Lila
Diciembre – Madrid
El vuelo de México a Madrid nunca antes me había parecido tan extenso ni tan pesado como en esta ocasión, y supongo que tiene que ver con el hecho de que ahora cargo con una bebé en mi vientre y la emoción de reunirme con mi familia después de tanto tiempo lejos de ellos. Los he extrañado intensamente.
Esta es la primera vez que paso tanto tiempo sola, sin ningún familiar cercano. Cuando me mudé a Nueva York, mi hermana gemela me acompañaba, y mis padres y hermanos solían viajar con facilidad para visitarnos, compartiendo muchas Navidades memorables allí. No obstante, ahora, con Sila y sus cuatro hijos, Alegra embarazada y David forjando su propio camino, se complicó coordinar encuentros.
Desde el momento en que bajé del avión, la emoción se apoderó de mí, aunque también experimenté cierto temor. Había dejado Madrid debido a las amenazas de los Karagiannis, y ahora me encontraba de vuelta. No obstante, no permitiré que eso arruine mi alegría y mi entusiasmo por celebrar, abrazar a mi hermana gemela, a Sila y a mi pequeño hermano David. Estoy decidida a disfrutar de mi familia y, sobre todo, a celebrar la Navidad con mi abuela, a quien he extrañado enormemente.
Pablo también se ha unido a mí en este viaje. Inicialmente, tenía planeado pasar la Navidad con su abuela en Veracruz, y su familia estaba preparada para reunirse allí. Sin embargo, hubo un cambio de planes de último momento. Finalmente, Xóchitl, su madre, logró persuadir a su abuela para celebrar la Navidad aquí, y todos reorganizaron sus planes para estar juntos como familia.
A pesar de que le pedí que pasara la Navidad conmigo, ya que ahora somos pareja, Pablo insistió en celebrar con su familia. Argumentó que su abuela, que está en Madrid por primera vez, merece esa experiencia, y él no quiere perderse compartir ese momento especial con ella. Además, siendo consciente de la presencia de Antonio en las festividades, desea darle ese momento sin distracciones, ya que sabe que tendrá bastante presión sobre sus hombros.
En mi familia, se tiene la tradición de presentar a la persona con la que se planea construir una vida en un sábado de waffles y oficializarlo durante la Navidad. Sin embargo, con Antonio, ni siquiera hubo oportunidad de presentarlo de esa manera, y ahora, solo lo haré como el padre de mi hija y nada más. Sería ideal que Pablo estuviera presente para ser presentado como mi pareja, pero los tiempos no parecen acomodarse; supongo que en algún momento sucederá.
⎯Además, ya he pasado muchas navidades con ustedes. ⎯Me recuerda, mientras vamos de camino a casa de mis padres en una de las camionetas del Congolmerado. Antonio le pidió a mi padre que me enviara una, así podría estar cuidada por uno de los guardaespaldas de mi tía Julie. La verdad, es que no estoy acostumbrada a traer seguridad, pero, si mi papá lo ordena, debo aceptarlo⎯. Una que no esté no pasará nada.
⎯Pero, es una Navidad importante; tú sabes por qué ⎯respondo.
Pablo me sonríe. Con su mano acaricia mi rostro y me da un beso suave sobre los labios.
⎯Sé que es importante para ti, lo reconozco. Sin embargo, es la oportunidad de Antonio, de conocer a tu familia, convivir con ellos, aclarar las cosas. Hacer las cosas bien. Después, si gustas, puedo venir al sábado de waffles y anunciarles a todos lo que desees.
Sonrío.
⎯Está bien. Pero prométeme que en Navidad me llamarás.
⎯¿Llamarte? No solo haré eso, si no te enviaré un regalo. Será el más grande bajo el árbol.
⎯Más te vale ⎯respondo.
El chofer da la vuelta en la calle que lleva a mi casa, y el solo sentir la proximidad me pone nerviosa, como nunca antes en mi vida había pasado. Mi nena se mueve dentro de mí, supongo que nota mi nerviosismo.
⎯Mena se mueve ⎯le comento.
Pablo pone su mano sobre mi vientre y sonríe al sentir el movimiento.
