Fátima
Me siento abrumada, completamente abrumada, desde hace unos días, y no entiendo por qué. Supongo que la rutina es la que me está afectando, porque, más allá de eso, no tengo mucho que hacer. La vida puede volverse monótona cuando mi pequeño va a la escuela, y luego todo cobra vida cuando regresa a casa.
Sé que para muchos esto podría parecer un problema insignificante, especialmente porque tengo todo lo que alguien podría desear, pero, ¿no han escuchado decir que las mujeres ricas son las más aburridas del mundo? Tal vez no esté abrumada, sino simplemente aburrida.
Ser la esposa de David Canarias es un desafío constante. Implica mantener un estatus, preservar una reputación y estar siempre alerta a las expectativas de los demás. Desde que estamos juntos, prácticamente no hay un solo día en que no deba asistir a una cena, una reunión, el club o lidiar con algún asunto en el colegio de David.
Mi hijo está creciendo a una velocidad vertiginosa, y estoy segura de que llegará un día en que ya no me necesitará. Ese pensamiento me aterra, pues me imagino quedándome más aburrida de lo que estoy ahora. A veces desearía que siguiera siendo un niño pequeño, con su cabello rizado y rebelde que, últimamente, quiere dejar crecer solo para desafiar a su padre. Sin embargo, solo con pensar en cómo se convertirá en un hombre, en cómo se desarrollará físicamente y en cómo será su vida, siento una emoción profunda ante su crecimiento.
Por otro lado, siempre pensé que, a esta altura de mi vida, sería madre de mi propio hijo o hija. Imaginaba que tendría más preocupaciones, como cuidar de un bebé y gastar mi energía persiguiéndolo por toda la casa. Sin embargo, la pérdida de bebés, la enfermedad de David, la muerte de mi madre y la pelea con mi hermana me han mostrado que la vida no es tan idílica como solía pensar. He aprendido que el dinero no puede proporcionar la plenitud y que hay deseos que simplemente no se pueden cumplir.
Durante todos estos meses, he estado reflexionando profundamente sobre mi vida y he llegado a la conclusión de que, si no puedo cumplir con mi deseo más profundo, es hora de explorar nuevas oportunidades. Necesito liberarme de esta sensación de aburrimiento y descubrir lo que realmente me apasiona.
Si bien David me ha ofrecido la posibilidad de trabajar en su empresa y estar a su lado, siento que ese no es mi camino. Por lo tanto, he tomado la decisión de ceder el control de la empresa a él y emprender una nueva dirección en mi vida. Ya no puedo soportar ni una reunión más en el club y necesito un cambio.
Sin embargo, ¿por dónde empezar? Desde joven me encerraron en un internado y me dieron posibilidades muy limitadas para escoger una carrera. Tomé lo que me atrajo, pero, ¿en realidad, era lo mío? No se me dio tiempo de cuestionarme si eso quería hacer en el futuro o más bien, de pensar en lo que me agradaba.
Cuando escucho a David hablar sobre sus aspiraciones para el futuro, me conmueve profundamente. Su determinación de convertirse en médico es tan sólida que se ha sumergido en la exploración autodidacta del cuerpo humano. Compra revistas y libros que tratan sobre anatomía y memoriza las distintas partes del cuerpo. Avanza desde los tejidos hasta los órganos, perseverando hasta que sepa cada detalle.
Incluso, toda esta reflexión, comenzó durante una conversación que tuvimos en el invernadero mientras cuidábamos las flores en las macetas. En ese momento, David me preguntó qué quería ser de mayor, y me encontré sin una respuesta clara. Tuve que desviar la conversación hacia otro tema para que él olvidara la pregunta inicial.
Después, él se fue a jugar y yo, me quedé sin palabras. Ahí me di cuenta de que todos habían continuado menos yo, porque yo no tenía nada a que continuar. No tenía una empresa que cuidar, o un oficio que aprender. Solo era Fátima Lafuente, la esposa de David Canarias, la esposa del empresario, la madre de David Canarias, pero yo solo quería ser Fátima Lafuente y ser reconocida por eso.
⏤¿Pues que no se siente reconocida? ⏤me pregunta Esme, mientras arregla mi cabello para ir a otra de las cenas con David⏤ . Si le soy honesta, niña Fátima, creo que usted tiene más reconocimiento que su esposo. Es más, creo que es mucho más famosa.
⏤No en ese aspecto, Esme. Sé que me reconocen porque soy su mujer y por mi apellido pero, no por ser yo. Por ejemplo, ¿dime algo que haya hecho yo últimamente que no sea a través de David?
