Las rejas del calabozo se abren y escucho mi nombre en alto. ⏤¡Alegra Canarias!
Yo me levanto de inmediato y salgo para que la guardia me ponga las esposas. Su rostro de pocos amigos lo dice todo y al parecer, lo disfruta bastante.
⏤¡Karl Johansson!⏤ escucho, y momentos después aparece el cardiólogo de renombre, con los cabellos llenos de hojas secas y con las manos al frente.
⏤ Parece que te gusta estar esposado ⏤ se me sale decirle, y ambos lanzamos una ligera risa.
Y sí, es que ya no nos queda más que reírnos de lo que pasó, porque se nos hace gracioso, pero, a la vez, suponemos que lo hacemos por nervios porque no sabemos qué nos espera saliendo de aquí.
Ambos caminamos adelante del guardia, subimos las escaleras y salimos de ese horrible lugar lleno de todo tipo de personas. Al llegar a la puerta me tranquilizo al ver a Moríns, pero cuando doy dos pasos más adelante, abro los ojos, llena de terror, al ver la figura de mi padre.
⏤ Moríns ⏤ murmuro, y él encoge los hombros.⏤ Te dije que no le dijeras a nadie.
⏤ Como si eso se pudiera en esta familia, ¿crees que yo lo llamé?, él se pegó.
⏤ ¿Pueden dejar de pretender que no estoy aquí? ⏤ habla mi padre, enojado.
Entonces, la mujer nos quita las esposas y le sonríe a mi padre ⏤ te dije Canarias, que un día las pagarías.
⏤ Gracias, Lola, ahora, ¿me dejas regañar a mi propia hija? ⏤ responde mi padre.
⏤¿Qué fue eso? ⏤ pregunto.
⏤ No, él que hace las preguntas, aquí soy yo… ¡QUÉ DEMONIOS ESTABAS PENSANDO!, ¡EXHIBICIONISMO!, ¡EN UN PARQUE!, ¡A LAS OCHO DE LA NOCHE!
⏤ Papá, es que no…
⏤ Pensé que habías tocado fondo con amanecer en otro lugar, ¡ah!, pero no… Alegra Canarias va por más y se le ocurre hacer actos obscenos en un parque, ¿qué hice para merecer esto?, ¡qué!, mi padre tenía razón, las pagaría algún día, pero no tan pronto.
⏤ ¡Cálmese, suegro! ⏤ le dice Moríns ⏤ comió guacamole y le hará daño.
⏤ Moríns, no ⏤ le pide, y luego ve a Karl. ⏤ Y tú.
⏤ David, puedo explicarlo.
⏤ Señor Canarias para ti ⏤ le corrige.
⏤ Seño Canarias, puedo explicarlo.
⏤ Pues más te vale, porque no pague tu fianza solo para que te quedes de pie ahí, sin darme una explicación ⏤ le contesta.
Karl respira ⏤ David, digo, Señor Canarias, fue toda una confusión. La verdad Alegra me estaba ayudando…
⏤ Pues que ayudadas das cuñada… ⏤ contesta Moríns.
⏤ Shhhhh ⏤ hacemos mi padre y yo.
⏤¿Y en qué te ayudaba?
⏤ A sacarme el ratón ⏤ contesta Karl, sin pensarlo.
⏤ ¡Guau!, esta familia tiene serios fetiches con los roedores, yo digo que todos deberían ir a terapia ⏤ comenta de nuevo mi cuñado, y en ese momento quiero atacarme de risa, pero la mirada enojada de mi padre me lo prohíbe.
⏤ Si te estás burlando de mí… ⏤ advierte mi padre.
⏤ No, no, señor Canarias.
⏤ En realidad, Karl me enseñaba a montar la bicicleta, me caí en el montón de hojas, él fue por mí y se le metió el ratón en el bóxer… y pues… ⏤ y de ahí ya no tengo más que explicar por qué siento que todo es claro.
Mi padre cruza los brazos a la altura del pecho y niega con la cabeza ⏤ No sé si creerles.
⏤ Te lo juro ⏤ contesto de inmediato ⏤, suena tonto pero es verdad.
⏤ Es verdad, Señor Canarias, no tendría por qué inventar eso. Además, agradezco que su hija tiene buena mano… ⏤ Todos nos quedamos en silencio, y creo que hasta Karl sabe que lo que dijo se escuchó mal porque inmediatamente agrega ⏤ Para atrapar ratones.
De ahí, el silencio se hace entre los cuatro, y supones que se acabó por el momento, al menos para Karl, porque cuando llegue a mi casa supongo que todos esperarán la versión de los hechos y seré la comidilla por mucho tiempo.
Mi padre suspira ⏤ ¡Ay, Alegra!, me sacarás canas verdes.
⏤ Papá, te juro que no hacía nada malo.
⏤ Y tú, Karl, si no fuera porque eres un excelente cardiólogo y cirujano y que sé que eres un buen hombre, ya te hubiese despedido o algo peor… ¡Reportarte!
⏤ ¡Guau!, suegro… tampoco ¿eh?. Ya no haga corajes, le va a hacer mal a su corazón, ya no está en edad para alterarse…
Sonrío levemente, ahora entiendo por qué Sila escogió a Moríns, es sumamente gracioso en muchas cosas.
Mi padre voltea y niega con la cabeza al verlo ⏤ Solo… ¡Ay Moríns! ⏤ se queja, para luego alejarse de ahí y salir del lugar.
Voy directo a Moríns y le doy un manotazo sobre el hombro ⏤ ¡Te dije que solo tú vinieras!
⏤ Y cumplí tu orden, pero tu padre me llamó justo cuando iba saliendo mi casa, alguien le dio el pitazo.
⏤ ¡Seguro fue esa Lola! ⏤ le reclamo.
⏤ Pues quién sea. El chiste aquí es que me deben una, el delito de exhibicionismo aquí está perro, y luego en un parque, ¿qué no tienen límites para sus encuentros? Sabía que eras rebelde pero, ¿esto?
⏤ No estábamos haciendo nada ⏤ defiende Karl.
⏤ ¡Aja!, y la mano dentro de tu bóxer es normal, ¿no?, ¡las cámaras los grabaron!, se ve tensa la situación… la próxima vez espérense a llegar a la privacidad de sus hogares o mínimo en el auto, como cuando Sila y… ⏤ y en eso, guarda silencio ⏤, bueno, ya saben.⏤ Moríns suspira ⏤ iré por sus papeles, felicidades, ya tiene antecedentes penales.
Él se aleja, dejándonos a Karl y a mí solos. Nos quedamos en silencio, para luego, partirnos de risa como si esto no fuera grave.
⏤ ¿Entonces fobia los ratones? ⏤ pregunto, y ahora estoy más tranquila de saber que Karl no es tan perfecto.
⏤ Solo guarda silencio, que ahora no sé con qué ojos veré a tu padre en el hospital ⏤ me pide, bastante apenado.
Ambos comenzamos a caminar hacia la puerta y al salir, veo a Moríns y a mi padre esperándome en la camioneta para irme a mi casa. Karl voltea a verme y, después del oso que acabamos de pasar, sabemos que hay algo más que nos une, la vergüenza y los antecedentes penales.
⏤ Nos vemos, supongo ⏤ me dice y yo asiento.
⏤ Cuídate ese ratón ⏤ respondo y él se ríe.
⏤¿Muy chistoso, no? ⏤ escucho la voz de mi padre y ambos nos callamos de inmediato.
Supongo que para mañana, esta anécdota se unirá a las cientas que ya tiene mi familia.