Sabina abrió la puerta de su piso y caminó directo hacia el baño; Cho apenas logró cerrar la puerta. El camino de regreso fue completamente sepulcral, con un silencio tan frío que ni la nieve de afuera podría superarlo. Ella no quería hablar, Cho no sabía qué decir y, entre los dos, se guardó un pequeño luto, no al bebé que no había existido, sino a la idea, al sueño, a la ilusión que se había formado hoy por la mañana.
El portazo fue la alerta que Cho necesitaba. Sabina por el momento no lo quería cerca y estaba poniendo el único obstáculo que se permitía en la casa, la privacidad del baño.
Adrián fue a la cocina, tomó un vaso y se sirvió agua. Traía la boca seca, de todas las palabras que no había dicho y de tratar de no llorar porque en ese momento quería ser fuerte por Sabina, ya que sabía que ella, estaba destrozada.
Así, él sacó el móvil y aclarando la garganta llamó a Rulo, el otro barman que le ayudaba, solo para comunicarle que esa noche no iría a trabajar y que tendría que cubrirlo. El llanto de Sabina interrumpió la llamada, haciendo que él la terminara de inmediato y se dirigiera a la puerta del baño que estaba cerrada a piedra y lodo.
⏤ ¿Sirena? ⏤ preguntó Cho, mientras pegaba la frente a la madera ⏤ ¿me abres, por favor?
⏤ Está ocupado ⏤ fue lo único que escuchó, una respuesta muy tonta, pero supuso que no tenía mucha mente para decirle algo más estructurado.
⏤ Te lo pido, ábreme ⏤ rogó Cho.
Sabina le contestó con llanto, uno fuerte y bastante desgarrador. Cho simplemente se quedó afuera, sin tocar, ni insistir, no quería que su novia se volviese loca con los golpes en la puerta.
Escucharla llorar era en verdad horrible, quería tirar la puerta y entrar a abrazarla, pero la conocía, y Sabina necesitaba su privacidad. Él, optó por sentarse sobre el suelo, sintiendo la puerta en su espalda, para luego, esconder el rostro entre sus piernas y comenzar a llorar también.
Ambos se sentían fatal, les había dolido saber que por un breve instante habían sido padres y ahora, solo quedaba el recuerdo de una prueba de embarazo que marcaba positivo.
⏤ ¿Por qué nos pasa esto a nosotros? ⏤ escuchó la voz entre cortada de Sabina, para después soltar el llanto
⏤ ¿Qué nos pasa? ⏤ preguntó Cho.
⏤ Cuando estamos a punto de ser felices, muy felices, siempre pasa algo que lo arruina.
⏤ No digas eso ⏤ murmuró Cho.
⏤ ¡Claro que sí! ⏤ expresó Sabina, para luego abrir la puerta de golpe, haciendo que Cho se levantara de inmediato.
El rostro blanco de Sabina, ahora se encontraba completamente rojo, los ojos estaban del mismo color, y la expresión completamente desencajada. Ella estaba enojada, triste, decepcionada pero, sobre todo, dolida.
⏤ Cuando tuvimos nuestra primera cita, nos asaltaron.
⏤ Sabi ⏤ habló Cho.
⏤ Después, cuando éramos más felices, pasa lo de la cárcel. Y qué decir de tu accidente. Siempre hay algo que lo arruina, ¡siempre! ⏤ y al decir esto Sabina rompió en llanto. Esta vez, Cho la tomó entre sus brazos y la apretó fuerte contra su pecho. ⏤ ¡NO!
⏤ Sí ⏤ aseguró él, para ya no permitir que ella se zafara.
Sabina lloró sobre el pecho de su novio, apretando fuertemente, y dejando que todo fluyera. Se sentía mal, no solo le habían dicho que no estaba embarazada, sino que le habían hecho un legrado que le había revuelto el estómago.
⏤ Yo deseaba tanto tener este bebé ⏤ le confesó ⏤, ya me había hecho la ilusión de ser la madre de tus hijos.
⏤ Lo sé ⏤ murmuró Cho, acariciando su cabello largo y castaño ⏤, yo también estaba ilusionado.
⏤ Y luego, me hicieron esos análisis y… ⏤ y siguió llorando.
Cho le dio un beso sobre la coronilla y luego bajó a su frente.⏤ Sabina, sé que lo que te voy a decir es tonto, pero, somos jóvenes y estoy seguro de que podremos tener bebés más adelante.
⏤ ¿Y qué tal si no?, ¿qué tal si era nuestra única oportunidad? ⏤ preguntó en tono fatalista.
Cho negó con la cabeza, luego, se agachó para tomarla de las piernas y la cargó entre sus brazos. Sabina, aun llorando, se dejó llevar hacia la cama, donde ambos se recostaron. Él la pegó a su pecho y así, a oscuras, se quedaron viendo el techo con la poca luz que entraba por la ventana del balcón.
