Pablo
-25 de diciembre –
La atmósfera de la casa de Lila aún conserva el eco festivo de la Navidad, no solo por la decoración y por la mesa que aún contiene las botellas de vino y las copas vacías. El aroma a buñuelos se siente en el aire, así como del tradicional ponche que Luz Ruiz de Con hace todos los años.
La luz suave de la tarde se filtra por las cortinas que cubren los ventanales de la sala, dándole un tono cálido. Todo está en silencio, algo raro en la casa de los Canarias, porque se caracteriza por un ambiente de fiesta.
Sé que no saben que he llegado, ya que he entrado a la casa por la parte del jardín, porque primero pasé a felicitar a los Ruiz de Con Canarias, porque hace mucho que no veía a Daniel, y había mucho de qué platicar. Por lo que sé que mi aparición en la casa será de todo inesperada.
Tan solo paso el comedor y camino hacia la sala, veo a Lila recostada en el sofá, con una manta de franela, y leyendo unos documentos. Se ve tan concentrada que me da pena interrumpirla, pero si me acerco así, sin anunciarme, puede que la asuste y no me gustaría que pasara un mal rato.
⎯¿Señorita Canarias? ⎯pregunto, haciendo la voz un poco más grave.
Lila baja las hojas y al verme, me da una sonrisa que ilumina un poco más la estancia.
⎯¡Pablo! ⎯expresa, tratando de ponerse de pie.
⎯No, no, yo voy para allá ⎯le comunico, acercándome a paso veloz hacia el lugar.
La estancia se encuentra a una temperatura agradable, porque la chimenea está encendida, calentando todo el lugar. Cuando llego al sofá, Lila ya está sentada y tan solo me acerco a ella, le doy un beso en la mejilla.
⎯Hola ⎯pronuncio.
Aunque no esperaba que ocurriera, Lila, de repente, toma mi rostro con ambas manos. En ese instante, el tiempo parece ralentizarse, y sus ojos encontraron los míos con una intensidad que nunca antes había experimentado. Sin previo aviso, nuestros labios se encuentran en un beso apasionado que cambia la dinámica del momento.
La suavidad de sus labios se fusiona con los míos, creando una corriente eléctrica que envuelve todo mi ser. Sus manos cálidas en mi rostro transmiten una ternura que contrasta con la pasión del beso. Cierro los ojos dejándome llevar por la sensación, absorto por la magia de este encuentro inesperado.
Puedo sentir la intensidad de sus emociones, el deseo latente que se desplega con cada movimiento de sus labios. Siento que es un beso que no solo involucra los sentidos, sino también las emociones profundas que trata de expresar.
Cuando finalmente nos separamos, abro los ojos lentamente para encontrarme con su mirada, que refleja una mezcla de sorpresa y deseo.
⎯¡Guau! ⎯expreso, en un murmullo. Porque Lila jamás me había besado así.
Ella me sonríe.
⎯Las cosas van a cambiar cuando regresemos a México ⎯pronuncia, aún cerca de mi rostro⎯. Sé que no hemos tenido un comienzo, que lo nuestro a comenzado en un punto intermedio pero, eso se terminará. En cuánto regresemos a nuestra casa, todo cambiará y le daremos a lo nuestro un principio que tendrá un final bonito, un final feliz.
No puedo creer lo que estoy escuchando, así como el beso que me ha dado, dejándome sin palabras. Así que, acaricio su mejilla, haciéndola sonrojar, y sintiendo su piel cálida debido al calor de la chimenea.
⎯Te juro que lo que me dices me emociona tanto, y no puedo esperar a que eso suceda. Sin embargo, quiero que en realidad estés segura de lo que dices porque, yo te creo y no quiero pasar por ingenuo.
Lila asiente con la cabeza y tomando mi mano y besándola, me dice:
⎯Eres un hombre tierno, trabajador, amoroso y fiel. Me haces reir y me cuidas como nadie y me siento segura a tu lado. Además, Menita ya conoce tu voz, y ha sido un honor compartir contigo todo este proceso del embarazo y quisiera que compartieramos más… no sé si me explico.
Sonrío. Mis largos dedos se enredan levemente en un mechón de su cabello, provocando que juegue con él. Es la primera vez que Lila se comporta así conmigo y, me gusta. Yo que pensaba que esto no iba para ninguna parte y, ahora, me está abriendo el camino.
⎯Te quiero ⎯pronuncio, casi en un susurro⎯. No sabes lo feliz que me haces. Es el mejor regalo de Navidad que me han hecho. Ahora, lo que te compré será mínimo.
