Sila
La plática con Moríns, el día de ayer, me dio mucha esperanza y debo confesar que también paz, una que hace mucho tiempo no sentía y que me ayudó a conciliar el sueño más rápido y que hoy me ayudó a levantarme con mucha más energía y con una nueva actitud menos sombría ante esta vida, que he llamado, la vida sin Moríns.
Aún me es bastante difícil no pensar que si Moríns se alejó de mi lado fue por mi culpa, pero supongo que no puedo “despensarlo” y que definitivamente el tiempo tendrá que pasar antes de que a mi se me olvide, o al menos, que pueda vivir con ello. Por ahora, creo que él ha empezado a perdonarme y abierto un puente de comunicación que no pienso cerrar, así tenga que aceptar al nuevo Moríns, ese que cada día se muestra más.
Así, hoy por la mañana, fui a la fundación a darle los papeles del proyecto de la escuela, tal como me lo pidió hace días, solo para percatarme que no había ido a trabajar. Me dio un poco de lástima ya que me había puesto un bonito vestido tipo suéter color azul marino y unos mallones negros que combinaban a la perfección, y había peinado mi cabello en una media cola para poder lucirlo largo. Lo hice todo con tal de que no me viera con el uniforme del hospital pero, al parecer, no es mi destino que me vea arreglada algún día.
En fin, supongo que no puedo tener dos golpes de suerte en una misma semana, así que tendré que conformarme con saber que Moríns quiere ser mi amigo, que está dispuesto a tener una paternidad en paz y que ayer no me culpó por estar en el mismo lugar al mismo tiempo; todo eso ya es un avance.
Ayer, me fui de la fiesta temprano, ya que hoy debía cumplir con más horas en el hospital y no podía quedarme hasta tarde. Mis padres y tíos se quedaron un poco más y David me dijo que los primos se fueron cuando la música para bailar cambió a música para llorar, por lo que mi hermano llegó temprano para cumplir con su trabajo. De Moríns no se supo nada, incluso dijeron que siguió tomando tequila, riendo con la tal Marie y después se desapareció del bar, no me quiero ni imaginar qué fue lo que pasó después; no me quiero hacer pájaros en la cabeza.
Así que, después de entregar los papeles del proyecto, decidí enfocarme en mi trabajo, ese que siento he tenido un poco abandonado desde que Moríns volvió y, que por ahora es lo único seguro que tengo en mi vida, además de mi bebé Moríns y mi familia, que desde que la confesé lo de mi padre biológico me han apoyado más que nunca; me alegra no haberles perdido.
Entonces, mientras me encuentro pasando la esponja con agua tibia por el brazo de un bebé recién nacido, no puedo dejar de pensar que, dentro de unos meses, mi bebé Moríns estará aquí conmigo y que lo bañaré de la misma manera, mientras le sonrío y le hablo con cariño.
⏤¿Te gusta el agua calientita? ⏤ le hablo al bebé, quién mueve los labios y veo como si esbozara una sonrisa ⏤ sé que extrañas a mamá, pero se está recuperando, verás que pronto te cargará entre sus brazos, ten paciencia y fe, ¿vale?
La enfermera lo envuelve con la toalla y momentos después comienza a secarlo ⏤ le pasaré al otro bebé, doctora⏤ me comenta.
⏤No te preocupes, yo voy por ella, solo déjame cambiar el agua de la bañera ⏤ hablo, y con mucho cuidado tomo la tina y salgo de la habitación al lado del cunero para ir hacia el baño.
Después de unos minutos, salgo de nuevo de ahí, con la bañera entre mis brazos llena de agua tibia cuando choco con una persona delante mío.
⏤¡Lo siento! ⏤ me disculpo y, cuando nuestras miradas se juntan sonrío ⏤¿Moríns?
⏤¡Déjame ayudarte! ⏤ responde de inmediato mientras toma la bañera de plástico llena de agua.
