KARL
Todo es tan cómodo aquí. El colchón está cómodo, la temperatura del cuarto está cómoda y por supuesto la sensación que siento sobre mi pecho. Siento que mi corazón late relajado, mientras mis músculos comienzan a reaccionar uno por uno. Primero las piernas, luego la cadera, hasta que finalmente mis brazos se activan y se percatan de que están vacíos. No suelo ser de los hombres que duermen abrazados toda la noche a algo o alguien, pero esta vez la ocasión la ameritaba.
Después de tanto tiempo, de acallar mis sentimientos, de fingir que no pasaba nada, ayer, la mujer de mis sueños por fin me confesó lo que sentía, y yo, ahora soy libre de hacerlo por igual, sin miedo a que de nuevo me diga que no. Sí, debo confesar que ese “Te amo” que me dijo entre besos me emocionó, pero la conozco tan bien que esta vez supe cómo reaccionar. Aunque confieso que por un momento pensé que Alegra se rendiría; me alegra que no haya sido así.
Al reconocer que mis brazos están vacíos, abro mis ojos para encontrarme dentro de su habitación, con la ventana completamente cerrada y las cortinas oscureciendo casi todo y con ese olor a lavanda que emana de las sábanas y fundas. Es tan tranquilizador, tan espiritual, que siento que estoy dentro de un sueño.
⎯ ¿Alegra? ⎯ murmuro, para saber si está en algún otro lado, pero no, me encuentro solo en la habitación.
Volteo a ver hacia la mesita de noche y al tomar mi móvil veo millones de mensajes y 60 llamadas de Caly, supongo que piensa que me perdí. Ella suele actuar como mi madre y a veces es cansado, pero, ¿qué le puedes decir a la mujer que prácticamente te conoció desde pequeño? El reloj de la pantalla marca las 10:30 de la mañana, lo que significa que solo hemos dormido cinco horas y media y que posiblemente hoy no esté del todo despierto.
⎯ ¿Alegra? ⎯ vuelvo a preguntar.
Al no obtener respuesta, me pongo de pie y siento una leve jaqueca de lo que tomé anoche, sin embargo, no es tan grave como para tomarme un analgésico. Escucho el ruido del agua dentro del baño y sonrío. Recuerdo que ayer, Alegra, me dijo que se daría otro baño por la mañana para terminar de quitarse el olor a alcohol del cabello, así que supongo que está ahí.
Me pongo de pie, recojo mi ropa que está tirada sobre el suelo y camino hacia el baño. Sé que Alegra me prohibió, tajantemente, que no podríamos tener nada de intimidad aquí, pero una ducha de Karl no le caería mal. Además, solo quiero besarla hasta que ya no tengamos respiración, solo para demostrarle lo mucho que la extrañé.
Así, abro la puerta del baño y puedo ver el vapor saliendo de la ducha. En silencio me quito el bóxer, y me dirijo hacia allá. Puedo ver la hermosa figura de mí Alegra, y ese cabello rizado que me enloquece. Entro con cuidado y la abrazo por detrás.
⎯ ¿Listo para una de las duchas de Karl? ⎯ le murmuro.
De pronto siento cómo se voltea de inmediato y sin esperarlo escucho un grito tan fuerte que me marea.
⎯ ¡Ahhhhhhhhh!, ¡salte de aquí pervertido! ⎯ y siento una patada tan fuerte en la ingle que hace que me doble y me vaya hacia atrás.
Caigo sobre el suelo sin poder evitarlo y cuando recobro la conciencia veo que no es Alegra la que está envuelta en las toallas, sino Lila, su hermana.
⎯ ¡Qué pasa! ⎯ escucho otra voz en la habitación y momentos después alguien abre la puerta y veo que no es nadie más y nadie menos que Luz Ruiz de Con ⎯ ¿Qué sucede?, ¡Oh por Dios! ⎯ exclama y cierra los ojos.
⎯ ¡Qué demonios haces aquí! ⎯ expresa Lila, mientras yo me pongo de pie de inmediato y cubro mi intimidad con las manos.
⎯ Puedo explicarlo.
⎯ ¡Qué está pasando aquí! ⎯ escucho la voz de David Canarias y en este momento solo quiero desaparecer. ⎯ ¿Karl?
⎯ David ⎯ pronuncio, y ya no sé que me duele más si la ingle o la vergüenza.
⎯ Señor Canarias, para ti ⎯ me dice, y ahora sé que volví a hacer un retroceso.
⎯ ¿Qué pasó? ⎯ escucho la voz de Alegra y cuando entra a la habitación se queda paralizada ⎯ ¡Oh no!
⎯ Así es, ¡Oh no! ⎯ repite David enojado.
Alegra toma de inmediato una toalla y me la pone en la cintura ⎯ No es lo que parece, papá.