⎯Menita, te prometo que nos volveremos a ver, para más pláticas profundas y cuentos ⎯dice, pegado a mi vientre.
⎯Mena extrañará tu voz.
⎯Y yo extrañaré a Mena ⎯contesta.
El auto se detiene, justo en frente del portón metálico de color gris. Las puertas se abren de par en par y puedo notar que la camioneta de mi padre está adentro, al igual que auto de Sila y Moríns.
⎯No puedo creer que tu padre tenga un patrimonio de millones de euros, y maneje una camioneta así ⎯habla Pablo, entre ligeras risas.
⎯Dice que en convertible no caben sus nietos ⎯respondo.
Sonrío al pensar que ahora llevará no solo cuatro, sino siete nietos.
Nos dirigimos hacia la cochera y, al detenerse la camioneta, Pablo abre la puerta y desciende. Poco después, abre la puerta de mi lado y me ayuda a bajar. Siento que mi cuerpo se mueve lentamente bajo el peso del vientre. No me quiero ni imaginar cómo se siente Alegra al cargar a dos bebés.
⎯Ven, te acompaño adentro. Después me iré a mi casa ⎯me explica.
Ambos nos dirigimos hacia la entrada de la casa, observando las luces que brillan a través de los ventanales. Al parecer, mis padres han optado por no cerrar las amplias persianas negras que cubren la vista de la sala.
Me doy cuenta de que mi hermana se levanta y se encamina hacia la entrada con entusiasmo. Alegra luce hermosa con su embarazo; su vientre está perfectamente redondeado y definido. Su cabello rizado parece lleno de vitalidad, con los rizos perfectamente marcados, y parece que no ha ganado ni un kilo.
⎯¡Llegaste! ⎯Es lo primero que escucho, cuando la puerta se abre y ella se para frente a mí⎯. Te ves hermosa, hermosa ⎯comenta. Mientras ve mi vientre y pone las manos sobre el suyo.
Alegra rompe en llanto. Se siente sumamente emocionada. Trata de abrazarme, pero nuestros vientres chocan levemente, y ambas nos reímos.
⎯Creo que mejor nos tomamos las manos ⎯le comento, y ella asiente con la cabeza⎯. Tu también te ves hermosa. Más que hermosa, perfecta.
⎯Basta. Sé que parezco una ballena. Aunque Karl me dice que es imposible porque yo no tengo aletas.
Ambas nos reímos. Mi hermana saluda a Pablo, y después toma mi mano.
⎯Vamos, tenemos mucho de qué hablar.
⎯Si, espera.
Me suelto de la mano de mi hermana y voy hacia Pablo para darle un beso sobre los labios.
⎯Te veo en tres días.
⎯Aquí estaré ⎯me contesta.
⎯Extráñame, yo te extrañaré ⎯le digo, y Pablo me besa con ternura.
⎯Cuida a Menita. Cuídate tú. Disfruta. Sáludame a tus padres.
⎯Gracias.
Se despide de mi hermana y luego da la vuelta para salir de la casa. Observo cómo se aleja y, de repente, un sentimiento de soledad me embarga. Pablo ha estado conmigo desde el primer día, y ahora que se va, reflexiono sobre todo lo que hemos vivido juntos: las citas médicas, los días difíciles, los arreglos en la casa y el apoyo que me ha brindado con mi nuevo negocio.
La mano de mi hermana me saca del trance.
⎯Vamos ⎯insisite.
Siguiéndola, entro a la casa y cuando veo a mis otros dos hermanos me suelto a llorar de emoción.
⎯¡David!, ¡Sila! ⎯expreso.
Mis hermanos se acercan a mí y se emocionan al ver mi vientre. David lo toca con ternura.
⎯¡No puedo creer que me vayas a hacer tío! ⎯exclama, emocionado.
⎯Eso me dijiste a mí ⎯dice Alegra.
⎯Pues es que tú también me harás tío, ¿qué quieres que te diga?
⎯No puedo creer que hasta en eso se coordinaran las dos. Sabían que la posibilidad de que las gemelas queden embarazadas al mismo tiempo es de…
⎯Un veinte por ciento. ⎯Agrega David⎯. Ya lo comentaste en el desayuno.