Lo observo, se ve bien, bastante bien y viene vestido con unos vaqueros, una camisa de cuello largo color blanco y una chamarra café encima. Su cabello largo y rizado está suelto y su barba sigue perfecta. Definitivamente el nuevo Moríns es guapísimo y siento muchos celos de cualquier persona que puede terminar con él.
⏤¿Estás bien? ⏤ le pregunto.
⏤Sí, sí, muy bien… gracias ⏤ responde ⏤¿qué es lo que haces?
⏤Baño bebés ⏤ hablo y él sonríe.
⏤¿Bañas bebés? ⏤ me pregunta con ese tono de incredibilidad que siempre me da risa. ⏤No sabía que eso era obligación de un pediatra.
⏤No, no lo es ⏤ le digo, mientras ambos caminamos por el pasillo ⏤ lo hago porque me gusta. Además, así aprendo para cuando tenga que bañar a mi bebé Moríns.
Él sonríe ⏤ ¿Así lo llamas?, ¿bebé Moríns?
⏤Sí, me da ilusión.
Ambos llegamos a la habitación donde los estoy bañando y yo abro la puerta para que entre junto conmigo. Él deja la bañera encima de una de las mesas y luego suspira ⏤Yo, venía a hablar contigo pero, veo que estás un poco ocupada, ¿cuántos bebés te faltan?
⏤Como unos ocho.
⏤¿Ocho? ¡Guau!, jamás pensé que fueran tantos.
⏤En el hospital nace, aproximadamente, un bebé cada cinco minutos, así que… mañana habrá nuevos, y algunos de los que están aquí se irán y siempre habrá bebés que bañar ⏤ le explico entre sonrisas.
Moríns ve hacia la sala donde están los bebés y luego voltea a verme ⏤¿crees que pueda bañarlos contigo?, quisiera ver como lo haces por si alguna vez yo debo bañar a bebé Moríns.
Me quedo en silencio un momento. En verdad, está sumamente prohibido que personas ajenas al hospital entren a lugares como el cunero, pero supongo que si usa el traje adecuado, se desinfecta y lava las manos, podría lograrse.
⏤Está bien, y, así aprovechamos para platicar ⏤ le respondo. ⏤ Solo te voy a pedir que uses la ropa adecuada y te pongas cubrebocas, no queremos que algo les pase.
⏤Como usted indique, doctora Canarias ⏤ me responde.
Después de unos momentos y de varios procesos que tuvo que hacer, por fin, Moríns entra a la habitación junto conmigo y la enfermera nos trae a la bebé Enriquez, una pequeñita de tres días de nacida que tan solo le quitamos el pañal comienza a llorar.
⏤Si, lo sé, estabas a gusto dormida, ¿verdad? ⏤ le hablo con cariño.
⏤Eres muy buena con los bebés ⏤ me habla él.
⏤Me gustan mucho… ¿quieres cargarla?
⏤No, no… siento que se me caerá de las manos y… mejor, yo te ayudo con lo que desees.
Pongo a la bebé dentro de la bañera y le indico a Moríns como pasar la esponja por su brazo para comenzar a limpiar. La bebé abre los ojos por un instante y lo ve; él sonríe.
⏤Eres una niña muy bella ⏤ le habla, mientras veo como con todo el cariño del mundo pasa la esponja ⏤ preciosa… tu cabello es rojizo.
⏤Sí, háblale con cariño, lo necesita. Su madre está algo grave y por eso no la ha podido bañar, por eso lo hacemos, ¿verdad que sí?
⏤¿Grave?
⏤Sí, tuvo complicaciones en el parto y se debate entre la vida y la muerte… los abuelos la cuidan y el padre pues… debe estar por ahí.
⏤Qué triste ⏤ murmura.
El silencio vuelve entre los dos y después de ayudarme a echarle agua sobre la cabeza y de envolver a la bebé en la toalla, volteo a verle ⏤¿a qué viniste, Moríns?
