Karl
Se suponía que esta sería nuestra primera Navidad juntos, Alegra y yo. No obstante, debido a mis obligaciones laborales, no podrá ser así. Por lo tanto, no nos ha quedado más opción que adelantar las festividades y celebrar antes de que mi esposa parta hacia Madrid para reunirse con su familia.
Confieso que, por primera vez, siento resentimiento porque mi trabajo se interpone en mi vida personal. No obstante, esta vez solo necesitaré quedarme de guardia en la clínica para luego organizar mis vacaciones y así disfrutar la próxima Navidad con mis hijos. Considero este pequeño sacrificio como una inversión en un bien mayor.
Al principio, Alegra no estaba completamente de acuerdo con que me tocara estar de guardia, aunque nunca expresó que no debería hacerlo. Una de las grandes ventajas de estar con Alegra, además de su belleza, inteligencia, comprensión y pasión, y su habilidad única para bailar, es que su padre también es médico. Está acostumbrada a este tipo de ausencias, comprendiendo que son comunes en la profesión médica.
Nos entristece, en verdad, que yo no vaya a Madrid, que forme parte de la foto familiar que ya es tradición todas las Navidades y, sobre todo, de que la vaya a pasar solo en la casa, aunque le prometí que en Año Nuevo viajaría de manera express para pasarlo con ella y así enmendar un poco mi ausencia; eso la alegró un poco.
Sin embargo, Alegra y yo no nos íbamos a quedar atrás, y planeamos una cena de Navidad íntima para, al menos, tener una velada tranquila y llena de emoción. Hemos decorado la casa, ordenado una cena sencilla y comprado regalos que, ahora, se encuentra debajo del arbolito. Incluso, tenemos planeado una sesión de fotos navideñas, como un testimonio de que esta será la última Navidad, que seremos dos, porque la próxima, ya seremos cuatro.
Debo admitir que estoy emocionado por lo que pasará, pero, me agrada la idea de que Alegra y yo aún tengamos la oportunidad de pasar esta festividad juntos y solos, y disfrutar de todo; luego nos convertiremos en padres.
Alegra y yo decidimos que nuestra cena sería el menú de un restaurante italiano local, nuestro favorito del rumbo. Juntos cenamos una Bruschetta al Pomodoro e Basilico, una Pasta al Pesto Genovese, Melanzane alla Parmigiana que son berenjenas horneadas con salsa de tomate y queso mozzarella. De postre pedimos un Tiramisù Classico, el cual comeremos después de abrir los regalos y la sesión de fotos.
Mi mujer se acerca hacia mí, luciendo un largo y abrigado suéter navideño que adquirió hace unos días, combinado con unos leggings negros de maternidad que realzan su vientre abultado de manera redonda y estilizada. Aparece con una sonrisa radiante, llevando consigo un regalo y un gorrito navideño sobre la cabeza, lo que no puedo evitar que me dibuje una sonrisa en el rostro.
—¿Listo para abrir tu regalo? —me pregunta, para después sentarse sobre mis piernas.
Pongo la mano sobre su vientre y lo acaricio.
—Ellos son mi regalo.
Alegra sonríe.
—Bueno, pues eres muy afortunado, porque esta Navidad obtendrás otro regalo. —Alegra me da la caja y emocionada me pide—:ábrelo, quiero ver si te gusta.
Entonces, con alegría, abro la caja para descubrir otra más pequeña de terciopelo color negro.
—¿A caso me regalarás joyas? —inquiero y ella sonríe—. Entonces la licuadora que te regalaré será un pésimo regalo.
—¡Karl! —me reclama entre risas—. Espera, ¿a caso esa es una broma? —pregunta, bastante sorprendida.
—Al parecer, el convivir contigo me ha permitido aprender cómo hacerlas.
—¡Mi Karl hace bromas! —expresa, emocionada, para envolver sus brazos en mi cuello y darme un beso—. Es el mejor regalo.
—Bueno, pues, tal vez tú también obtengas otro regalo, además de eso.
Alegra se muerde el labio, expectante.
—Vamos, ábrelo. —Me anima.
Así, abro la caja de terciopelo y revelo un hermoso brazalete de color dorado, con un código en grabado en la parte de arriba, al parecer, es un análisis de ECG.
