Después del carrusel, vinieron los juegos donde los mellizos demostraron sus mejores habilidades para ganar los boletos que luego intercambiarían para ganarse un juguete o algo chistoso que atesorarían durante un tiempo. Jugaron de todo, desde golpear al topo, pasando por lanzar pelotas en hoyos, hasta un ping pong donde fue team Jo contra team Jon y el ganador jugaría contra Pilar que era bastante buena. Finalmente, terminaron en el área de comida rápida, comiendo hamburguesas para, momentos después, los mellizos caer dormidos en sus carriolas, permitiendo que ellos recorrieran el centro comercial y vieran los locales.
⏤¿Puedo ir a ver las plumas a “todo papelería”? ⏤ le pidió permiso Pilar.
⏤Ve, yo te espero aquí ⏤ le dijo Sabina, mientras se sentaba en una de las bancas en frente de la puerta y le limpiaba con una toalla húmeda el rostro a Jo que estaba manchado de comida.
Cho se sentó a su lado y volteo la carriola para ver a Jon, que apretaba con fuerza el peluche que se había ganado en el canje de sus boletos en aquel local de juegos. Sabina suspiró y luego vio la hora, eran las seis de la tarde y los mellizos ya habían caído profundamente dormidos, no sabía si era bueno o muy malo pero, le encantaba.
⏤¿Cansada? ⏤ preguntó Cho, haciendo que ella volteara a verle a los ojos.
⏤Claro que estoy cansada, no sé como le haré mañana para ir a entrenar a las cinco de la mañana si hoy sentí que hice el entrenamiento de mi vida. Cuidar mellizos llenos de azúcar y energía debería ser considerado deporte extremo⏤bromeó.
⏤No sabía que estabas entrenando, pensé que solo te mantenías para no perder la práctica ⏤ habló él de inmediato, prestando atención a cada palabra que decía Sabina.
Ella sonrío ⏤sí, bueno, el lunes por la mañana mi nuevo entrenador le dijo a mi papá que él me podía conseguir lugares en las competencias para empezar a clasificar de nuevo, así que he empezado a entrenar de nuevo.
⏤¿Será el regreso de la Sirena? ⏤preguntó coqueto, para después remover de la frente de Jon ese cabello rubio.
Sabina sonrío ⏤ no lo sé, lo intentaré. Después de lo que pasó con mi papá creo que perdí mi esencia.
⏤¿Perdiste tu esencia? ⏤ dijo él, curioso.
⏤Sí, no me siento igual de segura y fuerte que antes, supongo que después de dos años de ausencia y después de todo lo que pasó, no se recupera uno tan rápido ⏤ confesó Sabina. ⏤ Dos años de cancelación, un problema alimenticio y ansiedad pasan factura.
Cho volteó su cuerpo y quedó en frente del de Sabina. Ella se alejó un poco, al sentir su rostro tan cerca de el de él. ⏤No sabía eso.
⏤¿Qué?
⏤Todo eso que dijiste, no sabía que te había pasado tanto, la última vez que te vi competir te veías tan bien.
Ella sonrío ⏤¿de eso se trata?, ¿no Cho?, de que nadie vea que antes de competir sentiste un ataque de pánico o que lo último que comiste fue una rodaja de tomate. Las últimas veces que competí me sentía tan miserable que me daba igual ganar o perder, solo competía.
⏤Y, ¿ahora?, ¿te sientes mejor? ⏤ inquirió, Cho.
⏤Sí, creo que sí. ⏤ Volteó a ver a sus hermanos ⏤ ahora tengo dos personitas más que tienen que verme competir, nunca lo han hecho, nunca han ido y me hace ilusión verlos en las gradas, tal como vea a mis papás y a mi familia y, si gano una medalla, que mejor.
Cho esbozó una amplia sonrisa ⏤Lo lograrás, lo sé… ⏤ le dijo.
⏤¿Crees? ⏤ preguntó Sabina ⏤ a veces creo que ya mi tiempo pasó y que mejor debería dedicarme a otra cosa, como meserear y darle clases de natación a niños…
⏤¿Bromeas, cierto?, eres muy buena, inteligente, lista, competitiva, honesta y creativa ⏤ comentó, para después bajar la voz a casi un murmullo ⏤ además de hermosa y genial… eres perfecta. ⏤ Sabina, al escuchar a Cho tan cerca de su oído, sintió mariposas en el estómago y como la pie de su cuello se erizaba ⏤eres una increíble mujer, y sé que podrás lograr eso y más.
Ambos voltearon, se vieron frente a frente y por momentos ella tuvo el impulso de tocar su rostro y acariciar sus labios con la huella de sus dedos. En verdad era guapo, muy guapo y encantador, y despertaba en ella algo, algo llamado deseo, tan raro pero, tan placentero que le ponía a temblar.
