Creo que es bien sabido que jamás he reconquistado a una mujer, porque prácticamente nunca me vi en la necesidad de hacerlo. Así que, ahora, lo que estoy haciendo por Luz, no solo es único, sino todo un reto para mí, pero, como todo reto, lo tengo que conseguir.

Conozco a Luz, aunque ella piense que no. He tenido la mitad de mi vida para conocerla y sé que es necia, pero directa y sencilla y esos tres adjetivos son los que me ayudaron a reformular el plan. 

Así que, después de llegar a mi casa con un chichón en la frente y de aguantar la risa de Ainhoa el resto de la tarde, formulé otro plan para poder hablar con ella. Quiero que sea en un territorio neutro, donde no tenga las salidas de escape que ya conoce, en pocas palabras, como los piratas, la llevaré al mar, a aguas internacionales. 

⎯ Creo que esto es mala idea ⎯ comenta mi hermana, mientras entro al armario de mi padre y abro la pequeña caja donde tiene todas las llaves tanto de la casa como de los autos y de los yates. 

⎯ Mala idea es tener a Luz enojada conmigo el resto de su vida. 

⎯ Papá sabe que odia cuando le tomas el yate ⎯ insiste. 

⎯ Papá no está, tengo casi treinta años, no soy un niño de doce y tú no le dirás nada ⎯ le advierto. 

Ainhoa se queda en silencio y luego suspira ⎯ ¿Qué pasa si no funciona?

⎯ Funcionará. Además, me llevaré al capitán, no lo manejaré yo. 

⎯ ¿Cuánto le diste para sobornarlo? 

⎯ Lo suficiente como para que prepare todo. Ahora, si me permites, tengo un asunto que arreglar, ¿vale? 

Remuevo su cabello rizado y ella me quita la mano.⎯ ¡Mi cabello! ⎯ reclama. 

⎯ Solía gustarte de pequeña. 

⎯ Y también el chupete, pero ya no… ⎯ alega. 

Le sonrío. ⎯ ¿Qué no me vas a desear suerte? 

⎯ Suerte, la necesitarás ⎯ me advierte.

Así, sin dudarlo más, salgo de la habitación de mis padres y me dirijo hacia el punto donde debo subirme al yate. El Capitán, ya ha llegado y yo le doy las llaves para que pueda disponer de las siguientes áreas del sitio. Después, se pone manos a la obra y nos lleva al muelle principal donde, según nuestro plan, María Julia ya debería estar llegando junto con Manuel y Luz. 

Cuando el Yate se acerca a nuestro lugar, me quedo en la parte de atrás porque parte de todo es que no me vea para que no huya. 

Momentos después escucho una conversación, me acerco un poco a la orilla y veo que los tres vienen caminando por el muelle. Los nervios se apoderan de mí, me arreglo el cabello y la ropa como puedo y comienzo a repetir en mi mente lo que le quiero decir. 

⎯ Luz, lo siento, pero era la única manera para hacer esto. Luz, Luz… ⎯ Repito, y juro que no sé lo que estoy haciendo. 

En eso el yate comienza a moverse y sé que es momento de ir hacia el frente. Así, salgo de mi escondite y cuando su mirada se junta con la mía no hago más que sonreír; ella no lo hace. 

⎯ ¡Bájame! ⎯ me ordena. 

⎯ Lo siento Luz, pero era la única manera de hablar contigo ⎯ me justifico, y empiezo a dudar si es buena o mala idea. 

⎯ ¿Secuestrándome?, ¡por qué esto es un secuestro! ⎯ grita. 

⎯ No, no lo es, y eres libre de irte cuando lo desees ⎯ contesto, aunque el yate ya está algo lejos. 

⎯ Muy bien ⎯ habla, y sin dudarlo se para en el barandal del yate. 

⎯¡No, espera!, ¡bájate de ahí! ⎯ le advierto. Pero Luz, salta al agua y comienza a nadar de regreso. 

⎯ ¡Luz!, ¡Luz! ⎯ grito, y sin pensarlo dos veces salto hacia el agua y comienzo a nadar. 

La veo como con mucho esfuerzo nada hacia la orilla, pero se le hace imposible. Después voltea a verme y me aleja.⎯ Vete, no me sigas, ¡qué molesto eres! ⎯ habla enojada. 

⎯ ¡Por favor!, ¡escúchame! ⎯ grito. 

⎯ No, nadaré de regreso y cuando llegue diré a mi padre que desherede

 a mis hermanos por traición ⎯ ambos seguimos nadando hasta que ella hace una pausa y ve lo que nos falta por recorrer.⎯ ¡Chingada madre! ⎯ grita, golpeando el agua. 

⎯ Luz, puedo explicarlo ⎯ repito. 

⎯¡Pues hazlo! ⎯ me grita.

⎯ El plan es todo mío, tus hermanos me ayudaron y sé que no es la forma, pero te juro que es el último intento que hago para convencerte ⎯ Luz aún no me ve a los ojos, pero me está escuchando.⎯ Dijiste que siempre hay una primera vez para todo, y creo que esta es la mía para que me escuches y me pongas atención. Si después de esto deseas que me vaya para siempre de tu vida, lo haré. 

Escucho cómo suspira, luego voltea y con los ojos brillantes me dice.⎯ Te la daré, pero después me regresas sin poner obstáculos. 

⎯ Lo prometo. 

Así, ambos nadamos de regreso y subimos al yate que se había detenido para no alejarse más. Cuando llegamos a la cubierta tomamos las toallas y nos secamos lo mejor posible. 

Me quito la camisa para que al menos eso se seque, sin embargo, al sentir la mirada de Luz sobre mí siento que la estoy poniendo incómoda. 

