Cho esperó horas de nuevo antes de que volvieran a llamar su nombre.

⏤ ¿Adrián Cho? ⏤ dijo el guardia y él se asomó por los barrotes. ⏤ Han pagado tu fianza. 

La puerta de la celda se abrió y Adrián subió junto con el guardia las escaleras, cuando vio a Jaz, casi rompe en llanto, pero se aguantó, no quería demostrar lo mal que se sentía. 

⏤ Gracias ⏤ habló, y sintió el abrazo del hombre que le seguía salvando una y otra vez. 

Como no traía nada, Cho salió de la jefatura de inmediato. Eran aproximadamente las cuatro de la mañana y estaba cansado, asustado y a la vez muy triste. 

⏤ Lo siento si me tarde, tuve que pedir varios préstamos ⏤ le dijo Jaz, con un poco de pena. 

Cho le abrazó de nuevo, y ahora sí, lejos de la jefatura, comenzó a llorar.⏤ No puedo creer lo que está pasando ⏤ le comentó, mientras sentía el abrazo de Jaz ⏤, mis padres, yo no entiendo ¿por qué me hicieron esto?, falsificar mi firma, poner préstamos a mi nombre para cometer desfalcos, hacer depósitos y luego huir, ¿por qué Jaz?, ¿por qué? ⏤ le preguntó, y él no supo qué decir. 

Al igual que Cho, él venía de unos padres que dejaban mucho que desear, así que lo comprendía, pero, no sabía cómo consolarlo. Por un momento se quedaron así, sin decir palabra, hasta que el chico se alejó y le vio a los ojos ⏤ ¿Sabina?, ¿le dijiste? 

Jaz negó con la cabeza.⏤ No, aún no, pero ella también hoy se enteró de algo, así que no me ha dado tiempo. 

⏤ Mis padres también hicieron algo con el Conglomerado CanCon, no sé qué, pero, va mi nombre. No quiero pensar que pasará cuando Julie y Robert se den cuenta. 

⏤ No pasará nada, les tendrás que decir la verdad. O qué, ¿piensas ocultárselo a Sabina? ⏤ inquirió. 

Cho se quedó en silencio, su plan era no decirle nada, pero, por lo que le había dicho su abogado, las posibilidades de ir a prisión eran más altas de lo que él creería y no deseaba que su novia tuviese a un novio en la cárcel. 

⏤ Jaz, estoy jodido. No tengo dinero, según tienen pruebas peores contra mí y mis padres huyeron del España. Ante la ley, soy el que planeó todo y… 

⏤¿Pero le dirás a Sabina? ⏤ insistió, tomándolo de los hombros ⏤, ¿le dirás o que sucede? 

Cho no sabía si decir que si o si no, porque tenía mucho en mente. Sabía que tenía que decirle a su novia, pero, a la vez, si todo salía mal, posiblemente quedaría preso y arruinaría su vida. 

⏤ ¿Crees que pueda pensarlo? ⏤ le pidió a Jaz. 

⏤ Es que no hay nada que pensar ⏤ hablo él de inmediato ⏤, recuerda que Sabina es mi hija, quieran o no, y si no le dices nada la vas a herir. 

⏤ Es que piensa, Jaz, si todo sale mal le arruinaré la vida. 

⏤ Se la arruinarás más si no le dices nada. En unas horas ella se despertará y comenzará a pedir explicaciones y yo no se las daré, serás tú ⏤ le regañó, y Cho supo que no tenía escapatoria. 

Adrián asintió con la cabeza y supo que tenía que decirle todo a su novia antes de que se enterara, por otro lado. 

⏤ Cho, sé que eres inocente, y un buen hombre, yo te ayudaré, pero recuerda ordenar tus cosas antes de que alguien más las desordene, ¿entendido? ⏤ le pidió y el chico asintió. ⏤ Venga, vamos a dormir, y a que te des una ducha, debes estar muy cansado. 

⏤ Lo estoy ⏤ contestó Cho, deseando llegar a su piso y tirarse a la cama. 

***

Sin embargo, Cho no pudo dormir en lo que restaba de la noche, pensando en todo lo que estaba pasando y como su vida había cambiado. Él pensó que alejándose de sus padres ya no habría problemas, maltrato y repercusiones, pero, al parecer, ellos estaban decididos a que esto continuara y ahora lo habían metido en un problema. 

