⎯ En verdad me estás asustando, ¿sabes? ⎯ le digo a mi hermano, mientras veo cómo sigue con gran maestría el auto de Karl. 

⎯ ¿Por? 

⎯ Porque tengo miedo de que uses estas tácticas con tus novias o algo así ⎯ David se ríe, y luego le sube a la música, yo vuelvo a bajar el volumen ⎯ Vamos David. 

⎯ No lo hago con mis novias, simplemente jugué muchos videojuegos y soy bueno. Utilizo mis habilidades para ayudar a almas perdidas, como la tuya. 

⎯ ¡Dios!, eres patético. 

⎯ Somos… ⎯ corrige ⎯, porque no hay nada más patético que seguir a tu ex por las calles de Madrid. 

⎯ No es mi… 

⎯ ¿Entonces qué es? ⎯ me interrumpe ⎯, ese es el problema contigo que nunca le pones nombre a las situaciones cuando es evidente que tienen hasta apellido. Es algo que siempre haces y por eso acabamos así, siguiendo a tu ex en el auto de tu padre. 

⎯ A Karl, se llama Karl… ⎯ le corrijo y odio que mis hermanos me conozcan tan bien. De pronto, veo que el auto desaparece y que nos hemos quedado atrás. ⎯ ¡Ves, por andar discutiendo lo perdiste! 

⎯ No lo perdí, seguro se metió a un estacionamiento, así que nos estacionaremos aquí. 

David se mete en un lugar y apaga el auto. Me siento como espía, debajo de una farola de la calle, con las ventanas arriba y los ojos en el retrovisor. 

⎯ Esto es ridículo, mejor regresemos antes de que papá note que tomaste su auto sin permiso ⎯ hablo. 

⎯ Shhhh ⎯ me calla David. 

⎯ ¡Qué Shhh ni qué nada!, aquí nadie nos está escuchando. 

⎯ Le quitas emoción a esto. Solo continúa con la fachada, ¿vale?, luego ya hablas lo que quieres. 

Me quedo en silencio. Me siento cansada, con hambre, aún tengo un poco de dolor de cabeza y lo único que quiero es ir a mi casa y dormir. Cierro los ojos, para tratar de sobrellevar todo lo que está pasando, pero la mano de David me toca y los abro. 

⎯ ¡Ahí están!, ¡ves! Se metieron a un estacionamiento. 

⎯ ¿Y ahora qué hacemos?, ¿nos ponemos nuestros trajes de camuflaje y los seguimos? ⎯ le digo sarcástica. 

⎯ ¡Ash!, solo los seguimos ⎯ contesta, y abre la puerta del auto para salir. 

⎯ David… 

⎯ ¡Venga! ⎯ me alienta, y luego cierra la puerta. 

Me acomodo el abrigo, abro la puerta del auto y siento el frío en mi rostro. David ya se encuentra caminando hacia Karl y Calypso, y para no atrasarme corro hacia él sintiendo mi cuerpo pesado del poco descanso y el mucho alcohol que he tenido. Sin embargo, logro llegar a él. 

⎯ Espera… ⎯ le murmuro, tomando aire. 

⎯ Allá van. 

Veo hacia el frente y noto la preciosa y formada espalda de Karl, forrada en un abrigo bastante fino. Solo de recordar las veces que la toqué, que enterré mis unas y la besé, juro que siento una mezcla de envidia y nostalgia; ahora es ella quién lo hace. 

Mi hermano me toma de la mano para que pueda ir a su paso, y cuando vemos que dan la vuelta en la cuadra desaparecen de nuestra vista y literal nos quedamos paralizados. 

⎯ ¿Ahora? ⎯ pregunto. 

⎯ No sé… La verdad no había llegado tan lejos ⎯ confiesa. 

Suspiro.⎯ Esto es ridículo, David Tristán, no entiendo cómo es que me metes en estas situaciones. 

⎯ Oye, trato de ayudarte. 

⎯ ¿A qué? 

⎯ Pues es evidente que tienes curiosidad sobre la tal Calypso, y te estoy ayudando a que la descubras. Quién quita y en este momento descubres algo que te beneficia. 

⎯ ¿Cómo qué? 

⎯ ¡Ay, no sé, algo!, tal vez que Calypso en realidad es hombre. 

Hago los ojos en blanco, ya que no estoy de acuerdo con lo que acaba de decir.⎯ Esa mujer jamás podría ser… 

⎯ ¡Ahí están! ⎯ grita. La verdad David, para ser espía es pésimo, pierde a las personas y grita en medio de la calle cuando las encuentra. 

Mi hermano me jala de la mano y me esconde detrás de un auto estacionado. Luego, ambos sacamos la cabeza un poco, solo para poder ver a través de las ventanas. 

⎯ ¿Qué hacen ahí? ⎯ me pregunta. 

Así, me levanto casi por completo y al ver el lugar siento cómo mi cuerpo pone débil. El frío, a pesar del abrigo, me cala hondo, y lo único que quiero es que no sea lo que estoy pensando. 

⎯ Tal vez se les antojó un pastelillo ⎯ murmuro. 

⎯ Ale…⎯ Pronuncia mi hermano. 

Quiero hacerme la tonta, pero es evidente lo que estoy viendo. Karl y Calypso acaban de salir de una joyería, y ahora ella se toma una foto mostrando un precioso anillo, tan grande, que se puede ver desde la distancia donde estamos. 

⎯ ¿Karl se va a casar con Calypso? ⎯ murmuro. 

Para este momento ya no estoy escondida, sino completamente de pie detrás del auto viendo la imagen. Ella vuelve a admirar su anillo, luego abraza a Karl y él le sonríe, para después ella revolver su perfecto cabello rubio.

⎯ Tal vez solo… ⎯ trata de consolarme David, mientras ve la escena, junto conmigo. 

En eso siento cómo todo el estómago se me revuelve y sin poder evitarlo vomito al lado. No sé si es coraje, la resaca que aún me invade o el simple hecho de no soportar lo que estoy viendo y sintiendo. Karl se va a casar con Calypso y yo… me he quedado atrás, todo por no ser sincera. 

⎯ ¿Ale? ⎯ pregunta mi hermano, preocupado ⎯ iré a comprarte algo ⎯ comenta, para alejarse. 

Vuelvo a levantar la vista y los veo a ambos alejarse de ahí, platicando y riendo, con ella viendo ese anillo que es tan grande y brilloso que no se puede ocultar. Mientras yo acabo de vomitar encima de mis botas y son un desastre. 

Así, mientras espero, a mi mente viene la canción, nuestra canción, que al final se hizo realidad… y no dejo de pensar en las últimas frases: “Pero si ahora tienes tan solo la mitad del gran amor que aún te tengo, puedes jurar que al que te tiene lo bendigo, quiero que seas feliz, aunque no sea conmigo”.

One Response

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *