Antonio
– 9 de la noche –
Me encuentro en el departamento, mientras la preocupación me consume. Recorro cada habitación con la mirada, buscando desesperadamente alguna pista que explique la ausencia de Théa. No está. Su maleta ha desaparecido, y no hay ni una nota que me diga dónde se encuentra ni por qué se ha ido. La incertidumbre me atormenta mientras repaso una y otra vez si pasó algo o dije algo que la hiciera sentir mal o que justificara su ausencia.
Théa parecía tan feliz. Había aceptado la situación entre Lila y yo y se encontraba emocionada por el nacimiento de nuestra hija. ¿Por qué se fue sin decir una palabra? ¿Qué pudo haberla motivado a tomar una decisión tan repentina?
La angustia me invade mientras considero las posibilidades. ¿Acaso le sucedió algo en la ciudad? ¿O peor aún, habrá descubierto su familia lo que ha estado pasando y vendrán por ella? Los crueles Karagiannis siempre han sido una amenaza latente, y el solo pensamiento de que puedan estar detrás de la desaparición de Théa me llena de temor.
¿Nos habrán descubierto?, ¿habrán decidido llevársela lejos de mí para amenazarme después?, ¿acaso habrán descubierto a mi Menita?, ¿a caso estamos en peligro?
Decidido a encontrar respuestas, me sumerjo en la búsqueda de pistas que puedan revelar el paradero de Théa. Reviso cada detalle de mi departamento, esperando encontrar algún indicio que arroje luz sobre su misteriosa desaparición. Pero por más que busco, no encuentro nada.
La angustia y la incertidumbre me consumen mientras el tiempo pasa sin dar respuestas. ¿Dónde estás, Théa? ¿Qué te ha sucedido? Las preguntas se despejan de mi mente, cuando unas llaves tintinean en la cerradura y momentos después, Théa entra por la puerta, jalando su maleta.
—¡Théa, por el amor de Dios!, ¿dónde estabas? —le expreso, mientras le doy la bienvenida—. ¡Me tienes con el alma en un hilo desde la mañana!, ¿qué demonios?
—¿De verdad te preocupaste por mí? —pregunta, y esboza una ligera sonrisa.
—¡Claro que me preocupé!, digo, que no nos amemos como pareja, no quiere decir que yo no te aprecie y quiera como amiga. Me tenías sumamente preocupado. Pensé que te había pasado algo, que tu padre nos había descubierto. Ni siquiera fuiste para dejar una nota.
En un impulso la abrazo. Lo hago con fuerza y mucha tranquilidad. Théa apareció, no está en peligro, seguimos bien.
—Antonio, necesitamos hablar, pero, para eso, tenemos que subir al piso de Lila.
—¿Qué?, ¿de qué hablas? —pregunto, mientras me separo para verla a los ojos.
—¿Podemos? —insiste.
—Pues, claro… ¿No quieres decirme al menos un adelanto? —insisto.
Ella niega con la cabeza.
—Vamos. Entre más rápido subamos, mejor.
Théa deja su bolso sobre una de las sillas de la barra, después, sale por la puerta del piso y yo la sigo sin decir ni una palabra. Théa sube las escaleras, y camina hacia la puerta. Sin embargo, antes de que entre, voltea a verme y me sonríe.
—¿Qué?, ¿por qué tanto misterio?
—Solo quería agradecerte por ser un gran aliado, Antonio. Sé que no te lo digo tan seguido, pero, gracias a ti, he logrado hacer más cosas de las que imaginé, conocer lugares bonitos y, sobre todo, descubrirme. Si no fuese por ti, posiblemente mi camino fuese otro, o, ya no estuviera en esta tierra.
—No digas eso, Théa —le respondo de inmediato—. No sé si he sido buen aliado, porque te hice millones de promesas y no te he cumplido nada. Me enfoqué en mi felicidad y dejé la tuya de al lado.