—¿Qué es esto? —pregunto, viéndolo más de cerca.
—Mi corazón —contesta, sin titubear. Alzo la mirada y ella me sonríe—. Esa interpretación que está grabada es el latido de mi corazón. Pero es especial, porque, es justo el momento cuando pienso en ti.
En ese momento, Alegra toma su móvil y abriendo una aplicación, pasa la cámara por el análisis de ECG y el sonido de su corazón se escucha claramente. Yo sonrío, y le doy un beso sobre los labios.
—Me encanta —expreso, emocionado—. En verdad es un regalo muy personal y significativo.
—Con este regalo quería decirte que no solamente tienes mi corazón de forma subjetiva, sino ahora, en una forma física. Yo me hice uno igual, pero trae los latidos del corazón de nuestros hijos. —Me presume, y revelado su propio brazalete, hace lo mismo que hizo con la cámara y se escuchan los latidos de uno de mis pequeños—. Este es el de Maël. —Indica—. Y este es el de Davide.
—Se escuchan tan diferentes —contesto, y ella asiente.
—Cuando nazcan, te haré otro brazalete con sus corazones, para que también los tengas grabados.
—Me encantaría —admito. La beso sobre los labios—. Gracias, amor.
—No hay nada que agradecer. En verdad me emocionaba mucho que lo tuvieses.
—¿Lista para el mío?
—Sí.
Le pido a Alegra de que se ponga de pie, y camino fuera de la sala para traer mi regalo. El empaque es alto y grande, como del tamaño de un espejo mediano. Alegra, sonríe.
—¿Dónde lo escondiste?, ¿no quedamos que todo iba bajo el árbol? —me pregunta.
—Si ponía este, iba a llamar mucho la atención y las preguntas iniciarían.
—Tienes un buen punto —admite.
Me acerco a ella y saco de mi bolso trasero un sobre y se lo entrego.
—¿Entonces no son joyas? —inquire entre sonrisas.
—Venga, ábrelo.
Alegra toma el sobre y con mucha expectativa lo abre. Comienza a leer lo que está escrito.
—Alegra. Desearía poder regalarte el mundo entero, llenarlo de momentos felices y recuerdos que perduren para siempre. Pero mientras eso pueda ser un sueño lejano, quiero obsequiarte algo tan eterno como nuestro amor: una estrella con tu nombre. —¿Es en serio, Karl? —me pregunta emocionada.
—Así es, sigue leyendo.
—Que esta estrella en el cielo sea un recordatorio de que mi amor perdurará más allá del tiempo y del espacio. Así como las estrellas iluminan la oscuridad del cielo, tu amor ilumina cada rincón y momento de mi vida. Mi amor siempre brilla, resplandece con tal intensidad que las demás estrellas podrían sentir envidia. Te amo, Karl. —Alegra deja de leer y me ve a los ojos—. Me regalaste una estrella, Karl Johansson, ¡me regalaste una estrella! —expresa emocionada, y me abraza para darme un beso sobre los labios.
—¿Te gustó?
—Me encanta. Muchas gracias.
—Ahora, abre este. —Le pido y le muestro el regalo.
Ella, con la emoción a flor de piel, comienza a romper el papel que lo envuelve y se sorprende al ver que es una foto de su rostro, pero con pequeños detalles que la hacen única.
—¿Qué es esto?
—Admitiré que la idea inicial fue mía, pero, tu madre la perfeccionó. Ven, acércate.
Ella se acerca aún más a la fotografía y sonríe al notar que su rostro está hecho de pequeñas fotos.
—Somos nosotros —expresa—. Pero, espera… yo no tomé estas fotografías.
—Las tomé yo —admito—. Todas las hago mientras no te das cuenta. Cuando estás inmersa en tu mundo o simplemente cuando te ves hermosa.
Entonces, Alegra ve esas pequeñas imágenes de nuestra vida diaria, las que yo capturo. Ahí está la Alegra sonriente, la emocionada, la que toma el sol cerca de la ventana, la que duerme enredada en las cobijas, la observadora. La Alegra de que me enamora cada día.
—¡Me encanta! —expresa con lágrimas.
