Sé que tengo mucho que explicar a mi familia, sobre todo después de haber visto a Karl con Calypso en la fiesta y todos preguntarse ¿qué estaba pasando? Sin embargo, eso es lo que pasa cuando te guardas todo lo que pasa y piensas que nada saldrá a la luz para después perjudicarte.
Lo de Calypso y Karl es reciente, lo que no es, es el hecho de que él y yo nos hayamos ido por distintos lugares, a pesar de todo el tiempo que pasamos juntos; eso es lo que me da más miedo explicar. Pero, para que yo pueda hacerlo, tengo que tocar otros puntos que desbordaron a esta separación y, qué ahora, me está dando una bofetada en el rostro.
***
Diciembre – Regresando de Cancún
Después del “Te amo” que salió de mis labios, Karl no dijo nada, solo me besó hasta que nos quedamos dormidos o al menos hasta que él pudo conciliar el sueño.
Al siguiente día, todo siguió normal entre los dos. Debo admitir que yo me tranquilicé un poco al saber que esto no había afectado nada, pero, cuando pisamos Madrid, si noté algo diferente en su actitud, pero no para mal, sino al contrario, todo para bien.
Tan solo recogimos las maletas, él toma mi mano y ambos caminamos hacia la puerta de salida. El chofer ya me esperaba afuera y me urgía subirme al auto, ya que el frío calaba los huesos y no lo soportaba.
⎯ ¿No se te olvida nada? ⎯ me pregunta, con esa sonrisa que me desquicia.
⎯ No, espero que no ⎯ contesto.
⎯ ¿Tu cámara? ⎯ Le enseño la cámara y él sonríe.⎯ Bien ⎯ contesta, para luego tomarme de la cintura ⎯, estaré unos días en Madrid y luego viajaré rápido a Holanda, pasaré Navidad con mis padres y luego regreso.
⎯ Bien ⎯ respondo, y le sonrío levemente.
⎯ Te aviso para que no pienses que me desaparezco.
⎯ No claro que no ⎯ digo.
Karl me besa en los labios haciendo que todo mi cuerpo se encienda de nuevo. Acaricia mi espalda con los dedos, y me abraza fuerte.
⎯ Te extrañaré ⎯ recita ⎯, ¿nos vemos al regreso?
⎯ Sí, sí, claro ⎯ respondo.
Él besa mi frente ⎯ cuídate, cariño.
⎯ Tu igual ⎯ contesto, sin saber qué decir, ya que es la primera vez que estoy en esta situación.
Así, me subo al auto y el chofer se sube también. Karl toma la puerta y me sonríe.
⎯ Me la pasé genial contigo, Alegra. Las mejores vacaciones de mi vida ⎯ recita, para luego cerrar la puerta.
El auto avanza, y sus ojos azules me persiguen por un momento hasta que desaparecen.
Sonrío, mientras me muerdo los labios. No sé que es esto nuevo que siento, pero me agrada, o al menos me empieza a agradar.
En eso, mi móvil suena y veo en la pantalla el número de la agencia. ¡Qué tino!, pienso.
Así, respondo y enseguida la voz de Laura llega a mis oídos.
⎯ ¿Alegra?
⎯ Así es…
⎯ ¡Qué bueno que contestas!, llevo hablándote desde ayer, pero no respondías.
⎯ Lo siento, venía en un vuelo de México a Madrid y la señal…
⎯ Te conviene venir a la agencia, ahora.
⎯ ¿Cómo? ⎯ pregunto, un poco extrañada.
⎯ Ven, solo ven, ¿sí? ⎯ me pide.
⎯ ¿Pasa algo?
⎯ No puedo hablar más, solo ven… ⎯ y después cuelga el teléfono.
Me quedo en silencio, aun con el móvil en mi oído. Veo la hora y luego al chofer por el retrovisor.
⎯ ¿Podrías llevarme a la agencia? ⎯ le pido ⎯, será rápido.
⎯ Si, señorita Alegra ⎯ responde, para luego cambiar el rumbo.
Así, con la preocupación a tope, con el cabello esponjado de estar en el mar, y vestida de jeans, tenis y un suéter viejo que uso para viajar, me dirijo a la agencia.
Les mando a mis padres un mensaje diciendo que llegaré un poquito más tarde, que me guarden cena, y luego me dedico a maquillarme un poco para no verme tan demacrada.
Momentos después, el auto se estaciona frente a la agencia, y yo me bajo sin más.
