏🏻👏🏻 La historia de Alegra y Karl🥰🥰🥰 espectacular y entretenidos…. Y lo mejor que se entrelaza con la historia de Lila 🙏. Gracias Ana por escribir para nosotras🤭🙏

  3. Aaawww🥺🥰🥰 que bonito!! Esa e La unión y elrespeto que ellos deben tener por Karl y su familia 💕

  4. Que bello capitulo, sentía la tristeza de Karl, por fin los padres, se comportaron como tal!!!!
    Ahora sí dicha será completa, estoy feliz x Karl!!!!!!

  5. Que alegría. Siempre he pensado que los bebés traen buena vibra. Así que logro la unión como abuelos de los papás de Karl quizás ahora puedan estar todos en un mismo lugar sin pelear

  6. Ay que lindoooo… ay mi Karl, tus bebes llegaron para darte mas amor y que todo todo sea bueno, te lo mereces. Quedé gratamente sorprendida con la actitud positiva de sus padres. Que bonito que le pase todo eso. ❤️

  7. Ojalá sea la oportunidad para avanzar y crecer. Dicen que loro viejo no aprende a hablar pero espero que al fin crezcan, que sean como abuelos lo que no pudieron de padres

  8. Que triste lo que tuvo que vivir con sus padres desde niño 🥺 pero que bueno que la noticia de sus nietos en lago los hizo cambiar y ver ver sus errores y espero de ahora en delante sepan ver el increíble hijo que tienen 🙏🏼🙏🏼💙💙 ese mensaje que le lleva Justo en el momento que lo ocupa 💙💙💙

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