Esme se queda en silencio, justo lo que estaba esperándo. No hay nada, absolutamente nada y eso era lo que me hacía sentir inservible.
⏤Bueno, es madre del niño David. Si él es educado y con ese carácter tan bonito es porque usted lo ha criado.
⏤Eso no lo niego. Pero aún así, quiero hacer algo grande. ⏤Me volteo a verla⏤ .Quiero estudiar algo o no sé, aprender un oficio.
⏤¿Oficio?, ¡ay Dios niña!, si su hermana Amira la escucha, le dará un infarto.
⏤Por eso Amira está igual de aburrida pero, al menos ella se la pasa viajando viendo los hoteles de su marido. Nosotros no tenemos esa posibilidad. ⏤Volteo a verme al espejo y suspiro⏤. Tal vez sea una tontería, pero creo que es el momento. Creo que el no ser madre en este momento, es una señal.
⏤¿Una señal?
⏤Sí, de que debo hacer algo más con mi vida.
Esme se ríe bajito.
⏤¡Ay niña, Fátima!, siempre ha sido la revelde de su familia. La más bonita y con más fuerza. Usted puede ser lo que desea.
⏤Lo sé ⏤murmuro, para luego sonreír.
***
Hoy, la noche hemos sido invitados a la casa de la playa de los Santander, para festejar el cumpleaños de Ana Lorenza Santader, un mujer que en su apellido, lleva la herencia de una familia que dicen trae una maldisión encima; lo que hace que sus orígenes y su apellido sean en verdad interesantes. Incluso, se dice que todas las mujeres de su familia llevan el nomnbre Ana por protección, ya que así se llamaba la matriarca que hace años atrás hizo su fortuna.
La fiesta en la impresionante casa de los Santander, es un evento que hace honor a su reputación de lujo y opulencia. Esta está situada en un enclave paradisíaco con vistas al mar, exudaba elegancia y refinamiento.
Al llegar, noto que la casa estaba decorada con luces tenues que restaltan la arquitectura majestuosa y amplia terraza que se extiende hacia la playa. Los jardínes están cuidados hasta el último detalle, con flores exóticas y palmeras que añaden un toque tropical al entorno.
Al ingresar, a todos los invitados nos reciben en el salón de la entrada, decorado con un gran caldelabro de cristal que arroja destellos de luz sobre las paredes adornadas con obras de arte. Solo faltaba que el suelo fuese de mármol para que luciera como un palacio.
⏤Te prohíbo que vueltas a decir que nuestra casa es elegante. ⏤bromea David. Haciéndome reír bajito.
⏤Bueno, comprarte un yate creo que te pone en el nivel de un Santánder. Después querrás comprar otras cosas y temrinaremos en una mansión en la playa.
⏤El yate tiene un propósito especial. Además, no es tan grande como el de ellos. Así que no me puedes reclarmar, sobre todo si vas a difrutarlo en unos días.
Sonrío.
⏤Bueno, si lo compraste y no lo disfruto, ¿cuál es el punto? Además, David lo disfrutará más desde que es pirata.
⏤Claro… pirata ⏤habla.
⏤¡Fátima!, ¡David! ⏤Escuchamos la voz de Ana Lorenza Santander, quién se acerca a nosotros para saludarnos y abrazarnos.
En realidad, los que son amigos de los Santander son los Canarias, los Lafuente no tenemos nada que ver con ellos, aunque si nos hemos cruzado. A mí no me agrada mucho Lorenza, ella fue una de las mujeres que habló pestes de Alegra cuando se quitó la vida.
⏤Bueno, si no coincidimos en los negocios, ¿por qué no en la fiesta? ⏤responde mi marido simpático.
⏤El vino y la hotelería no se llevan ⏤comenta.
⏤Pero, se llevarán. ⏤Asegura mi esposo⏤. Tengo el presentimiento que un día pasará.
Ella sonríe.
⏤En fin. Pasen y disfruten de la fiesta y sobre todo del mejor vino. ⏤Y ella cierra el ojo, insinuando que es el de ellos.
David me toma de la mano y juntos comenzamos a caminar por el gran salón. Gradualmente, vamos llenándonos de gente a nuestro alrededor, la mayoría socios de David y amigos de su infancia. Incluso, el señor Ruiz de Con se encuentra ahí, de la mano de Bergoña, la ex prometida de su hijo. La pobre se ha convertido en la comidilla de todas, al igual que Tristán.