Él, acomodándose un poco las mangas y el cubre bocas me dice ⏤ sólo quería decirte que la plática de ayer no se me olvida y que todo lo que dije es verdad, la pura verdad.
⏤Gracias, eso me alegra…
⏤También, quiero decirte que he hablado con lo que parece es la voz de mi conciencia y llegué a algunas conclusiones que creo debería compartirte, creo que estaría bien que lo supieras.
La enfermera me trae al siguiente bebé y esta vez es Moríns quién lo toma entre sus brazos y le sonríe. Hacemos el mismo proceso y él es quien toma la iniciativa en empezar a bañarle. Mis manos y las de él se coordinan y ambos bañamos al bebé con cuidado.
⏤¿Qué me quieres decir? ⏤ continúo con la plática.
⏤Quiero decirte, que yo cambié.
⏤Lo sé… ⏤ respondo.
⏤Déjame terminar ⏤ me pide ⏤ yo cambié y tú también cambiaste ⏤ me murmura ⏤ pero cambiar no tiene nada de malo. No puedo dejar de pensar en lo que te dije la otra vez, en que quería que fuéramos los dos niños de Puerto Vallarta y que nada de esto hubiese pasado y, no sabes como me arrepiento. Porque recordé que tú querías quedarte y yo fui quien te dijo que te fueras y experimentaras el mundo, y tal vez si te hubieses quedado, hubiese sido peor. Nos hubiéramos aburrido, ambos perdido oportunidades y posiblemente no nos soportaríamos.
⏤No digas eso ⏤ murmuro.
⏤Sabes que eso hubiese pasado… y el quedarse tampoco hubiese sido garantía de que nos siguiéramos queriendo. ⏤Suspira. ⏤Lo que quiero decir con todo esto Sila, es que los dos dijimos que llegaríamos a la meta pero, en realidad jamás dijimos cuál era.
⏤Lo sé, creo que debimos empezar por ahí. ⏤ Moríns le da el bebé a la enfermera y luego toma mis manos para verme a los ojos.
⏤Yo pensé que nuestra meta era cuando los dos camináramos hacia ese altar, y casarnos, pero, ahora sé que no es tu meta.
⏤Es que en realidad ahora no sé ni siquiera lo que haré mañana y para una persona que tenía todo planeado desde que tiene razón es… desesperante.
⏤Lo sé, nadie sabe más de esa sensación de sentirse perdido, que yo…
Moríns acaricia mi mejilla ⏤ ¿Qué pasa Moríns, si yo no llego a tu meta?, ¿si me quedo en el camino?
⏤Jamás ⏤ pone la mano sobre mi vientre ⏤ Bebé Moríns ahora es parte del camino, y nos mantendrá juntos, no importa si éste está lleno de obstáculos, él nos mantendrá juntos.
⏤O ella… ⏤ aclaro. Moríns sonríe ⏤ Tal vez un día, ambos nos veamos a los ojos y digamos “llegamos, esta es la meta” y estemos de acuerdo.
⏤Así es…
⏤Por lo mientras… solo queda recorrerlo, un paso a la vez.
⏤O dos… ⏤ Moríns me abraza ⏤ tal vez no somos almas gemelas Sila, pero, somos compañeros de camino y más vale que nos llevemos bien, ¿no crees?
⏤Lo creo… ⏤ respondo. Y aunque me hubiese gustado más lo de las almas gemelas, me conformo con recorrer el camino a su lado.
Moríns se separa ⏤¿qué te parece si terminamos de bañar bebés y vamos a cenar?
⏤Lo siento, no puedo… mi familia tiene una cena y les juré que iría… ⏤ respondo.
Moríns suspira ⏤¿crees que pueda ir contigo? ⏤ me pregunta, haciéndome sonreír.
⏤Supongo que sí… siempre y cuando sea lo que quieres..
⏤Sí, pero… primero los bebés ⏤ comenta, para ponerse manos a la obra.