Final del verano
Había sido el verano más largo y terrible para Sabina y Cho. Ella había perdido a sus dos abuelos y Cho, todo, absolutamente todo. Había pasado en trámites, oficinas y abogados todo ese tiempo y, sobre todo, tratando de ver como zafarse de lo que sus padres le habían hecho.
Había dejado de comer bien, su entrenador le dijo que ya no podía seguir porque la beca había sido cancelada por la acusación y si no fuera por Jaz, se hubiese quedado sin casa, así que le consolaba saber que podía seguir durmiendo bajo un techo.
Cho, no tenía dinero, no tenía ganas y por más que trataba de ver todo positivo cada obstáculo que le ponían, mientras él trataba de probar su inocencia, le tumbaba por completo. Las noticias ya se habían enterado del desfalco, y no faltaba mucho para que este circo mediático llegara a oídos de Sabina, si no es que ya había llegado a los de sus padres.
Ella regresaba en dos días a Madrid y, aunque se habían enviado mensajes, bastante pocos, para comunicarse principalmente por el fallecimiento de sus abuelos, no habían hablado aún para saber el rumbo de su relación. Sin embargo, Cho pensaba que entre más lejos estuviesen, mucho mejor para ella, no quería involucrarla.
⏤ Hubiese sido abogado si hubiese sabido cuánto ganan ⏤ se quejó el chico, mientras leía otro recibo de honorarios del abogado que le habían asignado. Con este, ya llevaba varios vencidos y aunque Cho ya había vendido ciertas pertenencias para pagarlos, no era suficiente.
⏤ ¿Cuánto necesitas? ⏤ preguntó Jaz, por milésima vez en el mes.
⏤ Nada, Jaz, nada ⏤ le comentó Cho, ya que no quería que siguiera dándole cosas ⏤, con que me des casa y trabajo, estoy feliz.
⏤ Sí, pero todo tu salario se va en el abogado, y si sigues dándole las propinas a Pilar, no tendrás nada.
⏤ Pilar se merece las propinas, pasó su verano aquí y merece recompensa.
⏤ Cho… ⏤ le pidió Jaz, al ver que el chico no entendía lo que pasaba.⏤ Debes pagar el abogado, si no en cualquier momento dejará tu caso de lado.
⏤¡Qué caso! ⏤ expresó Cho, enojado ⏤ ¿el caso dónde pierdo y me meten a la cárcel?, ¿ese caso?
⏤ Hijo, no te desesperes… El abogado está haciendo un buen trabajo. Verás que esto se acaba más pronto de lo que crees.
⏤ Sí, cuando yo esté en la cárcel ⏤ contestó de nuevo, luego suspiró ⏤, lo siento, es que ya no puedo más. Le doy vueltas al asunto, pensando en todo esto y no dejo de preguntarme ¿quién le haría esto a su hijo?, ¿por qué mi hermana no me ayuda?, ¿qué estoy pagando? Además, extraño a Sabina como loco y me parte el corazón tener que alejarla.
⏤ Lo haces porque quieres. Tal vez eso necesitas que esté contigo y te ayude a pasar el trago amargo.
⏤ Jaz, ¿no has visto las noticias?, ¿qué no viste a los reporteros cuando salí del juzgado la otra vez? Sabina está a salvo y su familia está lejos de esto, no quero involucrarlos. Todo está mejor así.
⏤ Si tú lo dices ⏤ contestó Jaz, rendido. Al parecer hoy era uno de esos días donde Cho estaba de necio, y no quería escuchar razones.
Aun así, lo comprendía, ¿qué padres le harían eso a su hijo?, y lo peor, echarle la culpa de algo tan grave. Si hubiese un concurso del padre más mierda, seguro el de Cho ganaría.
En eso, la puerta de la cafetería se abrió un una pequeña rubia, de ojos azules, entró un poco desorientada. Después, al ver a Cho, corrió hacia él y lo abrazó fuerte de la pierna. Él se sorprendió
⏤ ¡Chou!, te encontré ⏤ expresó Jo, mientras no lo soltaba.
Adrián volteó a ver a la pequeñita y asombrado la cargo entre sus brazos ⏤ ¿Qué haces aquí? ⏤ preguntó, para luego ver si Jon la seguía detrás o entraba Sabina.
⏤ ¡Sabía que era por aquí!
⏤ Jo, ¿viniste sola? ⏤ inquirió Cho, al ver que no había otro adulto.
