Karl
—dos días después—
Mi madre se fue de la casa tan solo cuando Alegra salió por la puerta. Yo dormí solo esa noche, y al día siguiente, David Canarias dejó a mi mujer en la puerta. Nos dimos un gran beso, un abrazo fuerte y luego me comentó la idea que tenía. Al principio no me pareció. Sin embargo, la solución que planteaba Alegra era bastante justa. Además, ese asunto debía terminar pronto porque nuestros bebés nacerían y ya no podría lidiar con eso. Así que acepté. Los dos ideamos lo que pasaría y luego, citamos a mi madre en un restaurante en Manhattan para desayunar. Alegra hizo lo mismo con sus padres, y después, acordamos que pase lo que pase, y cuál fuera la respuesta o actitud de mi madre, nosotros ya no haríamos nada por ella y, en mi caso, la alejaría de nuestras vidas.
Por muchos años he estado lidiando con mi madre, y debo confesar que después de lo que confesó, creo que ya la veo de una manera muy diferente. Es una mezcla entre coraje y lástima, no sé cómo describirlo. Creo que la he juzgado mucho, pero, a la vez, no opino que ella no se comportó como debería. Ahora no sé si mi madre siempre quiso ser madre. Tal vez solo quería viajar por el mundo con ese fotógrafo. Por otro lado, también entiendo esa obsesión con David Canarias. El hombre se ve aventurero, de ese que tiene anécdotas por doquier, y si es verdad que se inventan los personajes, Luz debe ser una mujer muy feliz, en muchos ámbitos en los que no quiero incursionar, pero todos se imaginan.
Por lo que ahora, el momento de dar solución al problema ha llegado, y Alegra y yo nos encontramos sentados en la mesa, esperando a nuestros padres, y observando la puerta atentamente. Bueno, al menos yo, porque Alegra está muy entretenida viendo el menú y lamentándose de que no puede comer todo lo que se le antoja. Mi mujer, desde que supo que estaba embarazada se puso a dieta, y ahora su nuevo hobby es ver comida que no puede comer y agregarla a la lista de comida que comerá después del embarazo; así que tengo una lista interminable de deseos gastronómicos que cumplir.
—Amor, cuando tenga a los niños, ¿puedes hacerme un milkshake de chocolate con crema batida? —me pregunta, mientras bebe agua.
—Si cariño, todo lo que desees —contesto.
Y ella sonríe.
La puerta del restaurante se abre, y veo a los Canarias entrando. Es sorprendente como David Canarias provoca que varias mujeres volteen al entrar al restaurante, pero, también, la forma en que le da a Luz su lugar. La toma de la mano con ternura, acaricia su cuello, y simplemente no ve a nadie más. Es esa clase de amor es la que mi madre soñaba, y, ahora que lo veo en vivo, entiendo su envidia.
Eso, lo que tienen David Canarias y Luz, es lo que quiero hacerle sentir a Alegra, y no sé si lo logro. Sé que ella sabe que la amo, pero, ¿cuánto?, será que siempre trae esa sonrisa cuando camino a su lado.
—Ale. —Llamo su atención y ella voltea a verme —. Tú estás consciente de que te amo, ¿cierto?
—¿Consciente? —me pregunta, y luego acaricia su vientre—, estoy más que consciente, Karl. Tengo todo tu amor aquí. —De pronto, Alegra eructa, rompiendo un poco el encanto del momento—. Lo siento, ando un poco gaseosa hoy.
Sonrío. Aun así, esta mujer me tiene perdidamente enamorado, con todo y gases.
—Hola. —Nos saluda, Luz, quien viene con una sonrisa—. ¿Cómo están los futuros padres?
—Gaseosos —responde Alegra, mientras su madre acaricia su vientre.
—Y se pondrá peor. Cuando tu madre estaba embarazada de ustedes, los gases eran parte de su idioma.
—Eso es tan romántico, Canarias.
—Para mí, lo fue. Me enseñaste un nuevo idioma para comunicarnos. Ni mi maestra de francés logró que me entusiasmara tanto. Y eso que era guapísima.