⎯Y la posibilidad de que mi hermano sea un fastidio, es de un cien por ciento ⎯habla Sila.
⎯¿Me estás diciendo fastidioso, sabelotodo?
⎯Sí, debo agregar sordo…
⎯No le digas sordo… ⎯reclama Alegra.
De pronto, mis hermanos se envuelven en una pelea, tal y como lo hacíamos cuándo eramos pequeños. No importa cuánto crezcamos, si una es madre y dos estamos embarazadas, siempre seremos hermanos y eso, nunca cambiará.
⎯¿Qué pasa aquí? ⎯pregunta mi madre, quién va entrando por la puerta del jardín.
⎯Ma, Sila me dijo fastidio y sordo ⎯dice, David. Para luego abrazarla.
⎯No le digan así a su hermanito. ⎯Lo defiende mi madre, como siempre, y David esboza una sonrisa y la besa.
⎯Gracias, mami ⎯contesta, y nosotros ponemos los ojos en blanco.
Mi madre, deja de abrazar a David y viene hacía mí. Pone sus manos sobre mi vientre y me sonríe.
⎯Bienvenida a tu hogar ⎯me dice, para luego abrazarme.
⎯Gracias ⎯ respondo, dejádome llevar por el momento.
⎯Vamos, tenemos una reunión en casa de tus tíos.
Así, todos comenzamos a caminar hacia el jardín de nuestra casa, para dirigirnos al jardín de mis tíos Ainhoa y Manuel. El solo caminar por aquí, me hace sonreír. Pensar que mi hija podría jugar por el enorme terreno familiar, me da ilusiones. Recuerdo que cuando llegamos de México, la primera vez, pensaba que esto era un bosque, y que era imposible recorrerlo en un solo día. Ahora, mi perspectiva ha cambiado, pero aún se me hace bastante amplio.
Tan solo pasamos la reja que divide el terreno de mi tío con el nuestro, David me toma de la mano y Alegra, me cubre los ojos.
⎯¿Qué pasa? ⎯inquiero⎯. Si me cubren los ojos, me podré caer.
⎯No, no pasará nada. Ya lo hicimos con Alegra cuando llegó y ahora te toca a ti. Es una sorpresa ⎯contesta Sila.
Continúo caminando, sintiendo la textura del pasto bajo las plantas de mis pies. Después, el terreno cambia a concreto, por lo que sé que ya estoy dentro de la terraza. Finalmente, entramos a la casa y, cuando mi hermana me quita el antifaz, una sonrisa se dibuja en mi rostro. Ahí, frente a mí, se encuentran mis tíos Ainhoa y Manuel, junto con mis primos Daniel y Manuel, y por supuesto, mi padre y mi abuela; ella se encuentra en una silla de ruedas. Moríns, también se encuentra de pie cargando a Eva, y mis sobrinos Fátima, Lolo y Luciano permanecen quietos, aunque les cuesta un poco.
⎯¡Nos hicieron un baby shower en conjunto! ⎯expresa Alegra, emocionada.
Noto toda la decoración. Los globos, en lugar de ser azules y rosas, son lilas y dorados. Un tablón enorme con comida y bebida se extiende ante mis ojos, al igual que una mesa donde yacen dos pasteles, uno con un letrero que dice “Soy una niña” y otro que dice: “Somos niños”. Una mesa de regalos con varios encima y, al fondo, una cortina dorada se despliega; supongo que es el área de fotos, y tiene un letrero encima que dice: ¡Échenle agua a los frijoles, porque llegan tres más!”.
⎯Fue idea de la abuela ⎯habla Tristán.
Mi abuela me sonríe, y yo le devuelvo la sonrisa.
⎯Es hermoso, abuela. Muchas gracias.
⎯No hay nada qué agradecer. Hicimos cuentas y nos percatamos, que esta será la única oportunidad de hacerles un baby shower juntas y con la familia reunida. Y de que yo podré ver a mis gemelas embarazadas.
⎯Y luego conocerás a tus bisnietos, ¿no abuela? ⎯pregunta, Alegra.
Mi abuela asiente. Solo espero que sea verdad.