Jo lo miró a los ojos y le sonrío ⏤ no te enojes, ¿sí?, te voy a explicar, pero no te enojes.
⏤ Jo… ⏤ murmuró el chico, mientras acariciaba su rostro.
⏤ Mi mamá nos dejó un poco con la niñera porque necesitaba ir a ver unas cosas. Nos trajo al parque que hay por aquí y yo recordé que trabajas en esta calle. Así que me escapé para verte.
⏤ ¡Ay, Dios! ⏤ expresó el chico, para luego tomar su móvil y comenzar a buscar el teléfono de la pobre niñera que ya no sabía ni qué hacer.
⏤ No, no, espera ⏤ le rogó la niña, mientras los ojos se le cristalizaban ⏤, no me acuses aún, yo solo quería verte.
⏤ No te acusaré, pero es indispensable que ella sepa dónde estás.
⏤ Sí, pero hazlo después de que te cuente, es que te quería ver.
Jaz, puso sobre la barra una malteada de chocolate, de esas que tanto le gustaban a Jo, y después de que Cho la tomara, llevó a la niña a una de las mesas de la cafetería y se sentó con ella.
Jo tomó unos sorbos de la malteada y le agradeció a Jaz que seguía en la barra. Después se topó de frente con la mirada de Cho.⏤ Tienes diez minutos, Jo.
⏤ Bueno, pero no te enojes ⏤ le pidió la niña, y Cho sonrío. Luego tomó otro sorbo y le dijo.⏤ Cho, ¿qué ya no nos quieres?
Cho negó con la cabeza.⏤ Jamás dejaré de quererlos, jamás.
⏤ ¿Entonces por qué ya no estás con nosotros? ⏤ preguntó tierna.
⏤ Bueno, es que… ⏤ Pero Cho no pudo contestar nada, no había razones que una niña de siete años pudiese entender. ⏤ No es que no los quiera, Jo, al contrario, los quiero muchísimo y esa es la razón por la que me he mantenido alejado.
⏤ Pero es que te extrañamos. Jon y yo hemos visto mucho llorar a mi hermana y no es precisamente por mis abuelos o por Poncho.
⏤ ¿Qué le pasó a Poncho Dog?
⏤ Se murió ⏤ contestó la niña sin filtro. De pronto, Jo se puso a llorar y aunque Cho sabía que no era precisamente por el perro, quiso pensar que sí. ⏤ Llegamos de México y la guardería canina nos dijo que había muerto dormido, de viejito. Lo extraño mucho.
El chico se levantó de su asiento y se sentó al lado de la niña y la abrazó. Este verano todos sufrían, hasta los pequeños, y solo de ver a su chica favorita llorar Cho se ponía muy triste. Si pudiese tan solo hacer algo.
⏤ Yo te quiero mucho, Cho. No dejes de querernos, ¿quieres? Bina, también te quiere mucho, mis abuelos te querían.
Cho la abrazó fuerte y en ese momento tenía ganas de soltarse a llorar, como niño pequeño, pero se mantuvo fuerte.
⏤ Te juro que no los dejo de querer, jamás los dejaré de querer.
⏤ ¿Entonces?, regresarás a la casa. El próximo sábado hay una fiesta, ¿puedes ir?
⏤ ¿Una fiesta?
⏤ En honor a mis abuelos, di que si ⏤ le rogó la niña.
Cho la vio a los ojos y asintió.⏤ Sí, pero es nuestro secreto.
⏤¡Gracias! ⏤ expresó la niña, para luego echarse a su cuello.⏤ Te quiero mucho, Cho.
⏤ Yo te quiero más, traviesa. Ahora, prométeme que no te volverás a escapar así.
⏤ Lo prometo.
⏤ Y que ahora que regresemos con la niñera le pedirás perdón por escaparte.
⏤ ¡Está bien!, ¿pero puedo tomarme primero la malteada y llevarle una a Jon? ⏤ negoció.
Cho sonrío ⏤ Vale, y una a la niñera, aunque creo que la leche le caerá pesada.
Jo le dio un beso sobre la mejilla, para luego darle un sorbo a la bebida, Cho le secó las lágrimas, y para luego darle un beso sobre el cabello.
Al parecer, si Cho intentaba mantenerse lejos de los Carter, le sería imposible, y ahora, después de dos meses de ausencia, volvería a verlos, especialmente a su Sirena.