Ahora, ¿a quién le reclamaría?, si no sabía dónde estaban o qué hacían. Tenía poco tiempo para juntar las pruebas de su inocencia y así no acabar en la cárcel por un crimen que no cometió y, por si fuera poco, le debía a Jaz un dinero que no tenía ni de broma. Cuando pensó que su vida se arreglaba, ahora volvió a empeorar. 

Por otro lado, también se encerró a piedra y lodo en su piso, sin contestar ni un mensaje de su Sirena que le insistía en verlo. Tenía vergüenza, miedo, y sobre todo ansiedad. Ya no era el mismo hombre que hace dos días y no sabía cómo decirle a su novia lo que estaba pasando. 

El móvil sonó… 

SIRENA

Buenos días, ¿estás en tu piso?, estoy a fuera. 

Leyó el mensaje, y después se dio cuenta de la hora, eran las siete y media de la mañana, muy temprano para una visita de su novia.

Cho suspiró, se puso de pie, para ponerse un pantalón corto y una playera, y bajar a abrirle. El verano había llegado a Madrid y moría de calor, pero ahora ni dinero tenía para un ventilador. 

Bajó las escaleras abrió la puerta y vio el rostro de su novia lleno de lágrimas. 

⏤¿Qué pasó? ⏤ preguntó preocupado. 

Sabina se echó a sus brazos y lo abrazó fuerte ⏤ Mi abuelo, se está muriendo ⏤ comentó, y Cho supo que la noticia que le habían dado era esa. 

⏤ ¿Cómo? 

⏤ Su hígado, todo empeoró… y yo… ¡se va a morir Cho! ⏤ le dijo, para soltarse a llorar de nuevo. ⏤ Mi abuelito se va a morir y ya no lo veré más. 

Él la abrazó fuerte, y la consoló como pudo. En ese momento sabía que su problema era mínimo y que debía hacer lo posible para poder estar ahí para ella. 

⏤ Lo siento, mucho… 

⏤ Me tengo que ir a México ya, y venía a decirte eso ⏤ le comentó. 

⏤ ¿Te vas? ⏤ preguntó Cho, asustado, porque ahora tenía el presentimiento de que posiblemente este sería el último momento que estaría con ella así, ya que si no lograba zafarse de lo de sus padres, la próxima visita sería en la cárcel. 

Sabina lo vio a los ojos.⏤ ¿Vamos? 

⏤ No, no puedo, Sirena ⏤ le contestó, en el tono más tierno, posible. 

⏤ No te preocupes por los gastos, iremos juntos en el avión y… 

⏤ No, no puedo ⏤ insistió. 

⏤ Pero, ¿por qué?, ¿te juro que no pasará nada?, y mi familia… 

⏤ No puedo Sabina…  ⏤ dijo más fuerte y ella abrió los ojos, bastante sorprendida. 

Lo dejó de abrazar y comentó.⏤ ¿Qué tienes? 

Cho suspiró ⏤ Sabi… 

⏤ ¿Dime qué tienes? ⏤ murmuró. 

⏤ Sabi, es muy largo de contar y… 

⏤ Pues tengo tiempo ⏤ insistió la chica, para, después, subir las escaleras e ir hacia el piso. 

Cho, cerró la puerta de la calle, subió junto con ella y después al entrar vio a Sabina senada sobre la cama. 

⏤ Al menos no me engañas ⏤ le habló. 

Cho negó ⏤ ¿De qué hablas?, jamás te engañaría. 

⏤ Pues entonces… ⏤ siguió ella insistiendo ⏤, te mando mensaje como loca desde hace días y no me respondes. No vienes a trabajar, Jaz me dice que estás pasando un mal rato y no me dices nada… pensé que me engañabas. 

⏤ No, Sirena, yo te amo más que a mi vida.

⏤ ¿Entonces?, ¿qué pasa?, ¿qué es lo que no me quieres decir? ⏤ insistió la chica. 

Cho suspiró, no sabía si era buen momento para decirle lo de sus padres, ya que ella tenía lo de su abuelo, pero, también sabía que si no le decía nada, Sabina no se iría en paz. 

⏤ ¡Venga! ⏤ le obligó. 

Cho tomó valor y le dijo ⏤ Sabi, estoy metido en un gran problema. 

