Sueño 

 David – años atrás 

Luz y yo solíamos pasar lapsos de tiempo juntos, algunos más largos que otros. No sé si ella los disfrutaba, pero yo si lo hacía. Recuerdo que su presencia me tranquilizaba en cierta manera y, aunque pasábamos muchos lapsos de silencio, no me aburría, simplemente me gustaba estar ahí. 

Como siempre, Luz y yo debíamos hacer dos cosas o cuidar a nuestros hermanos o salvarlos de alguna situación, esta era una de las tantas que debíamos salvarlos. 

⎯ Bueno, al menos nos sacaron de la fiesta, estaba un poco aburrida ⎯ me dijo. 

⎯ Todas las fiestas son aburridas ⎯ contesté. 

Luz y yo estábamos escondidos en las escaleras de emergencia, mientras mi hermana Ainhoa y su hermano Manuel se encontraban a solas arriba. Ellos eran novios desde la infancia y ahora que eran adolescentes las cosas habían escalado. 

⎯ ¿Cuánto tiempo crees que tarden? ⎯ me preguntó, mientras volteaba a verme. 

Recuerdo que Luz traía un bonito vestido, unos arillos largos que hacían que su rostro se viera estético, y ese peinado de corona de trenzas que siempre se hacía. 

⎯ No sé ⎯ respondí ⎯, todo depende de lo que estén haciendo. 

Luz suspiró, y se recargó sobre la pared para sentarse sobre el suelo. Yo hice lo mismo. 

Ambos nos quedamos en silencio, escuchando el eco de nuestra propia respiración y tratando de identificar si escuchábamos a alguien afuera que nos alertara.

El plan era que nuestros padres no descubrieran a nuestros hermanos y que pudiésemos evitarlo de alguna u otra forma. 

⎯ Tú, ¿has estado en algo así? ⎯ escuché su voz, y volteé a verla. 

Luz, con sus ojos color avellana, brillantes, tan transparentes que se podía notar su estado de ánimo.

⎯ ¿Cómo así? 

⎯ Así, haciendo cosas a escondidas con otra mujer… ⎯ dijo sincera. 

Sonreí.⎯ Te mentiría si te dijera que no ⎯ respondí. 

Luz se río bajito.⎯ Qué tonta, siempre pregunto cosas tan obvias… 

⎯ No solo es curiosidad ⎯ le dije y ella sonrío.⎯ ¿Y tú? 

⎯ ¿Yo? 

⎯ Has estado en algo así… 

Luz negó con la cabeza.⎯ Claro que no. 

⎯ Y, ¿por qué lo dices como si fuese algo imposible? ⎯ pregunté. 

Luz suspiró.⎯ Bueno, porque, yo no soy tan popular con tú o como ellos y creo que a nadie le gusto tanto como para meterme en situaciones así… Me han dicho que soy rara. 

⎯ ¿Rara? ⎯ pregunté entretenido ⎯, ¿cómo que rara? 

Luz encogió los hombros.⎯ No lo sé, supongo que hay algo en mí que me hace rara. Pero si te soy honesta, no me importa mucho. Estoy bien en el círculo en el que me encuentro ⎯ me volteó a ver ⎯, al menos puedo platicar contigo, ¿crees que soy rara? 

Negué con la cabeza. Jamás en mi vida se me hubiese ocurrido que Luz fuese rara. 

⎯ No. 

⎯ Vez, entonces ya está ⎯ contesta, para desviar su mirada y comenzar a jugar con la pulsera de plata que trae sobre la muñeca. 

⎯ La gente a veces dice cosas solo por molestar, ya ves todo lo que dicen de mí ⎯ comenté. ⎯ A ver, mejor tú dime, ¿qué es lo que piensas de mí? 

⎯ ¿Yo? 

⎯ Sí, venga dime. 

Luz volteó a verme y se mordió los labios ligeramente. Sus bonitos ojos se clavaron en los míos y sentí como mi corazón latió tan rápido como pudo. 

⎯ Bueno, creo que eres buena onda. 