⏤Sabina ⏤ le dijo.
⏤¿Si?
⏤Yo te ayudaré ⏤ comentó.
⏤¿Disculpa?
⏤Yo puedo pasar por ti a los entrenamientos e ir al gimnasio ⏤ dijo sin más y ella sonrío.
⏤¿Qué?
⏤Mis entrenamientos son igual por la mañana, podemos coordinarnos y yo voy por ti, vamos al gimnasio y de ahí te llevo a la escuela.
⏤Espera, espera, espera… ⏤ le dijo Sabina entre risas y poniendo la mano hacia el frente en señal de detenerlo ⏤ ¿qué?, ¿qué está pasando?, primero cambias los horarios para descansar el mismo día que yo, después vienes al centro comercial…
⏤Te convencí de que yo viniera al centro comercial ⏤ le respondió, y le sonrío.
⏤Bueno, me convenciste de venir al centro comercial y ahora, ¿gimnasio juntos?, ¿llevarme a la escuela?
⏤Y si quieres te recojo… queda de paso. ⏤ Sabina se río bajito, la insistencia de Cho pasó de desesperarle a darle unos lapsos de ternura y risa risueña que le gustaba. Estaba a punto de decir “no”cuando él se atrevió a tomar sus manos, provocando que prestara atención y no le pudiese decir nada ⏤dijiste que querías a alguien que no trajera drama a tu vida, alguien que te entendiera que eres hermana, hija de familia y deportista, dijiste que necesitabas a alguien que no te desconcentrara, que te apoyara y que pudiese descubrir junto a ti “algo”. Yo soy ese alguien que encuentra la diversión en la rutina y que sabe lo que vales… así que… depende de ti si me dejas ir o…
Sabina cerró los ojos y luego negó con la cabeza. Cho lo había hecho de nuevo y utilizando sus propias palabras, tal y como ella se las había dicho tiempo atrás. Cho beso su mano derecha y luego le dio un beso sobre la mejilla que le hizo reír ⏤ ¿qué fue eso? ⏤ preguntó.
⏤Que vamos a tu paso, al ritmo que quieras pero, no me alejes.
Sabina se mordió los labios y después de suspirar respondió ⏤voy a hablar con mi tío Manuel y mi padre, ellos son los que me llevan al gimnasio y a los entrenamientos.
⏤Bien.
⏤Y, sobre eso de cuidar a los mellizos… no sé sí…
⏤Yo convenzo a tu madre el sábado te que le vea…¿te parece?
⏤Supongo que no tengo de otra, eres tan insistente…
⏤Sí, por eso tengo una mellalla… ⏤ imitó a Jon y ambos se rieron.
Por unos segundos más se quedaron viendo a los ojos, reprimiendo esas ganas que eran evidentes y dejando que el deseo corriera por sus cuerpos antes de demostrarlo en besos, caricias, miradas. De pronto, Sabina saltó un momento haciendo que ambos se distrajeran.
⏤Lo siento, mi móvil suena ⏤ le dijo, y al tomarlo vio el número de su tío Manuel en la pantalla. ⏤Debo…
⏤Sí, no te preocupes.
Ella respondió ⏤Hola tío.
⏤¡Ey!, ya llegaron tus tíos David y Luz y queremos pizza, ¿crees que puedas traer pizza? ⏤ Cho se río al escuchar la voz animada del tío de Sabina, al que todavía no conocía. ⏤Trae como seis o siete vegetarianas.
⏤Y dos de tres quesos… ⏤se escucha la voz de una persona atrás que no identificó Cho.
⏤Vale, si…
⏤Te mando una transferencia, te quiero Sabi.
⏤Te quiero… ⏤ respondió y luego ella terminó la llamada.
Cho sonrío ⏤¿familia?
⏤El sábado te llevará una sorpresa, una que ni te esperas… ⏤ le advirtió haciéndolo reír.
⏤Me gustan las sorpresas, Sirena, tú no te preocupes.
⏤Yo no me preocuparía por ellos si no… por mi padre, cuando se entere de que acepté subirme al auto contigo, mi hermana y mis hermanos, enloquecerá.
⏤Tú déjamelo a mí…⏤habló⏤ ahora vamos por Pilar que temo se llevará todo el local⏤ dijo bromeando.
Sabina se río para luego acariciar su mejilla ⏤ Cho, Gracias.
⏤Lo hago por ti… por mí, por ellos…ya te dije… te mereces que te quieran excepcionalmente, solo déjamelo a mí⏤ le comentó, para después tomar su mano y besarla.