⏤¿Puedes creer que dejó todo por irse a un país como México? ⏤habla Ana Valeria Santander, la hermana mejor de Lorenza. ⏤Dejar todo por una mexicana, sin clase, sin dinero y mucho mejos estatus. Tan guapo ese hombre, pero tan idiota.
⏤Bueno, Tristán no siempre fue tan inteligente. Me pregunto cómo es que David Canarias lo soportaba. ⏤Patricia Suárez, una de las mujeres más horribles que he conocido en mi vida.
Las dos me voltean a verme, supongo que quieren una opinión de mi parte sobre esa temática.
⏤Tristán es un buen hombre ⏤comento.
⏤¿De qué sirve que lo sea si hace estúpideces? La verdad, es que todos ven mal a Bego, pero creo que fue muy inteligente en lo que hizo. Digo, pobre de la señora Saavedra, pero siempre hay quienes pierden y quienes ganan.
Yo no lo sabía, pero, un año después, me acordaría de esta conversación cuando Tristán rechazara la oferta de David para aliarse con él, por el bien de Ximena. Me duele pensar que Alegra pudo haber pasado por las bocas de estas arpías y más que David no hubiese podido hacer nada.
Por fortuna, el sonido de un violín llama mi atención y, al voltear, veo a un joven de cabello negro y rizado, de porte gallardo, con un violín en su mano. El pianista, otro joven de la misma edad, se preparan juntos para tomar una melodía y empezar a amenizar la fiesta.
⏤Dios, ¿tu hermana no pudo traer a la orquesta nacional o algo así?, tenía que traer al pobretón que toca en el club.
⏤¿En el club? ⏤inquiero sorprendida, ya que no estaba enterada de ellos.
⏤Sí, toca durante la comida. Lo que sucede es que te vas por el hijo de Alegra
⏤Mi hijo… cuando voy por mi hijo ⏤recalco.
⏤Por tu hijo ⏤repite Patricia, para luego tomar un sorbo de agua.
De pronto, como si fuese arte de mágia, el sonido del violín hace que todo el salón guarde silencio, cuando la primera arcada cae sobre las cuerdas. Ni siquiera estaba tocando algo, simplemente revisaba que estuviera afinado, pasándolo por la cuerda de La.
El joven, de mirada serena, pero con una determinación profunda, se acomodó el violín, y las primeras notas de un tango comenzaron a sonar. En ese instante, sonreí, caí bajo un hechizo que me disoció por completo y me llevó a un paseo fuera del lugar. Él toca con una maestría que me deja sin aliento. Cada nota emerge con tanta pasión y melancolía, como si el violín mismo estuviera llorando.
No puedo quitar mi vista de él. Siento cómo las lágrimas ruedan por mis mejillas mientras escucho ese tango que sé, jamás saldrá de mi cabeza. No sé por qué lloro, solo sé que debo hacerlo, en este momento soy en verdad muy feliz.
Él toca las últimas notas, y el público estalla en aplausos, regresándome al salón. Estaba tan hipnotizada, que ni siquiera me fijé que David ya estaba a mi lado, aplaudiendo como todos los demás.
Discretamente, me quito las lágrimas de las mejillas y respiro profundo para que el nudo en la garganta se deshaga.
⏤¡Maravilloso! ⏤expresa mi marido, mientras sigue aplaudiendo. Él voltea a verme y me sonríe⏤ ¿Todo bien?
⏤Él no debería de estar tocando en un club campestre. Debería estar en la Ópera de París o de gira por el mundo.
Patricia Suárez se ríe.
⏤Tranquila. Es talentoso, pero no creo que se merezca tanto.
Me volteo.
⏤¿Sabes de música como para hacer ese jucio? ⏤pregunto.
⏤No, pero sé cosas, y él se merece estar donde se encuentra en este precioso comento.
Me quedo en silencio, escuchando las horribles palabras de Patricia, para después tomar un suspiro y ver a mi marido.
⏤¿Lo habías conocido?
⏤No, sabes que yo no voy al club. Además, lo mío no es el arte, amor. Sabes que lo respeto, pero, no lo entiendo. Tú eres quien lo entiendes ⏤me dice, para darme un beso sobre la frente. ⏤ Fátima Lafuente tiene ese talento.
⏤Yo lo entiendo ⏤murmuro, y sonrío ante el cumplido.
Así, me quedo escuchando dos piezas más del joven, mientras el resto de las personas siguen hablando como si fuese un fantasma, y en eso caigo en cuenta de mi conexión con él. Ambos pasamos desapercibidos, a pesar de que tenemos algo que decir o mostrar.
