A Contracorriente ©

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Moríns

La noticia sobre la fundación Sila Canarias me tomó por sorpresa, y confieso que me sentí terriblemente mal de no poderlo ver o prevenir antes de que las noticias salieran a los medios, aunque, si puedo ser honesto, este no es mi trabajo, si no averiguar qué es lo que desean hacer hacia la fundación. 

Por lo mientras, sigo fingiendo que mi trabajo tiene importancia en esta situación. Con ayuda de María Julia logré que me pasara varias cosas que me servirán para seguir haciéndolo y que me han mantenido lejos del drama. Alexandre, por su lado, parece un hombre severamente ocupado, que pocas veces se aparece en la oficina en los horarios que tiene que estar y, cuando lo hace, pareciera que viene a gobernar el mundo.

Él entra a la oficina con este toque de superioridad que no entiendo de dónde saca mientas, los empleados, simplemente callan y se hace lo que se les pide, como si en alguna forma estuviesen secuestrados o al menos eso parece. Por otro lado Marie, no se aparece en el lugar hasta que Alexandre le llama o cuando lo espera en la salida. La relación al parecer va viento en popa y yo soy “el idiota” que cayó; veremos quién cae primero. 

Muero porque todo este lío termine, por regresar a Madrid y ver a Sila y a mi bebé, por poder decirle a mi madre la verdad, ya que le he mentido todo este tiempo que estoy sumamente ocupado y no le puedo hablar, espero que la noticia de la fundación no haya llegado a sus oídos y ahora esté preocupada. 

En fin, hoy, para mi buena suerte, fue invitado a una cena en casa de Marie, no sé si sea como estrategia para incriminarme más y no dejarme ir, o en verdad quieren que vaya a disfrutar de una deliciosa cena francesa, aún no lo tengo muy claro. Solo sé que es mi oportunidad para averiguar más sobre la familia con la esperanza de que dejen en paz a la mía, porque eso es lo que son, mi familia. 

Así, mientras voy en el taxi, intento distraerme viendo la hermosa ciudad de París de noche, una que no he podido disfrutar gracias a todo el enredo en el que estoy metido. Sin embargo, no dejo de pensar en Sila, en lo genial que sería que ella estuviera aquí conmigo a mi lado, sin todos estos problemas encima y que nuestra única preocupación sería si bebé Moríns estaba bien y tal vez donde viviríamos después. 

Lo he estado pensando y, no sé, si todos los acontecimientos que están sucediendo ahora son a causa de algún tipo de maldición que se rompió a causa de nuestra boda o algo parecido. Ayer por la noche recordé, que el señor Ruíz de Con, su abuelo, decía que el amor [verdadero] “te destruía o te reconstruía”, y que por eso teníamos que tenerle respeto y mantenerlo a nuestro lado ya que, en caso de perderlo, podría ser contraproducente, ¿será que todo está ligado con esto?

⎯Llegamos ⎯ me dice el taxista. 

Al voltear, veo la fachada antigua de una casa, unas escaleras que dan hacia la puerta y dos ventanas al lado que están encendidas. 

⎯Perfecto, merci. Pronuncio con mi terrible acento en francés y me bajo del auto. 

Me arreglo un poco el traje, la gabardina y subo las escaleras para tocar el timbre de la casa, sin embargo, cuando estoy a punto de hacerlo, una chica del personal de limpieza abre la puerta y se sorprende. 

⎯Me asustó ⎯ dice en un murmuro. 

⎯Lo siento, no era mi intención; vengo a ver a la señorita Marie Lachevre. 

⎯¡Ah!, vaya… si que ha llegado temprano. Ella todavía no ha llegado, nadie está aquí aún, pero si gusta, puede esperar en la sala. 

¿Nadie está aquí?, pensé que los más impútales del mundo eran los mexicanos y, ¿nadie está aquí?, debería de sospechar que esto es una trampa, o lo tengo que ver como un golpe de suerte. 

⎯¿Seguro que ella vendrá aquí? ⎯ pregunto. 

⎯¡Ah si!, Oui, oui… solo que avisaron que llegaría un poco tarde los señores pero, el señor Lachevre se encuentra arriba. 

