⏤ Positivo ⏤ murmuró Sabina en el baño de su casa.
Ella había esperado a que Cho se fuese a trabajar y que ella había salido temprano del trabajo para poder comprar la prueba de embarazo y hacérsela, ya que no quería presiones con respeto al resultado. Ahora, después de 5 minutos y de cubrirse los ojos mientras estaba sentada sobre la tapa del W.C., el resultado estaba ahí, era positivo.
⏤ ¡Ay Dios! ⏤ murmuró, mientras leía las dos franjas color azul en la prueba.
Las instrucciones eran claras, una franja, negativo, dos, positivo; no había vuelta atrás.
Dejó la prueba sobre el lavamanos y se sentó de nuevo sobre la tapa del W.C., luego suspiró profundo tratando de sobrellevar todos sus sentimientos y acomodar sus pensamientos.
⏤ No lo puedo creer ⏤ volvió a hablar sola, para luego levantarse y volver a ver la prueba. La tomó, sonrío y de pronto supo que la noticia no era tan mala, en realidad era positivo y tendría un bebé con el amor de su vida, con su guapo y simpático Cho.
Sabina se llevó la mano al vientre, y aun temblando de emoción lloró un poquito, no sabía si era de felicidad, de nervios o solo porque los sentimientos había aflorado por completo.
⏤ Necesito… ⏤ murmuró, para luego, tomar su móvil y marcarle a la única persona que podía ayudarla en este momento. Después de presionar un botón, la voz de su prima Sila se escuchó del otro lado.
⏤ ¿Hola? ⏤ preguntó, un poco agitada, suponiendo que estaba en una de sus tantos cambios de clase o en guardia.
⏤ ¿Estás ocupada? ⏤ preguntó con la voz un poco quebrada, ya que estaba tratando de guardar la compostura.
⏤ Algo, pero, dime.
⏤ Sila… ⏤ hizo una pausa larga, porque no sabía cómo decirlo, o, tal vez, al hacerlo se volvería realidad y ella tendría que asumir que dentro de unas 39 semanas aproximadamente sería madre ⏤ Estoy embarazada ⏤ al fin lo dijo, y sintió cómo todo su cuerpo lo asumió por un instante.
⏤ ¿Cómo? ⏤ se escuchó la voz de su prima, al otro lado del teléfono ⏤, ¿embarazada?
⏤ Sí, sí… Lo estoy. Ten, ten, tengo aquí las instrucciones ⏤ tartamudeo un poco ⏤ una franja, no, dos, si y yo tengo dos, entonces…
⏤ ¡Dios mío! ⏤ expresó Sila, en un tono bastante animado ⏤, es eso… y, ¿ya lo sabe Cho?
⏤ No, no, no ⏤ negó de inmediato la joven, mientras abría la puerta del baño y salía al fin después de un largo tiempo, encerrada ⏤, discutimos la posibilidad hoy por la mañana pero, hasta ahí. Así que aproveché que hoy salí temprano para hacerme la prueba sola y… es positivo.
El silencio se hizo, tanto Sila como Sabina seguían impactadas con la noticia. No les molestaba o se les hacía rara, en realidad en su familia, la mayoría de sus tías había sido madre joven, empezando por la misma madre de Sabina que la había tenido antes de los dieciocho años.
⏤ ¿Qué harás? ⏤ preguntó Sila, curiosa.
⏤ Pues… le diré a Cho, ¿qué más?, pero te pido que no le digas a mi madre si, se volvería loca y en este instante no quiero locuras, ya tenemos suficiente con el consultorio de Cho, el bar, y luego ahora esto. Él y yo queríamos, incluso, ampliar el piso pero… ⏤ y poniéndose Sabina la mano sobre el vientre, sonrió ⏤ Supongo que ya no.
⏤ ¡Voy a ser tía! ⏤ expresó, Sila.
⏤ Shhhh, aún no, espera ⏤ dijo Sabina entre risas.
⏤ Bueno, pues tienes que hacer una cita con un ginecólogo, tienes que ver cómo está y todo eso ⏤ le aconsejó Sila de inmediato.
⏤ ¿El tío Canarias no puede ver eso?
⏤ Claro que no ⏤ contestó Sila con obviedad ⏤, mi papá es pediatra, él ve a los bebés ya fuera del vientre, no mientras se forman, pero Ben, él es ginecólogo, si quieres puedo yo…
⏤ No, no, no, alto, alto ⏤ le pidió Sabina, al ver que su prima se estaba acelerando ⏤, vamos paso a paso. Primero le digo a Cho y después, a Ben. Pero tu callada, te lo pido, porque ya sabes que aquí uno enciende la llama y corre la pólvora.
⏤ Lo juro ⏤ respondió Sila para luego suspirar.⏤ Me tengo que ir, pero, me dices cualquier cosa… ¡Qué emoción! ⏤ expresó, para después terminar la llamada.