—Y estuvo bien, porque… —Théa suspira. Al parecer se ha acordado de algo porque se sonroja y sonríe ampliamente—. Bueno, supongo que pronto lo sabrás.
Théa abre la puerta del piso, y puedo ver a Lila y a Pablo sentados en la sala. Mi Mena duerme plácidamente en la habitación y David se encuentra en la cocina, frente al ordenador portátil, en una videollamada. Tan solo entramos, Lila y Pablo se levantan.
—Théa regresó —le digo, en un tono más tranquilo.
—Antonio estuvo a punto de llamar al FBI —bromea Lila.
Théa se ríe bajito.
—Lo siento. Yo dejé una nota, pero, al parecer, alguien se la llevó —comenta.
En ese momento, Pablo saca la nota de la bolsa de su pantalón, y me la da. Inmediatamente, la leo y suspiro.
—Hubiese servido hace horas —le reclamo, en voz tranquila. Volteo a verla—. ¿Te regresabas a Madrid?
—Así es… —asegura.
—¿Por qué? —inquiero.
—Bueno…
—¿No te sentías cómoda?
—No es eso…
—¿No querías estar aquí?
—Tal vez si le dejas hablar… —me pide Lila.
Théa suspira.
—Es que… bueno. No sé cómo explicarlo. ¿Podrías hacerlo tú? —pregunta.
Yo pensé que lo hacía al aire, pero, cuando veo que Pablo asiente con la cabeza, me percato que es a él. Lila lo mira extrañado y se encuentra igual de asombrada que yo.
—Lo practicamos muchas veces —le murmura Pablo, para después pararse a su lado y tomarle de la mano—. Lo que pasa es que Théa y yo estamos enamorados.
—¡Qué! —se escucha una voz al fondo. Ambos volteamos y vemos a David atento a nuestra conversación.
—Shhhhh, la niña —le pide Lila, en un murmullo.
—¿Cómo qué enamorados? —Inquiero.
—¿Enamorados?, ¿tan rápido? —Me hace segunda Lila—. Apenas se vieron ayer.
Théa niega.
—No. En realidad, nos conocimos hace tiempo. En Madrid. Coincidí con Théa en el metro y bueno… —Pablo sonríe y noto que se sonroja. Su mirada se planta directamente en Lila—. Te lo iba a decir, Lila, pero, al ver a Théa pensé que era un truco de Antonio para alejarme de ti.
—Venga, no caería tan bajo —me justifico.
—Bueno, yo no sabía si peleabas limpio o no. En fin. Théa y yo discutimos hoy por la mañana. Ella pensó que yo había jugado con ella. Planeaba irse a Madrid y yo… —Pablo aprieta la mano de Théa.
En la habitación, un silencio profundo se cierne sobre nosotros, mientras cada uno intenta descifrar lo que está ocurriendo. La atmósfera se torna extrañamente peculiar con la presencia de Théa y Pablo, y yo con Lila. A pesar de ello, hay una sensación de certeza, como si todos supiéramos intuitivamente, que esto es lo adecuado, que de alguna manera estaba destinado a suceder así. En este momento, queda claro que nada ocurre por casualidad.
—Espera, espera, espera… —Nos interrumpe la voz de David Tristán, que ya está por completo atento a la plática— ¿Me estás diciendo que Théa, que está casada con Antonio, en realidad está enamorada de Pablo, que es pareja de mi hermana, pero que Pablo le corresponde y Lila le corresponde a Antonio?
—Creo que sí —contesta Lila, con una sonrisa.
—¡Dios!, definitivamente no puedo con esto. Parece una telenovela. —Se queja—. Nada más falta que Pablo o Théa reciban una herencia inesperada o que Soraya Montenegro entre por la puerta y nos amenace a todos. —Finaliza, para después soltarse a reír.
—¿Soraya Montenegro? —pregunto.
—Déjalo, no le hagas caso —me responde Lila. Voltea a ver a su hermano—. Si quieres escucha, pero no confundas a las personas.
—Está bien —contesta David, para acercarse a la sala y sentarse cómodamente a escuchar—. Prosigan.
