Moríns 

-Horas después- 

Pensé que el plan de esperar a Marie era inútil hasta que, horas después, se aparece ante mi, bajando de un lujoso automóvil y vistiendo esas ropas tan pegadas que dejan poco a la imaginación. Sabía que Alexandre la llamaría para comprobar lo que le había dicho y que ella vendría sin dudarlo. Puede que los Ruíz de Con sean buenos para los negocios pero, yo soy muy bueno para leer a las personas, saber cuando me mienten y tengo mucha suerte para que las cosas me salgan bien de una u otra manera. Tan solo entré a la oficina de Alexandre Desplat supe que aquí no solo hay gato encerrado si no toda una camada. 

Así, mientras ella se acomoda el vestido, yo me atravieso la calle a paso veloz y antes de que ella dé el paso para entrar la edificio al tomo del brazo y la jalo hacia un lado, provocando que sus botas de suela roja hagan ruido ⎯ Que se passe… ⎯ pregunta y cuando me ve cambia de semblante ⎯¿Moríns?, pero, ¿qué haces aquí? 

La llevo hacia el callejón que está al costado del edificio y sin que ella lo espere le doy un beso en los labios, recargándola sobre la pared. Marie al principio tensa su cuerpo pero después lo relaja siguiéndome el beso. Cuando nos separamos ella me ve a los ojos y yo le sonrío ⎯¿por qué me dejaste?, ¿estuve muy preocupado por ti? ⎯ le digo. 

Ella voltea a los lados y sonríe ⎯¿de verdad?, pero, pensé que… 

⎯¿Por qué te fuiste?, ¿eh?, te estuve enviando mensajes como loco y llamándote… me enteré lo de los Ruíz de Con, que sacaste los proyectos. 

⎯Y, ¿vienes a qué?, a llevarme ante la ley, ¿Moríns? ⎯ pregunta burlona. 

⎯No, claro que no. Vengo contigo, a trabajar juntos, a que todo ese sacrificio que hiciste valga la pena. Tienes razón, los Ruíz de Con y Canarias te dan todo y luego te lo quitan y no puede ser así. Me despidieron. 

⎯¿En serio? ⎯ pregunta cómo si no supiese nada. 

⎯Sí, pero, fue mi culpa… me eché la culpa del robo de los proyectos. Les dije que yo había hecho todo pero, yo no tenía nada más que perder. Sila, se enojó conmigo y volvió a rechazarme y los demás la apoyaron. Pero tú, tu me dijiste que eras mi amiga, ¿no Marie?, dijiste que me ayudarías, que podía confiar en ti y por eso me atreví a venir hasta acá. 

⎯¿A qué? ⎯ inquiere. 

⎯A pedirle trabajo a tu padre y me encontré con Alexandre… me atreví a pedirle el trabajo de director de proyectos porque, tenemos que sacarle provecho a esto, ¿no? ⎯ le pregunto. 

Debo admitir que este tono de desespero lo odio pero, en este momento es necesario, tengo que verme en verdad sumiso ante ellos para poder sacar provecho de la situación y, la verdad, si algo se me da es el hacerme el idiota por un rato, por no decir otra palabra. Marie debe pensar que está libre, que se salió con la suya y que yo, fui el imbécil que se echó la culpa. 

⎯¿Es en serio lo que me dices? ⎯ pregunta. 

⎯Claro, ¿por qué habría de mentirte, Marie? Escúchame, sé que esa noche en mi piso te rechacé pero, me encabrona que me hablen todo el tiempo de los Ruíz de Con y de los Canarias, sobre todo cuando sabes lo que te hicieron. Ese día, no supe como canalizarlo sin embargo, al enterarme de lo que habías hecho, supe que era mi momento de escapar de ellos y de vengarme. Eres una mujer muy inteligente y astuta, y sea cual sea tu plan, sé que me ayudará en mi propia venganza. 

Marie se queda en silencio mientras me observa con esa mirada que juro parece de un ángel ⎯ ¿De verdad me rechazaste por eso? 

⎯Por eso y por idiota ⎯ le reafirmo ⎯ mira, Marie, solo te tengo a ti, a nadie más y no lo necesito. Por eso te pido, que le digas a Alexandre que me contrate porque, yo logré sacar las claves para accesar a los archivos ocultos de los Ruíz de Con, sé que nos servirán. Además, que borré las evidencias que te incriminan. 

⎯¿Los Ruíz de Con no saben que fui yo? ⎯ pregunta. 

⎯Claro que no, mujer, yo lo borré antes de que me corrieran… borré todo y solo tengo un video que aún está en mi celular pero, juro que lo borraré, solo, dame el trabajo. ⎯ Ruego lastimosamente, lo que sé hace que su ego crezca. 

Ella sonríe ⎯ pensé que no habías entendido mi mensaje, Moríns, incluso, confieso que te incriminé en todo esto para que recibieras un poco de venganza pero, creo que me equivoqué. 

⎯¿Me incriminaste? ⎯ pregunto, tratando de sacar más información. 

⎯Sí, con una conversación editada pero, si dices que te echaste la culpa a propósito es una señal de lealtad y la respeto, supongo que la prueba de tu culpabilidad llegó demasiado tarde a manos de María Julia, en fin… Está bien, le diré a Alex que te dé el trabajo sin que te pida o me pida explicaciones y… bienvenido a nuestro plan…

⎯¿Ya tenemos un plan? ⎯ pregunto. 

⎯Sí, verás como nos divertimos de lo lindo y nos vengamos… ahora si me disculpas… iré con Alex para hablar con él y decirle de tu trabajo… ¿nos vemos luego? 

⎯Nos vemos ⎯ le respondo y ella me da un beso sobre los labios para después caminar lejos de mí. 

Cuando por fin veo que se aleja, saco mi celular del abrigo y me lo pego a la oreja ⎯dime que escuchaste algo, María Julia ⎯ le comento. 

⎯Gracias Moríns… te pido que te cuides, seguimos en contacto ⎯ escucho su voz, para después terminar la llamada. 

Al parecer las corazonadas son ciertas…

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