Después de la plática con mi madre, no me quedó de otra más que seguir pensando en Karl el resto del día. Por mi mente pasaban cientos de ideas, mensajes y planes, pero nada se concluía. Así, cansada, me fui a mi habitación para estar sola, ya que mis sobrinos se encontraban abajo viendo de nuevo a la Vaca Lola, y en este instante no deseaba estar ahí. Necesitaba ordenar mis pensamientos para saber cómo actuar, pero tiempo es lo que menos tengo. 

Puedo escuchar el tic, tac, del reloj, contándome el tiempo, drenándome la tranquilidad, y en algún punto, la esperanza. De pronto, escucho que alguien toca mi puerta y al voltear, veo a Karl debajo del marco de esta. 

⎯ ¿Karl? ⎯ pronuncio su nombre, casi sin creerlo. 

⎯ Hola Alegra, como siempre es un gusto verte ⎯ responde y yo sonrío de inmediato.⎯ Espero que no lo tomes a mal, pero, tu hermana me dejó pasar y me dijo que estabas aquí arriba. 

⎯ Ni te preocupes ⎯ le contesto, porque en realidad estoy feliz de que esté aquí. 

⎯ ¿Estás ocupada? 

⎯ No, no, no… para nada ⎯ le digo con una emoción que se me desborda. 

Karl entra a mi habitación y comienza a ver las fotos que hay sobre los muros. Sonríe en algunas y luego se queda mirando otras. 

⎯ ¿Las tomaste tú? ⎯ me pregunta. 

⎯ Sí ⎯ respondo, mientras me pongo de pie y voy hacia él.⎯ Son mis primeras fotos, las tomé cuando era pequeña. 

⎯ Sí que eres talentosa, Alegra Canarias ⎯ pronuncia. 

⎯ Gracias. 

Así, Karl deja de mirar las fotos y luego voltea para verme a mí. Sus ojos azules se apoderan de mi vista, y siento cómo todo mi cuerpo se desborda de emoción.  Esa sonrisa que me desquicia se dibuja y yo me siento en las nubes. 

⎯ Tengo algo muy importante que decirte ⎯ habla. 

⎯ Vale ⎯ hablo, en un tono que no me conocía. 

⎯ Espero que aceptes, porque me haría muy feliz ⎯ prosigue y yo juro que me desbordo de emoción. 

⎯ Vale. 

Karl suspira, luego toma el dije que me regaló entre sus dedos y lo ve.⎯ Alegra, sé que tal vez no te esperas esto, pero, no conozco a nadie que sea la mejor, la indicada, la única. 

Mis ojos brillan emocionados.⎯ Ajá ⎯  expreso. 

Él acaricia mi cabello y mis mejillas.⎯ Me harías el honor, Alegra Canarias… 

⎯ Sí ⎯ respondo, emocionada. 

⎯ De ser… 

⎯ Sí… 

⎯ La fotógrafa en mi boda ⎯ habla y en ese instante siento que se cae el mundo. 

⎯ ¡Qué! ⎯ expreso sin entender. 

⎯ Sí, creo que no hay mejor fotógrafa para captar un momento tan especial en mi vida, y la verdad no quería pedírtelo a través de tu hermana, y lo quería hacer personal. De verdad sería un honor que lo hicieras. 

Me alejo, mi rostro debe parecerle raro porque él también cambia el suyo.⎯ Espera, ¿me estás diciendo que si es verdad, te casarás? 

⎯ Sí, claro… Caly es mi mujer ideal. Tenemos tanto en común y es aceptada por mis padres. Lo haremos rápido porque está embarazada. 

⎯ ¡Qué! ⎯ expreso, sin poderlo creer. 

⎯ Sí, incluso sería también un honor que tomaras las fotos del nacimiento. 

⎯ No, espera… no. 

⎯ ¿Qué?, ¿qué pasa?

⎯ No, no puede ser ⎯ niego, mientras me alejo de él. 

⎯ Pensé que seguíamos siendo amigos. Digo, las fotos las pagaré, pero nunca pensé que te pondrías así cuando fuiste tú a decirme que no…⎯ continúa Karl, bastante seguro de lo que dice. 

⎯ Karl. 

⎯ Te di una bonita cita, te mostré paciencia y esperé. Me dijiste que me amabas y luego te retractaste, creo que lo mínimo es que tomes las fotos. 

⎯ No, no, no ⎯ pronuncio, mientras siento que mi corazón late rapidísimo. 

⎯ Venga Alegra, eso te pasa por hablar a tiempo. Era tuyo y me dejaste ir, no esperes a que yo haga todo, ¿no?. Solo tenías que admitir lo que sentías y no lo hiciste. Al menos ahora estoy con una mujer que lo hace y no lo niega.

⎯ Pero Karl, espera… ⎯ le pido, mientras siento cómo el corazón me sale del pecho. 

⎯ Caly me da lo que necesito, ¿entiendes?, porque ella se atrevió a decirme lo que por meses esperé de ti. 

⎯ No, no, no… ¡NO! ⎯ grito, y me levanto de la cama con una taquicardia que hace que me duela la cabeza. 

Volteo a mi alrededor y me percato que fue todo un sueño y que en realidad Karl jamás estuvo aquí. Me pongo la mano sobre el pecho y trato de controlar mi respiración. 

⎯ ¿Todo bien? ⎯ escucho la voz de mi hermano, que justo va pasando, ya que llegó del trabajo. 

⎯ Sí… ⎯ pronuncio. 

⎯ Iré con Daniel al corazón espinado, ¿vienes? 

⎯ No, no… ⎯ contesto, y me pongo de pie de inmediato para ponerme las botas. 

⎯  ¿Otros planes? ⎯ pregunta. 

Entonces me pongo el abrigo y me amarro el cabello. ⎯ Sí, tengo una plática pendiente ⎯ le digo, y sin mirar atrás, salgo directo al piso de Karl.

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