—Cuando vayas a Madrid, dale las gracias a tu madre. La pobre recibió más de dos mil fotos para lograr los tonos.
—Lo haré —me dice, para luego darme un beso sobre los labios—. Te amo, Karl Johansson, te amo más que a nadie en el mundo.
—Y yo te amo más, mi hermosa.
Ambos nos damos un beso corto, pero que expresa todo lo que sentimos en ese momento. Después, ella se separa y cambiando el ambiente me dice.
—También, te tengo un regalo extra, pero, no sé qué tan conveniente sea que yo te lo dé.
—¿Otro? —inquiero.
—Sí… pero, creo que debería dejarlo para otra ocasión.
—No, es Navidad, hoy es la ocasión.
Ella se muerde los labios y va hacia el árbol de Navidad y me trae el regalo. Me pide que lo abra y que vea lo que está adentro. Sin embargo, al abrir la caja me percato que está vacía.
—Aquí no hay nada —le comento.
—¡Ups! —expresa de manera pícara—. Creo que olvidé que lo traigo puesto.
—¿Puesto? —inquiero, sonriéndo.
—Así es…
Alegra, se quita el suéter y, debajo de este, trae un hermoso sostén rojo de encaje que enmarca sus hermosos pechos.
—¿Te gusta? —me pregunta.
Esto es lo que amo de Alegra. Cómo puede hacer un momento romántico, sexy, y lo mucho que cambia de un estado al otro. Hace momentos me regaló su corazón, ahora, estopa deseosa de que le haga el amor.
—Me encanta… —hablo, sintiendo cómo mi cuerpo reacciona ante dicha imagen.
—Sé que no me veo tan bien como hace tiempo y que puede que el vientre…
Me acerco a ella y le prohíbo que siga hablando, poniendo suavemente mi dedo sobre sus labios.
—Eres la mujer más hermosa del mundo. Te amo.
Alegra se muerde el labio. Acto seguido, coloca sus manos sobre mi pecho y comienza a acariciarlo. Ella sabe que ese movimiento me vuelve loco y que es lo que necesito para que inicie todo.
Sus manos viajan hacia la orilla de mi suéter y, levantándolo, mete las manos para subir mi camisa y tocar mi pecho.
—¿Tienes frío? —me pregunta.
—Ahora ya no —respondo, y en un movimiento me quito el suérter y la camisa, descubriendo mi torso.
—¡Dios, sí que eres guapo!
Sonrío.
—De casualidad, ¿hay algo que acompañe ese sostén? —inquiero.
Alegra asiente con la cabeza.
—Sí, pero, necesitaré tu ayuda para quitarme estos leggins. El vientre ya no me permite agacharme —contesta, y ambos nos reímos.
—Yo te ayudo, el doctor Karl siempre está dispuesto a ayudar en estos procesos tan complicados —le digo esto, mientras mis labios ya exploran su cuello y, mis manos, acarician su rostro.
Las cosas comienzan a calentarse, justamente cuando mis labios baja sus leggins, y los despojan de ellos.
—¿Seguro que quieres seguir haciéndome el amor? —me pregunta.
Sin embargo, yo ya no contesto nada. Continúo besándola y acariciándola hasta que ella se deja llevar por el momento. Sus manos comienzan a despojarme de la ropa que aún queda sobre mi cuerpo. En un momento atrevido, ella me empuja levemente hacia el sofá y yo caigo sentado sobre él.
—Pues si no te importa. Creo que he sido una niña muy buena y necesito reclamar mi regalo favorito.
Sonrío.
—Y yo te lo daré, solo que hace falta algo que me prometiste —le comento.
Ella niega con la cabeza.
—¿Quién te dijo que el conjunto de lencería estaba completo? —Y al decir esto, Alegra saca de una bolsa un gorro navideño y lo pone sobre su cabeza — ¿Me harás decir “jo, jo, jo”? —inquiere.
Con cuidado, la tomo de la cintura y permito que se siente ahorcajadas sobre mí. Ella se ríe.
—¿Sientes eso? —le pregunto y ella asiente—. Es el regalo personalizado que Papá Noel te ha traído. Si gustas, puedes jugar con él en este momento.
Alegra baja su mano y toca mi miembro, evidentemente excitado.
