A Contracorriente ©
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Moríns
Todo es tan diferente aquí por no decir raro o extraño. Si mi tía Sol estuviera aquí ya hubiese dicho que este lugar tiene mala vibra y que necesita una buena limpia con palo santo y esos carbones que luego pone en su casa -incluso yo necesito una limpia, me haría bien ir. Cuando digo que todo está muy raro es porque en dos días que llevo en la empresa el señor Lachevre no se aparece, y Alexandre es quién controla todo, a un grado que no deja a nadie respirar.
Tan solo llegué, me puso en una oficina improvisada al lado de la suya, con una computadora que parece tomó de otra área y a penas una pluma, lo que me hizo sentir muy bienvenido – aclaro que es sarcasmo. Después, me dijo que regresaría a platicar conmigo sobre los proyectos y se fue a 10 juntas que lo alejaron de la oficina por completo.
Sin embargo, lo que más me hizo sospechar que todo esto es muy raro, fue cuando le pedí a la secretaria que me dijera donde es el área de proyectos y ella me dijo que no tenía ni idea de qué le estaba diciendo así que, o ella es muy nueva y no sabe del movimiento o, no hay área de proyectos y esto solo fue algo hecho con malicia para joder de alguna manera a María Julia.
En fin, así que, mientras finjo leer los proyectos y me aprendo la rutina de la secretaria y de Alexandre para ver su puedo encontrar algo en su oficina que me pueda ayudar a mi cometido, siento que mi celular vibra y de inmediato al ver el nombre de Cho, lo bloqueo para no contestar. Momentos después sale que perdí la llamada y yo suspiro.
⎯¿Qué no te dijeron nada? ⎯ pregunto en voz baja.
El celular vuelve a vibrar y veo que es un mensaje de él.
CHO
CONTESTA HOMBRE, QUE NO TENEMOS TIEMPO.
MORÍNS
NO
CHO
¡HAZLO YA!
MORÍNS
NO…
El celular vuele a sonar y veo el nombre de Cho en la pantalla. ¿Qué clase de no, no entendió?, pienso.
Respondo la llamada y me pongo de pie para salir de ahí mientras hablo, no sé porqué siento que si voy en movimiento nadie me puede escuchar.
⎯¿Que parte de No es no..? ⎯ comienzo, pero una voz me interrumpe.
⎯Moríns ⎯ escucho la voz de Sila.
Abro los ojos sorprendido y juro que mi corazón se emociona al escuchar su voz. Abro la puerta de las escaleras de emergencia y entró ahí de inmediato ⎯ Si… señorita, ¿por qué me llama? Se supone que no debemos.
⎯Lo sé, pero no te vas a deshacer de mí tan fácil, sobre todo porque te fuiste a meter a la boca del lobo y no puedes hacer este solo. Además, te hablaría pero bloqueaste mi número.
⎯Y lo borré, se supone…
⎯Lo sé, pero acá todos estamos tratando de ayudarte para que regreses rápido, por eso nos atrevimos a hablarte del móvil de Cho, que a él si le contestas.
Al escuchar eso sonrío levemente ⎯ ¿cómo está… ?
⎯¿Bebe Moríns?, está perfecto extrañándote. Quiere que estés aquí para cuando sepamos qué es… por lo mientras yo lo cuido.
⎯Hazlo, por favor ⎯ murmuro melancólico.
Sila suspira ⎯ Sé que estás en contacto con mi tía y Jo escuchó que le dijiste algo de Alexander Deslap.
⎯No es… ⎯ y recuerdo que alguien me puede escuchar, así que paso a los mensajes y se lo envío.
CHO
ALEXANDER DESPLAT
⎯Bórralo ⎯ le indico en un murmuro.
⎯Vale, y… ¿él que hace ahí?
⎯Es la persona que lleva el mando ⎯ trato de hablar en clave y cuando la puerta de emergencia se abre yo finjo seguir subiendo las escaleras ⎯ no sé si pueda darle esa información ahora señorita, me llamó a mala hora.