Con la mano que tenía libre, Cho acarició el cabello de su novia, mientras ella seguía llorando desconsoladamente. Esta vez el aroma a lavanda no lo tranquilizó como siempre lo hacía, solo llenó su nariz de un delicioso aroma.
⏤ Yo, deseo ser padre y más contigo ⏤ le dijo ⏤, sería hermoso saber que todo nuestro amor, y todo esto que vivimos, dio como fruto un bebé mitad tú y mitad yo. Sin embargo, yo te amo a ti, Sabina Carter, y si no podemos tener hijos, no me importaría porque yo estoy contigo por ti, por el amor que tengo, porque eres la mujer de mi vida. Sé que esto duele, y nos duele mucho a los dos, pero solo es una prueba más.
⏤ Estoy harta de las pruebas ⏤ contestó ella ⏤, ¿por qué siempre debe haber pruebas?, ¿la vida no nos puede dar algo sin tener que hacernos probar algo?, ¿sortear algún obstáculo? Dímelo, ¿ a poco todo el tiempo tendremos que competir para obtener cosas bonitas? ⏤ reflexionó.
Cho negó con la cabeza.⏤ Las pruebas nos enseñan a crecer. Tú y yo hemos vivido siempre en pruebas, mi corazón, y ¿qué es lo que siempre hacemos cuando fallamos una?
⏤ Lo intentamos de nuevo.
⏤ Entrenamos más fuerte, con más concentración y volvemos a hacerlo ⏤ le dijo con cariño, Adrián. ⏤ Esta es una prueba que no esperábamos y no superamos, pero ahora, estamos seguros de una cosa.
⏤ ¿De qué?
⏤ De que ambos queremos tener bebés ⏤ le murmuró ⏤ y que la próxima vez, lo haremos mejor.
Sabina sonrió por un leve instante, para luego acordarse del dolor que en ese momento sentía por la intervención. Se puso la mano sobre el vientre y lo acarició con ternura
⏤ Tal vez no era nuestro momento ⏤ comentó Sabina, con melancolía.
Adrián besó su frente.⏤ Llegará, ya lo verás. Y cuando sea nuestro momento, será el más feliz de nuestras vidas, te lo aseguro.
Sabina alzó la mirada y lo vio. Sus hermosos y pequeños ojos se hicieron aún más pequeños por la sonrisa tan sincera que le expresó. Ella acarició esos hoyuelos, y besó sus labios.
⏤ Mientras tú seas el padre de mis hijos, todo lo demás no me importa.
⏤ Y lo seré. Desde la primera vez que te vi, mujer, supe que sería el padre de tus hijos ⏤ mencionó él, haciéndola reír. Luego Cho, se levantó un poco, tomó las cobijas y los cubrió. ⏤ Te amo, Sabina Carter, y esto nada más fue un contratiempo, un obstáculo más que debimos pasar solo para demostrar que nuestro amor es fuerte. No pienses que siempre nos irá mal, ¿eh?
⏤ Lo siento, no quería ser tan negativa.
Sabina se acomodó y luego de un suspiro cerró los ojos, se sentía cansada y muy harta de todo lo que había pasado. Cho siguió acariciando su cabello, mientras las lágrimas caían sobre su mejilla.
⏤ Hoy es un día triste, mi vida, y si queremos llorar, lloramos. Pero no quiero que lo des todo por perdido. Mañana será un día nuevo, con ilusiones nuevas y sé que este trago amargo lo pasaremos juntos.
Sabina se limpió las lágrimas.⏤ Primero no lo deseaba y ahora que ya no está lo deseo tanto.
⏤ Te entiendo, cariño ⏤ contestó él.
⏤ Me duele tanto… ⏤ habló, para luego soltarse a llorar.
Cho la abrazó fuerte y permitió que ella se desahogara. Mientras el cuerpo de su novia temblaba con cada llanto, él sacó las lágrimas a su manera. Sabía que no todo estaba perdido, pero, en ese momento, se sentía como si se hubiese perdido todo.
⏤ Llora mi amor ⏤ habló con la voz entre cortada y Sabina lo siguió haciendo hasta que ya no pudo más y se quedó dormida sobre los brazos de su amado.
Ese no era el final que ambos buscaban, pero, era el que les había tocado y ahora, tendrían que superarlo un día a la vez, como ya lo habían hecho antes. Como siempre, contando con esa pizca de esperanza de que todo saldría bien, y que más pronto de lo que esperaban, las buenas noticias tocarían a su puerta. Cho lo creía, y si él lo hacía, Sabina estaba segura de que pasaría; pero hoy, era un día gris.
Que difícil. Los entiendo perfectamente. Pero q lindo amor. Q estoy segura q juntos lo superan