⎯ ¿Ah no?, ¿entonces qué es? ⎯ pregunta furioso.
⎯ Lo siento, pensé que eras tú la que estaba en la ducha ⎯ me disculpo con Alegra.
⎯ Dijiste que nos podías reconocer hasta de espaldas ⎯ me reclama Lila.
⎯ Sí, pero… al parecer no es así. Discúlpame Lila, no fue mi intención, en verdad…
⎯ ¡Salta de mi casa! ⎯ me pide David, bastante molesto.
⎯ No, papá, te juro que no hicimos nada, solo pasó la noche aquí… ⎯ me defiende Alegra.
⎯ ¡Sálganse del baño! ⎯ grita Lila.
Entonces como puedo camino hacia la puerta de la habitación de Alegra y me quedo de pie para esperar por David y Luz. Aún traigo mal puesta la toalla, y el dolor disminuye, pero aún cala.
⎯ ¡Guau! ⎯ hace Luz al entrar y se vuelve a cubrir los ojos.
⎯ ¿Qué?, ¿qué pasa? ⎯ pregunto y Alegra viene de inmediato con una sábana y me cubre la espalda.
⎯ Se te veía el trasero reflejado en el espejo ⎯ murmura.
⎯ ¿Qué? ⎯ pregunto, y sé que en este momento estoy completamente sonrojado.
⎯ ¿Por qué tanto escándalo? ⎯ escucho la voz de David, el hermano, y al verlo entrar simplemente cierro los ojos.
Lo que me faltaba, desperté a toda la familia.
⎯ ¡Esto se puso bueno! ⎯ comenta.
⎯ Nada se pondrá bueno ⎯ habla David padre ⎯, ¿qué creen que estaban haciendo?, ¿Alegra, faltarle al respeto a tu casa así?
⎯ No, no, te juro que no ⎯ le ruega Alegra mientras sigue cubriéndome con la sábana. ⎯ Todo tiene explicación.
⎯ ¡Pues adelante!
⎯ ¿Cree que podría vestirme antes? ⎯ pregunto, bastante apenado.
Alegra sonríe.⎯ Por favor ⎯ murmura.
⎯ Bien, pero los quiero abajo en cinco minutos ⎯ destaca, para luego darse la vuelta y salir de ahí. ⎯ ¿Luz? ⎯ pregunta, y veo que mi madre sigue bastante sorprendida.
⎯ No era mi intención verte, ya sabes… ⎯ se disculpa.
⎯ ¡Luz! ⎯ se escucha la voz del papá.
Mi madre sale de la habitación, y solo se queda Lila y David dentro.
⎯ Lo siento Lila, no quería…
⎯ No pasa nada ⎯ comenta ⎯, solo no nos vuelvas a confundir. Disculpa por la patada y ponte hielo.
⎯ Está bien… ⎯ hablo.
David se ríe bajito.⎯ Bienvenido a la familia ⎯ finaliza para luego salir de ahí y cerrar la puerta.
Alegra y yo por fin nos quedamos solos y ella me ve a los ojos ⎯ ¿qué demonios pasó?
⎯ Ya no sé ⎯ hablo entre quejidos ⎯, ¿crees que podamos sentarnos en la cama?, creo que tu hermana me dejó sin armamento ⎯ con cuidado Alegra me lleva a la cama y yo me siento. Luego volteo a verla y ella se ríe. ⎯ No es gracioso.
⎯ Lo sé y disculpa, pero, creo que ya deberíamos estar acostumbrados. Cada vez que nos juntamos nos pasa algo así, raro. Ayer yo con las bebidas, hoy tú con esto… tal vez mañana sea otra cosa.
⎯ O tal vez es una señal de que ya no deberíamos de separarnos, ¿no crees? ⎯ le pregunto, y ella se sonroja. Acaricio su rostro y beso ligeramente sus labios.⎯ ¿Aún me amas?
Alegra asiente.⎯ Hoy más que nunca.
⎯ Entonces, valió la pena todo ⎯ contesto y luego nos echamos a reír bajito. Ella me besa y juro que el dolor disminuye bastante, sin embargo, el golpe de la puerta nos interrumpe.
⎯ En cinco minutos, Alegra ⎯ escucho a David.
⎯ Sí, papá ⎯ responde, y ella se muerde los labios. ⎯ Lo siento, lo que vas a pasar en cinco minutos va a ser más doloroso que la patada de Lila.
⎯ ¿Qué va a pasar en cinco minutos? ⎯ pregunto angustiado.
⎯ Una junta familiar… eso va a pasar ⎯ me advierte. ⎯ Ahora vístete que es sábado de wafles.
⎯ Me gustan los wafles…
⎯ Espero que te sigan gustando después de esto ⎯ me advierte, para después entrar al baño.
¿Qué significa eso?
No podia faltar la entrada memorable a la familia jajaja