David
La locura en Las Vegas comenzó y tomó un rumbo que jamás pensé que vería en mi vida. En verdad, pensé que Tristán se emborracharía, que incluso buscaría tomar uno que otro estupefaciente y que esto terminaría incluso con él en la cárcel, pero, no fue así.
Sí tomó, si estuvo pasado de copas, pero no lo suficiente como para olvidar lo que estaba viviendo hoy, sino hacerlo mañana: haber conocido a Ximena, esa chica del bar que le robó el corazón.
Cuando menos nos dimos cuenta, ella se unió a nosotros. Es una mujer muy simpática, con acento del sur y unos ojos bonitos que están llenos de tristeza. Y, a pesar de que apenas acababa de conocer a Tristán, parecía que ya lo conocía.
Jamás en mis tantos años de amistad lo había visto reír tanto, apretar a alguien de la mano mientras caminaba y lo mejor, hacer tantas promesas de amor a una mujer.
Era como si él supiese que su futuro estaba con ella, como si la intuición le estuviera hablando y él dándole la razón. Tristán alega que es la mujer de su vida, la que siempre había esperado, y con la que se siente feliz, por lo que, ahora, ambos se dirigen de la mano hacia una de las capillas que hay en esta ciudad para contraer matrimonio; una locura.
⎯ Espera, espera ⎯ le pido, antes de que entre a ese lugar. Lo tomo del brazo y lo jalo hacia fuera.
⎯ ¿Qué? ⎯ pregunta entre risas, mientras me ve a los ojos.
⎯ ¿Qué no ves lo que estás haciendo? ⎯ le señalo, mientras apunto su rostro al nombre de la capilla ⎯, estás diciendo que te vas a casar con ella, con la chica desconocida.
⎯ No es desconocida ⎯ me alecciona ⎯, se llama Ximena, y sí, me casaré con ella porque sé que es lo que tengo que hacer.
Tristán se voltea para entrar de nuevo y vuelvo a tomarlo del brazo ⎯ Oye, oye ⎯ llamo su atención ⎯, no tienes ni idea de lo que haces, ¡es una boda!, ¡una boda!
⎯ Sé que es una boda ⎯ me responde arrastrado las palabras ⎯ ¿recuerdas que llevaban planeado la mía desde hace como 10 años? ⎯ me pregunta.
⎯ Y por eso, esta boda no debe pasar.
⎯ ¿Por qué no? ⎯ me pregunta, para luego verme a los ojos ⎯ ¿a caso tú eres el único que puede casarse por amor?, ¿eh?, ¿eres el único que puede dejar todo y casarte con la mujer que decías era la de tu vida? ⎯ me quedo en silencio ante sus preguntas. ⎯ Yo estuve contigo cuando todos dijeron que una locura, ¿recuerdas? ⎯ me dice, mientras aprieta su dedo contra mi pecho ⎯, todos te dijeron que casarte con Alegra era una idiotez, que solo quería tu dinero, que no era una mujer adecuada y yo… Yo estuve ahí. Esta es mi mujer adecuada para mí entiendes.
⎯ Pero Tristán, tú…
⎯ ¿Yo qué? ⎯ continúa ⎯ ¿crees que no puedo tomar mis propias decisiones?, ¡ah!, ya sé, piensas como mis padres, como todos, que soy lo suficientemente tonto como para ni siquiera poder decidir sobre mi vida.
⎯ No Tristán, no es eso.
⎯ ¿Entonces? ⎯ me pregunta serio.
Me quedo en silencio, no sé que más decirle. Jamás he sido la persona que piense que Tristán es tonto y no sabe tonar decisiones, pero, hay algo más allá que me impide que él haga lo que se le pegue la gana.
⎯ ¿Lo harás o no? ⎯ escuchamos la voz de Iñaki alentándolo.
⎯ ¡Voy! ⎯ grita, para luego voltear a verme y con esa mirada compasiva que tiene y que jamás se le ha quitado a pesar de todas las injusticias que ha vivido, me dice.⎯ Sé que estás haciendo todo esto para protegerme, hermano, y te lo agradezco infinitamente. Sin embargo, muy dentro de mi corazón, sé que esto es bueno, tengo el presentimiento y te pido que me dejes hacerlo.
⎯ Tristán, estás borracho y…
⎯ No lo estoy tanto. Ves esa mujer que está allá, sé que seré infinitamente feliz con ella…
⎯ Pero no la conoces… ⎯ insisto.
⎯ No, pero tengo el resto de mi vida para hacerlo. Tú tampoco conocías a Alegra cuando la viste en esa boda, ¿recuerdas?, ni a Fátima cuando te casaste con ella y mírate, has tenido la suerte de que dos mujeres te amen con todas sus fuerzas, y yo jamás te dije nada. David, yo no me quiero morir sin haber conocido antes lo que es amar, ¿entiendes?. Déjame hacer esto, sálvame la vida…
La última frase me eriza la piel, no sé qué significa, pero, no quiero averiguarlo. Aun así, mi necedad responde ⎯ Y, ¿si no te ama?
Tristán responde ⎯ eso mismo me pregunté cuando me dijiste que te casarías con Alegra en Madrid, a escondidas, sin nadie, y, aun así, te dejé, porque tenía una gran corazonada. Yo no sé si mañana esto se vea correcto, pero sé que habrá sido lo correcto. Solo suéltame David, te agradezco el haberme protegido por tantos años, pero esta vez… déjame hacer esto, tengo un buen presentimiento.
Las palabras de Tristán son tan elocuentes, que lo único que hago es asentir con la cabeza y decirle.⎯ Hazlo.
Tristán sonríe, y me da un abrazo fuerte. ⎯ Si me equivoco o no solo será mi decisión, no de mis padres, ni de Bego, ni de nadie más, será mía…
⎯ Pero, no te equivocas.
⎯ No, no lo hago.
⎯¿Tristán? ⎯ escucho la voz de Iñaki y él me sonríe
⎯ Venga, sé que te cuesta, pero, yo tengo un buen presentimiento, ¿qué no confías en mí?
¡Claro que confío en él!, es en la persona que más he confiado en toda mi vida, solo que me da miedo que algo le pueda pasar. Aun así, tengo que dejarle hacer esto, así como él me dejó cuando le comenté que me casaría con Alegra.
⎯ Es una locura, y lo sabes…
⎯ Las mejores historias de amor surgen de una locura, ¿qué no es así? ⎯ me pregunta serio.
Asiento con la cabeza. ⎯ Vamos, creo que tu novia te está esperando…
Tristán sonríe y sin dudarlo dos veces entra a la capilla con aquella desconocida del bar y sin titubear se casa con ella. No sé si hizo lo correcto o si esto vaya a funcionar, solo sé que mientras veía la boda no dejaba de pensar en Alegra, en esa desconocida de la boda que me robó el corazón y luego me lo hizo trizas.
Espero que les vaya mejor a ustedes, pienso, les deseo toda la suerte que a mí me faltó con Alegra.
***
Y así, semanas después, Tristán Ruiz de Con voló lejos de Ibiza para vivir la locura que inició en Las Vegas.
Por fin supe que paso en las Vegas 😉
🤣🤣🤣
Gracias Anna!!!
Gracias David por contarnos esa historia, gracias David por salvarle la vida a tu amigo y permitir que una gran familia naciera y que nos cambiaras la vida a todos los que nos encontramos con los Ruiz de Con Caballero.
Gracias Ana!