Cuando termina de interpretar el repertorio, él y su amigo el pianista comienzan a pasar entre las personas pidiendo cooperación. Al llegar a mí, saco un billete de la nominación más grande y se lo doy.
⏤¿Cómo te llamas? ⏤inquiero.
⏤Rafale de la Mora Linares ⏤responde con simpatía.
⏤¿Qué Ana Lorenza no te pagará por tocar?
⏤No, señora. Ella me dijo que si quería podía tocar en su fiesta, pero que no me pagaría. Dice que solo le paga a los músicos profesionales. Nosotros en verdad agradecemos el espacio.
Suspiro.
⏤Dame un momento.
Así, me volteo y voy hacia David quién se encuentra hablando con uno de sus socios.
⏤Dame tu billetera.
⏤¿Cómo? ⏤pregunta, sacándola del interio de su saco.y entegándomela.
La abro, saco todos los billeres que tiene y se la entrego vacía. Él se queda bastante sorprendido porque jamás había hecho algo así.
⏤¡Para eso trabajamos, Canarias!, para mantener a estas hermosas mujeres. ⏤Su socio hace el comentario.
Regreso con el violinista y tomo mi dinero y el de David y se lo doy. Él se sorprende.
⏤Pero, es mucho…
⏤Es muy poco. Unos músicos con su talento se merecen mucho más.
El chico cuenta los billetes y sonríe.
⏤No sé cómo agradecerle, ¿quiere que vaya a tocar a su casa?, ¿algún evento?
⏤¿No tocas en alguna orquesta? ⏤inquiero, y él asiente.
⏤En la orquesta local.
⏤¿Dónde toca?
⏤En una casa prestada.
⏤¿Prestada?
⏤Sí, por los padres de familia. En realidad no tenemos un espacio fijo. Aunque una fábrica de azulejos nos perstará una de sus terrazas para instalarnos.
Me quedo en silencio un momento, reflexinando todo lo que me ha dicho. La sonrisa del joven me cautiva pero lo que más me cautivó fue su talento.
⏤¿Cuánto años tienes De la mora?
⏤Veinte.
⏤¿Desde cuándo tocas el violín?
⏤Desde que tengo seis años.
⏤La edad de mi hijo ⏤le digo, y él sonríe.
⏤¿Siempre quisiste ser violinista desde pequeño?
⏤Siempre. Me moriría sin no lo fuese. La música corre por mis venas.
Me alegro ante su respuesta. De nuevo me pongo a pensar en lo que David me preguntó y en ese instante, me viene a la mente una respuesta.
⏤Mañana te veo en esta dirección ⏤le comento, para luego sacar una pequeña libreta y con una pluma apuntar la dirección de mi casa⏤.Me llevarás a donde practicas.
⏤¿A dónde practico?
⏤Sí. Lo que escuchaste.
⏤Será un placer. ⏤Rafael vuelve a ver el dinero ⏤.Me siento como un músico de verdad.
⏤Es porque lo eres… y sé que serás grande. Ahora vete y nos vemos mañana, puntal a las nueve, que tenemos mucho que hacer.
⏤Vale, muchas gracias…
⏤Fátima de… Fátima Lafuente.
⏤Pues muchas gracias, señora Lafuente.
El joven se aleja con una sonrisa. Veo como comparte el dinero con el pianista y, momentos después, desaparece. Yo me dirijo al bar, tomo una copa llena del vino especial que hicieron para el cumpleaños de Ana LorenzaSantander, y voy hacia la terraza para estar sola.
Toda mi visión ha cambiado, porque de pronto millones de ideas llegaron a mi mente. Tal vez no sea una gran empresaria, o una doctora como era Alegra y como será David, pero sé de arte, de alianzas, financiamiento y soy influyente. Sé lo que tengo que hacer, y me haré un nombre por mi cuenta, pero no llevará el mío en el título, sino uno que lo lleva todo.
Hoy por la noche nació, la fundación AlegrArte.
Que muchos años después, daría vida a su fundación hermana:Sila Canarias.
Salud porque en el medio de tanta gente con dinero y sin corazón existan más personas con alma que apoyen a quienes lo necesitan
Que lindo capítulo Ana, una pregunta, existe historia de los Santander?
Hola.
Si habrá una historia, se llamará “Entre viñedos y secretos”.
Hermoso capitulo, ahora entiendo donde fue el comienzo de las fundaciones por parte de David Canarias y Fátima Lafuente
El buen corazón ojalá ayudara a otros corazones a servir a los demás.