—Primero, tendría que desenvolverlo, ¿no? —me pregunta.
Siento como su mano baja mi bóxer y momento después, mi erección se revela.
—¿Qué te parece si hacemos de esta noche una no tan silenciosa? —le comento, dando referencia al villancico de “Silent night”.
Alegra, se ríe bajito, para después, sonrojarse.
—Bueno, pues, ¿qué esperamos para estrenar ese bonito juguete que me ha traído Papá Noel? —me pregunta, para comenzar a besar mi pecho, pasando sus hermosos y calientes labios sobre él.
—Te daré la mejor Navidad de tu vida —contesto.
Después, ya no existen las palabras. Solo los besos, las caricias que, acompañadas de gemidos, hacen que nuestra sala se convierta en el mejor lugar para amarnos. No cabe duda, que tanto Alegra como yo hemos hecho de nuestra relación algo estable y especial, y que ambos estamos perdidamente enamorados el uno del otro.
Ya sea con detalles dulces, o pasando noches calientes, ella y yo estamos hechos para estar juntos y pronto, el resultado de nuestro amor estará entre nuestros brazos.
Sí, es verdad, no puedo esperar a que mis hijos lleguen, pero, mientras tanto, disfruto de estos momentos sexis con mi mujer, mientras la escucho gemir sobre mi cuerpo, mientras sus caderas se mueven al ritmo que le causa más placer.
Las ganas se acumulan, los cuerpos elevan la temperatura y, momentos después, ambos terminamos de hacer el amor, gritando con fuerza, mientras nuestros cuerpos se tensan para después relajarse.
Ambos nos encontramos cubiertos en sudor, con el corazón latiendo a mil por hora y con una sonrisa en los labios.
—Feliz Navidad, Karl Johansson —me murmura.
—Feliz Navidad, Alegra Canarias —respondo, acariciando su rostro.
Ella besa mis labios y después, me da una sonrisa pícara.
—Esto aún no ha terminado. Tienes que dejarme muy feliz porque serán dos semanas sin ti —comenta coqueta.
Yo sonrío.
—Esa es la niña mala que me gusta —contesto, para después, hundirme en sus labios y comenzar de nuevo.
Ana Martínez
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Wow me encanta. Que lindo regalo lo del latido cardiaco. Me encantó. Me encantan como pareja, par de locos. Hermoso capitulo ❤️❤️❤️❤️❤️
Uffff🔥🔥🔥 que manera de celebrar una feliz navidad 🥰❤️ Alegra y Karl son geniales 💪🏻👏🏻
Se regalaron de todo este par!! 🔥
Este par son puero fuego❤️🔥, gusta la complicidad que tienen, la forma de conocersen y de complementar el otro. 💕
Ellos dos son fuego y me encanta 💖
No serían Alegra y Karl, si no dan regalos de esa categoría jajajajaja
Ellos juntos son fuego <3
JAJAJA, digo JO JO JO, estos dos hacen mis mañanas divertidas!!! son tal para cual
Yo quiero uno de esos brazaletes 🤗🤗🤗🤗
Este par son fuego puro 😍🔥
❤️❤️❤️❤️
Wow esa navidad tuvo un poco de todo , pero lo que reinó fue el amor que se profesan y sí que hubo calorcito jajaj
Me encantó el regalo de las pulseras.
Me encantó el regalo de las pulseras.
Ese invierno tan caluroso en el hogar de este par de bellezas… Aprovechen que luego el llanto será el ruido jajaja
Que bellos son esos dos… Me encanta la personalidad de Karl…
😜🔥😍
Me encantan esos dos…
Me encantannnnn
Feliz Navidad!!! que buenos regalos jajajajajaja
Alegra y Karl son la combinación perfecta entre romance y pasión ❤️❤️🔥🔥
Por qué son tan tiernos??? Los amo, son ma pareja perfecta ❤️
Nada que envidiarle a David y Luz.
Alegra y Karl son puro fuego, me encantó esta pareja
Que bonitos regalos se dieron y el extra uff 🥰🥰🥰🙈🙈🙈 son únicos como si amor 🥰🥰💙💙
Karl y Alegra son tremendos. Me encantan.