Moríns 

-Horas antes- 

Hace mucho que no me sentía tan bien, tan feliz, sé que tal vez tiene que ver con la noche que pasé con Sila pero, también con el hecho de que nuestros caminos volvieron a unirse y, ahora, vamos por el mismo, y esta vez lo recorreremos paso a paso, lentamente, confiando en nosotros, y comunicando todo. 

Sila y yo, ahora tendremos una relación más madura, conociéndonos ahora de adultos, aceptando que hemos cambiado y que posiblemente haya diferencias entre nosotros, sin embargo, se pueden arreglar. Ella y yo entendimos, que todo lo que hicimos antes fue demasiado rápido, como si nos urgiera llegar a algún lado cuando, en realidad, solo teníamos que preocuparnos por llegar juntos. 

Después de pasar unos momentos fantaseando sobre el futuro de Sila y mío, ahora tengo que probar que yo no fui el autor de lo que pasó en la fundación, y debo limpiar mi nombre para poder estar tranquilo, y así, enfocarme exclusivamente en Sila y en mi bebé, porque es todo lo que me interesa. 

Así que, después de vestirme de manera informal, ya no de traje como suelo hacerlo, me pongo la gabardina café y salgo del departamento para ir directo a la fundación donde, David, me prometió que me dejaría hacer una pequeña investigación por mi cuenta para poder encontrar testigos, videos, fotos o algo que me ayude. 

Entonces, salgo hacia el pasillo para ir al elevador y en cuanto las puertas se cierran, comienzo a idear un plan. Sé que en la oficina no hay cámaras, por aquello de la privacidad, pero, debe de haber algo que me ayude, Cuando el elevador abre sus puertas y yo camino hacia la entrada. Veo a lo lejos una camioneta negra y a Hugo, el guardaespaldas de María Julia esperando afuera de ella. 

Camino hacia él y, en cuanto quedamos cerca, María Julia abre el vidrio de la ventana y me ve ⎯¿María Julia?⎯ pregunto⎯¿qué hace aquí? 

⎯Necesito hablar contigo, Moríns⎯ me dice, y Hugo abre la puerta para que yo pueda entrar. 

Asiento con la cabeza y sin dudarlo, me subo al auto para sentarme a su lado. Hugo cierra la puerta y me percato que estamos completamente solos aquí adentro. Ella, no viene vestida como si fuera al Conglomerado, sus ropas son informales y tiene el cabello peinado, con dos trenzas formando una corona. 

⎯Perdón si te vine a buscar acá pero, es urgente lo que debo decirte. 

⎯¿Urgente? ⎯ pregunto. 

Ella asiente.⎯ Primero que nada, antes de lo que te tenga que decir, quiero decirte que sinceramente sé que tú no hiciste esto. 

⎯Ayer no se veía muy convencida⎯ respondo y ella suspira. 

⎯Este trabajo no es fácil Moríns, y menos cuando se es mujer, ¿sabes?. Cuando entras a una habitación anunciada como el presidente del Conglomerado todos esperan a un hombre, nunca a una mujer. Así que aprendes a nadar entre tiburones sin salir mordida. Lo que tengo sobre mis hombros es un legado que me dejaron dos hombres que, con esfuerzo y dedicación, lograron edificar. Es el apellido de mi familia, que también es el de Sila, así que no puedo flaquear, no puedo hacerlo. 

⎯Lo sé⎯ respondo. 

María Julia respira⎯ como te dije Moríns, yo sé que tú no lo hiciste y, al tenor de esto, quiero pedirte tu ayuda. 

Entrecierro los ojos al escuchar lo último⎯¿mi ayuda? 

Ella asiente con la cabeza ⎯ tu ayuda, y creo que sabes que es algo entre los dos porque, no te llamé al Conglomerado donde prácticamente todos pueden ver. 

⎯Y, ¿cómo puedo ayudarle yo? ⎯ pregunto. 

Así, María Julia saca el celular de su bolso y momentos después presiona play, en un audio. En ese momento se escucha claramente la voz de Marie. 

Debe ser un dolor muy grande saber que los Ruíz de Con están de fiesta mientras tú, estás en tu dolor, ¿no es cierto? Dice ella… 

Lo es, lo es… Escucho mi voz, aunque un poco rara, como si estuviera arrastrando las palabras. 

Los Ruíz de con, los Canarias y demás apellidos siempre piensan que pueden triunfar, ¿no es así? Me pregunta . 

Lo es, lo es… De nuevo repito. 

Volteo a ver a María Julia al escuchar ese diálogo⎯Espera… eso… 

Ella me hace una señal de que guarde silencio y yo le hago caso. 

No sería genial, ¿darles un poco de su propia medicina? Pregunta Marie. 

Sí, por qué no… Contesto. 

Sí, ellos arruinaron tu vida, ¿no crees? Te dan todo, te quitan todo. Comenta ella. 

Sí, supongo que sí . Respondo. 

¿Quieres que lo haga?, ¿entonces?, ¿cómo lo planeamos? Demostrar que no eres una pieza de ajedrez que pueden mover a su antojo. Me pregunta. 

Haz lo que tengas que hacer Marie. Toma los proyectos, vete. Finalizo. 

El audio se termina y María Julia vuele a bloquear el celular⎯¿reconoces tu voz? 

⎯Claro que es mi voz pero, yo no dije nada de eso, incluso…yo. 

