Fátima 

Estos días en Nueva York han sido de verdad maravillosos, lleno de risas, paseos y sobre todo de mucha felicidad, una que por un momento se esfumó de nuestras vidas y que fue sustituida por malas noticias y situaciones negativas.

La idea de alejarnos de Ibiza y venir a esta ciudad, fue en realidad muy buena. A todos, hasta para nuestro hijo, nos ha dado un respiro de aire puro y nuevo, olvidándonos de los problemas, y dándonos una oportunidad para pensar de nuevo las cosas y hacer cosas nuevas y diferentes, como las que hemos estado haciendo. 

Juntos hemos recorrido las calles de esta grandiosa ciudad. Hemos apreciado el arte de los museos, patinado en hielo, escuchado la música más maravillosa pero, sobre todo, nos hemos disfrutado y unido como familia. 

Hasta ahora no había visto a mi esposo y a mi hijo tan unidos. David, ha puesto un esfuerzo enorme en convivir con nuestro hijo, al grado de que el niño ya lo busca más, le habla con cariño y lo invita a que hagan las actividades cotidianas juntos. Confieso, que estoy me ha dado mucha tranquilidad, porque por un instante pensé que la relación de ellos se estaba perdiendo y que mi hijo crecería alejado de su padre, aunque compartiéramos el mismo hogar. 

No cabe duda que a veces el alejarse del lugar donde los recuerdos son malos ayuda a formar unos nuevos y mejores, que es lo que espero que le suceda a David, mi hijo. Que él recuerde este viaje como uno bonito, donde su padre por un momento dejó de trabajar y se enfocó en él, y le dio la atención que espero, salve su relación. 

Por otro lado, David y yo también estamos mejor que nunca. No lo digo porque hubiésemos estado mal en la relación y necesitara arreglarse. Lo digo, por todo lo que hemos pasado este año y nos ha hecho daño. Su enfermedad, ese cáncer que nos mantiene estresados y a la expectativa y la pérdida de nuestro segundo bebé que nos dio un golpe muy duro del que poco a poco vamos saliendo, esperando que pronto, las dos situaciones, pasen a formar parte de nuestros recuerdos y dejen de ser nuestra realidad. 

Así, entre salidas y paseos, David ha estado planeando citas para mí, y hoy es el día que haremos la segunda que, aunque no sé que es, me tiene emocionada porque con lo espléndido que es mi marido sé que será completamente inolvidable. Un sobre ha sido abierto, las instrucciones han sido dadas y ahora, vamos en la camioneta hacia el lugar donde se llevará acabo. 

⏤ Sé que sería una cita exclusivamente para los dos, pero, no quería que David se perdiera de la experiencia ⏤  se justifica. 

Sonrío ⏤ . Esta bien, es la primera vez que tengo una cita con los dos hombres de mi vida ⏤  comento y le doy un beso a David, quien viene observando por la ventana las luces de la ciudad.

David se nota nervioso, tal como se notaba en la cita que tuvimos en la ópera del MET, así que lo tomo de la mano y hago que él me vea a los ojos ⏤.¿Qué pasa? ⏤ pregunta. 

⏤ No importa lo que suceda hoy, o lo que tengas preparado, sé que me gustará. Me da mucha ternura que actúes como un adolescente nervioso.

⏤ Es que en este momento pienso como uno ⏤ habla ⏤. Aunque confieso que nunca fui uno; crecí demasiado rápido. 

⏤ Entonces, tienes todo mi permiso de serlo ⏤ contesto, para darle un beso sobre los labios. 

Él sonríe, para luego besar mi mano y una vez más mis labios. Desde que David enfermó, nuestras muestras de cariño han cambiado mucho. Pasamos de darnos besos apasionados, apretones y otras cosas más sensuales, a besos tiernos, abrazos largos y miradas profundas. Sé que aún el deseo mutuo aún no ha desaparecido, pero comprendo que no es el momento, y que posiblemente su seguridad no es la misma de antes; solo debemos esperar a que termine. 

⏤ Llegamos ⏤ me dice, mientras damos vuelta a la derecha y nos detenemos frente a una reja. 

Momentos después, nos dan el acceso y nos encontramos frente a un edificio enorme, cuya fachada parece la de un sitio importante. 

⏤ ¿Listos? ⏤ nos pregunta. 

⏤ ¡Aye, aye, capitán! ⏤ responde David. 

⏤ David, te he dicho que moderes tu lenguaje de pirata ⏤ le pido con ternura. 

Desde hace unas semanas, David ha estado hablando como pirata, culpa de un libro que ha leído millones de veces, aprendiéndose así todas las frases y adoptándolas como parte de su vocabulario; su padre y yo esperamos que sea sola una etapa. 

Los tres nos bajamos de la camioneta, nos cubrimos bien con el abrigo, y entramos al edificio donde una persona ya nos está esperando. 

⏤ Mr and Mrs. Canarias, it’s a pleasure to meet you ⏤ nos dice. 

⏤ Thanks ⏤ contesta David, para luego comenzar una conversación con su perfecto inglés. Supongo que el internado caro valió cada centavo, ya que además del inglés, David, sabe hablar otros idiomas y está tratando de aprender japonés y chino. 

⏤ Por fortuna, el tiempo está de su parte, y ahora podremos hacer el viaje ⏤ dice el hombre en español. 

⏤¿Viaje? ⏤ pregunto. 

⏤ Así es… ⏤ responde David. 