⎯ ¿Buena onda? 

⎯ Bueno, que eres agradable. También que cuidas muy bien a tu hermana y eres inteligente y muy capaz. 

⎯ ¡Vaya! ⎯ Pronuncié entre sonrisas ⎯, ¿qué más? 

⎯ Y, a veces haces o dices cosas que me hacen reír. Además, creo que no eres tan duro como aparentas ser, tienes un lado tierno que escondes, siempre usas una máscara como si no quisieras que los demás te conocieran. 

⎯ Hmmm ⎯ contesté y ella sonrío. 

⎯ ¿Estás diciendo que finjo ser otra persona y que tú conoces mi verdadero yo? ⎯ pregunté. 

Luz asintió.⎯ Creo que te conozco un poquito mejor que los demás. 

Nos quedamos viendo por un momento de una forma tan fija que parece un lapso. ⎯ ¿No me vas a preguntar? 

⎯ ¿Qué? 

⎯ Lo que yo pienso de ti ⎯ pregunté acercándome a ella. 

⎯ Pues… No sé. 

⎯ Venga, pregúntame ⎯ insistí, mientras ella se sonrojaba. 

⎯ ¿Qué piensas de mí? ⎯ preguntó. 

La vi a los ojos, inclinando mi cuerpo hacia ella y le sonreí. Algo que jamás confesé a nadie es que Luz me volvía loco por completo, me encantaba la forma en cómo me desnudaba el alma sin que ella supiese. 

⎯ Pues, pienso que eres una mujer muy inteligente, talentosa y apasionada. Eres también muy tierna y tienes una forma de ver las cosas que a veces me hace soñar. 

⎯ ¿Ah si? ⎯ dijo, y el color rojo subió por sus mejillas. 

⎯ Sí ⎯ finalicé para luego acércame un poco más. ⎯ También, creo que eres la mujer más bella que he visto. 

Luz en ese instante se quedó paralizada, abriendo los ojos llenos de sorpresa. 

⎯ ¿Cómo? ⎯ preguntó, en un hilo de voz. 

⎯ Así es, eres la mujer más hermosa que se ha cruzado en mi camino ⎯ repetí y lo que dije en ese momento fue real, tan real que jamás había sido tan sincero. 

Entonces me acerqué a ella lentamente y con todas las intenciones del mundo de besarla, de sentir sus bonitos labios sobre los míos y quitarme de la mente más de una fantasía así. Sin embargo, cuando vi cómo cerró los ojos y se mojó los labios a mi mente, vino esa frase que mi padre me dijo tiempo atrás. 

“Luz está prohibida, ¿entiendes?, prohibida”, y aunque dicen que lo prohibido es más atractivo, supongo que si me lo dijo fue por algo. 

Vi cómo Luz me esperaba con los ojos cerrados, con esas intensiones de besarme y yo, simplemente fui a su oído y le murmuré. 

⎯ ¿En serio pensaste que te iba a besar? ⎯ hablé en un tono burlón. 

Luz abrió los ojos y de pronto su mirada cambió, y no solo en ella sino en nuestra relación. 

⎯ ¿Qué? 

⎯ Pensaste que te besaría, ¡ay Luz, por favor! ⎯ le reclamé, como todo un idiota. 

Luz se levantó de un brinco y pude ver claramente cómo sobrellevó todo apretando los puños. 

⎯ Luz ⎯ murmuré. 

⎯ Shhh ⎯ me calló ⎯ creo que vienen nuestros papás. 

⎯ Luz, espera…

⎯ Shhhhh ⎯ volvió a decir con rabia ⎯ ve tú por Ainhoa, yo veo que hago. 

Entonces me separé de ella, para subir por mi hermana y Manuel y tratar de evitar un desastre, pero el que había pasado con Luz ya estaba hecho, solo que yo no lo sabía. 

Cuando logramos bajar, para tratar de explicar todo lo que pasaba, yo solo pensaba en donde estaba Luz y qué estaba haciendo. Entonces, de pronto, ella apareció de la nada, y limpiándose las lágrimas vino hacía mi. 