De pronto, me viene de golpe esa noche en mi piso donde Marie y yo llegamos juntos. Yo me encontraba borracho pero no tanto como para hacer tonterías. Marie quiso besarme y yo me alejé de ella para que sus labios no tocaran los míos. Ella insistía y, mientras lo hacía, comenzó a hacerme conversación sobre los Ruíz de Con y los Canarias, sobre Sila y mencionó que lo mejor sería darle una cucharada de su propia medicina. 

Yo reaccioné, le dije que no entendía lo que estaba insinuando, por lo que Marie me sentó sobre el sofá para luego abordarme y comenzar a besarme de nuevo, mientras sus dedos desabrochaban mi camisa y, que yo, olvidara lo que dijo. Le pedí que volviera decirme, pero sus manos me distraían. Varias veces logré despegarme de ella para pedirle que no lo hiciera, pero ella no se detuvo. Así que la tomé de los hombros y le dije que dejara de hacer eso que, qué insinuaba con eso. Marie se río y me dijo claramente que debería vengarme de ellos, para que pagaran por lo que hicieron, especialmente de Sila, para demostrarles que no era una pieza de ajedrez que podrían mover a su antojo. 

Yo le dije que no tenía sentido que continuara porque yo solo la veía como una amiga y yo amaba a Sila y siempre la iba a amar por lo que, la perdonaba. Marie se enojó, se puso de pie y me dijo que esto no se quedaría así, que era ella o la calle. Recuerdo levantarme del sofá y pedirle que se fuera, pero, ella se encerró en el baño, así que yo me salí enojado del departamento azotando la puerta. 

⎯Me dijo que esto no se quedaría así⎯ murmuro. Volteo a verla⎯¿cómo obtuviste eso? 

⎯Me la enviaron hoy por la mañana como “pruebas” de lo que pasó Moríns y, es muy grave. No sólo porque te incrimina a ti sino porque, puede afectar no solo al la fundación sino, al Conglomerado y perderlo todo. Si este audio sale a la luz, si los demás socios saben, será un desastre, y, ellos pueden tomar acciones legales contra los dos. 

⎯Yo no dije eso María Julia, yo no…¿cómo pueden pensar que eso es verdad?, ¡evidentemente es falso!⎯ hablo desesperado⎯ juro que jamás, escúchame, jamás haría algo así. 

⎯Lo sé, pero habrá gente que lo creerá. Mi equipo de sistemas lo analizó y es evidente que está modificado. Esta conversación está hecha de muchas otras conversaciones que tuviste con Marie Lachevre en la oficina y en otros lados. Es astuta y controladora.   

Me quedo en silencio⎯ por eso me buscaba tanto… 

⎯Ella, armó todo este plan pero, no era para ti⎯ comenta y yo la veo sorprendido⎯ era para mi hermano Manuel. Los Lachevre se traen algo entre manos, tengo esa corazonada, y necesito de tu ayuda para poder averiguarlo antes de que pierda el control. Así como le accidente de mi hermano fue una afortunada coincidencia para ella, ya que estuvo la presidencia desocupada por unas horas, tu llegada a la fundación también lo fue… ella se aprovechó de tu dolor para inculparte y lo logró. 

⎯Entonces, ¿Marie sacó los proyectos? ⎯ pregunto.

María Julia asiente, para luego tomar su iPad y enseñarme un video tomado desde la cámara del pasillo que da a mi oficina. Donde, descuidadamente la puerta está abierta y se ve claramente a Marie en mi computadora haciendo algunos movimientos para, después, guardar hojas. En ese momento recuerdo las veces que se sentaba sobre el escritorio y seguro que algo tuvo que ver, hasta la clave. 

⎯¡Soy un imbécil! ⎯ exclamo. 

⎯Esta acción se repitió por última vez el día que no fuiste a trabajar. David se dio cuenta hoy por la mañana mientras revisaba los proyectos y se fijó en la fecha, por eso supimos que fue ella. 

⎯¡No lo puedo creer!, yo pensé… 

María Julia me toma de la mano ⎯escúchame Moríns, necesito que me ayudes a descubrir que es lo que planea Lachevre, ¿entiendes?, tiene los proyectos pero no sé que más puede hacer; algo trae entre manos y no me gusta. Necesito que aprovechando el drama vayas a Francia y lo averigües. 

⎯¿Qué? ⎯ pregunto. 

⎯Según me dijo Xóchitl, ella decía que eran buenos amigos, así que debes aprovecharte de eso… no sé como le harás pero, debes enterarte de lo que pasa. Cuando lo hagas, me das las pruebas y te juro, yo te juro Moríns, que no solo te daré todo lo que mereces, sino que te estaré eternamente agradecida. Te lo pido. 

⎯Está bien…, solo le cuento a Sila todo y… 

⎯No⎯ me interrumpe⎯ no le digas nada. Mi sobrina es muy necia y querrá ayudarte e ir tras de ti. Debes convencer a Marie que tu lazo con nosotros terminó, que ganaron… que el plan sigue…. 

⎯Al menos déjame decirle que me iré… no puedo dejarla así, es la madre de mi bebé.⎯ Le pido. 

María Julia asiente y luego me da un abrazo⎯ no hay mucho tiempo Moríns pero, si esto sale bien… estaré agradecida.

⎯Aún no cantemos victoria, María Julia. 

Ella suspira⎯ yo le contaré a Sila y a mi familia la situación cuando sea oportuno, ¿vale?, ahora…¿me ayudas? 

Asiento con la cabeza ⎯ te ayudo… porque nadie se mete con los Ruíz de Con, los Canarias, los Carter y los Moríns… y demás apellidos.⎯ Le respondo⎯nadie se mete con mi familia.

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