⎯Tus tíos Julie y Robert y Jo y Jon no están, se fueron a pasar Navidad a Hawai con Sabina. Sin embargo, les dejaron sus regalos y prometieron estar en los nacimientos de los tres ⎯habla mi padre.
⎯Gracias ⎯expreso⎯. Todo es tan hermoso. Gracias por esta bienvenida…
Al ver a mi familia reunida, siento cómo mi corazón se llena de gozo. Nunca pensé que estar lejos de ellos me haría extrañarlos tanto. Ahora sé que nunca debí irme así, sin decirles nada. Cometí el error de tratar de resolverlo todo sola, y de pensar que yendome estaba haciendo un beneficio para ellos. Siempre hemos sido unidos, y debemos continuar así, sobre todo ahora que seré madre y que necesitaré de sus consejos.
Sé que es un momento de felicidad, sin embargo, me quiebro. Todo lo que he estado guardando durante meses llega a mí de golpe, y me hace confesar en lágrimas.
⎯Quiero pedirles una disculpa por todo lo que he hecho.
⎯No, mi Lila ⎯contesta mi tío Manuel.
⎯No, es verdad. Quiero pedirles disculpas por preocuparlos, por alejarme y ocultar cosas. Sé que no debía hacerlo, que debí acercarme a ustedes y adobar las situación de otra manera. Les prometo, que jamás volverá a pasar, y que a partir de hoy todo será transparente. Todo será a nuestra manera, como siempre lo ha sido.
Mi padre se acerca a mí y me da un abrazo que me reconforta.
⎯Ya pasó. No hay nada que perdonar.
⎯Ahora, ¿qué les parece si abrimos los regalos? ⎯comenta mi Tía Ainhoa, emocionada. Ella va hacia la mesa y toma una bolsa de papel color rosa y me la entrega⎯. Ábrelo.
Con una sonrisa, abro la bolsa, meto la mano y saco el regalo. Mi sonrisa se hace más amplia cuando veo que es un pequeño tuto de color rosa.
⎯¡Es un mini tutu! ⎯ me dice emocionada⎯, para la pequeña Mena bailarina.
⎯La pequeña Mena bailarina ⎯pronuncio, mientras admiro el regalo, uno tan “tía Ainhoa”, que me hace muy feliz.
Me encanta regresar a mi hogar.
Que linda familia!!!
Nada como volver a casa
Y en particular, esa casa!❤️😍
Que bonito. Que reconfortante, volver al hogar con toda la familia. Y mas por esa familia, son unicos.que bello. ❤️❤️❤️❤️
Que emoción regresar a casa y ver a tu familia ☺️, y sobre todo ese encuentro de hermanas, ellas lo necesitaban.
Que bellos 🥰🥰🥰🥰💖
Awwwww que bello capítulo ❣️❣️❣️
Que lindo capitulo, el hogar jamás cambia <3
Mi Menita será bailarina???
El hogar nunca cambia!!! Envidio a esa familia y mucho!
🥰🥰🥰
Creo que Alegra se precipitó demaciado en la la relación que Pablo y la verdad me gusta que Pablo y es por muchos hombres fueran como el pero siento que se toma demasiadas atribuciones y que Lila lo permite por qué Mena tiene un papá y siento que dejan de lado Antonio. Que bueno es volver con la familia
Que lindo recibimiento y los hermanos siempre juntos que relación tan linda 🥰🥰🥰🥰💯💯 familar
Volver a cada siempre es especial 💕
La familia que permanece unida♥️
Hermoso reencuentro.
Que emotivo capitulo
Fatima y sus sabios consejos
El hogar es como el corazon de mamá pero aquí es el amor el corazon y el regazó de nuestra querida Ximena la que empezó con todos 😢🥰🥰🥰
Amo esta gran familia!!! Hermosa bienvenida 🫶🏼🥰
Que maravilloso la familia reunida de nuevo, amé ese rótulo, cuando yo voy a casa de mis hermanos les digo, échenle agua a la sopa que ya vamos para allá jajaja
Se me metió una basurita en los ojos de felicidad por esta bonita familia tan unida y llena de amor.