⎯ Espera por aquí, no creo tardarme, por favor ⎯ le pido, para luego caminar hacia el edificio que prácticamente debería estar cerrado.
Tan solo Laura me ve, corre con las llaves hacia la puerta y me abre. Me jala del brazo y me mete.
⎯ ¿Qué pasa? ⎯ pregunto.
⎯ Gio, ha tomado una decisión. Se supone que es individual, pero María no se ha separado de él en todo el día, creo que tienes que intervenir.
⎯ ¿Haciendo qué? ⎯ pregunto.
⎯ Solo ve… ⎯ me pide, para empujarme.
Así, meto el móvil a la bolsa de mi abrigo y camino hacia la oficina de Gio que se encuentra al final del pasillo. Voy a paso firme, decida, ¿a qué?, no sé, solamente sé que debo ponerme así.
Toco la puerta y después de que nadie responda la abro para ver a María brincando de emoción y sonriendo. Al verme el rostro de ambos cambia.
⎯ ¿Alegra?, ¿qué haces aquí? ⎯ me pregunta, Gio.
⎯ Viendo cómo le haces caso a tus pantalones ⎯ confieso.
María se ríe.⎯ ¡Ay, Alegra!, lo siento mucho.
⎯ No, está bien ⎯ respondo, mientras veo que la decisión está tomada y es momento de irme de aquí.
Como hubiese querido que ahí se terminara esto. Que María me hubiese dejado ir y jamás dirigirme la palabra, pero, no fue así. Y sus siguientes palabras fueron el gatillo que provocó todo lo demás y ahora que lo pienso, fui una tonta… si mi cabeza no hubiera estado tan caliente, tan confundida… si tan solo hubiese esperado.
Así salgo de la oficina, y camino por el pasillo hacia la entrada. Sin embargo, el grito de María me hace voltear.
⎯ ¿Qué quieres? ⎯ pregunto molesta.
⎯ Solo decirte que fue un honor competir contigo.
⎯ No competimos, tú te metiste en su cama y eso te dio ventaja, no hay nada de honorable en eso.
⎯ Bueno, sirvió de algo, pero, la decisión fue cien por ciento de Gio.
⎯ Sí, claro.
⎯ Lo es y ¿sabes por qué?
Me cruzo de brazos.⎯ ¿Por qué?
⎯ Porque está viendo por el bien de su empresa ⎯ contesta, para luego caminar hacia mí.⎯ Mira, querida Alegra, eres muy talentosa y en verdad se aprecia eso, pero, admitámoslo, no ibas a durar aquí.
⎯ ¿Por qué lo dices?
⎯ Bueno, porque es obvio que abandonarías el trabajo en máximo un año. Vete, es evidente que el trabajo no es para ti, ningún trabajo y que esto lo estás haciendo por “mientras me caso”. No necesitas trabajar, y lo sabes. Pronto nos avisarás que te casarás con tu prometido, que seguro es también alguien acomodado, ya no te dejará trabajar, te dedicarás al hogar y mañana tendrás tus hermosos bebés y adiós. Lo que Gio necesita es una persona comprometida, que sepa que tiene que apreciar su trabajo, no un pasatiempo antes de jugar a la casita.
Me quedé en silencio, y no debí. Tenía que contestarle algo, pero, sin que ella supiese, María me dio en lo que más me duele, y con mi mente confundida, hecha un caos, no fue bueno. No pude dejar de pensar que me había convertido en la mujer que juré jamás sería; pero insisto, no era yo en ese instante.
⎯ Aprovecha este trabajo, María, porque con tu falta de talento nadie te contratará en otro lugar. Y dile a Gio que si se atreve a utilizar mis fotos y mis campañas para su agencia, lo demandaré ⎯ termino.
⎯ ¡Suerte en tu vida Alegra!, veré tu boda en la sección de sociales ⎯ me contesta, para luego reír.
Así, salgo encabronada de la agencia. No por la traición, no por quedarme sin trabajo, sino por todo lo que siento.
Las palabras siempre pueden arruinar el ánimo o levantarlo, clarificar todo, u oscurecerlo. Y en esta caso, si yo aún no estaba decidida, las palabras de María me ayudaron a hacerlo… ojalá no hubiese ido ese día.
Maria 1 – Alegra 0
Porque es obviomque Alegra va hacer todo lo contrario a lo dicho por María para demostrarle cuan equivocada está, que esa mujer que describió no es ni será Alegra Canarias.
Pobre Karl…