Lila sonríe.
⎯Quedamos que sin regalos de Navidad. ⎯Me recuerda.
⎯Lo sé, pero, lo vi y no pude dejar de pensar en ti.
Así, saco de mi abrigo una bolsa de seda de color negro y se la entrego.
⎯Mira, que no seré tan creativo como tú, pero, creo que te gustará.
Lila, saca de la bolsa de seda mi regalo y cuando lo ve, sonríe.
⎯¡Dios mío!, ¿lo diseñaste tú?
⎯Así es… ⎯contesto⎯. Sé que siempre llevas el relicario que te regaló tu abuelo, pero sería bonito que usaras este collar en una ocasión especial.
Lila sigue admirando el collar de cristales de color lila, que se asemejan a una delicada enredadera. Cada cristal, de tonalidad suave y elegante, está cuidadosamente colocado para imitar la naturaleza de las ramas de una enredadera que se desliza hacia abajo.
El hilo que sostiene los cristales es tan transparente que apenas se nota, dando la impresión de que los cristales lila están directamente incrustados en su piel y forman parte de ella.
⎯¡Me encanta! ⎯ exclama emocionada, para luego sacar el relicario de su abuelo, que se encontraba escondido por debajo del cuello del suérter y quitándoselo. Noto que hay un anillo atado a la cadena también⎯ ¿Me lo pones? ⎯pregunta.
Ella guarda el relicario en la bolsa de su pantalón y me da el collar para que se lo ponga. Lo hago con cuidado, y me impresiono al ver que logré el efecto esperado. Entonces, Lila, camina hacia uno de los espejos de la sala y se ve el collar.
⎯Me encanta, es hermoso.
⎯Me alegra que te guste.
⎯Yo también te tengo un regalo ⎯contesta, y con una sonrisa va hacia el árbol de Navidad y toma una caja un poco más grande que la bolsa⎯. Sé que dijimos que sin regalos, y que posiblemente el mío no sea para que lo lleves contigo pero, creo que te gustará.
⎯Todo lo que venga de ti me gusta ⎯le digo, tomando la caja y sentándome sobre el sofá. Ella se sienta a mi lado y espera ilusionada.
⎯Lo abriré ⎯comento.
Así, quito el hermoso y creativo moño, abro la caja y después de despejar los papeles, veo un bastidor de cocer, con una fotografía en blanco y negro, pero con detalles bodardos en hilos de colores que le dan un estilo único y diferente. La foto es inédita, ya que no la había visto en mi vida.
⎯¿Soy yo este niño? ⎯pregunto, pasando mis manos sobre el hilo.
⎯Sí. Mi madre me regaló la foto la última vez que fue a México. ⎯Lila se acerca a mí⎯. Mira, fue un día que fuimos juntos a Oaxaca, ¿recuerdas?, cuando teníamos diez años. Esta es nuestra primera foto oficial. Fue un día de muertos y recuerdo que ese día estábamos encantados con la decoración, el papel picado ⎯explica, mientras pasa los dedos por los hilos de colores que ha tejido en cima del papel picado.
El suérter que llevo en la foto, también está tejido, lleno de colores. Ella lleva una corona de flores, que también ha sido decorada, y un vestido de colores. Ambos, estamos tomados de la mano, mientras, reímos.
⎯Recuerdo que amé tu suéter. A ti no te gustaba. Estaba lleno de colores. Tu madre te lo había tejido con el estambre que le había sobrado, ¿recuerdas?
Sonrío.
⎯Sí. Lo llamaba el suéter de los sobrantes, eran en verdad calientito. Aún lo tengo, podría dárselo a Menita ⎯contesto, pasando mi brazo sobre su hombro y abrazándola.
Lila me da un beso sobre la mejilla.
⎯Ese día reímos como locos. Además, traíamos el estómago lleno de chocolate caliente, por lo que nuestra energía era máxima.
⎯Tu papá se volvía loco con todos los niños corriendo como locos, llenos de azúcar. Recuerdo que fuimos todos: Daniel, Héctor, Sila, Alegra, David, Mar, Sabi, tú y yo. Tu padre nos gritaba, “¿En qué quedamos?, ¿en qué quedamos? ¡Chamacos!
Ambos nos reímos. Después, nos quedamos en silencio, viendo la hermosa foto.
⎯Sabes, estaba pensando que, al regresar a México, podríamos decorar juntos la habitación de Menita. Pintarla de colores pastel, y ordenar la ropa en las cajoneras. También, podríamos irnos de vacaciones a la playa, me gustaría visitar Puerto Vallarta antes de que nazca, sentir un poco de sol, caminar por las calles juntos.