Entonces, me toma de la mano y comenzamos a caminar los cuatro hacia dentro del edificio hasta llegar a un hangar y ahí vemos un helicóptero listo para partir. 

⏤¡Por las barbas de Neptuno! ⏤ expresa, David. 

Estoy tan emocionada que no pienso en corregirlo, ya que yo también diría lo mismo ⏤. ¡David, esto es increíble! ⏤ exclamo. 

Mi esposo se acerca a mí, sonríe y toma mi mano ⏤. Quería que esta noche fuera especial, Fátima. Quería mostrarte lo hermosa que es Nueva York desde las alturas. 

Le doy un beso en los labios sin que él se lo espere ⏤. Ves, te dije que me iba a gustar. 

⏤ Pues vamos… ⏤ me murmura. 

Así, los tres vamos hacia el helicóptero y nos acomodamos en los asientos. El piloto enciende los motores y en cuestión de segundos comenzamos a elevarnos por el aire. Al principio sentimos un poco de vértigo, pero cuando nos acostumbramos, disfrutamos de la sensación y la vista. 

⏤ Espero no hayas viajado en helicóptero antes ⏤ me comenta. 

Niego con la cabeza ⏤. Ni tampoco había visto Nueva York de las alturas. Así que estoy feliz de hacerlo contigo, y con mi pequeño pirata ⏤ en eso llamo la atención de David ⏤. ¿Te gusta? 

⏤ Este es el mejor viaje que he hecho ⏤ contesta emocionado. 

⏤ ¿Ves?, te dije que no se podía perder este viaje ⏤ me habla David a través de los auriculares. 

Entonces, volteo mi mirada hacia el gran vacío, donde millones de luces brillan sin cesar. Mi corazón late con fuerza, mientras extasiada observo el paisaje que se despliega ante mis ojos. Ahí, como una postal se encuentra el Empire State, tan majestuoso y brillante, iluminando el cielo nocturno. El puede de Brooklyn, que se extiende elegantemente sobre el río Hudson, contestando los dos lados de la ciudad. El resplandor de Time Square es visible desde la distancia, algo que me impresiona por completo; sus luces neón y sus pantallas gigantes, parecen pequeñas estrellas que han caído del cielo. 

En eso, siento la mirada de David y al voltear me encuentro con su mirada. Mientras yo miro hacia la ciudad, él me mira a mí y esa sensación de sentirme única ante tal majestuosidad es algo que no puedo describir. 

⏤ Me gusta cómo tus ojos brillan llenos de asombro y felicidad. Sé que has visto millones de cosas en tu vida, incluso más impresionantes que esto, por eso me alegra que esto te guste ⏤ comenta, para luego tomar mi mano con ternura. Nuestras miradas se quedan fijas, y ahora los nervios son los que me invaden a mi ⏤. Fátima ⏤ me dice David suavemente ⏤. Esta cita es para recordarte una cosa, que yo, te puedo ofrecer el mundo, porque te lo mereces, ya que tú has arreglado el mío. Hace años, llegaste a mi vida caótica y sin importarte te quedaste con nosotros. Tal vez David, nuestro hijo, no te lo pueda decir de esta forma, pero, eres una gota de agua en el desierto más cruel, la esperanza en el lugar mas desesperanzador y la calma en la tempestad. Te amo. 

La emoción corre por mis venas y de pronto me he olvidado del escenario que hay debajo de nuestros pies ⏤. David ya has hecho más de lo que podrías imaginar. No necesitas ofrecerme el mundo, porque ya tienes mi corazón. Lo tienes desde la primera vez que te vi. 

Así, llevada por el momento, me acerco a él y le doy un beso sobre los labios, acompañada de las estrellas y de la brillante luna que hoy ha salido para nosotros. Este momento es mágico, no por el escenario, sino porque compruebo una y otra vez que tomé la decisión correcta al casarme con él. 

El helicóptero gira suavemente hacia el sur, ofreciéndonos una vista irrepetible de la Estatua de la Libertad ⏤. ¡Guau!, ¡qué grandota! ⏤ expresa nuestro hijo, haciéndonos reír y recordándonos que él sigue ahí. 

Seguimos volando por el resto de la ciudad, hasta que es momento de regresar a donde partimos. Esta sorpresa ha sido de lo más maravillosa y ahora, soy yo la que regresa a ser esa Fátima adolescente que soñaba historias de amor pero que jamás imaginó que la suya fuera tan bonita como esta. 

Al aterrizar, David me ayuda a bajar del helicóptero, como todo un caballero y su mirada me muestra un deseo que pensé que estaba escondido muy dentro de su ser. No cabe duda que la ciudad que nunca duerme, nos había dado un escenario increíble para recordarnos que él y yo estamos hechos el uno para el otro. 

⏤ ¿Te gustó? ⏤ me pregunta él, aun con los ojos brillando. 

⏤ Me encantó. No puedo esperar por la tercera cita ⏤ confieso. 

⏤ Pues, prepárate, que será la cita de tu vida ⏤ y por primera vez en todo este tiempo me acerca a él con un fuego que termina por hacerme sentir única, deseada y especial. 

Sé que David sabe que no tenía que hacer todo esto, que con una cena a la luz de las velas era más que suficiente. Sin embargo, lo ha hecho porque es un hombre extraordinario y espléndido y quiere verme feliz. Pero principalmente para recordarme lo hermoso que es nuestro mundo desde que lo compartimos juntos. 

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