Entonces, ¿Lachevre si existe?, había llegado a pensar que era un fantasma. 

⎯¡Vaya!, entonces, ¿puedo pasar a saludarle? 

⎯Sí claro y usted cómo se llama… ⎯ me pregunta. 

⎯Bueno, soy… ⎯ de pronto recuerdo que si esto es una trampa o un golpe de suerte, no puedo ser yo, así que digo un nombre para ver si es “chicle y pega” ⎯ me llamo Adrián…

⎯¡Ah!, Adrián Cheval… ¿el nuevo enfermero del señor? 

⎯Ese, ese soy yo… si lo soy. 

Sí que soy un idiota con suerte…pienso. 

Allez, allez… que está arriba esperando la dosis. 

⎯¿La dó…?, cierto, la dosis. 

Entonces con toda seguridad del mundo, entro hacia la casa que huele a una mezcla entre madera, cigarro y antiguo, y me dirijo hacia las escaleras. 

⎯Suba, al tercer nivel, segunda puerta a la izquierda, ahí entra y lo verá. Tal vez esté dormido, pero, no importa, solo le pone la dosis y se sale. 

⎯¡Ah! ⎯ pronuncio. 

No tengo ni idea de cómo lo hice pero, ya estoy adentro y eso es lo que importa. Así que subo las escaleras y veo que la chica del personal, sale por la puerta de la entrada y se pone a barrer. 

⎯Bien Moríns, tu llevas tu vida a corazonadas, la última tal vez fue apresurada pero, esta te tiene que salir bien, y lo sientes, ¿cierto? ⎯ hablo conmigo mismo y confieso que me siento como un tonto. 

Así, llego hasta la puerta que me indicaron y antes de entrar, toco. No sé si lo hice por educación, pero espero que no haya arruinado lo que está sucediendo. Entonces, entro con cuidado para encontrarme una habitación obscura, con las cortinas cerradas y un hombre postrado en la cama, con leve luz encendida. 

¿Qué demonios pasa aquí? 

Con cuidado, entro sin hacer mucho ruido y veo a un hombre acostado, completamente dormido y con un suero y un aparato conectado a él. Voy hacia donde está y le echo un vistazo, de pronto veo en su mesita de noche y varias jeringas en el bote de basura, algo que llama mi atención. 

⎯¿Fenobarbital?⎯ repito en alto. 

Le tomo una foto a la caja y de inmediato se la mando a Cho por mensaje. 

MORÍNS 

¿QUÉ ES ESTO?, ¿QUÉ HACE O QUÉ? 

Sigo recorriendo la habitación con mi mirada, mientras espero la respuesta de Cho – que espero sea rápido. Cuando me percato que tiene una foto de él y sus hijos. Me acerco a tomarla y veo a Marie, sus otros hermanos y a Alexandre al lado. 

⎯Eres el ahijado o el prometido, ¿quién eres? ⎯ me pregunto. 

El celular vuelve a vibrar y al verlo veo el nombre de Cho. 

CHO

HERMANO, ¿QUÉ HACES CON ESO?, ¿TIENES ALGÚN PROBLEMA? 

MORÍNS 

NO, NO TENGO TIEMPO, SOLO DIME QUÉ ES. 

CHO 

ES UN FUERTE SEDANTE, LO UTILIZAN PARA CASOS EXTREMOS… ¿POR QUÉ? 

Regreso de nuevo hacia el señor Lachevre y busco en su cajón para ver si hay más cajas… encuentro unas cinco más. 

MORÍNS 

¿QUÉ PASA SI LLEVAN TIEMPO INYECTÁNDOTE ESTO? 

Escribo… 

Momentos después Cho me responde. 

CHO 

DOS COSAS, TE MATA DE UNA SOBREDOSIS O, TE HACE EL CEREBRO Y EL CUERPO COMO FIDEO DE RAMEN. SI NO SE SABE ADMINISTRAR LA DÓSIS, PUEDE SER FATAL, ¿POR QUÉ? 

MORÍNS 

CHO, CREO QUE LACHEVRE TAMBIÉN ES UNA VÍCTIMA, CREO QUE MARIE ESTÁ MATANDO A SU PADRE…

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