—¿Es una novia tuya? —pregunta Théa a Pablo.
—No le hagas caso.
Théa suspira.
—Bueno, no sé quién sea Soraya, pero, esa es la historia —concluye—. Estoy enamorada de Pablo, y queremos intentarlo. Sé que es arriesgado, pero lo haremos. Creo que no necesitamos explicar más o pedirles permiso, cuando es evidente que la situación los favorece.
Lila sonríe. Supongo que esta confesión le ha quitado un peso de encima, y ahora no debe decirle a Pablo que ella y yo hemos decidido regresar, no solo por nuestra hija, si no, porque en realidad nos amamos.
Pablo se aproxima a Lila con determinación, tomando delicadamente sus manos entre las suyas. Sus ojos transmiten una mezcla de nostalgia y sinceridad mientras se prepara para pronunciar las palabras que lleva dentro.
—Lila, quiero que sepas que siempre te he querido, te quiero en este momento y te querré siempre. Fuiste mi primer amor, eso es innegable, pero me he dado cuenta de que no eres la mujer destinada a compartir mi vida. Sin embargo, eso no significa que nuestras almas no estén conectadas de alguna manera más profunda.
Lila lo mira con una mezcla de sorpresa y esperanza, ansiosa por escuchar lo que Pablo tiene que decir.
—¿Almas gemelas? —pregunta ella, con un brillo de curiosidad en sus ojos.
Pablo asiente con firmeza, confirmando sus palabras.
—Sí, creo que sí. No solo existen almas gemelas en el amor romántico, también las hay en la amistad. Nuestra conexión va más allá de lo meramente romántico. Tu felicidad es mi felicidad, y viceversa. Hemos compartido tanto a lo largo de los años, hemos sido apoyo el uno para el otro en momentos difíciles, hemos reído juntos y hemos llorado juntos. Esa complicidad y ese lazo especial que nos une son prueba suficiente de que nuestras almas están destinadas a estar entrelazadas de alguna manera, incluso si no es en un sentido romántico.
Lila se queda pensativa por un momento, procesando las palabras de Pablo. Una sonrisa suave se forma en sus labios, reflejando su comprensión y aceptación de lo que acaba de escuchar. Lo abraza con fuerza y se refugia en su pecho.
—Te quiero, Pablo. Sé que siempre estarás ahí para mí, al igual que yo estaré para ti. Siempre ha sido así.
—Y también para Menita.
—Lo sé. Ella lo sabe.
—Y, ¿ahora cómo le harán? —nos interrumpe la voz de David—. Théa sigue casada con Antonio. ¿Acaso habrá ciertos permisos en estas relaciones?
Los cuatro nos miramos en silencio, absorbidos por la tensión que flota en el aire. David ha planteado la verdad incómoda que ninguno de nosotros puede ignorar. Aunque la situación parece perfecta en este momento, la realidad es que Théa y yo seguimos legalmente casados, atados por un vínculo que no podemos romper de inmediato. Asiento lentamente, reconociendo la gravedad de la situación mientras el peso de esa verdad se asienta en mis hombros.
Esperar a que podamos divorciarnos sin problemas se siente como un camino tortuoso y sin fin. No sabemos cuánto tiempo tomará resolver todos los detalles, ni cómo afectará nuestra espera a nuestras vidas y relaciones. Pero, por ahora, es todo lo que podemos hacer: esperar y mantenernos unidos en medio de la incertidumbre.
—Supongo que, encontraremos una solución mañana, ¿no es así? —pregunta Lila.
—Supongo.
—Durmamos esta noche y mañana hablaremos. Encontremos una solución que nos ayude —sugiero.
Théa y Pablo asienten con la cabeza, se miran a los ojos y sonríen.
—Bueno… ya está hecho.
—Ya está.
Quieren darse un beso, pero Théa lo mira y le murmura que luego. Supongo que el peso de nuestro matrimonio es fuerte y mientras no nos separemos, ella no se sentirá del todo libre.