⎯Lo siento, es que estoy en mi hora de comida. Si solo está ahí, entonces, ¿qué tiene que ver con Lachevre, los proyectos y todo eso? ⎯ inquiere Sila.
⎯No sé. Solo que el papá de ella no se encuentra aquí y nadie sabe. Ella, aparece y desaparece, y ayer estuvo todo el día en mi oficina, platicando y todo eso… algo muy raro.
⎯Ya veo… ⎯ responde.
⎯Señorita, aquí todo está muy raro y mal vibroso diría mi tía Sol.
⎯La tía Sol ya hubiese pasado el palo santo… ⎯ me dice Sila y ambos reímos bajito.
⎯Por el amor de Dios, no tarden que me pone nervioso ⎯ escuchamos a Cho.
⎯En fin siento que esto va más allá de negocios, ¿vale?, y que les importa un carajo los proyectos… así que dile a todos que se cuiden ⎯ murmuro.
⎯Vale… investigaremos a Alexandre y te mandaremos la información, sé que tu lo has buscado.
⎯No, no puedo…entre menos haya en mi móvil, mejor ⎯ respondo en clave ⎯ me tengo que ir, ya me alejé de mi lugar y puede que pregunten por mí, aquí siento que me tienen más vigilado que cuando tu papá nos espiaba mientras estábamos en tu cuarto juntos.
Sila se ríe ⎯te prometo que volveremos a estarlo. Te amo y cuídate.
⎯Igualmente, señorita ⎯ le respondo y luego cuelga la llamada.
De inmediato, borro la llamada y los mensajes de Cho y me dispongo a bajar las escaleras para ir a mi oficina cuando escucho que alguien abre la puerta del nivel de arriba, y comienza a hablar, para mi sorpresa, es Alexandre, por lo que subo con cuidado para que no me vean.
⎯¿Estás seguro que podemos confiar en ese tal Francisco? ⎯ pregunta.
¡Ah!, con qué secretitos… pienso, sacando mi celular y grabando la conversación.
⎯Sí, ya te dije que sí. Mira, que al pobre lo abandonó la recogida de Sila Canarias, y a pesar de la cara de idiota es bastante bueno en lo que hace. Si explotamos sus habilidades puede que nos sirve de ayuda.
¿Cara de idiota?
Alexandre suspira ⎯ vale, confío en ti Marie, pero recuerda que esto es muy importante para mí, y que no puede haber errores, es la oportunidad, LA OPORTUNIDAD ⎯ le recalca.
Marie se acerca a él y acaricia su mejilla ⎯ ya, tranquilo mi amor, que yo si te apoyo, puede que mi padre no hubiese estado de acuerdo pero, sé que esto resultará bueno para nosotros y malo para ellos.
¿Mi amor?, ¿qué pasó con el corazón roto?
⎯Espero, confío en ti, espero no sea…
⎯Shhhh, tranquilo, confía en mí… esto que estamos haciendo lo hemos planeado desde hace rato ya y nadie ha dicho nada, menos mi padre que desde que enfermó te dejó todo, ¿no? Su ahijado favorito o mas bien… la única opción que tuvo cerca cuando enfermó.
Y Marie, después de ese comentario ríe, contagiándole la risa a Alexandre y ambos disfrutando de ese frase que más que una broma parece una situación muy perversa.
Así que Marie y Alexandre están juntos y ella fue a la empresa de los Ruíz de Con pero… ¿por qué la fundación?, ¿Por qué no el Conglomerado?, y lo más importante, ¿debería de preocuparme por el señor Lachevre?
Escucho cómo la puerta se abre y ellos dos se van de las escaleras, yo me espero unos segundos para salir también de allí. Aquí hay alianzas y secretos y necesito descubrir todo antes de que sea demasiado tarde.