KARL 

Después de una larga y refrescante ducha, ahora ambos nos encontramos recostados sobre la cama, cubriendo nuestros cuerpos desnudos con las cobijas, y besándonos como nunca lo habíamos hecho. 

Me alegra saber que ella me extrañó, como yo lo hice también, por lo que tenerla a mi lado es un sueño hecho realidad, sobre todo ahora que nuestros sentimientos están aclarados y ya no tengo que fingir indiferencia. Debo admitir que me costó mucho, no decirle palabras de amor o demostrarle que me moría por ella. Pero, creo que mi mirada y mis actitudes daban las pistas correctas para qué Alegra entendiera. 

⎯ ¿Siempre has besado tan bien? ⎯ me pregunta, mientras con mis dedos recorro la línea media de los pechos. 

⎯ Supongo ⎯ respondo coqueto ⎯, o tal vez solo a ti te beso así. 

⎯ Si es así, te prohíbo que vuelvas a besar otros labios ⎯ comenta, y yo me río. 

⎯ Si qué res celosa, ¿eh? 

⎯ ¿Eso crees? 

⎯ Pues quieres mis horarios, luego que no bese a nadie más, me prohíbes cosas. 

⎯ Te prohíbo que me digas “Cariño” ⎯ contesta. 

⎯ ¿Qué? 

⎯ Sí, no aguanto porque me digas cariño. 

⎯ Bien, entonces, ¿cómo quieres que te diga? ⎯ pregunto mientras beso su frente. 

⎯ No sé… Pero cariño no, gracias. 

Suspiro, a pesar de que hoy no se lavó el cabello con ese aroma a lavanda, parase que lo trae impregnado en ella, porque juro que puedo sentirlo en el ambiente. Extrañaba que mi ropa de cama se quedara con esa esencia, ayudándome a fantasear durante las noches de soledad. 

⎯ Pensaré en un nombre para ti, pero por lo mientras serás… Alegra. 

⎯ ¡Qué original! ⎯ habla entre risas. 

Ella empieza a acariciar mi abdomen con la huella de sus dedos, causando cosquillas en mí. Luego voltea a verme con sus ojos avellana, grandes y bonitos y se muerde los labios. 

⎯ Dime. 

⎯ ¿Cómo sabes que te diré algo? ⎯  me pregunta curiosa. 

⎯ Porque cada vez que tienes una duda te muerdes los labios o frunces el ceño, así ⎯ y la imito. ⎯ Así que dime, ¿qué deseas? 

Veo cómo frunce el ceño de nuevo y me río.⎯ Esa es trampa ⎯ le comento. 

⎯ ¿Qué? ⎯ pregunto, mientras beso su frente ⎯, ¿te molesta que te conozca tan bien? 

Con mis labios, empiezo a bajar por su rostro hasta que me estaciono en su cuello y comienzo a besarlo. Escucho cómo gime, luego se ríe y finalmente cede ante mis caricias. 

⎯ No, es en serio Karl, necesito decirte algo. 

⎯ Pues dime ⎯ la aliento, mientras sigo ahí, en su cuello. 

⎯ Necesito que pongamos algunas reglas. 

Al escuchar eso, levanto mi rostro de inmediato y la veo a los ojos.⎯ ¿Reglas?, si todo este desastre que pasó fue por reglas, que al final ni cumplimos. 

⎯ Bueno, reglas no, pero si peticiones. Son importantes para mí, porque quiero dejar todo claro si vamos a empezar esto. 

Niego con la cabeza.⎯ Ya no más esto, pongámosle un nombre, ¿quieres? 

⎯ Ok, pero primero, mis peticiones. 

⎯ ¿Puedo hacer peticiones yo también? ⎯ inquiero. 

⎯ Claro, las que desees. 

⎯ Bueno, mi primera petición es que te puedo besar cuando quiera y donde quiera, en frente de quién sea… Muero por besarte, a veces por la calle. 

Alegra se ríe bajito.⎯ Bien, petición concedida. 

⎯ Segunda petición, sin celos, ¿vale?. Sé que mi profesión se presta a eso, pero, no tienes nada que temer. Te esperé por cinco años para engañarte mañana. 

⎯  Vale ⎯ contesta y luego se queda en silencio y me ve fijamente. 

⎯ ¿Qué? 

⎯ Pensé que venía otra ⎯ me comenta. 

⎯ Bueno, sé qué habrá más adelante, así que guardaré esos cartuchos. 

Ella sonríe, luego acaricia mis labios con la huella de su dedo pulgar y suspira. ⎯ Las que te diré, de mi parte, no quiero que las tomes a mal. Sin embargo, creo que son sumamente importantes. 