⎯Me encantaría ir a Puerto Vallarta.
⎯Sin embargo, lo primero que haremos al llegar, será cambiar el colchón, porque creo que el que tenemos es muy viejo. ⎯Se ríe.
⎯Lo haremos pero, tengo algo que decirte.
Ella levanta su cabeza, la cuál esta recargada sobre mi hombro y me mira a los ojos.
⎯¿Qué pasa?
⎯Bueno. Cho habló conmigo hoy por la mañana y me pidió que me quedase un tiempo en Madrid para ver lo de los bares. Él sabe que quiero estar contigo en el momento en que nazca Mena, y por eso me lo dice ahora que puedo y no más adelante. Así que, no me regresaré contigo, si no que llegaré a mediados de febrero, para quedarme contigo el resto del año en México.
Puedo ver el rostro de Lila, lleno de desilución.
⎯Será la último antes del nacimiento de Mena ⎯le prometo, acariciando su vientre⎯. Después de esto, ya no nos separaremos.
Ella asiente, aceptando todo.
⎯No te preocupes, sé que es importante para ti. Además, mi decisión de vivir en México es mía y tus negocios están acán. Así que debo acostumbrarme.
⎯Te equivocas ⎯murmuro, para darle un ligero beso sobre los labios⎯, también es mi decisión vivir allá, contigo, solo que debo hacer unos ajustes. Después, estaremos juntos, los tres, y todo estará bien.
⎯Lo sé ⎯contesta Lila.
En ese instante, el timbre de la casa nos distrae y vemos en las pantallas a la persona que está tocando a la puerta.
⎯¿Antonio? ⎯pregunta Lila. Al parecer, no lo estaba esperándo.
Lila se pone de pie y camina hacia el interfón para aparentar el botón y abrir la puerta. Yo me acerco también a la puerta y espero que él entre. Cuando se detiene en el umbral de la puerta, su rostro cambia de una sonrisa a sorpresa total al notar que estoy aquí.
⎯Antonio, ¿qué haces aquí? ⎯inquiere.
⎯Hola, siento si interrumpo ⎯comenta⎯. Solo vengo a entregarle a tu padre el archivo digital que solicitó tu tía para lo de mi trato con el Conglomerado. Sin embargo, también me gustaría ver cómo estás, ¿cómo se portó mi niña? ⎯dice, y toca el vientre de Lila con ternura.
⎯Bien, le cayó un poco mal el puré de papa, o más bien, a mí.
⎯Debe ser terrible no poder comer todo lo que deseas ⎯comenta.
Antonio sube la mirada y me ve.
⎯Feliz Navidad, Pablo.
⎯Igualmente. Veo que lo del trato ya va en camino.
⎯Me urge hacerlo. Antes de que algo más suceda. ⎯Suspira⎯. En fin, si me dices dónde está tu padre puedo ir a dejárselo.
⎯Puedes dejármelo a mí, no está. Salió con mi hermano.
⎯Vale, entonces, te lo dejo ⎯contesta, y le entrega el dispositivo a Lila. ⎯Bueno, me voy, supongo que te veo en México, Pablo.
⎯Sí, algo tarde pero, sí ⎯contesto.
⎯¿Cómo que algo tarde?, tenemos que planear lo que sigue del plan.
⎯Lo sé, pero antes de estar contigo necesito cerrar unas cosas acá y dejar mis negocios asegurados.
⎯Pablo irá hasta febrero a México ⎯agrega Lila.
⎯Y, ¿te quedarás sola en el piso? ⎯pregunta, Antonio preocupado.
⎯Sí. No pasará nada. Me he quedado muchas veces sola. Además, le puedo pedir a Rosi que me ayude o a Maggy. Me servirá para trabajar en mi nueva marca y dejar todo listo antes de dar a luz.
⎯No, de ninguna manera puedes quedarte sola. Tu embarazo es avanzado y no quiero que te pase nada. Si gustas, puedo ir yo a México contigo.
⎯¿Cómo? ⎯pregunta Lila, y yo simplemente me quedo en silencio.
⎯Sí. Pablo rentó el piso de abajo para quedarme ahí en el momento del nacimiento de Mena. Lo rentó por varios meses, así que ya puedo ir. Puedo quedarme ahí, tu en tu piso, y cualquier cosa subo a ayudarte.
⎯Pero, ¿no tienes trabajo acá? ⎯inquiero.