Sabina hizo un rostro de no entender nada.⏤ ¿Problema? 

⏤ Sí ⏤ le aseguró ⏤, uno que no sé si podré zafarme y que puede atraer consecuencias graves. 

⏤ ¿Qué tan graves? 

⏤ Mucho muy grave. Yo, estoy metido en un problema de fraude por culpa de mis padres y lo más probable es que si no consigo las pruebas que me examinen, iré a la cárcel por un rato. 

⏤¡Qué! ⏤ expresó Sabina, asustada. Se levantó de la cama y fue hacia Cho. ⏤ No, claro que no, yo no dejaré que te metan a la cárcel. 

⏤ Sirena… 

⏤ Les diré a mis padres que te pongan el mejor abogado y… 

⏤ No ⏤ le prohibió Cho, sabiendo lo del Conglomerado ⏤, no les dirás nada, ¿vale?, ya me han dado mucho y no te quiero involucrar. 

⏤ Pero, pero… 

⏤ Sabina ⏤ le habló con fuerza Cho ⏤, no te metas, ¿quieres?, si la gente te relaciona con esto puedes perder todo, incluso tu familia puede salir perdiendo. Incluso, ahora que lo pienso, cuando esto salga a la luz, tú también saldrás involucrada y eso es lo que menos quiero. 

Sabina, con esos ojos marrones, lo vio con sorpresa y tristeza.⏤ ¿Qué me estás diciendo?, a caso…

Cho no sabía que insinuaba o no, pero, de pronto, lo que ambos estaban pensando eran lo más coherente. Sabina tenía mucho qué perder si el escándalo salía a la luz, como sus patrocinadores, su beca deportiva e incluso su prestigio; él ya no tenía nada. 

⏤ Creo que es lo mejor ⏤ se limitó a decir. 

⏤ ¡No!, ¡no! ⏤ habló ella enojada ⏤ no puedes pedirme que termine contigo. 

⏤ Es lo mejor Sabina… 

⏤ No, no lo es… ¿Qué no me quieres?, ¿Eh?, ¿qué no me amas?, me dijiste que me amarías por el resto de mi vida y mira con lo que me sales.

⏤ Sabi… 

⏤ No, no… ⏤ le dijo ella, para luego tomarlo del rostro ⏤ no me puedes decir que quieres terminar esto, te lo prohíbo Cho. 

⏤ Es lo mejor para ti. 

⏤ No, claro que no. 

⏤ ¡Sabina podría terminar preso! ⏤ le gritó Cho, en un tono jamás usado en su relación.⏤ ¿Eso es lo que deseas?, ¿andar con un preso?, desperdiciar tu vida a mi lado, ¿eh? Te estoy evitando un problema. 

⏤ Me estás haciendo rabiar, eso es lo que estás logrando ⏤ contestó firme, para luego alejarse. 

Cho, con lágrimas en los ojos, estaba más que convencido que la opción era esa, no quería joderle la vida como él ya la tenía. 

⏤ Pues si no lo quiere decir tú, lo diré yo. Sabina, terminamos ⏤ pronunció la frase y ella negó con la cabeza. 

⏤ Ahora dímelo viéndome a los ojos ⏤ le pidió la chica, que no paraba de llorar. 

⏤ Sabina… ⏤ dijo él con la voz entre cortada. Y de pronto, el móvil de la chica los interrumpió. 

Sabina vio el mensaje y al darse cuenta de que era momento de partir, le dijo.⏤ Tú me prometiste que me amarías hasta la muerte y hoy me estás rompiendo el corazón. Me iré dos meses a México y… ⏤ trató de seguir, pero las lágrimas le ganaron. ⏤ Te amo, Adrián Cho, solo dime que te retractas de lo que dijiste, solo dime que me amas, te lo pido ⏤ le rogó, sin poder dejar de llorar.  

Cho desvió la mirada, estaba demasiado confundido ahora, y no soportaba ver a Sabina así, pero, la locura había llegado a su mente y sabía que si quería mantenerla a salvo, esta era una opción. 

⏤ Solo vete, Sabina… haz tus cosas, sé feliz ⏤ le contestó. 

⏤ Ya era feliz ⏤ habló la Sirena.

Y lo último que escuchó fue al amor de su vida, bajar las escaleras en un llanto total; en ese preciso momento supo lo que había hecho, y le dolió hasta el alma.

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