⎯ Dime ⎯ le pido, mientras tomo su mano y la beso. 

⎯ Karl, te amo, y quiero que estés seguro de eso. Tal vez sea nueva en esto de “esto”. 

⎯  ¿Relaciones? ⎯ complemento. 

⎯ Sí, y puedas pensar que lo que te digo es una forma de zafarme, pero, no es así. Prometo serte fiel en todos los niveles. 

⎯ Vale. 

⎯  Pero, no me quiero casar ⎯ habla en bajito. 

La abrazo más fuerte y la uno más a mi cuerpo ⎯ Vale. 

⎯ Te lo digo por si en algún punto estás pensando en algún anillo o ya lo tienes ⎯ se separa de mí y se levanta para verme al rostro ⎯ si más adelante gustas, podemos vivir en unión libre y te juro que puedes confiar… 

⎯ Shhhh, no te estreses. Te comprendo, no pasará nada, solo disfrutemos de ser quienes somos en esta relación. Tranquila. Ahora dime, ¿cuál es tu segunda petición? 

⎯ No hijos por ahora ⎯  y al decirme eso, sonrío. 

⎯ ¿Qué? ⎯ pronuncio. 

⎯ No sé si quiero ser madre, así que te pido que no pensemos en eso… 

⎯ Alegra, Alegra, Alegra… ⎯ la consuelo, para luego tomar su barbilla y besarla tiernamente sobre sus labios ⎯ me encanta lo intensa que eres, me mantiene con todos mis sentimientos agudizados, pero, debes tranquilizarte, mi amor. Nadie está hablando de matrimonio, ni hijos, nada, solo un tú y yo disfrutando de lo que estamos construyendo. 

⎯ Lo sé, pero creo que es importante que lo diga, porque no quiero decepcionarte, no quiero… 

Y ella, al ver mi rostro, guarda silencio.⎯ Solamente déjate llevar, no te adelantes. Esto no debe ser un tormento y un constante estrés, debes sentirte bien, protegida, libre y feliz… no amarrada a un futuro que aún no sabemos dónde nos llevará. Sin embargo, prometo tener en cuenta tus peticiones. 

⎯ Te lo digo porque te amo ⎯ responde. 

⎯ Y yo también te amo, por eso tu tranquila… no serás Alegra casada y con hijos mañana. 

Ella suspira, al parecer era sumamente importante que yo lo supiera. Luego, se recarga sobre mi pecho y con una voz ya más tranquila me pregunta ⎯¿puedo hacerte otra petición? 

⎯ La que quieras ⎯ respondo. 

Ella se levanta y viéndome a los ojos, me pide ⎯ ¿Crees que podamos repetir nuestra última cita? 

Levanto la ceja, asombrado por su petición ⎯ ¿Cómo? 

⎯ Donde me regalaste el dije, y lo que me preguntaste que me quedé helada y lo que querías leerme que al final no se pudo… esa cita que yo no le llamaría así, ¿crees que podamos? 

Sonrío.⎯ No veo por qué no. 

⎯ Perfecto ⎯ habla alegra, para después darme un beso sobre los labios. 

Empezamos, una vez más, a calentarnos y sé que esto va a escalar a otro nivel cuando se sienta sobre mis caderas, y veo su torso desnudo frente a mí. 

⎯ Antes de que empecemos, ¿puedo pedirte algo? 

⎯ Rápido, porque Karlito no quiere hablar más ⎯ contesta, excitada. 

⎯  ¿Me ayudas a buscar un piso?, no creo que pueda vivir tanto tiempo en un hotel. 

⎯ ¿Es todo? 

⎯ Todo ⎯ contesto, y mis manos viajan a sus pechos. 

⎯ Bien… 

Así, Alegra comienza a moverse, a provocarme y cuando entro en ella, cierro los ojos acompañándolos de un gemido. La cabecera comienza a sonar contra el muro. 

⎯ ¿Quieres darle una digna despedida a este piso? ⎯ me comenta, con ese rostro de travesura que me encanta. 

⎯  Sí, ¿por qué no? ⎯ contesto, para poner mis manos sobre sus caderas y dejarme llevar por el movimiento. 

La cabecera se azota cada vez más conforme ambos nos vamos excitando. De pronto se mueve tan rápido que es imposible no escuchar el ruido, pero también nosotros que podamos parar. Cuando llegamos al punto, gemimos a lo alto y ella cae rendida sobre mi pecho. 

⎯ ¡Johansson! ⎯ grita el vecino y ambos nos reímos bajito. 

⎯ Lo voy a extrañar ⎯ murmura ella, para luego besar mis labios. 

Supongo que ya habrá otro vecino amargado en algún otro lugar.

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