⎯Sí, pero lo puedo hacer en línea, no es complicado. Además, he parado los viajes de negocios este año para estar con Lila.
⎯Y, ¿Tu esposa?
Antonio suspira.
⎯Ella entiende… ⎯habla, con toda seguridad.
Al principio Lila no se ve muy convencida, y yo menos, pero luego recuerdo que Antonio es el padre de Mena y que está haciendo lo correcto en cuidar a la madre de su hija. Si yo estuviese en su lugar, haría lo mismo.
No sé por qué siento que me arrepentiré de esto, pienso.
⎯Creo que es buena idea, Lils. Además, Antonio te puedo llevar en su avión privado e irías más cómoda que en un vuelo comercial. Hablo por los dos en decir que cada día te mueves con menos agilidad y necesitarás ayuda, para instalar ese colchón que nos urge tanto.
Lila voltea a verme a los ojos, al parecer, quiere comprobar que no estoy bromeando.
⎯¿Seguro?
⎯Sí, claro. Antonio es el padre de Mena y lo único que quieres es ayudarte. ⎯La tomo de las manos⎯. Sabes que sé cuál es mi lugar y después de lo que me dijiste, no hay dudas de que lo nuestro va bien. Antonio es el padre de Mena, y entre los dos las cuidaremos, ¿no es cierto, Antonio?
⎯Por supuesto ⎯responde rápido, y toma una postura de que sabe que ha ganado.
⎯Bueno, si por ti no hay problema, está bien ⎯accede Lila⎯. Solo, con la condición de que estés ahí si te llamo y me dejes continuar con mi trabajo y mi rutina.
⎯Prometido ⎯expresa Antonio, y sonríe.
Los tres nos quedamos en silencio. Después, Antonio, comprende que la plática terminó y que es momento de irse. Así que se arregla el abrigo y sonríe.
⎯Me voy. Nos veremos pronto. ⎯Después se acerca a Lila y le pone la mano sobre el vientre⎯. Nos vemos, cariño, papá te ama ⎯murmura, mientras ve a Lila a los ojos. Después, me ve a mí⎯. Pablo.
⎯Antonio ⎯respondo.
Para después ver como se da la vuelta y sale por la puerta. Lila se une a mi, y yo la envuelvo con mis brazos.
⎯Lo que te dije es verdad, Pablo, empezaremos lo nuestro bien, no habrá cambio de opinión ⎯me dice, con ternura.
Beso su frente.
⎯Te creo ⎯pronuncio, sintiendo aún la electricidad de su beso.
Sin embargo, Lila y yo nunca iniciaríamos, por más que intentáramos encontrar los espacios y los momentos oportunos. Porque el destino acomoda todas las cosas para que se cumpla su voluntad, de una manera tan sutil que no nos percatamos, y al final, terminamos cumpliendo con lo que nos depara. En ese instante, el destino ya había desplegado sus artimañas, había trazado nuestro camino, pero no nos separaría. Los tres estábamos más unidos que nunca.
El destino.. el destino 🥰
El destino… el destino 🥰
Yo diría que los cuatro, porque Thea también va, esos eran los planes no.
Y si el destino teje caminos sutiles que cambien el patrón, sin darnos cuenta.
El destino siempre acomoda todo… ❤️❤️❤️
Por un momento pensé que llegaba con Thea 😅
Destino acomoda todo sin causar dolor 🙏🏼…
Tengo sentimientos encontrados, nostalgia por Lila y Antonio por lo que fue y no es, así como por Lila y Pablo por lo que es y no será!!
Por un momento pensé que llegaba con Thea 😅.
Destino, acomoda todo sin causar dolor 🙏🏼…
Hayyyyy, estoy impaciente😱😱😱
Que emoción!!!!
Que sabio es Pablo
Que emoción está historia cada día más intensa destino o casualidad💯💯😃😃😃😃
Me ace mal que Lila se aferre a algo que no siente por qué le dijo de todo a Pablo menos un te amo
Que emoción 🤩🤩🤩🤩
Todo tiene una razón de ser, hay personas que nos aman tanto que la vida se encarga de darle el verdadero lugar que merecen en nuestras vidas
Ohhhh siiiiii…. bendito destino ya trazado. Me encanta los giros q se van dando. Muero de emocion porq cada uno llegue a su felicidad y puedan vivir su amor. Me encantaaaaaaaaa
Que cosas con esto de los 3 me imagino a Menita dudando de ha que papá pedirle permiso o si uno le dice una coa y otro otra jijiji lo bueno que el destino la salvara de ese dilema =)