⎯ Si quieres… 

⎯ Así estoy bien ⎯ contesta en tono frío, mientras ella se quita la parte de arriba de su conjunto y muestra el top del bikini amarillo que tanto me gusta. Paso siguiente, se sienta en uno de los sofás, y se queda en silencio viendo el mar. 

Yo hago lo mismo. Solo la observo de lejos y no puedo dejar de pensar que después de meses de no verla, de extrañarla, de no compartir espacio con ella, sigo sintiendo tantas cosas con solo estar a su lado. Luz no se mueve, evita verme, y a la vez, quiere hacerlo. 

Al fin, ella comienza a moverse a sacar las cosas de su bolsa y al ver la cámara espero no haberle arruinado al preciado, como lo hice con el libro. 

⎯ Es impermeable ⎯ comenta. 

⎯ ¿Qué? 

⎯ La bolsa, no se le mete el agua, por eso la compré. 

⎯ Ah ⎯ expreso levemente y sonrío.⎯ Luz… 

⎯ Ahora no, estoy demasiado molesta para escucharte. Tengo la cabeza caliente y el corazón frío, no es una buena combinación. Así que si supongo que tú te tomaste el tiempo para “aclarar todo”, y puedo hacerlo por igual ⎯ sentencia, para volver a ignorarme. 

No digo más, no puedo decir más, al menos está aquí conmigo y no ha intentado irse o matarme con el cuchillo de la mantequilla. Por lo que me quedo en silencio observándola, también al mar, rogando por dentro que mi madre me dé las palabras que necesito para convencerla. 

Cuando menos me doy cuenta, el sol comienza a meterse y las luces de las múltiples casas y hoteles comienzan a encenderse en el fondo. Como una hermosa postal, estamos ella y yo viendo justo ese momento donde el sol se hunde en el mar para darle paso después a la luna. 

⎯ Cuando era pequeña ⎯ comienza de pronto a hablar, tomándome por sorpresa ⎯, mi papá nos llevó de paseo a un lugar llamado “El Chico”, que es un cerro que se encuentra en Hidalgo. Nos llevó a acampar y como no teníamos mucho presupuesto era el lugar que se nos acomodaba. Él acababa de comprarme una cámara y yo moría por estrenarla y sacar una foto increíble. Así que me subí en un lugar altísimo, donde se podía ver todo el paisaje, y tratando de tomarla me resbale y caí. La mano de mi padre fue tan rápida que logró atraparme, y cuando me subió me gritó: ¡Qué te pasa!, ¿por qué arriesgas tu vida por algo tan mundano?, ¡Qué no ves que si te mueres, me muero contigo! 

⎯ ¿Y qué le contestaste?

⎯ Le dije que a veces uno se tiene que arriesgar por algo que ama, ¿podrías creerlo?, yo, una niña de 9 años contestando algo así ⎯ y luego escucho cómo se ríe. Luz suspira.⎯ Tú eras mi foto increíble, David, y yo me subí a u un lugar alto e inexplorado por amarte. De pronto me resbalé y no hubo mano que me sujetara esta vez, y me caí de una altura tan increíble que el golpe me rompió el corazón. Y así, mientras recogía cada pedacito de mí, comprendí las palabras de mi padre, ¿por qué arriesgar todo por algo tan mundano? Ahora, siento que sigo cayendo sin poder sostenerme, mientras tú, eres eso mundano. 

⎯ Luz ⎯ murmuro, sintiéndome terrible. 

⎯ Pensé que eras mi otra alma, David, por primera vez sentía que alguien me comprendía, que no necesitaba palabras para expresar lo que llevo dentro. Estaba dispuesta a darte todo, sin dudarlo, a arriesgarme y hasta llegué a pensar que por un momento mi corazón inquieto habría encontrado su lugar; y tú lo rompiste. Me dijiste que me amabas y al final, solo fui una más ⎯ termina su discurso, y se limpia las lágrimas. 

Después de ese discurso tan poderoso, ¿cómo le hago para que entre en razón?, ¿cómo la convenzo?

Solo sé sincero, escucho en mi mente, pero juro que ese pensamiento no es mío, pero, aun así, lo tomo. 

⎯ Luz, no te daré explicaciones tontas de lo que pasó porque no te las mereces. Te mereces que te diga que no debí romperte el corazón y que fui un cobarde al no darte explicaciones. Sin embargo, en mi defensa, pensé que si te alejaba de mí te protegería de cosas y decepciones peores, y en ese acto tan idiota, te herí. Pero es que el pasado me alcanzó en el hermoso presente que vivía contigo y ahora sé que solo es una foto perfecta enmarcada en mi habitación ⎯ así, tomo el valor y me acerco a ella para sentarme a su lado.⎯  No te rogaré para que regreses conmigo Luz, porque sé que tu corazón está roto y tal vez no pueda repararlo, ya que fui yo el causante de eso. Pero, quisiera que me miraras a los ojos y me dejaras decirte que gracias a ti soy un hombre diferente. Hiciste que me enamorara, que supiese lo que era despertar con una ilusión, con una persona en la mente y dormirme pensando en ti. Que gracias a ti siento cosas que pensé estaban prohibidas, y que por un momento breve me hiciste sentir único y extraordinario. Tal vez, no soy esa foto extraordinaria que tantos deseas, no obstante, para mí, tú eres esa mujer extraordinaria que tanto busqué. Jamás volveré a sentir con alguien lo que sentí contigo, porque te pertenezco desde hace años atrás y tienes mi corazón en tus manos. 

Luz, se queda en silencio, se limpia las lágrimas y luego comienza a guarda sus cosas ⎯ ¿me llevas de regreso, por favor? ⎯ me pide y sin decir más palabras regresamos. 

Al menos me queda el consuelo de que me escuchó, y creo que es todo lo que le puedo pedir. 

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