—No me digas que tenías un crush con Professure Océane —le dice Luz, bastante divertida.
—Ella tenía un crush conmigo —le responde, para luego vernos a nosotros—, quería que navegara sus aguas… ¿Saben lo que significa?
—Que te quedaste en el muelle, Canarias. Porque ese barco jamás zarpó. Tu padre fue cambiado de clase y le tocó francés con el profesor Muñoz, que le enseñó las conjugaciones con una canción que hasta hoy odia.
—¿Me la cantas? —pregunta Alegra, divertida.
—No. Prefiero que se me caigan los pantalones en público a cantar esa canción de nuevo —responde David.
—Amor, creo que tienes un fetiche con eso de quitarte la ropa en público. Si quieres puedo llevarte de nuevo a Cancún y me haces otro show.
—Mejor te lo hago de nuevo en el penthouse, pero ahora con las cortinas de los ventanales abiertas.
Luz se ríe, y se sonroja.
—Basta… hay niños en la mesa —responde, Alegra, cubriendo su vientre—. Cuando sean abuelos, se tendrán que controlar con esas cosas que dicen.
—Nos la debes —habla Luz, y me ve a mí— ¿el baño?
Y recuerdo lo que pasó ese día y me sonrojo.
—Ale, amor… creo que un poco de pena no nos hace daño.
Los cuatro nos reímos. Sin embargo, mi sonrisa se borra cuando justo veo a mi madre detrás de David y Luz. No sé en qué momento llegó ahí, pero espero que no sienta que la ignoramos.
—Mamá…
—No te esfuerces. No quería interrumpir la fiesta —habla de mala gana.
Mi madre se sienta, en la cabecera, y nos ve a todos—. Bueno, acá estoy.
—¿No quiere un café? —pregunta Alegra, tratando de entablar una conversación.
—Solo dime lo que me tienes que decir. No estoy acostumbrada a tanta fanfarria.
—Dice la esposa del embajador —contesta, David.
—Exesposa del embajador.
—Solo dilo, Ale. —Le pido, ya que no quiero otra discusión como en la casa.
Alegra, suspira. Se prepara y luego, habla con decisión:
—Karl y yo hemos decidido que la queremos en nuestra vida.
Mi madre cambia de rostro. Incluso siento como si le hubiésemos dado una buena noticia.
—Pero, con unas condiciones. Que si las acepta, deberá seguirlas al pie de la letra.
—Bueno… —responde, en su tono habitual, como si no le importara. Sin embargo, presta atención.
—Señora, no puedo cambiar el tipo de madre que usted fue con Karl, ese no es mi problema. Pero puedo guiarla para que sea el tipo de abuela que quiero que tengan mis hijos. Tampoco puedo cambiar el hecho de que tuvo un pasado sin amor y sin sueños, pero si le puedo asegurar de que, si usted cumple con estas condiciones, mis hijos la amarán más de lo que usted podría imaginar. —Inicia el discurso—. Sé que tuvo problemas con mi padre en el pasado, y ahora llegaremos a eso. No obstante, tampoco es mi pasado, y no lo puedo cambiar, pero, sí puedo hacer algo por el futuro de esta relación.
David Canarias, sonríe.
—Las condiciones, son las siguientes: Debe tener una mejor actitud, una más positiva, sobre todo en las próximas interacciones familiares.
—OK.
—Debe dejar de sabotear mi relación con Karl. No funcionará.
Mi madre asiente.
—Número tres. Debe estar presente en los momentos importantes de la vida de sus nietos: cumpleaños, eventos escolares, celebraciones familiares, Navidades y lo que se nos ocurra. También debe llamarlos y visitarlos seguido. Número cuatro: Respeto mutuo. Debe tratarme como lo que soy, la pareja de su hijo, la madre de sus nietos y como una persona. Así que se terminaron los comentarios hirientes o las críticas. Yo haré lo mismo.
—Bien. Lo inten… lo haré.