⎯ ¡Entonces aquí estabas! ⎯ gritó ⎯, ¡eres un puerco David Canarias! ⎯ y en eso me dio una bofetada tan fuerte que me sentí mareado. 

⎯ ¿Qué pasa aquí? ⎯ preguntó mi padre, pero solo ella y yo lo sabíamos, y yo sabía más que ella había sacado su furia conmigo. 

*** 

Después de eso, la relación con Luz no fue igual, incluso, ya no hubo una. Luz, prefería quedarse en casa en lugar de ir a las comidas familiares y Tristán siempre me decía que era por cosas de la escuela, yo lo dudaba. 

Le había roto el corazón a Luz, eso había pasado, y ya nada sería igual entre nosotros. 

Por lo que se me ocurrió ir a ver qué sucedía aprovechando que ella estaba sola en su casa. 

***

⎯¡Ah, eres tú! ⎯ me recibió mientras abría la puerta. 

Luz apenas y me dejó pasar al recibidor de su casa y con su figura me hizo notar que no iría más allá. 

⎯ Venía a ver cómo estabas. 

⎯ Estoy, ahora, ¿te puedes ir? ⎯ me pregunta, educada. 

⎯ Luz…

⎯ David, solo vete, ¿quieres? ⎯ insiste. 

Me quedé en silencio, tratando de ver cómo podía comunicarme con ella, pero, la Luz que conocí antes ya no estaba. 

⎯ Luz… 

⎯ David, solo vete. 

⎯ Dime qué pasó. 

⎯ ¿Quieres saber qué pasó? ⎯ me pregunta, y de nuevo las lágrimas caen por sus mejillas ⎯ ¡Qué me hiciste quedar como una tonta!, y no hablo de lo que pasó en las escaleras sino en general. 

⎯ ¿Tonta?

⎯ Desde que te conozco te he defendido, ¿sabes?, cuando decían que eras un mujeriego desinteresado, que no tenías corazón ni vergüenza, siempre decía: no, David es un buen hombre, es lindo y tierno, no lo juzguen así. Y de pronto, haces lo de las escaleras, demostrándome que todo lo que dicen de ti es verdad. 

⎯ Luz, todo tiene una explicación ⎯ trato de defender. 

⎯ Y, ¿cuál es?, que era la única mujer de todo Ibiza que te faltaba tomarle el pelo ⎯ Luz se seca las lágrimas con la manga de la blusa.⎯ Jamás pensé que me harías eso a mí, ¡jamás!. Pensé que eras sincero conmigo y lo que me decías era real, pero, ya vi que solo era otro de tus tantos ligues tontos, ¿desde cuándo lo planeaste? 

⎯ No planee nada ⎯ contesté, en verdad triste, porque en ese instante me di cuenta de muchas cosas. Yo le gustaba a Luz, ella me gustaba a mí y lo había arruinado. 

⎯ No te creo, ya no te creo nada ⎯ me respondió, para luego suspirar.⎯ No quiero saber nada de ti, David, nada, ¿entiendes?, no vuelvas a hablar conmigo. 

⎯ Luz… 

⎯ No te quiero cerca. Haz tu vida y déjame hacer la mía. De por sí tú siempre me dijiste, prefieres estar solo y yo también. Me gusta estar sola. 

***

Luz después de ese instante lo único que hizo fue cerrarme la puerta en la cara y a partir de ahí ya no la volví a ver hasta Perú. 

Yo, borré todo eso de mi memoria, como si nada hubiese pasado. Enterré mis sentimientos y seguía, ¿qué no hacen eso los Canarias? 

Desde que Luz se volvió a ir no dejo de pensar en todo lo que pudimos haber vivido o sentido si yo me hubiese atrevido a besarla, tal vez, solo tal vez, en ese momento, el rumbo de mi vida hubiese cambiado.  Hoy no estaría solo de nuevo añorándola y pensando en lo que pudo ser y ya no será.

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