Sabina de nuevo se quedó en silencio en medio de la sala – comedor que tenían en el piso. Se quedó viendo por la ventana y pensando ¿cómo había sucedido esto si Cho y ella eran tan cuidadosos?
⏤ ¿Habrá sido ese fin de semana en Ibiza? ⏤ pensó, cuando se fueron todos en viaje familiar y ellos aprovecharon que todo salieron de compras para hacer una que otra travesura en la sauna de casa de los Canarias. Solo de acordarse, sonrió. ⏤ ¿Cómo le diré a Cho? ⏤ fue su segunda pregunta en alto, y de pronto pensó en miles de maneras.
¿Un regalo?, ¿un video?, ¿la típica caja con la prueba y unos zapatitos?, de pronto vio su reloj de pulsera y se dio cuenta de que no había tiempo, Cho llegaría en unos minutos y la noticia perdería su alegría si planeaba algo para mañana.
Así, Sabina fue a lavar la prueba de embarazo, se lavó ella misma las manos y fue hacia la cocina para sacar una de las tantas cenas pre- preparadas que hacían los findes de semana cuando cocinaban en lote. Escogió lo más “elegante” que se le ocurrió, una pasta al pesto y una ensalada cruda. Metió la comida al microondas, puso la mesa y luego pensó en poner la prueba ahí a la vista, pero, se dio cuenta de que sería antigénico.
⏤ ¿Cómo le dirás?, ¿cómo le vas a decir? ⏤ se preguntó, mientras ponía el servicio y sacaba los vasos.
Pero no hubo mucho tiempo para pensarlo, ya que, de repente, la puerta del piso se abrió y entró Cho cargando su mochila y una bolsa de la tintorería entre sus manos.
⏤ ¡Sirena! ⏤ expresó como siempre, para luego cerrar la puerta.⏤ Ya llegué y muero de hambre. Por cierto, recogí el traje de competencia de tu hermana, está increíble, mañana se lo llevaremos cuando vayamos a cenar con tus papás ⏤ habló, sin percatarse de que Sabina aún no salía de la cocina a recibirlo como siempre.
Cho, colgó el traje en el perchero de la entrada, dejó las llaves del auto sobre la conchita de plata que tenían en la mesa cercana a la puerta, para luego entrar y ver a Sabina de pie, con las manos atrás de su espalda y con una sonrisa que diferente a la que siempre le daba.
⏤ Huele delicioso, Sirena, ¿ves cómo te dije que la dieta no estaba tan mal? ⏤ bromeó, ya que como buenos deportistas seguían un régimen bastante estructurado. Después, al ver que Sabina seguía sin palabras, alzó la ceja y sonrío.⏤ ¿Qué pasa?, ¿todo bien?
Sabina suspiró, el tiempo se había terminado y tenía que revelar la verdad que le picaba, literal, en la palma de las manos.
⏤ Cho… ⏤ pronunció su nombre, y luego sin mucho más sacó la prueba escondida detrás de su espalda y sonrío.
Cho vio a Sabina, después la prueba y por un instante no pudo hacer mucha relación, hasta que su conectó los puntos. Tomó la prueba, y después de observarla esbozó una sonrisa. ⏤ ¿Dos es positivo, verdad? ⏤ preguntó.
Sabina, con lágrimas en los ojos, asintió con la cabeza. Después fue hacia su novio y lo abrazo; Cho hizo lo mismo.
⏤ Cho, vamos a ser papás ⏤ habló al fin Sabina, haciendo ese momento tan real como el sentimiento que había crecido entre los dos.
En eso, Cho se sintió abrumado por ese sentimiento, y no pudo evitar llorar de emoción. Sería padre, con la mujer de su vida, por ende, todo lo que había pasado, absolutamente todo, había valido la pena.
Ambos se separaron y se vieron a los ojos y de las lágrimas pasaron a la risa nerviosa.
⏤ Vamos a ser papás, Sirena ⏤ pronunció él, para luego cargarla entre sus brazos y darle unas vueltas haciéndola reír.
⏤ ¡Basta!, me harás volver el estómago ⏤ le dijo ella entre risas.
Cho, la bajó y cuando ella puso los pies sobre el suelo, acarició el rostro de Sabina y le dio un beso sobre los labios, cerrando con broche de oro ese momento.
⏤ No hay honor más grande que ser el padre de tus hijos, Sabina Carter, pronunció en un tono de ternura.
⏤ Y yo de ser la madre, los tuyos ⏤ respondió ella, para volverlo a besar.
Así, Cho y Sabina se quedaron abrazados en medio de esa habitación, con el único pensamiento: serían padres y eso era la prueba máxima del amor que por tantos años habían cosechado entre los dos. Hoy, era un día feliz.
Awww que bella noticia 😍 un Chocito o una Sabinita