—Cinco: nada de mentiras, ni de berrinches, ni secretos. Y finalmente, número seis. —Alegra, se inclina un poco más y la ve a los ojos—: le pido que si acepta estas reglas, sea mejor abuela de lo que fue de madre. Tome esto como una nueva oportunidad de tener una familia amorosa, de rehacer su vida, y de estar cerca de su hijo. Si usted rompe alguna de las reglas, o no quiere hacerlo. Le pido que se retire, pero, ya no volverá a vernos, ni a Karl, ni a mí, y mucho menos a sus nietos, eso se lo aseguramos. Además de que perderá por completo a su hijo.
Mi madre se queda en silencio, uno sepulcral. El ruido de los otros comensales en el restaurante se siente en mis oídos, y me lastima un poco. Comienzo a desesperarme, porque mi madre no contesta. Pero, ella voltea a ver a David Canarias y le dice:
—Al parecer, hiciste un buen trabajo con tu hija.
—Hijos. —Defiende Luz—. Todos mis hijos son un excelente trabajo.
—Ya veo. —Suspira—. ¿Estás de acuerdo con esto, Canarias?
—No importa si yo estoy o no de acuerdo. Lo que Alegra te está dando a entender es que esa es su familia y si quieres convivir con ella, debes aceptar que lo son. Tienes que darte cuenta, que ellos te están dando la bienvenida a esa familia, y que, debes comportarte, si no tienen el derecho de sacarte.
Las palabras de David son directas, pero, básicamente es lo que Alegra le quiso decir. Nos quedamos en silencio, mientras mi madre aún no nos da una respuesta.
Ella se pone de pie, toma su bolsa y nos pregunta:
—¿Puedo pensarlo?
—Por supuesto —responde Alegra.
Mi madre sonríe levemente, y sin decir ni un adiós, sale del restaurante dejándonos a los cuatro ahí.
Seguimos sin escuchar su respuesta. Supongo que la vida familiar y las segundas oportunidades, no son para todos.
15 Responses
Solo el hecho que tenga que pensarlo es paravrechazarle la propuesta.
V I E J A B R U J A !!
Queee, le están dandoa oportunidad!!!!
Debe ser difícil encontrarte con que la mujer que eligió tu hijo es capaz de amarlo más que tu y de darle la familia que no fuiste. Ojalá recapacite.
Más vale perderla a esta señora…
Ay noooo🙄, definitivamente es mejor que si se quede lejitos. Por qué el tren de las oportunidades no pasa tan seguido y está señora ya no se subió.
Aveces familia no te hace la sangre o el apellido. Sino las personas que escogemos. Bien dicho querida Alegra
En algún momento se le iba a salir un comentario despreciativo y los haría sentir mal, eso de tener una familia no es lo suyo, mejor de lejitos
Enserioooo??? Se lo tiene q pensar? Ay no ya con eso la cago. Jajajajaja ojala se aleje y los deje ser feliz y se vaya de viaje y consiga un pollo q le saque el estres jajajaja. Vieja amargada.
Es difícil entender que pida pensarlo, pero ella es orgullosa y ante eso para ella debe ser muy difícil dejar atrás su pasado de altanería, para vivir un futuro de humildad pero lleno de amor.
Ojalá se de esa oportunidad no solo por ella, si no por Karl ♥️♥️♥️
Muy bien dicho, la puso en su lugar con mucha educación e inteligencia. Allá ella si no acepta…
Ay Dios esta mujer no tiene remedio, es una bruja
Además de que le están ofreciendo una segunda oportunidad ¿Quiere pensarlo? 🤦🏻♀️
Ella se lo pierde… 🤷🏻♀️
Mucho mi Alegra mucho bravo como no con esos buenos padres =) y de la señora es de verdad que no tiene perdón como puede decir que lo va a pensar hay no mande con ella.
Y así de poda el árbol genealógico!!! Que mala vibra la de esa señora!
Espero que ahora no salga ella con condiciones, sería muy descarada de su parte