—Dormiré en la sala —dice Pablo. Aunque estoy seguro de que amaría dormir abajo con Théa.
—¿Es en serio? —pregunta David— ¿Se acaban de confesar que se aman y seguirán con el teatro?, ¿quién va a juzgarlos? Yo no lo haré.
—Solo… lo pensaremos —habla Lila.
Théa me sonríe, y luego de ver a Pablo, sale por la puerta. Supongo que no hay nada que pensar, los cuatro lo sabemos, solo necesitamos decirlo en voz alta.
Jajajajajajajajaja que emoción. Yo tambien habria actuado como David T. Jajajajaja queeee??? Botando todo del asombro jajajaja es que es chistoso y raro. Pero hermosamente raro. Y si verdad no habia pensado en eso de darse besos y todo delante del otro jajajaja. Que igual Pablo y Lila si se besaban, jejejejejeje. Pero que emociónnnnnnnn ahora a unirse para proteger a Mena, lila y thea, acabar con karagiannis y Chez y amarse libremente. ❤️❤️❤️❤️
Ayy siiii me encanta ❣️❣️❣️
Q momentos… A unir fuerzas por esa libertad..Y David me a hecho reír. Que chismosito.
Jajajajaja momocho todo
Tristán mandando todo al demonio por el chisme, digno de esa familia
Q risa la intervención de David Tristan. Pero bueno. Lo q importa es q es una gran casualidad. Ya que los 4 juntos pueden hacer un plan para que se ayuden entre todos
Ese David Tristán 😂😂😂 con su Soraya Montenegro 😅
Ojalá pronto los 4 puedan gritarlo a todo pulmón 🤞🏻🤞🏻🤞🏻♥️
Que bueno que ya se aclarararon las cosas….y así unir fuerzas para luchar contra Chez y los Kariagianis …y protegerlas a Thea, Lila y Mena…David como siempre chismoso pero práctico jiiji….como será la reacción de todos ( la familia de Lila)cuando sepan…seguro los apoyan y unen fuerza…Ahora que se dejen de vainas y vivan su amor libre entre los 4 , se besen, duerman etc etc jiii
David Tristán es un caso perdido, jajajajajaj
Me encanta como se están dando las cosas pero tengo susto.
jajajja Y con lo poco q le gusta el chicle a David. Esta en una cosa y la oreja parada atento a su alrededor. Ojalá no vaya a compartir el chicle con todos xq todos les pica la lengua. Jajajaj
Me fascinan tus historias q siga mejor el BB aunq ese es un ciclo interminable 1 bb 2 papá 3 mamá q es al ultima en enfermar y cuando se cura empieza de nuevo la rueda.
David mas chepito, pero ordenó las ideas de todos jajajaj
Esas parejas serán fuertes!
Jajajajajajaja, hay mi David Tristán!! Eres una mezcla de tus dos abuelos!!!! Me encantará leerte.
Que emoción ya van acomodando las cosas!!!
Mantenerse unidos y proteger el Amor de todos! Me encantan… 💖💖💖
Al fin los 4 frente a frente y poder decir que son almas gemelas en la amistad y el amor es muy bonito.
Ese David es un Ruiz de con para el chisme
David tan metido, pero yo le hacía segunda a él jaja
Bueno, lo bueno es que ya están “libres” para amar a su verdadero amor, a hora juntos deben forjar camino y luchar por la libertad completa
jajajajajajajajajaja David Tristán lo trae en la sangre el chisme se le presenta y el lo sabe aprovechar jajajajajaajjajaajajjajajaja
Bueno al menos ya están libres de ese “secreto” por decirlo así y la verdad como dice el chismoso digo David jajaja para que separase si ya los cuatro lo saben total que el mundo ruede mientras que no se enteren los enemigos todo esta bien.
Dla reacción de David, es todo!!! Hasta yo sentí su asombro jajaja.
Lo bueno es que ya están enterados 😌… Ahora a ver qué sigue 🙄