KARL
Al parecer, el desayuno de wafles no fue tan malo como yo pensaba y me sentí bastante bienvenido en la familia. La verdad es que Lila, Sila Y David ya me habían aceptado y el resto de los primos no tenían nada en contra de mí, así que no hubo nada que reprochar. Eso sí, las anécdotas sobre Alegra no faltaron, y de pronto me vi rodeado de toda una niñez llena de risas, travesuras y ocurrencias, y ahora la conozco un poco más, aunque debo admitir que ya me lo imaginaba.
Después, fuimos invitados a quedarnos a la comida que se haría en el jardín, pero Alegra y yo decidimos irnos de ahí, había mucho de qué hablar, cosas que recordar y sobre todo deseábamos pasar tiempo untos. Así, que ambos salimos de la casa de los Canarias y nos dirigimos a un café cerca del piso para estar tranquilos y seguros.
Hoy, el clima en Madrid no está tan frío, así que podría ser agradable caminar por algún parque. Sin embargo, hemos decidido que lo mejor es sentarnos, hablar de frente y aclarar la dudas, porque sé que Alegra tiene muchas.
⎯ Chai latte para ti, un café negro para mí ⎯ le comunico a Alegra, mientras pongo los vasos sobre la mesa.
⎯ Gracias ⎯ me agradece, para luego darme un beso tierno sobre los labios.
Me siento frente a ella y le doy un sorbo al café que me sabe a gloria. Después, mi mirada se cruza con la suya y ella se sonroja.⎯¿Qué pasa?
⎯ Nada, que no sé si te he dicho, pero, me encantan tus ojos azules.
⎯ ¿Ah sí?, y ¿qué más te encanta de mí, Alegra Canarias? ⎯ aprovecho.
Ella se ríe bajito.⎯ Creo que yo soy la que debería hacer las preguntas, ¿no?, tengo muchas.
⎯ Y yo respuestas… así que vamos, dime.
Alegra da un sorbo a su té y después de un suspiro me dice.⎯¿Calypso es?
⎯ Mi cuñada, próxima cuñada, se casará con mi hermano Johan. El vestido, el anillo, todo es para su boda y se casan pronto para que Calypso pueda tramitar tu residencia en Madrid. No es muy hábil aún con el español así que le sirvo de intérprete hasta que llegue mi hermano.
⎯ ¿Seguro? ⎯ me pregunta.
⎯ Puedo llamarle… Bueno, mejor no, porque Caly es algo pesada conmigo.
⎯ Ya lo vi…
⎯ No la culpes, me conoció desde pequeño y se cree mi madre, espero todo pase cuando ya esté con mi hermano.
⎯ ¿Bien, y el día del piso? ⎯ inquiere.
⎯ Ese día salí de la ducha, solo hay una. Caly dormía en la habitación y yo en el sofá.
⎯ Y, ¿las cosas?, ¿qué pasó con tus cajas? ⎯ me dice ansiosa.
Acaricio su mejilla y beso sus labios ligeramente.⎯ Las mandé a un almacén. Todo eso que viste ahí son cosas de Caly, ella no soporta las cajas. Además, ese es el piso de mi hermano y de ella, y pues yo solo soy un inquilino, no vivo ahí.
⎯¿El piso no es tuyo?
⎯ No, me lo prestan, pero, ahora será ocupado, lo que significa que me he quedado sin piso.
Alegra abre los ojos, está sorprendida ⎯ ¿El vestido que me prestaste era de ella?
⎯ Así es…
⎯ ¡Karl!
⎯ ¿Qué?, ¿preferías el otro?, además te veías hermosa, te quedaba perfecto.
⎯ Pero era de ella ⎯ contesta, y noto un tono de celos en sus palabras.
Sonrío.⎯ ¿Estás celosa de Caly?
⎯ Claro que no ⎯ contesta, pero su actitud, tono y evasión me hace saber que estoy en lo correcto.
Así que acerco un poco más mi silla y me pego a ella un poco más.⎯ ¿Qué te da celos? ⎯ pregunto.
⎯ No, no estoy celosa.
⎯ Dime, no pasará nada… ⎯ insisto.
Alegra toma un poco de té y desvía su mirada de la mía.⎯ Pensé que ella era perfecta para ti. Además de muy guapa y …
⎯ Aburrida ⎯ hablo y ella vuelve a mirarme
⎯ ¿Cómo?
⎯ Caly es muy guapa e inteligente pero, muy aburrida, y no necesito eso en mi vida.
⎯ Espera, ¿aburrida?
⎯ Sí, por eso me encantas, porque eres todo lo contrario a mí. Me vuelves loco Alegra, entre lo que dices y haces, conviertes mi mundo en un lugar más divertido. Si quisiera a alguien aburrido como yo, ya me hubiese casado con cualquier doctora que me coquetea.
⎯¿Qué doctoras?, ¿en el hospital? ⎯ responde de inmediato.
Lanzo la carcajada y luego acerco su silla hacia mí para quedar más cerca.⎯ Me gusta tal y como eres Alegra, no te cambiaría nada. Haces mi vida divertida, llena de aventuras y adoro tu personalidad e inteligencia. Puede que me saques canas verdes, pero, eres quién eres y así te acepto, jamás intentaré cambiarte, aunque podrías bajar un poco la intensidad.
⎯ Podría, ¿no es cierto? ⎯ me dice, para luego sonreírme.
⎯ Lo dejaré a tus deseos…
⎯ Yo te deseo ⎯ me murmura, para darme un beso sobre los labios que me sabe a leche.
Le sigo la corriente, y de pronto nos vemos envueltos en un beso que no hace más que despertar nuestras ganas. Amo los labios de Alegra, tan carnosos, tan suaves, a veces saben a frambuesa, a veces a vainilla y con el aroma a lavanda, puedo llegar a un momento de excitación que jamás había experimentado.
⎯ ¿Otra pregunta? ⎯ digo encima de sus labios.
⎯ Sí, ¿por qué el vecino dijo que aún hacías ruido contra la pared?
Me separo de ella y me muerdo los labios.⎯ ¿Qué piensas tú?
⎯ No quiero pensar…
⎯ Venga, dame tu mejor pensamiento…
Alegra se queda en silencio, se muerde los labios y mirándome con esos ojos avellana, dice ⎯ Dime que colgabas un cuadro.
Sonrío.⎯ Una fotografía ⎯ admito.
Ella sonríe ⎯ ¿Es en serio?
⎯ Sí, una fotografía.
⎯ Lo dices para no mal pensar.
Me acerco a su oído y le murmuro ⎯ No, lo digo porque es verdad, ¿quieres ir a verla?, aún tengo el piso para mí lo que falta del fin de semana, podríamos, ya sabes, verla y que tú me dieras tu opinión como experta.
⎯ ¿Todo el fin de semana? ⎯ me pregunta, mientras se muerde el labio.
⎯ El suficiente para ver la foto, examinarla y ya sabes… Darme tu experta opinión.
Así, Alegra se pone de pie y me toma de la mano. Al parecer ella también me extrañó como yo a ella.
⎯ Antes de irnos, dime que todo está aclarado entre los dos.
Alegra se acerca mi rostro y me besa.⎯ Lo está, ahora, ¿te importa si veo esa foto?, estoy muy, muy, muy interesada.
Me pongo de pie.⎯ Pero primero, ¿una ducha de Karl? ⎯ le pregunto.
⎯ Pensé que no lo pediría, doctor ⎯ contesta y ambos salimos de ahí apurados, listos para lo que sigue.