PARA: NECEDADES DE CON 

¿AÚN NO TE ARREPIENTES, CIERTO?, PORQUE YA ESTOY PREPARANDO LA MEJOR DE LAS CITAS PARA TI. 

RESPUESTA: PICAFLOR 

NO SUELO ARREPENTIRME DE MIS DECISIONES… NO HAGAS QUE ME ARREPIENTA. 

PARA: NECEDADES DE CON 

TE PROMETO QUE NO… NOS VEMOS NECEDADES. 

RESPUESTA A: PICAFLOR 

NOS VEMOS… PICAFLOR. 

Sonrío como idiota mientras veo el mensaje de Luz. Esta semana nos hemos enviado varios mensajes saludándonos o platicando sobre temas vanos que nos divierten y que han hecho que la espera sea un poco más corta. 

Sin embargo, gracias a eso concentrarme en el trabajo ha sido algo difícil, aunque lo he logrado. Eso sí, prefiero pasar mis descansos solo contestando uno de sus mensajes, a estar con Ulises, que cada día está más insoportable. Supongo que es parte de esta fase. 

También, todos los días me despierto, le mando un mensaje de buenos días y pienso en ella. Me pregunto ¿qué hace?, si está en otro lugar o si se encuentra en Madrid. A veces me ganan un poco los celos pensando en que otro persona posiblemente está detrás de ella y luego me tranquilizo… si Luz está destinada para mí, lo está, no debo temer. 

Sé que me quiere, y yo la quiero, de eso no hay duda, así que hora debo pensar en como le daré una cita maravillosa, una que termine por convencerle de que yo soy ese hombre que ella busca.  

-Día de la cita con Luz- 

⎯¡Ey, Canarias!, reacciona ⎯ escucho un chasquido de dedos y de pronto salgo de mis pensamientos, levanto la vista y veo a Ulises a mi lado. 

⎯¿Qué pasa?⎯ pregunto molesto. 

⎯La pregunta es, ¿qué te pasa a ti?⎯ inquiere. 

⎯Pues nada, ¿por qué lo dices?⎯ respondo. 

⎯Llevo cinco minutos hablándote, parezco idiota porque tú solo ves a la nada. 

⎯¿A la nada?⎯ me justifico⎯ veía los papeles, aún así, ¿qué es tan importante que debo prestar atención?, ¿es más importante que esto? ⎯ le pregunto. 

⎯No lo sé, tal vez porque se trata de los pacientes, dímelo tú⎯ responde en un tono de enojo. 

Respiro profundo. Por primera vez Ulises tenía razón en estar molesto con él, pero no podía evitar no pensar en Luz, en esa mirada profunda que me atrapa, en ese vestido tan hermoso azul y dorado mientras bajaba por las escaleras de su casa, en sus besos tiernos pero con un toque de picardía. 

⎯¡Ves!, ¡de nuevo!⎯ lo interrumpe Ulises. 

⎯Lo siento, explícame⎯ le digo. 

⎯No, ya no lo haré… no vale la pena. 

⎯Venga Ali, solo dime que tengo que hacer, solo me faltan cuatro horas y estoy cansado⎯ le ruego. 

⎯Pero, ¿me harás caso?⎯ me advierte. 

⎯¡Qué sí!, solo estaba leyendo los papales… venga dime. 

⎯Y, ¿qué decía los papeles?, explícame⎯ me reta, y cruza sus brazos a la altura de su pecho. 

⎯Pues, es el historia de los niños que están aquí… alergia a los mariscos. 

⎯Si claro, ve de nuevo ⎯ me reta, y al voltear veo que es una revista de salud sexual. 

⎯¿Qué demonios?⎯ inquiero de inmediato. 

⎯Te cambié los papeles hace tres minutos y ni cuenta te diste, ¿qué te pasa?⎯ insiste. 

Dios, no me gustaría decirle a Ulises lo de Luz. Solo quiero que esto se quede para mi y solo para mí, así que lo niego de nuevo. 

⎯Nada, no me pasa nada. 

⎯David está enamorado⎯ escacho la voz de Lula y volteo a verla con esa mirada de pocos amigos. ⎯¿Qué?⎯me pregunta entre sonrisas. 

⎯¿Enamorado?⎯ pregunta Ulises en una voz de total rechazo⎯¿de quién? 

Gracias, Lula, ahora tendré que decirle a la persona que no quiero, pienso. 

⎯No estoy enamorado⎯ niego⎯, solo que mi mente no está aquí, ahora. 

⎯Llevas una semana así, así que dime, ¿quién es?⎯ insiste. 

⎯Luz, se llama Luz⎯ vuelve a hablar Lula. De pronto, el rostro se me enrojece y lo sé porque puedo sentirlo. ⎯Te encanta, ¿cierto?

Suspiro.⎯Para qué negarlo, sí. El fin de semana fui a Ibiza y me vi con ella y yo… 

⎯¿Eso quiere decir que adiós Alexandra?⎯ pregunta Ulises, bastante interesado. 

⎯Si, pero mi relación con Alexandra no fue nada estable… solo era sexo y ya. Luz es diferente, con ella y quiero todo…⎯ recito. 

Lula me da una palmada sobre el hombro⎯ ¡Chaval que tu estás enamorado!⎯ exclama⎯, así que nada de andar diciendo que no, no te queda. 

⎯Es que no sé si es estar enamorado, nunca lo he estado…⎯ defiendo, y no entiendo porqué, cuando sé que estoy enamorado hasta las trancas. 

⎯¿Piensa todo el tiempo en ella?⎯ me cuestiona. 

⎯Sí. 

⎯¿Hablas todo el tiempo de ella?

⎯Supongo, aunque solo hablo con ustedes⎯ justifico. 

¿Los mensajes que le envío cuentan?

⎯¿Estás dispuesto a cambiar por completo solo por estar con ella? 

⎯Lo estoy⎯ admito. 

⎯Entonces, felicidades… estas enamorado ⎯ me dice, para luego alejarse de ahí. 

Me río bajito, hasta que siento la mano de Ulises sobre mi hombro⎯ no le hagas caso a Lula, Canarias, eso del amor no existe, mejor vamos al bar y a bailar… aún tienes mucha vida por delante. 

⎯No, no puedo⎯ niego⎯, estoy cansado y lo único que quiero es dormir. 

Es evidente que no le diré a Ulises que saldré con Luz, no quiero que se meta en mis asuntos.

⎯¿Dormir? 

⎯Sí, tú también duermes, ¿qué no?

⎯Bueno, pero prométeme que el próximo fin de semana saldremos al bar⎯ me pide. 

¡Dios!; ¿Ulises siempre fue así de molesto?

⎯Sabes que no me gusta planear a futuro, pero te diré que sí, aunque no sé que me depare el destino⎯ hablo en forma filosófica. 

Pffff, ahora resulta que harás lo que te depare el destino, ¿qué pasó con ‘yo hago mi propio destino’?, ¿Qué pasó con el Canarias de hace meses atrás?⎯ me pregunta. 

⎯Se quedó en Perú, supongo… y otro volvió⎯ le digo. 

Él pone los ojos en blanco, molesto por mi respuesta y luego me arrebata los papeles⎯ mejor ya vete colega, creo que el cansancio te está pasando factura. Te debo unas horas desde hace días… así que te las regalo. 

⎯Gracias⎯ comento, y en verdad estoy feliz. 

Sin embargo, sé que Ulises no lo está tanto e igual que Alexandra pensará que todo esto es un juego temporal y que pronto regresaré al Canarias que antes fui, pero no será así, ahora soy diferente, lo juro… lo juro. 

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